LA GUERRA
NUESTRA Y LA
DE LOS OTROS
En su tratado “ De la guerra” que fue libro
prácticamente obligatorio en las academias militares durante el siglo XIX y
hasta la primer guerra mundial, Clausewitz, militar prusiano, define a la
guerra como el conjunto de las acciones que se llevan a cabo para doblegar la
voluntad del enemigo. Lo hace desde un punto de vista racionalista y técnico.
Pero desde el punto de vista tradicional las cosas son totalmente
distintas. Se distingue entre la gran guerra santa y la pequeña guerra santa.
La primera es la que se libra contra el enemigo interior, la segunda contra el
enemigo exterior. En la gran guerra santa el hombre debe doblegar a las fuerzas
inferiores que anidan en él. Y es la más difícil. La otra, la pequeña guerra
santa aunque parezca lo contrario, es la más fácil. Ahora bien, como nos
lo expresa Evola ambas se vinculan, y éstas
son sus palabras: “La gran guerra santa se vincula a la pequeña guerra santa
así como el alma lo hace con el cuerpo, y es fundamental para la comprensión de
la ascesis heroica o vía de la acción, comprender la situación en la que las
dos cosas se convierten en una sola, convirtiéndose la pequeña guerra santa en
el medio gracias al cual se actualiza la gran guerra santa, y viceversa…”
Esto es fundamental para comprender la esencia de las guerras actuales.
Por un lado la yihad de los
fundamentalistas islámicos, es decir la unidad del cuerpo y el alma, de las dos
guerras, la grande y la pequeña. Por el lado de los modernos una guerra
corporal, física, material, tecnológica, desprovista de alma y de espíritu. Y esta es la superioridad de la guerra santa,
cuenta con armas invencibles porque el espíritu es superior y la voluntad de
quienes lo llevan no puede ser doblegada.
¿Conoce alguien a persona alguna que en estos
tiempos ofrenda su vida o esté dispuesta a hacerlo invocando la constitución, la democracia o los derechos humanos?
Por ese motivo fracasarán las tentativas yanquis de organizar ejércitos
mercenarios como están haciendo en Irak y Afganistán después de 12 años de
guerra. Únicamente les quedará la fuerza bruta de la tecnología como son los
drones, pero ésa también será vencida. Napoleón que entendía mucho de
cuestiones bélicas dijo: “ En el mundo hay dos fuerzas, la espiritual y la
material; a la larga la primera vence a la segunda.”
Llamemos también la atención sobre la gran hipocresía del mundo moderno.
Mientras se predica la paz por parte de EE.UU, Unión Europea. Rusia, China,
Naciones Unidas, cristianos, liberales, marxistas, el Papa y muchos otros sin exceptuar
las manadas de políticos quienes en cada rebuzno nos hablan de paz y
democracia, todos ellos hacen un frente común contra los únicos guerreros que
hoy sostienen la causa de la Tradición.
Y un párrafo sobre los movimientos
identitarios y pseudos evolianos que asoman en Europa. Adoptan la peor de las posiciones: miran
hacia otro lado, como el ñandú, ave
corredora de nuestras pampas, que cuando tiene miedo, esconde la cabeza bajo
tierra, así no ve ni oye.
San Carlos de Bariloche, 6 de agosto del
2013.
JULIÁN
RAMÍREZ
Profesor Ghío:
ResponderEliminarsi le es posible, ¿podría comentar el escrito del enlace de abajo, tomado de un sitio católico? ¿es correcta la diferenciación que se hace sobre el concepto de casta en occidente y en la India?
http://caminante-wanderer.blogspot.com.ar/2013/08/nobleza.html