EVOLÍTICAS III
A las personas que nos han criticado por dedicarle tanto espacio a
figuras como Macías (alias Alcántara) y Resurrección, contestando sus
despliegues dialécticos vertidos en Internet, queremos decir que se trata aquí
también de un capítulo importante en la guerra de civilizaciones que de ninguna
manera podemos eludir. Siguiendo indicaciones precisas del recientemente
fallecido premier Sharon, integrante prominente de una de las principales
expresiones del nacionalismo europeo, conocida como sionismo*, así como los
drones norteamearicanos y las armas químicas rusas intentan destruir a la
principal expresión de la antimodernidad de nuestros tiempos que es el
fundamentalismo islámico, los antes aludidos, con medios diferentes de carácter
doctrinario, se preocupan por demoler la esencia interna del pensamiento
evoliano que es sin lugar a dudas la verdadera alternativa tradicional al
sistema. Esto ya lo hemos demostrado varias veces y con pruebas irrebatibles y
que nunca fueron contestadas por los aludidos quienes, utilizando las artimañas
típicas del sionismo de confundir las cosas, han llevado el debate a un plano
estrictamente personal y psicológico sin evadir utilizar agravios (como
taimado, ruin, mentiroso, etc.) mientras que, como verdaderos sepulcros
blanqueados, nos han estado acusando de hacer lo que ellos efectúan en forma
consuetudinaria, es decir violar las leyes más elementales de la ética.
Pero como no queremos entrar en el juego de esta gente, digamos lo
esencial. El sionismo es una de las máximas expresiones de la humanidad moderna
y crepuscular. Su actitud es reduccionista,
pero a nivel racial, tal como lo que efectúan los antes aludidos. Mientras que
para el primero es el europeo judío
la raza superior a todas y ‘elegida’, y tal cosa se ha demostrado vastamente en
el mismo territorio del Estado de Israel en donde los que no son de tal ‘raza’
están obligados a vivir como ciudadanos de segunda clase, los aquí mencionados
consideran por igual que los que como ellos no son ‘indoeuropeos’, es decir europeos que además de blancos serían
también no judíos, pertenecen a una humanidad inferior en tanto que carecerían
de espiritualidad solar. Este racismo biológico, que nosotros hemos demostrado
en forma contundente y varias veces y que nunca pudieron refutar, acudiendo en
cambio como dijimos a subterfugios dialécticos relativos a la psicología o a la
ética, que por otra parte ellos violan permanentemente, es lo que los equipara
a la expresión sionista a la cual sirven de manera harto evidente. Aunque
debemos reconocer que los procedimientos empleados en los dos casos no son los
mismos, mostrándonos así la multiplicidad de medios de la que dispone nuestro
enemigo. Mientras que Macías convoca abiertamente a luchar en contra del
'terrorismo internacional' enrolándose en las mismas trincheras que Putin
(quien ahora se ha vuelto su preferido), Obama y Netanyahu, utilizando así una
vía que denominaremos positiva, Resurrección en cambio acude a la negativa que
es la de considerar que como esta realidad que vivimos representa una simple
ilusión, no valdría la pena empeñarse ni comprometerse en sus lides. Y al
respecto digamos que, en tanto además ha dicho que lo desgasta mucho debatir
con nosotros, no entendemos por qué se empeña tanto en intervenir en debates y
no se mantiene en cambio en coherencia con sus dichos. Pero lo cierto es que,
salvando esta incongruencia, así como el no compromiso es también una forma de
comprometerse, él también cumple, aunque en un grado menor, con la función de
auxilio del sionismo de evitar que se constituya un bloque tradicional y
antimoderno.
Pero vayamos ahora a contestar las últimas producciones de los aludidos
que como siempre no tienen desperdicio.
