viernes, 28 de junio de 2013

REFLEXIONES  SOBRE  LA  ORDEN    (segunda parte)

     La Orden es una élite, pero no una élite cualquiera, no es un grupo que persigue objetivos limitados al beneficio personal de sus miembros, ni a la defensa de intereses materiales, ni privilegios de ningún tipo. La Orden está al servicio de la Idea superior de la Tradición.
    La Orden es aristocrática y como es una palabra que ha sido devaluada por la confusión semántica de nuestros días y en forma intencional tanto por el liberalismo como por el marxismo, cabe hacer las debidas aclaraciones. Conforme a su origen etimológico, aristocracia significa el gobierno de los mejores por su nivel espiritual, su heroicidad y por su capacidad de sacrificio activo.  Fue una forma  de gobierno de todas las sociedades tradicionales, y está magistralmente desarrollada por Platón en “Politeia” (lo que en nuestro idioma se llama “ República”, término tan manoseado en nuestros días por liberales. progresistas y marxistas). La ignorancia y mala fe de toda esta gente pretende asimilarla a  “oligarquía” que es todo lo contrario.  “Oligarquía” es el gobierno de unos pocos fundado en la posesión de bienes materiales, en el dinero y en la defensa de privilegios, y siendo precisamente la “sacrosanta” democracia la que abre camino a la oligarquía, tal como lo vemos en el orden mundial que se trata de imponer.  Aristocracia es todo lo contrario, es situarse por sobre la falsa opción de “pueblo” versus “oligarquía”, disyuntiva a la que son afectos cuanto demagogo y politiquero anda suelto. En nombre del pueblo, que es sujeto pasivo e incapaz de autogobernarse, gobiernan verdaderamente las oligarquías, que de tanto en tanto, y ante el descrédito de los politiqueros, dan un “golpecito”, y vuelta a empezar.
    Nótese que en todos los golpes militares habidos  en nuestro desgraciado continente siempre se prometió restaurar la democracia, y se cumplió, tal como lo demuestra la historia.
     Estamos verdaderamente en un círculo vicioso y si bien ahora no hay golpes militares, se logra el mismo efecto con elecciones y con el descomunal manejo de los medios de comunicación, ayudado todo ello por la corrupción que parece haberse instalado a sus anchas, no solamente en los gobiernos, sino también en el pueblo. La putrefacción comenzó por la cabeza y ahora invade todo el cuerpo social.
    No se trata entonces de reiterar siempre lo mismo, y en todos los casos respetando el poder mundial de la usura y las finanzas. En nuestro país, la Argentina, por ejemplo, la renta financiera no paga ningún impuesto, que por otra parte sí se  gravan a los consumos más elementales y necesarios, como ser los alimentos.
    Una Orden aristocrática, guerrera y heroica se impone como una necesidad, y a esta altura por razones de supervivencia   de la humanidad.
     Ortega y Gasset, criticando el dicho de que la política es el arte de lo posible, decía con razón. que “ la política es el arte de hacer posible lo necesario”.

San Carlos de Bariloche, 24 de junio del 2013.

JULIÁN  RAMÍREZ.
   
       


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