lunes, 15 de febrero de 2016

GHIO: CIRILO Y FRANCISQUITO

CRÓNICA DE PAYASOS
CIRILO Y FRANCISQUITO

                  También estuvo el papa Francisco

Los tiempos terminales en que vivimos nos brindan una serie de hipérboles informativas las que, mientras que en la generalidad producen situaciones colectivas de asombro cuando no de fervorosa adhesión, en cualquier época mínimamente normal hubieran causado en cambio verdaderas carcajadas por lo grotesco. Acabamos de enterarnos al respecto que el papa Bergoglio, quien funge ante la opinión pública atontada como un verdadero revolucionario en materia de fe y religión, se ha reunido en La Habana con el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el obispo Cirilo, en donde, siempre según los habituales desinformativos, se habría establecido el primer diálogo tras casi mil años (el último habría sido en 1054) de desencuentros entre las dos iglesias separadas trágicamente por motivos tan banales para tal opinión formada como el origen de la Tercera Persona Divina, el Espíritu Santo, que para católicos emana del Padre y del Hijo, de allí el filioquismo, y en cambio para los ortodoxos lo haría sólo del primero, de allí el solus Pater. Pues bien, digamos primeramente que suponer que sea ésta como otras esenciales cuestiones de fe pudiesen ser resueltas en una de las principales capitales del ateísmo, como es la aun hoy Cuba comunista, ingresa abiertamente en la tomada de pelo. El segundo error a aclarar es que no es cierto que se haya tratado de una reunión entre las dos iglesias pues el obispo Cirilo ni siquiera representa a la totalidad de la rama rusa de la ortodoxa, una de las tantas en que se ha dividido dicha religión, sin hablar por supuesto de la otra  de mayor prestigio y tradición que es la griega bizantina. A su vez debe agregarse que Cirilo es un abierto representante de Putin que continúa con una tradición inaugurada en el comunismo desde la época de Stalin: la de contar con una iglesia adicta que permita proyectar hacia el Estado, en este caso el bolchevique, el fervor religioso propio de tal colectividad a fin de favorecerlo en su prestigio. Este fenómeno de utilización de tal factor por parte del poder político es antiquísimo en la historia de la religión cristiana y es conocido como el cesaropapismo. Se trata en este caso de un Estado ateo que, en vez de perseguir a la religión como sucede habitualmente en tales casos, la confisca para sí y utiliza en provecho propio reservando las persecuciones, las que suelen ser muy feroces, en cambio tan sólo a aquellos sectores de la misma que no les resultan adictos y respecto de los cuales en Rusia especialmente hay una verdadera iglesia de las catacumbas que combate silenciosamente y desde décadas a la tiranía comunista y hoy putiniana. Existen al respecto vergonzosas imágenes públicas del obispo Cirilo rindiendo homenajes cuasireligiosos a la figura del asesino Putin. A su vez no es verdad que en casi mil años no se haya reunido jamás un representante de algún sector de la ortodoxia rusa con el jefe del catolicismo. Sin ir muy lejos en la historia deben recordarse una serie de encuentros frecuentes efectuados durante la década del 50 del pasado siglo entre el anterior papa Pío XII y el representante principal de la iglesia ortodoxa rusa en el exilio en la cual se pusiera en claro nítidamente el grado de persecución religiosa existente bajo la tiranía comunista y el repudio pertinente a la pseudo iglesia oficial amparada por Stalin.
Resulta curioso y debe encuadrarse en el marco del actual aggiornamento de la iglesia católica que hoy en cambio el encuentro se efectúe con la iglesia ortodoxa representante del régimen de Moscú en la colonia comunista cubana y no, tal como hiciera en su momento el anterior papa, en Roma y con un exponente de la auténtica, es decir de aquella que mantiene la independencia y contraste ante el Estado bolchevique.
Pero hay un motivo adicional que nos permite calificar a esta reunión a todas luces como payasesca. Resulta ser que en el mismo momento en que la misma se efectuaba, en la ciudad de Ginebra en Suiza, los representantes de las 23 principales naciones incriminadas en la guerra civil siria no lograban llegar a un acuerdo sobre la manera en que tienen que confrontar contra el principal enemigo que les quita el sueño, es decir el fundamentalismo islámico, en sus dos principales expresiones, el ISIS y Al Qaeda en sus distintas denominaciones. Al respecto es de recordar que dos son las tácticas opuestas que se quieren implementar. O la lucha pasa por sacar del medio a quien se reputa como la causa principal de que hoy el fundamentalismo prospere, en este caso el gobierno tiránico de Assad, o por el contrario la misma se lleva a cabo fortaleciéndolo al considerarlo, en razón de su perseverancia y falta de escrúpulos en contra de dicho enemigo, como la mejor garantía para hacer frente al problema. Esto recuerda la situación latinoamericana cuando se trataba de confrontar en el siglo pasado con el enemigo al cual se reputaba como el principal. En algunos casos se decía que era el gobierno militar fuerte con sus acciones represivas el que lograba desbaratar al marxismo, pero otros en cambio decían que tales represiones por el contrario daban excusas a los representantes de dicha ideología para prosperar y encontrar prosélitos. Lo ideal era en cambio la democracia que le quitaba al marxismo motivos para ser violento y hasta podía convertir a sus representantes en pacíficos y participativos. Esta segunda táctica es la que ha triunfado ahora con las distintas democracias coloniales que hoy tenemos en América en donde marxistas y liberales participan por igual y solidariamente de un mismo sistema de opresión. En el caso de Siria aquí el que defiende al gobierno fuerte de mano dura, como es Assad, es Rusia y su socio regional Irán, en cambio los que apuestan por un gobierno democrático son los EEUU, Europa y sus aliados regionales como Arabia Saudita y Turquía. Y esta desinteligencia táctica, a pesar de la coincidencia esencial en combatir ambos al mismo enemigo, ha llevado a los dos principales protagonistas a confrontar duramente entre sí terminando por favorecer al que se quiere combatir. En tanto Rusia defiende a Assad se ha dado el caso de que terminara bombardeando a los rebeldes moderados y democráticos y esto ha hecho que los EEUU la acusaran de estar así beneficiando al Estado Islámico al quitarle del medio una fuerza que compitiera con ella en la lucha en contra del déspota sirio. Un argumento similar es dado por los rusos quienes afirman que los EEUU son los que han organizado al Isis para terminar con el gobierno de Assad que es el único que puede hacer frente al fundamentalismo en manera eficaz.
Ha sido para poner paños fríos a este conflicto que los dos representantes ‘religiosos’ de ambas potencias, la occidental y la oriental, se han reunido en Cuba en donde quedó en claro que, lejos de debatirse cuestiones religiosas milenarias, el acuerdo principal versó sobre un llamado conjunto a unir fuerzas en contra del fundamentalismo islámico con la excusa de que estaría produciendo una gran matanza de cristianos. Lo cual resulta paradojal desde cualquier punto de vista que se lo mire. En primer lugar porque no se ha dicho ni una sola palabra respecto del genocidio verdadero que los gobiernos que los patrocinan, sea el ruso como el yanqui, efectúan respecto del pueblo sirio, incluyendo entre éstos a muchos cristianos, el cual en cuanto a cantidad de civiles muertos por distintos bombardeos ya alcanza los 200 mil. Y la segunda paradoja es que tal protesta por la muerte de cristianos sea hecha justamente en el lugar en donde se produjo una de las peores persecuciones que sufriera el catolicismo en el siglo XX (1), sin por supuesto hacer alusión alguna a tal cosa. Pero amén de lo grotesco de tal reunión, la que solamente puede conmover a un periodismo muy ingenuo o de parte, como el que tanto abunda en nuestros días, la realidad es que descreemos que pueda salir de allí algo más importante que una mera y declamatoria declaración. Suponer que quien ha sido incapaz de impedir que en una nación preeminentemente católica se aprobase la ley de matrimonio homosexual promovida por un patán como Kirchner cuando era diputado y Bergoglio arzobispo de Buenos Aires, pueda ahora lograr constituir un frente en contra del Estado Islámico, ingresa al terreno de la fantasía y burla (2). Pero en fin, recordemos que vivimos en el continente en donde se inventó la literatura fantástica; no es de extrañar entonces que sea aquí donde se produzcan las cosas más inverosímiles.

