LAS CONFESIONES DE VIDELA
Días
pasados se revelaron una serie de diálogos que el ex presidente militar de la Argentina y principal
imputado en las causas sobre violación de derechos humanos, Rafael Videla,
sostuviera con un periodista que lo interrogara en la prisión durante sucesivos
reportajes que duraron más de 24 horas en su totalidad. Más allá del discutido
tema respecto del reconocimiento de su responsabilidad en la desaparición de entre
8000 y 9000 personas, cosa que luego desmintió haber afirmado en semejante
cantidad, creemos nosotros que hay algunos argumentos relevantes que, en tanto
no han sido desmentidos por Videla, suponemos que tienen plena validez. Y es el
relativo a la explicación esbozada por éste respecto de los motivos por los cuales
tuvo que acudir a procedimientos ilegales, tales como la desaparición física de
personas, en vez de utilizar los que le brindaba la ley, tal como hubiera
correspondido.
Es
de destacar que, en especial desde sectores vinculados al catolicismo de
derecha, sea nacionalistas católicos como de grupos del estilo del opus dei,
uno de los argumentos más esgrimidos para enjuiciar el accionar de Videla ha
sido que éste en vez de haber hecho como Franco en la guerra civil que, aplicando
el rigor de la ley en juicios sumarísimos, hizo ejecutar a centenares y hasta
miles de personas, evitando de esta manera el posterior estigma de los
desaparecidos, el argentino en cambio no se habría animado a hacer tal cosa. A
lo cual Videla en tal reportaje contestó con tino y en manera muy convincente que
en realidad la época en que le tocó actuar era muy diferente que en el período
de 1936-39. Recordó que mientras que durante la guerra civil española había Estados
e instituciones internacionales que respaldaban el accionar de Franco en modo
tal de no aislarlo internacionalmente por aplicar la condena a muerte, las
cosas eran muy diferentes cuarenta años más tarde, período durante el cual se
desencadenó lo más duro de la guerra civil en nuestro país. Allí hizo notar que
era tan fuerte la presión de la izquierda en el mundo entero, aun con la protección
del mismo gobierno norteamericano en apariencias tan sólo de derecha, que incluso
Franco que aun estaba en el poder en esa misma época apenas pudo aplicar trabajosamente
una sola pena de muerte, la que suscitó mayores repudios internacionales que
todas las que llevara a cabo durante la época de la guerra civil.
Ese
argumento es correcto desde cualquier punto de vista que se lo esgrima. En ese
entonces ningún Estado que buscara actuar en el concierto de las naciones,
salvo que quisiese ser convertido en un paria y condenado incluso a la posibilidad
de expediciones correctivas en su contra por parte de las potencias imperiales
de la tierra podía acudir a medidas tan drásticas para combatir en su seno el
problema de la subversión.
Pero
entonces ¿hizo bien Videla en hacer desaparecer a los guerrilleros y personas
que colaboraban con su estructura militar? Aquí habría que contestar que, amén
de que en realidad no se hizo desaparecer como se piensa a los principales
dirigentes e ideólogos de tal fuerza, el error principal estribó en haber considerado
que la batalla en contra de la subversión tenía que desarrollarse
principalmente en un terreno militar y no donde realmente se tenía que haber
desencadenado prioritariamente que era en el plano de las ideas. Y de este modo
las consecuencias fueron las siguientes. Cuando la Junta militar abrazó la
ideología liberal y democrática para hacer frente al marxismo, considerando que
este último era el producto de una degradación del sistema que solamente podía
manifestarse en personas que por una cierta patología o resentimiento no querían
encuadrarse en el mismo, en realidad en esa decisión fue donde se inició el
verdadero camino de la derrota. De acuerdo al pensamiento tradicional, el que
obviamente no era el que sostenía ninguno de los sectores que en ese entonces
sea del lado liberal como güelfo, expresaban la derecha, el socialismo no es lo
opuesto, sino una consecuencia del capitalismo. Lo que este último sostiene
como un principio, el aumento desaforado de la producción y el consumo para la
humanidad toda a fin de que no sobrevengan las crisis y los parates en el
sistema económico, el socialismo lo completa manifestando que esa producción y
consumismo universal debe ser para todos
y con mayor ‘justicia social’ y no sólo el patrimonio de algunos privilegiados.
No fue casual al respecto que los principales ideólogos del marxismo, tales
como los mismos Marx y Lenin, simultáneamente con la exposición de sus ideas
demostraron siempre una relación de admiración y odio sea hacia Inglaterra como
hacia los EEUU de acuerdo a las circunstancias en que vivieron.
Distinto
totalmente de todo esto es lo que sostiene el pensamiento tradicional. Para éste
no es el incremento de la producción la meta de un Estado, sino por el
contrario la desintoxicación del hombre respecto de todas las necesidades de consumo
superfluas y la apertura cada vez mayor de espacios espirituales a fin de que
el alma, en vez de estar atosigada de consumismo y de estados de ansiedad por
las cosas que no se tienen y alienación hacia las que en cambio se poseen y de
las que se depende como un objeto, pueda vivir una esfera superior de libertad.
