lunes, 7 de abril de 2014

RAMÍREZ: PUTIN NO ES METTERNICH

 PUTIN  NO  ES  METTERNICH



    

  Metternich ( 1773-1859) fue el canciller del Imperio Austríaco entre 1821y 1848.  Su política se caracterizó por una constante e inclaudicable vocación de buscar la unidad de Europa en los fundamentos de la Tradición y en contra de las tendencias revolucionarias, democráticas, liberales y masónicas que se desarrollaban en Europa a partir de la revolución francesa.  Buscaba la unidad en base a lo superior, a la gran política fundándola en valores superiores a lo meramente contingente, por encima de nacionalismos, racismos e intereses materiales y mezquinos, incluso contra los intereses de su propio país. Fue el alma mater del tratado de la Santa Alianza de 1815 que procuró la unidad de las monarquías contra el frente de la subversión. Si bien todo esto fracasó en virtud de la debilidad y de las concesiones de algunas monarquías, la figura y el ejemplo de Metternich se alzan como arquetipo del político tradicional que comprendió cabalmente que frente al mundo moderno no cabe sino un frente tradicional sin concesiones y sin compromisos, sin estrechos nacionalismos, sin exaltar etnias ni razas, sin mezquinos intereses geopolíticos ni económicos, aferrándose a lo esencial y pasando a segundo plano lo contingente.
     Todo esto viene a cuento porque en Rusia ha aparecido el señor Putin que pretende llevar adelante un movimiento que llama euroasiático con fundamentos en la geopolítica subordinando a ella todo lo demás, es decir, se funda en la materialidad de la geografía  y en su determinismo para sustentar una política mundial. Pero Putin tiene un dilecto asesor que expresa muy claramente los objetivos putinescos de su jefe; nos referimos a Alexandre Dugin.
     De una entrevista con el periodista Manuel Ochsenreiter publicada en la internet el 29-01-2014 hemos extraído algunas frases de Dugin que ilustran sobre algunos aspectos del proyecto euroasiático.
     Dice Dugin: “Rusia es una democracia liberal. Vea la constitución rusa. Tenemos un sistema electoral democrático, un parlamento que funciona, un sistema de libre mercado.”
     Más adelante califica a Ucrania como país artificial dividido entre dos sectores, y así se refiere al sector occidental de ese país: “Esta identidad está basada en un completo rechazo de cualquier idea pan-eslava junto con Rusia.
Los rusos son vistos como un enemigo existencial. Ellos odian a los rusos, a la cultura rusa, y por supuesto a la política rusa. Kiev es la capital de una entidad artificial…los neonazis son los más violentos…” Y agrega exaltando la geopolítica: “ La geopolítica es la dominante en Egipto, Siria,   Libia , el Cáucaso..”
     Como botón de muestra es suficiente. Dugin se confiesa democrático cuando la democracia es la peor forma de gobierno y una fuerza totalmente antitradicional. Reprocha a los ucranianos de la parte occidental de su país el rechazar cualquier idea pan-eslava junto a Rusia, es decir predica un racismo eslavófilo asumiendo la antigua política zarista que consideraba al Zar como el protector de los pueblos eslavos. ¿Qué les espera a los que no son eslavos?       
      Considera a la geopolítica como factor dominante en abierta contradicción con el espíritu tradicional para quien la supremacía corresponde a lo que es más que la materia y la geografía.
     El dúo Putin-Dugin es totalmente lo opuesto de lo que fue Matternich. Detrás de la Cuarta Teoría Política y de la geopolítica se esconde el más crudo nacionalismo ruso como una falsa alternativa moderna  que concita la admiración de muchos idiotas útiles.

San Carlos de Bariloche, 1º de Abril del 2014.

JULIÁN  RAMÍREZ



No hay comentarios:

Publicar un comentario