DE LA TRAGEDIA A
LA COMEDIA
Alguien dijo con razón que la historia se repite siempre, siendo la
primera vez bajo la forma de tragedia y la segunda, puesto que se trata de una
circunstancia de imitación y reiterativa, bajo la de la comedia.
En el período histórico que abarca entre 1933 y 1945, el comunismo ruso
denostó virulentamente al nazismo alemán calificándolo como un agente del
capitalismo en su fase más agresiva de expansión universal y lo consideró por
lo tanto como un instrumento más del mismo sistema que lo tenía también a los
EEUU como su exponente. Más tarde cuando las circunstancias bélicas llevaron a
que Rusia y EEUU se encontraran en una misma trinchera luchando en contra de un
enemigo común que resultó el tan denostado nazismo, el bolchevismo no se
resignó para nada en su aparato propagandístico a reputarse a sí mismo como
parte de un mismo proceso en el cual junto a los capitalistas norteamericanos e
ingleses representaba una simple faceta. Manifestó en cambio que todo era el
producto de las ‘contradicciones dialécticas del sistema’ y que si Alemania era
combatida como un enemigo por parte de un sector del capitalismo, en el fondo,
en tanto no se le había impedido avanzar en la conquista de territorio de la
‘gloriosa Unión Soviética’, habría así actuado en connivencia con éste en la
finalidad última de debilitarla y destruirla. Es decir que, a pesar de que la
realidad demostraba una evidencia en contrario, la propaganda bolchevique
persistía en decirnos que EEUU y Alemania en el fondo eran lo mismo y que su
fin era expandirse, a partir de un simulado conflicto entre ellos, para
terminar con la única dictadura del proletariado existente en el planeta. La
realidad por supuesto demostró todo lo contrario, que Rusia y EEUU, tras ganar
conjuntamente la guerra e incluso permitiendo este último su expansión por
media Europa, demostraron de tal forma cómo eran lo mismo en lo esencial; pero aun
con tales evidencias ello no fue suficiente como para hacer entender a los
crédulos que existen en abundancia en el planeta que Rusia no es el gran
enemigo de los EEUU y que son metafísicamente iguales en su materialismo, tal
como con razón proclamara Heidegger en pleno período bélico. Y esto se demostró
más tarde en el hecho mismo de la desaparición por lo anacrónico del sistema de
la dictadura del proletariado cuando la misma crepitó y terminó desintegrándose
con la simple caída de un muro y de una en nada violenta manifestación popular,
contrastante todo ello con las verdaderas masacres, matanzas y demoliciones a
las cuales fuera sometido el nazismo alemán con la finalidad de hacerlo
desaparecer.
Los tiempos pasan pero, tal como decimos, la estupidez y credulidad siguen
vivas aunque los protagonistas puedan ser diferentes. Hoy en día el nazismo ya
no es más europeo, sino islámico. Ya lo calificó así el ex presidente Bush al
denominarlo como el ‘fascismo islámico’ al cual hay que combatir con todos los
medios al alcance, incluso los propagandísticos. Y nuevamente se acude a los
mismos procedimientos de siempre. Está la opinión pública ‘imperialista’ que
cree en los EEUU, pero está también la ‘antiimperialista’ que mientras que ayer
exaltaba a la ‘gloriosa Unión Soviética’ hoy en cambio cree en la más fantasmal
y menos tangible Eurasia, en razón justamente de la segunda etapa que vivimos de
comedia y decadencia. Es decir una vez más se trata de Rusia pero con un nuevo
ropaje, aunque con la misma nomenklatura. A las dos opiniones públicas se las
convence de nuevo con discursos distintos pero similares en sus fines. En los
dos casos se dice que hay que combatir hasta el final al fascismo, esta vez el islámico,
hoy representado por dos organizaciones temibles para ellos, que son Al Qaeda y
el Isis. Pero nuevamente la justificación no es la misma en ambos casos. En el
de los imperialistas pronorteamericanos, se trata una vez más de la lucha de la
democracia contra la antidemocracia, de los defensores derechos humanos y del
bien universal contra los seres irracionales y bestiales que los niegan, y en
el de los remozados euroasiáticos se trata como siempre de la lucha entre el
imperialismo y el antiimperialismo que a diferencia de antes hoy se exhibe con argumentos
distintos de los de la defensa de los ‘intereses históricos del proletariado y
el socialismo’, en razón de los fracasos estrepitosos anteriores y de los
nuevos tiempos. Tal como antes, se dice que el fascismo, si bien en la
superficie confronta con el capitalismo democrático, en el fondo está al
servicio del mismo. Se acude incluso para ello a sugestivas y fantasiosas
