jueves, 30 de enero de 2014

EVOLÍTICAS  III



A las personas que nos han criticado por dedicarle tanto espacio a figuras como Macías (alias Alcántara) y Resurrección, contestando sus despliegues dialécticos vertidos en Internet, queremos decir que se trata aquí también de un capítulo importante en la guerra de civilizaciones que de ninguna manera podemos eludir. Siguiendo indicaciones precisas del recientemente fallecido premier Sharon, integrante prominente de una de las principales expresiones del nacionalismo europeo, conocida como sionismo*, así como los drones norteamearicanos y las armas químicas rusas intentan destruir a la principal expresión de la antimodernidad de nuestros tiempos que es el fundamentalismo islámico, los antes aludidos, con medios diferentes de carácter doctrinario, se preocupan por demoler la esencia interna del pensamiento evoliano que es sin lugar a dudas la verdadera alternativa tradicional al sistema. Esto ya lo hemos demostrado varias veces y con pruebas irrebatibles y que nunca fueron contestadas por los aludidos quienes, utilizando las artimañas típicas del sionismo de confundir las cosas, han llevado el debate a un plano estrictamente personal y psicológico sin evadir utilizar agravios (como taimado, ruin, mentiroso, etc.) mientras que, como verdaderos sepulcros blanqueados, nos han estado acusando de hacer lo que ellos efectúan en forma consuetudinaria, es decir violar las leyes más elementales de la ética.
Pero como no queremos entrar en el juego de esta gente, digamos lo esencial. El sionismo es una de las máximas expresiones de la humanidad moderna y crepuscular. Su actitud es reduccionista, pero a nivel racial, tal como lo que efectúan los antes aludidos. Mientras que para el primero es el europeo judío la raza superior a todas y ‘elegida’, y tal cosa se ha demostrado vastamente en el mismo territorio del Estado de Israel en donde los que no son de tal ‘raza’ están obligados a vivir como ciudadanos de segunda clase, los aquí mencionados consideran por igual que los que como ellos no son ‘indoeuropeos’, es decir europeos que además de blancos serían también no judíos, pertenecen a una humanidad inferior en tanto que carecerían de espiritualidad solar. Este racismo biológico, que nosotros hemos demostrado en forma contundente y varias veces y que nunca pudieron refutar, acudiendo en cambio como dijimos a subterfugios dialécticos relativos a la psicología o a la ética, que por otra parte ellos violan permanentemente, es lo que los equipara a la expresión sionista a la cual sirven de manera harto evidente. Aunque debemos reconocer que los procedimientos empleados en los dos casos no son los mismos, mostrándonos así la multiplicidad de medios de la que dispone nuestro enemigo. Mientras que Macías convoca abiertamente a luchar en contra del 'terrorismo internacional' enrolándose en las mismas trincheras que Putin (quien ahora se ha vuelto su preferido), Obama y Netanyahu, utilizando así una vía que denominaremos positiva, Resurrección en cambio acude a la negativa que es la de considerar que como esta realidad que vivimos representa una simple ilusión, no valdría la pena empeñarse ni comprometerse en sus lides. Y al respecto digamos que, en tanto además ha dicho que lo desgasta mucho debatir con nosotros, no entendemos por qué se empeña tanto en intervenir en debates y no se mantiene en cambio en coherencia con sus dichos. Pero lo cierto es que, salvando esta incongruencia, así como el no compromiso es también una forma de comprometerse, él también cumple, aunque en un grado menor, con la función de auxilio del sionismo de evitar que se constituya un bloque tradicional y antimoderno.
Pero vayamos ahora a contestar las últimas producciones de los aludidos que como siempre no tienen desperdicio.

