lunes, 30 de septiembre de 2013

GHIO: LAS ESCUPIDAS DEL VIEJO VIZCACHA

CENTRO EVOLIANO DE AMÉRICA

TÉCNICAS DE GUERRA OCULTA

LAS ESCUPIDAS DEL VIEJO VIZCACHA


El viejo Vizcacha es un personaje famoso del Martín Fierro, el poema nacional de la Argentina, y representa a un anciano pícaro quien, en una circunstancia, para quedarse con un asado que efectuaban unos paisanos en el campo, lo escupe, convirtiéndolo así en incomestible para éstos, aunque no para sí mismo.
Pensamos al respecto que con seguridad los frustrados comensales de tal afrenta, si bien no lo dice el Martín Fierro, luego de este hecho lamentable, no volvieron nunca más a invitar al aludido a asado alguno. Pero esto, que pertenece al sentido común, no es en cambio lo que acontece hoy en día en la realidad en donde presenciamos paradojalmente cómo el procedimiento del viejo Vizcacha es una táctica usual empleada en forma recurrente por aquella entidad promotora del orden moderno en el cual nos encontramos viviendo, por lo cual cualquier hecho o causa noble e interesante, en tanto es escupida por éste, se convierte sin más en una cosa descartable como el mal habido asado de los paisanos del campo, aunque lo más grave y absurdo del caso es que, a diferencia de éstos, la mayoría, luego de haber descartado el asado, vuelve a invitarlo nuevamente a un evento similar permitiéndole así volver a escupir siempre de manera habitual y consuetudinaria.
Los ejemplos de ello son abundantes. Sin ir demasiado lejos en el  tiempo recordemos cómo, luego de haberse producido un atentado exitoso un famoso 11 de septiembre, que puso por primera vez en jaque la seguridad de los habitantes del tal sistema en sus principales ciudades, de manera casi inmediata se produjo la escupida por parte de éste en el momento en que se sembró la famosa doctrina del montaje consistente en convencernos de que el mismo había sido inducido con la finalidad de ocupar el mundo entero y someterlo a un régimen de tremendos controles, puesto que, así como nadie más puede comerse el asado que ha sido escupido, no existe en el planeta poder alguno que le pueda producir nunca daño de importancia. En modo tal que aun hoy en día, luego de que se produjeran derrotas resonantes por parte de ese poder en Irak y Afganistán, en tanto se cree todavía en la famosa escupida de Vizcacha, se piensa que, en tanto el asado efectuado por los talibanes o por los militantes de Al Qaeda se ha convertido en incomestible, no estaríamos entonces dispuestos a consumirlo como los antes aludidos paisanos.
Y esto también lo vemos en la guerra civil en Siria. ¿De qué manera se puede favorecer a un bando y perjudicar a otro? En este caso Vizcacha, que pueden ser aquí tanto EEUU como Israel, produce su letal escupida denostando a aquel a quien en el fondo estima y por el contrario simulando un apoyo al que en cambio pretende perjudicar. EEUU nunca condenó formalmente a los rebeldes, sino que por el contrario simuló apoyarlos y hasta los invitó a lanzarse al combate, pero sin brindarle otra ayuda que no fuera la verbal, en cambio el bando denostado recibió todas los auxilios posibles en el campo militar. Y aparte, para convertirlo en ‘antiimperialista’, lo amenazó con incesantes ataques y bombardeos que nunca ha efectuado. Y la misma cosa sucedió con Irán al que por 20 años amenazaron con invadir, pero hoy ya se sabe que ello no va a suceder luego de que se han hecho públicas las negociaciones, que antes fueran secretas, entre los gobernantes. La escupida dio nuevamente resultado en este caso pues los ‘antisistema’, así como antes se la pasaron exhibiendo sagacidades respecto de los montajes habidos un 11S, ahora en cambio lo hicieron alertando todo el tiempo sobre eventuales bombardeos e invasiones a Siria e Irán, las que, en tanto no fueron nunca ni son los verdaderos enemigos, nunca sucedieron y en cambio hicieron un silencio absoluto respecto de los bombardeos e invasiones reales que se efectúan a diario en otros países en contra de la organización que verdaderamente los combate, como en Pakistán, Yemen, Somalia, Malí, etc. y hasta han llegado a atribuirle a ésta los motes más descalificadores como ‘mercenarios’ o ‘agentes’ del mismo enemigo que los combate y asesina. Tal como vemos, en este mundo del nuevo Martín Fierro, Vizcacha puede seguir consumiendo todos los asados que desee.