teorías del montaje en razón de los nuevos tiempos cibernéticos que hoy se
viven, por las cuales en realidad, si bien el fundamentalismo islámico
contrasta con los EEUU, en el fondo finge hacerlo para con esa excusa destruir
a los regímenes antes llamados ‘progresistas’ y hoy ‘nacionales’ que le
pondrían a los yanquis terribles obstáculos para dominar al planeta. Se llega
incluso a decir como entonces que así como Alemania al invadir a Rusia y
destruir su capacidad productiva favorecía en el fondo a los EEUU, dejando una
tierra arrasada fácilmente conquistable, ahora pasaría lo mismo con el Isis
pues, al ocupar las instalaciones petroleras de Siria e Irak y por tal causa al
producir actos de represalia por parte de los norteamericanos, en el fondo lo
que éstos habrían buscado sería destruir también la capacidad productiva de esas
naciones ‘antiimperialistas’. Esta imbecilidad se complementa también con el
hecho de que ahora sin tapujo alguno se llega a decir que en realidad quienes
forman parte del fundamentalismo son agentes encubiertos del sistema enemigo,
causando verdadera sorpresa y dejando boquiabiertos al constatar cómo tales
‘agentes’ se inmolan en combate o son torturados y asesinados por los mismos
que los contratan. La diferencia con la propaganda ‘antiimperialista’ actual y
la de la época de Stalin es que éste nunca se atrevió a decir que Hitler fuera
un agente de los norteamericanos*, en cambio en la actualidad se llega a decir,
sin que se les frunza el ceño, que Bin Laden y Bagdadi reciben o recibieron un
sustancioso sueldo de la CIA
o del sionismo. Pero esta verdadera comedia se completa al constatar que hoy
hay nazis abiertos y confesos que se hacen eco de tal publicidad. Personas como
Adrián Salbuchi** en la
Argentina , redactor permanente de la Agencia de noticias rusa
RT, en un reciente artículo que no tiene desperdicio por lo delirante convoca
con tales argumentos a combatir al Isis con todos los medios a nuestro alcance.
Es decir que en nombre de un pretendido antiimperialismo hace lo mismo que los
imperialistas. Tal como ayer Rusia y los EEUU combaten contra un mismo enemigo,
el fascismo, pero utilizando una vez más argumentos diferentes pero, en razón
de que estamos en tiempo de comedia, acuden esta vez a nazis para sus fines de
propaganda.
·
De todos
modos ha circulado muchas veces la información de que Hitler era un agente de
los judíos ya que al haberlos combatido con vigor les permitió luego
victimizarse y terminar constituyendo el Estado de Israel. Más allá de que no
sabemos aun si tal entidad terminará realmente favoreciendo los intereses
históricos del judaísmo o por el contrario, tal como dicen varios ortodoxos, lo
perjudicará aun más generando nuevos resentimientos en su contra y persecuciones
en un futuro, consideramos sustancialmente errada tal aseveración. Que la
derrota del líder alemán haya favorecido los intereses del sionismo no quiere
decir en manera alguna que éste haya sido su agente. Las dos acciones pueden
perfectamente haber acontecido en manera independiente la una de la otra. Es el
mismo argumento que se utilizó para decir que como EEUU, tras los atentados del
11S, invadió Afganistán y luego también Irak entonces Bin Laden, que pergeñó
tal hecho, habría sido un agente de los mismos.
·
En honor
a la verdad y puesto que el Sr. Salbuchi se nos ha quejado por todas las notas
que le hemos dedicado descuidando a otros, debemos decir que no es el único
nazi o de una postura afín que se ha declarado como un ferviente seguidor de
los rusos y de sus sortilegios propagandísticos. En América tenemos también a
revistas como Ciudad de los Césares
que están en la misma perspectiva y en Europa a personas como Mutti y hoy
también a Alain de Benoist que se han manifestado como sostenedores de Eurasia
hasta haber llegado a considerarla como el sustituto de Occidente. Por lo cual
se trata de un fenómeno muy extendido, aunque el caso de Salbuchi no deja de
ser pintoresco. Resulta ser que el mismo se ha declarado como un fanático
adversario del gobierno kirchnerista en la Argentina , pero a su vez él trabaja en una
agencia de noticias rusa que ha sido puesta en el aire por la televisión
oficial adicta a tal régimen. El periodista Lanata en su momento hizo notar con
mucha razón tal incongruencia, pero Salbuchi, en vez de explicar tal situación,
quiso aprovechar la circunstancia de haber alcanzado alguna notoriedad para
desafiar al aludido a un debate. El mismo con toda razón se negó a hacerlo pues
antes de ello Salbuchi tenía que explicar lo que se le requería, cosa que nunca
hizo.
Marcos Ghio
24/11/14
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