Solamente de esta manera era posible derrotar al marxismo y no hacerlo como la
dirigencia de ese entonces, civil, militar y religiosa, apegada a los mitos del
mundo moderno, respecto de los cuales el marxismo no es la superación sino la
consecuencia necesaria. En cambio se hizo todo lo contrario de esto. Al
marxismo se lo combatió con sus mismas armas y con la ideología respecto de al
cual éste era su consecuencia. De este modo además se lo victimizó dándosele
incluso justificaciones a sus afanes posteriores de revancha y permitiéndosele
construir sus utopías en el estado de demagogia y degradación en que hoy se
encuentra sumida nuestra nación.
Marcos Ghio
9 comentarios:
Estimado Sr. Ghio,
Cuán acertadas son sus palabras. En Chile, también se vivió una situación muy parecida en nuestra 'dictablanda'. Resulta que con la constitución neoliberal del '80 se permitió entre otros la libertad de enseñanza, siendo esta aprovechada por sectores filomarxistas para inaugurar las primeras universidades privadas, como la Arcis, al mando de un multimillonario marxista amigo de Fidel. Mientras en estas instituciones libremente se envenenaba el alma de la juventud, el "gobierno" militar se encargaba de ajusticiar guerrilleros, justificando de este modo el discurso victimizante utilizado hasta el día de hoy por ONGs, organizaciones de DDHH y la izquierda internacional.
Cabe destacar que la causa de la hegemonía de la izquierda que nos oprime, en especial en el Cono Sur, se debe principalmente a que la reacción antimaterialista se realizó a medias; que como Ud. bien dice, nuestros militares creyeron sin darse cuenta de ello en la dialéctica marxista y lamentablemente optaron por batirse (también a medias) por el bando capitalista yankee que finalmente será quien nos impusiera el Quinto Estado neomarxista en que nos encontramos.
Atte. Patricio Lara
Totalmente utópico y absurdo.
¿Perspectivas tradicionales (de base esotérica, no nos engañemos) a inculcar a la gente como antídoto a la propaganda oficial masiva? Usted sueña. Aquello fue una guerra civil contra activistas que colocaban bombas. Por cierto, ya que tanto le gusta contraponer ideas a la respuesta (y defensa) armada, podría aplicarse el cuento a la guerra "contra el mundo moderno" que tanto justifica usted desde el islamismo.
Saludos.
Esperando que el haber pronunciado la terrible palabra esoterismo no le implique alguna condena en el más allá le contesto lo siguiente.
Su criterio a lo mejor podría tener alguna validez si no hubiese acontecido que hoy los que aparentemente fueron derrotados están lo más campantes en el poder gracias a que recibieron el apoyo del mismo sistema que la Junta militar de Videla respaldó como alternativa al marxismo. Eso fue porque hubo gente como Ud que creyó que a tal ideología solamente se la podía derrotar militarmente.
Los resultados están a la vista y es de necios negarlos.
Por último, sí es verdad que preferimos a los talibanes antes que a los militares que se rindieron en Malvinas. Posiblemente no fueran islamistas y le hicieron caso al papa de bregar por la paz.
Atte. M.G.
Muy buen artículo, no lo había pensado desde ésa perspectiva: creo que los militares favorecieron todo lo que vino posteriormente. Sobre lo anterior (arriba) de esoterismo,... creo que se entiende que se busca lo trascendente y la Antigüedad (Tradición)es sabia en este sentido.
A Ud.,Marcos Ghio, lo considero un gran difusor de estos conocimientos, que junto con otros difusores como: Francisco García Bazán, Leandro Pinkler,Bernardo Nante, Esteban Ierardo y otros que de diversas maneras "recuerdan" el Mundo Tradicional. Sls. Mauricio Rossi.-
Creo que hay un gran error en analizar a la respuesta militar bajo el prisma izquierdista. En ningún país, muy lamentablemente no en CHILE, la eliminación de traidores y despatriados fue mínima. Se trató el cáncer marxista como una herida superficial y por lógica gran parte del tumor y todas las células cancerosas que quedaron siguieron atacando el cuerpo que se pretendió salvar. Espero que al criticar esta posición lo hagan en forma lógica e inteligente y no con sensiblerías absurdas que impiden ver la realidad.
