ESTAMOS EN
GAZA
Estamos inmersos en una vorágine de acontecimientos que se suceden a
diario a escala mundial y en diversos lugares, y el ojo avisor y profundo puede
advertir, más allá de lo manifestado, visible y superficial, el drama de la
guerra de civilizaciones. Somos privilegiados al poder asistir en estos
momentos de la historia al ya incontrastable enfrentamiento entre el espíritu
tradicional y el mundo moderno, aunque muchos obcecados dominados por lo
económico, lo geopolítico, por ideologías naturalistas y por intereses
materiales se nieguen a reconocer.
El
acontecimiento más reciente en esta guerra lo constituye la agresión del estado
prostituto de Israel contra la franja de Gaza, y así lo calificamos puesto que
es un mantenido del imperialismo yanqui.
Gaza es un pequeño territorio de apenas 360 kilómetros
cuadrados con una población de alrededor de un millón y medio de habitantes.
Contra esta pequeña porción del mundo se ha estrellado la maquinaria bélica
sionista con todo su poderío militar y tecnológico, mientras las grandes
potencias, la O.N.U., la Liga Árabe, la
Unión Europea, el Vaticano y muchos otros no saben más que llorar
hipócritamente por la paz, y decimos “ hipócritamente” porque desean el triunfo
del estado prostituto y la derrota de la franja de Gaza.
Es
doctrina tradicional que detrás de las fuerzas materiales actúan en acto
fuerzas invisibles y por eso hemos titulado a esta nota con el título “Estamos
en Gaza” puesto que el espíritu no tiene límites de espacio, de distancia, ni de poder,
y sopla donde quiere. Por eso desde este limitado espacio en el extremo
sur del planeta nos proyectamos a Gaza y estamos junto a sus heroicos guerreros
islamistas aunque tengamos otra religión, otro idioma y otra cultura. No
tenemos el privilegio de tener las armas en la mano, pero sabemos que los
límites del cuerpo son una ficción y que la voluntad del hombre que sabe lo que
quiere es la fuerza más poderosa del universo.
Cada
baja que se cause al enemigo sionista es de vital importancia porque se trata
de un enemigo que defiende únicamente bienes materiales y tiene a su propia
vida como el bien más preciado; totalmente distinta es la perspectiva del
combatiente fundamentalista islámico para quien la verdadera vida se concreta
después de una muerte heroica.
San Carlos de Bariloche, 22 de julio del
2014.
JULIÁN RAMÍREZ
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