jueves, 15 de abril de 2010

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE UNA NUEVA NOTA DEL SEÑOR GRAZIANI

NOTA ACLARATORIA

Como resultado de nuestra anterior réplica a su nota sobre Rusia en el siglo XXI, Tiberio Graziani envió una nueva nota a la página de Tsunami Político explicando que la misma había sido escrita hace exactamente un año por lo que de esta manera quería explicarnos las razones de sus inexactitudes, sin embargo le agrega otra reciente de hace unos días en la que aparecen otras mucho más groseras que pasaremos a reseñar.


El Sr. Graziani se ha dado cuenta de que los argentinos no comemos vidrio por lo que ha tratado ahora de enmendarnos el error que cometiera anteayer al enviarnos un material desactualizado con un año de antigüedad en el que se cometían innumerables imprecisiones como las que hiciéramos notar oportunamente en nuestra anterior réplica. Hoy, tras comprobar que los argentinos estamos informados de lo que pasa en el mundo, nos envía un texto más actual. Sin embargo no por ello deja de cometer muchos de los errores que le achacáramos en el anterior. Debemos acotar al respecto que lo que diferencia a éste del texto del año pasado es que ahora han cesado los efusivos entusiasmos y optimismos que para su causa le suscitaba el actual régimen del tándem Putin-Medvedyev redactando una nota que pretende a primera vista ser más moderada aunque lamentablemente (para él) no lo logra. Por ejemplo si antes nos decía que Rusia se había erguido como una barrera de contención de la Otan, ahora, a la luz de los últimos acontecimientos, nos habla de un ‘partenariado Rusia-Otan’ en el cual no es que el ex régimen bolchevique se ha unido con los norteamericanos para hacer frente a su enemigo común, el fundamentalismo islámico, sino que la participación rusa en la Otan es para ‘contener el dispositivo militar atlántico’. Es decir, no solamente nosotros comeríamos vidrio, sino al parecer los mismos norteamericanos que habrían invitado a Rusia a integrase a la Otan para ser contenidos.
Digamos que el término ‘contención’ para referirse a los logros de su ídolo Putin aparece en todas partes. Sigue insistiendo en que habría ‘contenido los impulsos secesionistas’ de Chechenia, a pesar de que es público y notorio, reconocido hasta por el mismo gobierno ruso, que su política en tal región ha fracasado abiertamente. La gran diferencia entre el régimen de Putin y el anterior de Yeltsin es que si antes se hablaba solamente de secesionismo chechenio, hoy el movimiento se ha expandido también a Dagestán, a Ingushetia y en el día de ayer también a las provincias confederadas de Balkaria, Kabarda y Karachai en donde en un ataque certero fue muerto su jefe policial. Es decir que ahora con Putin cada día que pasa nos enteramos de que hay un nuevo Estado que se quiere separar de Rusia.
Pero en esta última nota agrega Graziani unas perlas realmente imperdibles. Por supuesto que él continúa desarrollando acá también su esquema geopolítico por el cual los únicos sujetos de la historia son las naciones y que a su vez es la geografía y no la manera de pensar que se tenga lo que determina el modo de ser de éstas. Por ejemplo no es que los EEUU se hayan convertido en una potencia imperialista porque en tal país primó desde su misma fundación un protestantismo mesiánico que diera cabida a su actual sionismo expansionista, sino que es su condición marítima ‘lo que le impone los comportamientos colonialistas’. Nos preguntamos al respecto por qué la Argentina o Chile o Brasil que son también países marítimos no han desarrollado tales comportamientos.
Pero la perla viene ahora. Según él hay tres tipos de países, los hegemónicos entre los cuales ubica a EEUU, Rusia, China y la India (¿), los subordinados y los emergentes que serían aquellos que se han independizado respecto de los anteriores y quieren ocupar un lugar en la política internacional y entre éstos ubica a los países de la América meridional, entre los cuales se encuentra especialmente la Argentina de Kirchner. Dejando por un momento la Venezuela de Chávez, respecto de la cual bien sabemos que si bien sostiene un antiimperialismo norteamericano éste es puramente verborrágico, ya que les vende petróleo, realmente habría que preguntarse cuáles serían las políticas de este gobierno que lo ubican como enfrentado a los EEUU. Casualmente en el día de ayer, tras la reunión de nuestra presidenta con su par Obama, ha quedado absolutamente en claro el total y pleno apoyo que se le brinda a tal potencia.
Pero más absurdo todavía es que Graziani, para el cual obviamente en tanto no se trata de un Estado el fundamentalismo islámico no existe, cuando se refiere a la crisis que hoy viven los EEUU nos habla de un ‘impasse militar en el teatro afgano’ (la palabra talibán o Al Qaeda no aparece una sola vez en su discurso) que no sería tan grave como en cambio la ‘pérdida de control de vastas porciones de América meridional’. Es decir que Chávez y Cristina les habrían causado mucho más daño a los norteamericanos que el movimiento talibán. Por lo cual el fundamentalismo no estaría derrotando hoy en día a los EEUU y a sus aliados de la Otan, entre los cuales se encuentra también su partenaire Rusia, sino que se estaría viviendo solamente una impasse ya que la modernidad de la cual todos estos países participan con seguridad va a terminar ganando la partida.
Graziani termina su nota con una expresión de deseos, a diferencia de la anterior de un año atrás en la que daba por descontado que Putin iba a restaurar la Unión Soviética haciendo frente a los EEUU. Invita a su mentor a que lo apoye a Irán en su programa atómico. Lamentablemente tampoco en esto ni la potencia hegemónica rusa ni la China le han hecho caso. Han condenado al régimen iraní conminándolo a que suspenda su programa nuclear y han firmado un tratado para hacer frente todos juntos a un mismo enemigo, del cual por supuesto el pobre Graziani ni siquiera le dedica una línea, el fundamentalismo islámico.
Por último no podemos menos que manifestar nuestro profundo desagrado por el calificativo que nos dedica a todos los que somos de esta región. Nos llama América indiolatina. Queremos contestarle que nosotros no somos ni indios ni latinos, somos simplemente americanos del sur. El término latino fue utilizado por los yanquis para diferenciarnos de ellos que se reputaban como los auténticos americanos. En Europa suele decirse América para denominar a la sigla EEUU. Ellos no tienen el monopolio de ese término, forman parte de la región norte de un mismo continente. Menos aun somos indio americanos, término utilizado con una connotación descalificatoria hacia nuestro período colonial que reivindicamos. No casualmente el movimiento guerrillero marxista de nuestro país se calificaba a sí mismo como indoamericano.

Marcos Ghio
14/04/10

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