Pero hoy, si bien ya resulta demasiado notorio este procedimiento, todavía hay muchos que continúan actuando con una ingenuidad peor que la de los aludidos paisanos del relato. Y esto lo hallamos en un hecho similar respecto de un tema tan sustancial como el ecológico. La ecología bien sabemos que es una ciencia que ha surgido y tomado impulso a partir de un hecho real e irrebatible cual ha sido los tremendos daños producidos al medio ambiente por parte de un mundo totalmente volcado hacia el consumo y la producción ilimitada de bienes. Demás está resaltar aquí el estado de verdadera hecatombe que estamos viviendo y que con seguridad, de no hacerse nada al respecto, como en verdad se percibe a diario, nuestras generaciones subsiguientes y en un lapso bastante breve, sufrirán las consecuencias de todo ello. Desde el punto de vista de un pensamiento alternativo y tradicional, las banderas del ecologismo son absolutamente rescatables y deberían ser parte esencial de nuestro bagaje de consignas programáticas. Si bien podamos no compartir  muchas de las posturas de ciertos movimientos ecologistas que pretenden solamente subsanar los efectos y no remontarse a las causas reales del problema, para nosotros sería suficiente aquí con decir que el planeta se derrumba porque es el sistema moderno el que lo está haciendo. Que un orden que lo ha basado todo en la economía y la materia no puede en manera alguna resolver ni siquiera esta dimensión inferior, pues negando la trascendencia y lo espiritual, todo se convierte en caótico e inhabitable. Desde tal perspectiva todas las protestas que hoy realizan grupos del estilo de Greenpeace u otros que han sufrido represiones reales por parte del sistema, como el caso de los activistas hoy presos en Rusia por haber pretendido invadir una plataforma petrolífera que contaminaba las aguas del Ártico, que es uno de los principales reservorios de agua dulce del planeta, deben recibir nuestro más absoluto apoyo, brindando además las orientaciones adecuadas demostrando que todo este mal que se vive es la consecuencia de un mundo decadente y consumista cuyas causas reales vienen de lejos. Pero henos aquí que ni siquiera en esto Vizcacha se queda quieto, a sabiendas una vez más de que hay paisanos lo suficientemente cándidos capaces de dejarse escupir siempre el asado. Ha bastado con que la empresa Rockefeller o algún otro gran capitalista financiara a los movimientos ecologistas, o que esto le sucediera a Rusia, que según los montajistas escupidos sería el tremendo enemigo que tienen los EEUU, el cual contamina por igual el planeta, para que enseguida esta causa pasara a convertirse sin más en una cosa descartable y hasta repudiable como el famoso asado del pícaro anciano. Y para esto y no abundar demasiado en detalles remito al respecto al ‘debate’ surgido en el diario Clarín de Buenos Aires http://www.clarin.com/sociedad/Rusia-preventiva-Camila-Speziale-Greenpeace_0_1000100345.html    en ocasión de haberme atrevido a manifestar mi apoyo a los activistas hoy presos y enjaulados en Rusia por el aludido hecho. No faltó al respecto quien alegara un pretendido pasado o presente nazi por parte de mi persona, lo cual si bien no es cierto, por lo menos puede servir como un anticipo de lo que puede llegar a venir. Así como el Sr. Putin ha acusado de fascistas a los fundamentalistas islámicos por el simple hecho de querer un mundo fundado en Dios y no en la economía, no sería de extrañar que en poco tiempo también se recuerde el componente ecologista que tenía el nazismo en donde su principal líder, además de vegetariano, era amante de la naturaleza y de los animales. En fin, tal como vemos, es una característica actual de nuestros tiempos el tener que estar padeciendo los efluvios interminables de las escupidas del viejo Vizcacha.

Marcos Ghio
30/08/13


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