1)    El hiperbóreo Macías

Es de destacar que, si bien Macías concuerda con el sionismo en sus principios y procedimientos mafiosos, sin embargo manifiesta un odio rabioso hacia todo lo que sea tradición hebraica, que, de paso digámoslo, no fue para nada así en el maestro Evola quien manifestó expresamente no solamente no tener nada en contra de los judíos, sino incluso reconoció haber sido influido por la Cábala y por textos sapienciales de tal religión, del mismo modo que destacó rasgos abiertamente tradicionales en su historia bíblica, en especial en el período de los reyes. No es para nada lo que sucede en cambio con el aludido pseudoevoliano. No podemos dejar de olvidar al respecto un famoso debate que sostuviéramos tiempo atrás con él en donde era tan obsesivo su antijudaísmo que aun ahora, luego de haber pasado tantos miles de años, seguía tomando partido por el gigante Goliat, que al parecer era ario como él, en su combate con el adolescente David, protestando porque éste no hubiese subido a un ring, como habría hecho en cambio el aludido ante un desafío similar que le fuera formulado por el también no ario Muhamad Alí, y hubiese acudido en vez a un arma prohibida como la honda para salir ganancioso. Por otro lado y posiblemente por haber recibido una tremenda piña en el aludido combate, esto pueda explicarnos también que ello haya sido dicho por alguien que más tarde exaltará las virtudes del líder ‘conservador’ Putin quien como bien sabemos ha tenido la costumbre de eliminar a sus rivales con armas químicas. Recordemos al respecto, entre los tantos ejemplos, el gaseamiento de rehenes y secuestradores en el teatro de Moscú. Cabría preguntarse por qué una honda sí y el gas sarín en cambio no debe ser prohibido, a no ser que, además de lo acontecido, el odio hacia los judíos lo enceguezca en modo tal de no ver cómo incurre en la incoherencia e hipocresía. Esta misma necedad la manifiesta ahora cuando, en ocasión de haber dicho nosotros en una nota anterior que el hombre adámico de la Biblia era el equivalente a la raza de los hiperbóreos, ésta es su respuesta indignada.
equipara lo hiperbóreo con el edén bíblico…lo cual se las trae, pues mientras lo hiperbóreo (Edad de Oro) conoce de un tipo humano (o sobrehumano) que ontológicamente es uno con lo Superior, lo edénico conoce de otro tipo humano (ejemplarizado en Adán) al que el intento de llegar a la Gnosis de lo Superior (comiendo el fruto del Árbol de la Vida) le supone el castigo de parte de Yahvé, cargándole el peso del ´pecado original´ y la expulsión del paraíso. Nos hallamos pues ante un tipo de Espiritualidad Solar (la hiperbórea) enfrentado a una religiosidad de corte lunar (la reflejada en el mito del edén bíblico) para la que no cabe más que la sumisión y el mero fideísmo hacia lo alto.”
Además de no poder entenderse cómo puede ser que quien es una misma cosa con lo superior pueda haber decaído, habría que acotar algo más importante. En su afán por exaltar a la propia raza, que según los dos aquí aludidos sería la superior a todas, los mismos han hecho una verdadera apologética del factor hiperbóreo expresado por Evola, por lo cual el mismo se les habría convertido, junto a la herencia de los arios y los indoeuropeos, en una verdadera idea fija que expresaría la suma de todas las virtudes, quedando en cambio para los que no participarían racialmente de ninguna de ellas todos lo males relativos a lo propio de una infrahumanidad. Al respecto digamos que el tema de los hiperbóreos en Evola, si bien ocupa un vasto espacio en su obra Rebelión, no deja de ser una hipótesis de investigación y no un dogma religioso, tal como es asumido en cambio por Macías y su socio. En una nota que nos ha recordado en su momento Julián Ramírez y ante la cual Resurrección, en uno de sus habituales arrebatos inquisitoriales, lo ha tachado por ello de antitradicional, Evola decía respecto del pretendido origen austral y no hiperbóreo de la humanidad sostenido por Quinton que tal ‘hipótesis’, del mismo modo que la hiperbórea, no es para nada descartable sino que ‘podría ser referida a las tradiciones de la Lemuria… lo que se vincula a un ciclo tan remoto que no puede estar incluido en las presentes investigaciones” (pg. 242). Es decir, como buen hombre de ciencia Evola no era dogmático como estos predicadores y admitía la existencia de otras hipótesis diferentes de la suya. Con el concepto de lo hiperbóreo no ha querido brindarnos una verdad definitiva y absoluta, la que representa en cambio un salvavidas existencial para M y R., sino que ha pretendido expresar así la idea antievolucionista respecto de la existencia de una humanidad superior a la actual, de carácter inmortal y que, a causa de una caída o desvío, que también les aconteciera a los hiperbóreos a pesar de ser 'uno con lo superior', ha terminado perdiendo tal condición. Esto le ha acontecido por igual tanto al hombre hiperbóreo boreal como al edénico que tanto repudia el antisemita Macías. Por último nos preguntamos. ¿Esta exacerbada exaltación de lo hiperbóreo hasta llegar a convertirlo en un hecho dogmático no es también un acto de fideísmo similar al 'edénico' que él tanto critica?