1) El
hiperbóreo Macías
Es de destacar que, si bien Macías concuerda con el sionismo
en sus principios y procedimientos mafiosos, sin embargo manifiesta un odio rabioso
hacia todo lo que sea tradición hebraica, que, de paso digámoslo, no fue para
nada así en el maestro Evola quien manifestó expresamente no solamente no tener
nada en contra de los judíos, sino incluso reconoció haber sido influido por la
Cábala y por textos sapienciales de tal religión, del mismo modo que destacó
rasgos abiertamente tradicionales en su historia bíblica, en especial en el
período de los reyes. No es para nada lo que sucede en cambio con el aludido
pseudoevoliano. No podemos dejar de olvidar al respecto un famoso debate que
sostuviéramos tiempo atrás con él en donde era tan obsesivo su antijudaísmo que
aun ahora, luego de haber pasado tantos miles de años, seguía tomando partido
por el gigante Goliat, que al parecer era ario como él, en su combate con el
adolescente David, protestando porque éste no hubiese subido a un ring, como
habría hecho en cambio el aludido ante un desafío similar que le fuera formulado
por el también no ario Muhamad Alí, y hubiese acudido en vez a un arma
prohibida como la honda para salir ganancioso. Por otro lado y posiblemente por
haber recibido una tremenda piña en el aludido combate, esto pueda explicarnos
también que ello haya sido dicho por alguien que más tarde exaltará las
virtudes del líder ‘conservador’ Putin quien como bien sabemos ha tenido la
costumbre de eliminar a sus rivales con armas químicas. Recordemos al respecto,
entre los tantos ejemplos, el gaseamiento de rehenes y secuestradores en el
teatro de Moscú. Cabría preguntarse por qué una honda sí y el gas sarín en
cambio no debe ser prohibido, a no ser que, además de lo acontecido, el odio
hacia los judíos lo enceguezca en modo tal de no ver cómo incurre en la incoherencia
e hipocresía. Esta misma necedad la manifiesta ahora cuando, en ocasión de
haber dicho nosotros en una nota anterior que el hombre adámico de la Biblia
era el equivalente a la raza de los hiperbóreos, ésta es su respuesta indignada.
“equipara lo hiperbóreo
con el edén bíblico…lo cual se las trae, pues mientras lo hiperbóreo (Edad de
Oro) conoce de un tipo humano (o sobrehumano) que ontológicamente es uno con lo
Superior, lo edénico conoce de otro tipo humano (ejemplarizado en Adán) al que
el intento de llegar a la Gnosis de lo Superior (comiendo el fruto del Árbol de
la Vida) le supone el castigo de parte de Yahvé, cargándole el peso del ´pecado
original´ y la expulsión del paraíso. Nos hallamos pues ante un tipo de
Espiritualidad Solar (la hiperbórea) enfrentado a una religiosidad de corte
lunar (la reflejada en el mito del edén bíblico) para la que no cabe más que la
sumisión y el mero fideísmo hacia lo alto.”
Además
de no poder entenderse cómo puede ser que quien es una misma cosa con lo
superior pueda haber decaído, habría que acotar algo más importante. En su afán
por exaltar a la propia raza, que según los dos aquí aludidos sería la superior
a todas, los mismos han hecho una verdadera apologética del factor hiperbóreo
expresado por Evola, por lo cual el mismo se les habría convertido, junto a la
herencia de los arios y los indoeuropeos, en una verdadera idea fija que
expresaría la suma de todas las virtudes, quedando en cambio para los que no
participarían racialmente de ninguna de ellas todos lo males relativos a lo
propio de una infrahumanidad. Al respecto digamos que el tema de los
hiperbóreos en Evola, si bien ocupa un vasto espacio en su obra Rebelión, no deja de ser una hipótesis de investigación y no un dogma religioso,
tal como es asumido en cambio por Macías y su socio. En una nota que nos ha
recordado en su momento Julián Ramírez y ante la cual Resurrección, en uno de
sus habituales arrebatos inquisitoriales, lo ha tachado por ello de
antitradicional, Evola decía respecto del pretendido origen austral y no
hiperbóreo de la humanidad sostenido por Quinton que tal ‘hipótesis’, del mismo
modo que la hiperbórea, no es para nada descartable sino que ‘podría ser
referida a las tradiciones de la Lemuria… lo que se vincula a un ciclo tan
remoto que no puede estar incluido en las presentes investigaciones” (pg. 242).
