REFLEXIONES SOBRE
LA ORDEN (segunda
parte)
La Orden es una élite, pero no una élite
cualquiera, no es un grupo que persigue objetivos limitados al beneficio
personal de sus miembros, ni a la defensa de intereses materiales, ni
privilegios de ningún tipo. La Orden está al servicio de la Idea superior de la
Tradición.
La Orden es aristocrática y como es una
palabra que ha sido devaluada por la confusión semántica de nuestros días y en
forma intencional tanto por el liberalismo como por el marxismo, cabe hacer las
debidas aclaraciones. Conforme a su origen etimológico, aristocracia significa
el gobierno de los mejores por su nivel espiritual, su heroicidad y por su
capacidad de sacrificio activo. Fue una
forma de gobierno de todas las sociedades
tradicionales, y está magistralmente desarrollada por Platón en “Politeia” (lo
que en nuestro idioma se llama “ República”, término tan manoseado en nuestros
días por liberales. progresistas y marxistas). La ignorancia y mala fe de toda
esta gente pretende asimilarla a
“oligarquía” que es todo lo contrario.
“Oligarquía” es el gobierno de unos pocos fundado en la posesión de
bienes materiales, en el dinero y en la defensa de privilegios, y siendo
precisamente la “sacrosanta” democracia la que abre camino a la oligarquía, tal
como lo vemos en el orden mundial que se trata de imponer. Aristocracia es todo lo contrario, es
situarse por sobre la falsa opción de “pueblo” versus “oligarquía”, disyuntiva
a la que son afectos cuanto demagogo y politiquero anda suelto. En nombre del
pueblo, que es sujeto pasivo e incapaz de autogobernarse, gobiernan
verdaderamente las oligarquías, que de tanto en tanto, y ante el descrédito de
los politiqueros, dan un “golpecito”, y vuelta a empezar.
Nótese que en todos los golpes militares
habidos en nuestro desgraciado
continente siempre se prometió restaurar la democracia, y se cumplió, tal como
lo demuestra la historia.
Estamos verdaderamente en un círculo
vicioso y si bien ahora no hay golpes militares, se logra el mismo efecto con elecciones
y con el descomunal manejo de los medios de comunicación, ayudado todo ello por
la corrupción que parece haberse instalado a sus anchas, no solamente en los
gobiernos, sino también en el pueblo. La putrefacción comenzó por la cabeza y
ahora invade todo el cuerpo social.
No se trata entonces de reiterar siempre lo
mismo, y en todos los casos respetando el poder mundial de la usura y las
finanzas. En nuestro país, la Argentina, por ejemplo, la renta financiera no
paga ningún impuesto, que por otra parte sí se
gravan a los consumos más elementales y necesarios, como ser los
alimentos.
Una Orden aristocrática, guerrera y heroica
se impone como una necesidad, y a esta altura por razones de supervivencia de la humanidad.
Ortega y Gasset, criticando el dicho de
que la política es el arte de lo posible, decía con razón. que “ la política es
el arte de hacer posible lo necesario”.
San Carlos de
Bariloche, 24 de junio del 2013.
JULIÁN RAMÍREZ.
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