2)    El desgastado Resurrección

En su nota de réplica al mismo artículo R. manifiesta que no quiere debatir con nosotros porque cuando lo hizo ello le ha producido un terrible desgaste mental. Estamos convencidos de que ha sido así sin lugar a dudas, y de todo ello no termina nunca de darnos una gran cantidad ejemplos. Dice que no es él el que deforma la obra de Evola con sus introducciones, sino que somos nosotros, pero seguidamente agrega que hay una diferencia esencial entre sus lectores y los nuestros. Entre los suyos se encuentran personas sumamente avisadas que están en plenas condiciones de corroborar que lo que él ha dicho es lo mismo que lo que expresó Evola, en cambio entre los nuestros, ya que recordemos existen diferencias raciales muy notorias, los hay ‘despistados’ que se pueden llegar a confundir. De todos modos, como posiblemente ello sea porque se estaría viviendo en un plano ilusorio, omite ayudarlos indicándoles en qué lo hemos deformado. Nosotros, que no somos racistas y que por lo tanto no consideramos tales diferencias que él señala, pensando que también puede haber algún despistado entre los suyos, sí podemos puntualmente indicar las deformaciones efectuadas por R. Vayamos a título ejemplificativo a una de ellas.
Dice en el prólogo a la obra sobre el Grial: “El cristianismo fue la punta de lanza de una oleada “asiatizante” (con lo que nos quiere hacer pensar por las comillas que es un término usado por Evola)  ligada en el mejor de los casos a la Luz del sur…”
Es decir que habría sido una cosa muy mala y, de haber sido el peor de los casos, incluso infrahumana.
Dice en cambio Evola en tal obra: “El cristianismo… volvió a vivificar (en los pueblos bárbaros) el sentimiento genérico de una trascendencia, de un orden sobrenatural”. Es decir, salvo que tal cosa haya sido algo malo, tal como manifestara su verdadero maestro, Rosenberg, no fue la punta de lanza de ninguna oleada ‘asiatizante’ de decadencia.
Una vez aclarado este punto de su nota originaria, en donde queda palpablemente demostrada su actividad deformadora, Resurrección, que había dicho que no iba a debatir con nosotros por el desgaste antes mentado, insiste sin embargo con un nuevo escrito aun más agresivo y repleto de descalificaciones personales, posiblemente porque haya querido con ello demostrarnos todo el daño que le hemos producido y del que estaríamos hasta dispuestos a disculparnos.
Rezonga porque lo hayamos criticado por haber tijereteado a su conveniencia un texto de Evola haciéndolo terminar en forma abrupta con un punto, cuando había en verdad una coma, puesta ex profeso para dar lugar seguidamente a una aclaración respecto de lo dicho. Considera en cambio que exigirle reproducir el texto en su totalidad sería tomarlo por idiota. Al respecto habría que decir aquí dos cosas: que en todo caso tal queja se la tendría que hacer a Evola por haber querido ser demasiado redundante menoscabando así su capacidad intelectual, y no a quien se ha remitido tan sólo a citarlo sin mutilaciones. Que puede ser que en aquel entonces –y estamos hablando de cosas acontecidas hace 73 años- el aludido hubiese tenido lectores muy sonsos que no se daban cuenta, tal como realmente sucedía en muchos casos, que una cosa era la herencia física y otra muy distinta la espiritual. Que ser ario era remitirse a una tradición más que milenaria y que no era suficiente con ser blanco de piel y no tener ascendencia judía, tal como entonces se pensaba en ciertos ambientes. Sin embargo para nuestra sorpresa y una vez más le tenemos que dar la razón a Evola por haber escrito tal especificación que R. nos ha omitido, el aludido insiste en hablarnos de la superioridad de la raza europea sobre las restantes por haber tenido en vía directa una herencia aria, pero no dice nada ni de las originadas en el hombre de Neardenthal y otras animalescas también presentes en su componente, ni del hecho aun más puntual de que, a pesar de tales orígenes divinos, nunca la humanidad ha padecido tantas destrucciones como desde cuando tal raza ha tomado la primacía.
Por último, ante nuestra acotación anterior en el sentido de que Evola no había dicho nunca que para ser buddhista hubiese que ser de raza aria, como en cambio nos manifiesta el aludido, se nos excusa de ello diciendo que lo ha tomado de la traducción de Grijalbo que ha leído. Acotemos que la misma es posterior a la nuestra y que no hemos tenido ocasión de leerla por lo que no podemos saber si es verdad que haya dicho tal cosa. Pero para evitar cualquier duda al respecto paso a reproducir el texto italiano* en donde se expresa puntualmente lo que yo digo acotándole, en tanto sabemos que no maneja tal lengua, que la palabra uomo en italiano quiere decir hombre y no ario o indoeuropeo. Si esto fue en cambio deformado por la edición de Grijalbo queda exculpado totalmente y esperemos que con esto lo hayamos podido ayudar a superar su tremendo surmenage.

  • Uno de los grandes aciertos del ex premier iraní Ahmadinejad fue habernos recordado que el sionismo, más que un fenómeno propiamente judío, es una expresión propiamente europea producto de su exacerbado nacionalismo, lo cual fue incluso reconocido por el mismo Hertzl en sus escritos fundacionales.
·         Per aspirare al risveglio è necessario essere uomo”.

Marcos Ghio

30/01/14

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡qué paciencia Marcos! Esta gente no tiene honestidad intelectual, que necesidad hay de enfrascarse en interpretaciones a las que el autor nunca suscribió, en todo caso que se busquen alguno que si este de acuerdo con sus interpretaciones. Finalmente, creo que Évola no entra en el cánon de Serrano o los seguidores de Nimrod de Rosario - que increíblemente se ha propagado como un virus por internet en la última década- donde lo mágico y mitológico irrumpen en la realidad de una manera caprichosa e infantil sin ningún filtro crítico.

centro evoliano de américa dijo...

Reconozco que tengo mucha paciencia con esta gente, pero hay ciertas cosas que no se pueden soslayar especialmente cuando se violan códigos elementales. Con respecto a esas personas que menciona, sé que el tal Nimrod se llama Moyano, eso también responde al estado de cataclismo que se vive. Tales escritores representan el fenómeno del New Age, de una espiritualidad invertida y formulada a un alcance de superficialidad. En este caso es un New Age para consumo de una cierta derecha.