METAFÍSICA DEL
ODIO Y LA
MUERTE DE PRIEBKE
Con motivo de la muerte del
ex capitán de las SS Erich Priebke se han suscitado diversas reacciones que nos
han llevado a reflexionar sobre el tema. No vamos a considerar su vida y sus
acciones cosas bastantes conocidas por loe lectores. Simplemente diremos que
residió durante más de cuarenta años en mi ciudad de San Carlos de Bariloche,
en la Patagonia Argentina y lo conocí como vecino que no se escondía y hacía
una vida pública común; en ocasiones que mantuve algunas breves charlas con él me pareció una
persona de firmes convicciones.
Pero es el caso que la
Argentina por boca de su ministro de relaciones exteriores, el sionista Héctor
Timerman, ha prohibido el ingreso de sus restos a nuestro país, lugar en que se
encuentra la tumba de su esposa. Por su parte autoridades italianas y el Vaticano
a través de la curia romana han prohibido su entierro en Roma y la propia
Alemania rechaza su inhumación allí. Demás está decir la actitud de entidades
judías tanto de la Argentina como de Italia, igual actitud de rechazo se
expresa a través de personas y entidades de varios otros países. Ahora bien, ¿a
qué se debe este rechazo, es solamente por el temor a que la tumba se
transforme en un lugar de peregrinación de nazis nostálgicos?
Creemos qu hay mucho más y
debemos calar en profundidad y muy hondo para acercarnos a la verdad: se trata
de un odio de carácter metafísico, insondable, no humano, que desde un punto de
vista religioso sería satánico. Del odio de que nos habla Emanuel Malinski en
su excelente obra “La guerra Oculta”. Julius Evola tratando el tema de la guerra oculta nos dice
que hay que presentir su accionar cuando dos más tres no dan como resultado
cinco, sino siete o diez.
Se intenta privar de la tumba
a un militar fiel a su patria que cumplió órdenes de sus superiores. Los mismos
códigos militares dicen que deben ser enterrados con dignidad los enemigos y
por lo contrario aquí vemos un ensañamiento de seres poseídos por fuerzas
inferiores a las humanas. Se trata pues de un odio sin límites, un odio
metafísico e insondable que se cuela por todos los vericuetos del tejido
social.
Ese odio a los cadáveres ha
tenido muchas expresiones. En nuestro país un poeta liberal y masón dijo del gran
gobernante don Juan Manuel de Rosas, fallecido en el exilio en 1877: “Ni el polvo de tus huesos la América
tendrá”. Tuvieron que pasar 113 años antes que sus restos descansaran en la
Argentina.
Y en un caso más reciente
los yanquis hicieron desaparecer en el mar el cadáver de Osama Bin Laden. Es
que muchos restos humanos asumen el carácter de símbolos y los que fueron sus enemigos no
pueden soportarlos ni enterrados ni cremados siquiera.
Recordamos también el caso
de los ejecutados en Nuremberg: los cuerpos fueron cremados y arrojadas sus
cenizas en una cloaca.
Tenemos que conocer a fondo
a nuestros enemigos, es la primera condición para derrotarlos. Serán
implacables con nosotros, seamos nosotros implacables con ellos.
San Carlos de Bariloche, 15 de octubre del 2013.
JULIÁN RAMÍREZ
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