Saludos
Relea mi comentario, por favor, y procure entenderlo antes de contestarlo. Me atribuye cosas que no he dicho, y no me contesta a lo que sí he dicho. Nadie dice que la respuesta militar sea suficiente, pero en toda guerra sí necesaria. Intente usted inculcar ideas "tradicionales" a los terroristas de izquierda mientras le ponen bombas, a ver qué le pasa. Y no me mezcle talibanes ni papas en esto. Sólo usted identifica a la Tradición con fundamentalismos e integrismos, verdaderos hijos de la modernidad y de la antitradición. En cuanto a las Malvinas, que tanto aboga en este caso por una intervención armada, lea al Dr. Julio C. González y quizá tenga otra perspectiva de lo que realmente se movió entre bastidores (y la trampa en que cayó la Junta Militar). No seamos ingenuos. Perón ya declaró que podría recuperar las islas, pero no conservarlas. Me gustaría que usted viviera en un régimen talibán, en lugar de estar sentado cómodamente delante de su pc. ¿Cómo cree que nos iría a todos bajo dominación islámica? ¿Cree que le respetarían sus ideas "tradicionales" no consignadas dogmáticamente en el Corán? Y sólo a usted, tan amante de los métodos "pacíficos" se le ocurre idolatrar a "figuras" como la de Ben Laden. Pura contradicción. El tradicionalismo de M. Ghio es eso, "el de M. Ghio". Como "la polémica no es un método tradicional" y ya hemos fijado nuestras posiciones, no se moleste en prolongarla (a ser que le guste escribir para la galería).
Saludos cordiales.
El que en realidad ha entendido mal lo que he dicho ha sido justamente Ud. Yo no he afirmado que la guerra contra la subversión no tuviera que manifestarse también en un terreno militar, sino que he acentuado en que ‘prioritariamente’ tenía que darse en el terreno de las ideas, cosa que no se hizo pues se la combatió con la misma visión economicista que ésta tenía, en este caso el liberalismo que era una ideología materialista y en última instancia también de izquierda.
En cuanto al otro tema sacado por Ud cuando hizo alusiones al islamismo radical no veo por qué tenga que ser hija de la modernidad una concepción del mundo que pone como eje de la existencia una dimensión sagrada y eterna que se alcanza a través de la guerra santa, concepción ésta que obviamente no estuvo presente entre los que se rindieron en Malvinas que siguiendo expresas indicaciones del papa ‘hicieron la opción por la vida’. Y con respecto a que me aconseja irme a vivir con los talibanes ¿Quién le dice? en una de esa tenemos suerte y también en la Argentina podemos imponer un sistema en donde la mujer no vaya desnuda por la calle, no forme parte del mundo del trabajo, no sea boxeadora, soldado, barrendera, etc. En donde se castigue a los delincuentes con la horca, en donde no se promueva la homosexualidad ni los distintos destapes, en donde la religión gobierne sobre la política. Ahora si por sostener tal cosa los talibanes son modernos y antitradicionales, bueno entonces también nosotros somos talibanes. Constato por otro lado que Ud que ha comenzado a polemizar conmigo tampoco es tradicional.
Una última pregunta ¿su anonimato es porque imita a los constructores de catedrales góticas o simplemente por cagazo?
Atte. Marcos Ghio
Sr. Marcos, disculpeme la intromision en este debate, pero entre las ventajas que enumera que tiene la mujer en el islam se le olvidan algunas como que está completamente relegada con respecto el hombre, que tiene que salir a la calle cubierta de pies a cabeza, que puede ser lapidada en la plaza publica (como en el viejo testamento)... y un largo etc.
Usted relega lo sagrado a un fanatismo religioso... ¿Usted se dice difusor de la obra de Evola? Evola incluso criticó a Guenon por su "metafisica religiosa" y usted reduce su evolianismo a un fundamentalismo religioso y ademas ajeno a nuestra mentalidad?
Usted no es mas que un deformador de la obra de Evola.
A mi tampoco me interesan las polemicas prolongadas. Ya he dicho lo que tenía que decir. Puede53 contestarme lo que quiera, me es indiferente. Hasta nunca.
Saludos
Estimado constructor de catedrales góticas:
quizás ciertas medidas extremas sean tomadas como un shock ante profundas decadencias. El contraste de la mujer vestida hasta los tobillos (en público y no ante el esposo) lo es frente a la occidental en pelotas respecto de lo cual nos hemos acostumbrado a que suceda y en cambio nos indigna más lo otro. Lo mismo con respecto a la lapidación por el adulterio, muchas veces exagerada y utilizada como excusa para execrar al talibán (recordemos la imagen patética de la joven amputada en su nariz tan difundida por la prensa occidental y de lo cual el talibán nunca se hizo responsable). Las medidas de shock acontecen justamente como un reactivo cuando el caos llega a su culminación, luego las cosas vuelven a su cauce. Es lo mismo que cuando ante un terremoto rige un toque de queda. El burkha y la lapidación son toques de queda ante una sociedad en estado de catástrofe moral.
Y con respecto a lo que dice de Evola le respondo que simplemente me aboco a difundirlo y traducirlo, cada cual es libre de sacar sus propias conclusiones. Respecto del fenómeno del fundamentalismo islámico no tuvo ocasión de conocerlo de cerca ya que murió en 1974, pero sí vio con simpatía al Movimiento de la Hermandad Musulmana que ha sido la matriz verdadera de todas las manifestaciones del mismo. En cuanto al tema central que debatíamos, el relativo a la guerra civil de la década del 70 veo que ha dejado de opinar por lo que tengo que considerar que ha terminado dándome la razón.
Atte. M.G.
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