Es decir, como buen hombre de ciencia Evola no era dogmático como estos
predicadores y admitía la existencia de otras hipótesis diferentes de la suya.
Con el concepto de lo hiperbóreo no ha querido brindarnos una verdad definitiva
y absoluta, la que representa en cambio un salvavidas existencial para M y R.,
sino que ha pretendido expresar así la idea antievolucionista respecto de la
existencia de una humanidad superior a la actual, de carácter inmortal y que, a
causa de una caída o desvío, que también
les aconteciera a los hiperbóreos a pesar de ser 'uno con lo superior', ha
terminado perdiendo tal condición. Esto le ha acontecido por igual tanto al
hombre hiperbóreo boreal como al edénico que tanto repudia el antisemita
Macías. Por último nos preguntamos. ¿Esta exacerbada exaltación de lo
hiperbóreo hasta llegar a convertirlo en un hecho dogmático no es también un
acto de fideísmo similar al 'edénico' que él tanto critica?
2) El
desgastado Resurrección
En su nota de réplica al mismo artículo R. manifiesta
que no quiere debatir con nosotros porque cuando lo hizo ello le ha producido
un terrible desgaste mental. Estamos convencidos de que ha sido así sin lugar a
dudas, y de todo ello no termina nunca de darnos una gran cantidad ejemplos.
Dice que no es él el que deforma la obra de Evola con sus introducciones, sino
que somos nosotros, pero seguidamente agrega que hay una diferencia esencial
entre sus lectores y los nuestros. Entre los suyos se encuentran personas
sumamente avisadas que están en plenas condiciones de corroborar que lo que él
ha dicho es lo mismo que lo que expresó Evola, en cambio entre los nuestros, ya
que recordemos existen diferencias raciales muy notorias, los hay ‘despistados’
que se pueden llegar a confundir. De todos modos, como posiblemente ello sea
porque se estaría viviendo en un plano ilusorio, omite ayudarlos indicándoles
en qué lo hemos deformado. Nosotros, que no somos racistas y que por lo tanto
no consideramos tales diferencias que él señala, pensando que también puede
haber algún despistado entre los suyos, sí podemos puntualmente indicar las
deformaciones efectuadas por R. Vayamos a título ejemplificativo a una de
ellas.
Dice en el prólogo a la obra sobre el Grial: “El
cristianismo fue la punta de lanza de una oleada “asiatizante” (con lo que nos quiere hacer pensar por las
comillas que es un término usado por Evola)
ligada en el mejor de los casos
a la Luz del sur…”
Es decir que habría sido una cosa muy mala y, de haber
sido el peor de los casos, incluso infrahumana.
Dice en cambio Evola en tal obra: “El cristianismo…
volvió a vivificar (en los pueblos bárbaros) el sentimiento genérico de una
trascendencia, de un orden sobrenatural”. Es decir, salvo que tal cosa haya
sido algo malo, tal como manifestara su verdadero maestro, Rosenberg, no fue la
punta de lanza de ninguna oleada ‘asiatizante’ de decadencia.
Una vez aclarado este punto de su nota originaria, en
donde queda palpablemente demostrada su actividad deformadora, Resurrección,
que había dicho que no iba a debatir con nosotros por el desgaste antes
mentado, insiste sin embargo con un nuevo escrito aun más agresivo y repleto de
descalificaciones personales, posiblemente porque haya querido con ello demostrarnos
todo el daño que le hemos producido y del que estaríamos hasta dispuestos a
disculparnos.
Rezonga porque lo hayamos criticado por haber
tijereteado a su conveniencia un texto de Evola haciéndolo terminar en forma
abrupta con un punto, cuando había en verdad una coma, puesta ex profeso para
dar lugar seguidamente a una aclaración respecto de lo dicho. Considera en
cambio que exigirle reproducir el texto en su totalidad sería tomarlo por
idiota. Al respecto habría que decir aquí dos cosas: que en todo caso tal queja
se la tendría que hacer a Evola por haber querido ser demasiado redundante
menoscabando así su capacidad intelectual, y no a quien se ha remitido tan sólo
a citarlo sin mutilaciones. Que puede ser que en aquel entonces –y estamos
hablando de cosas acontecidas hace 73 años- el aludido hubiese tenido lectores
muy sonsos que no se daban cuenta, tal como realmente sucedía en muchos casos,
que una cosa era la herencia física y otra muy distinta la espiritual. Que ser
ario era remitirse a una tradición más que milenaria y que no era suficiente
con ser blanco de piel y no tener ascendencia judía, tal como entonces se
pensaba en ciertos ambientes. Sin embargo para nuestra sorpresa y una vez más
le tenemos que dar la razón a Evola por haber escrito tal especificación que R.
nos ha omitido, el aludido insiste en hablarnos de la superioridad de la raza
europea sobre las restantes por haber tenido en vía directa una herencia aria,
pero no dice nada ni de las originadas en el hombre de Neardenthal y otras animalescas
también presentes en su componente, ni del hecho aun más puntual de que, a
pesar de tales orígenes divinos, nunca la humanidad ha padecido tantas
destrucciones como desde cuando tal raza ha tomado la primacía.
Por último, ante nuestra acotación anterior en el
sentido de que Evola no había dicho nunca que para ser buddhista hubiese que
ser de raza aria, como en cambio nos manifiesta el aludido, se nos excusa de
ello diciendo que lo ha tomado de la traducción de Grijalbo que ha leído.
Acotemos que la misma es posterior a la nuestra y que no hemos tenido ocasión
de leerla por lo que no podemos saber si es verdad que haya dicho tal cosa.
Pero para evitar cualquier duda al respecto paso a reproducir el texto
italiano* en donde se expresa puntualmente lo que yo digo acotándole, en tanto
sabemos que no maneja tal lengua, que la palabra uomo en italiano quiere decir hombre y no ario o indoeuropeo. Si
esto fue en cambio deformado por la edición de Grijalbo queda exculpado
totalmente y esperemos que con esto lo hayamos podido ayudar a superar su
tremendo surmenage.
- Uno de los grandes aciertos del ex
premier iraní Ahmadinejad fue habernos recordado que el sionismo, más que
un fenómeno propiamente judío, es una expresión propiamente europea
producto de su exacerbado nacionalismo, lo cual fue incluso reconocido por
el mismo Hertzl en sus escritos fundacionales.
·
“Per aspirare al risveglio è necessario essere uomo”.
Marcos Ghio
30/01/14
2 comentarios:
¡qué paciencia Marcos! Esta gente no tiene honestidad intelectual, que necesidad hay de enfrascarse en interpretaciones a las que el autor nunca suscribió, en todo caso que se busquen alguno que si este de acuerdo con sus interpretaciones. Finalmente, creo que Évola no entra en el cánon de Serrano o los seguidores de Nimrod de Rosario - que increíblemente se ha propagado como un virus por internet en la última década- donde lo mágico y mitológico irrumpen en la realidad de una manera caprichosa e infantil sin ningún filtro crítico.
Reconozco que tengo mucha paciencia con esta gente, pero hay ciertas cosas que no se pueden soslayar especialmente cuando se violan códigos elementales. Con respecto a esas personas que menciona, sé que el tal Nimrod se llama Moyano, eso también responde al estado de cataclismo que se vive. Tales escritores representan el fenómeno del New Age, de una espiritualidad invertida y formulada a un alcance de superficialidad. En este caso es un New Age para consumo de una cierta derecha.
Publicar un comentario