(1) Sobre el tema de las matanzas de cristianos bajo el régimen cubano aun no se ha escrito una obra precisa sobre el tema. Nos queda sin embargo el muy valioso testimonio de Huber Matos, antiguo colaborador de Fidel Castro en la revolución de Sierra Maestra que fuera condenado a 20 años de prisión, quien relatara haber escuchado y visto incalculables casos de presos que eran fusilados al grito de ‘Viva Cristo Rey’. Recordemos, para evitar suspicacias, que Matos era masón y no especialmente simpatizante de la causa católica. Puede verse al respecto su autobiografía ‘Cómo llegó la noche’.

(2) Es de recordar cómo el proceso que llevó a la aprobación de tal ley por parte del parlamento argentino ingresa abiertamente en el terreno de lo ridículo, digno también de la literatura aquí mentada. Resulta ser que nadie, salvo la comunidad gay y un pequeño grupo de diputados izquierdistas quería esa ley, pero sucedió que quien en ese entonces se desempeñaba como jefe de bancada de los diputados del gobierno, el ex presidente Kirchner, cuando gobernaba su esposa, se enteró de que desde sectores de la Iglesia se decía que era manejado por su mujer. Como el aludido era una persona sumamente pendiente de la opinión ajena, quiso darles una gran lección y puso a la totalidad de los diputados de su bloque a favor de esa nueva ley. Ante esta situación la Iglesia de Bergoglio tuvo la oportunidad de evitarla juntando firmas para la realización de un plebiscito que habría bochado vastamente tal iniciativa debido a que entre la comunidad era repudiada masivamente. Pero lo gracioso, cuando no dramático del tema, fue que simultáneamente con decirse que el pueblo no estaba capacitado para opinar sobre cuestiones tan complejas como lo relativo a la diversidad sexual (es decir, un buen sofisma para evitar una segura derrota electoral que en cambio no se aplica cuando las encuestas dan a favor), se manifestó que en tal caso solicitarían también que la comunidad votara si el Estado tiene que seguir subvencionando a la iglesia católica. A tal respecto la consigna habría sido: ‘más hospitales y escuelas y menos curas’, lo que habría producido un éxito lo mismo de seguro que el del antes aludido plebiscito, ya que un pueblo, que habría sido esta vez idóneo en temas relativos a la existencia de lo trascendente aunque no en cuestiones de homosexuales, resolvería por lo primero. Ante este grave peligro fue que Bergoglio renunció al pedido de plebiscito y terminó aceptando la ley.

Marcos Ghio

14/02/16

3 comentarios:

  1. literato aficionado17 de febrero de 2016, 11:10

    Estimado: cuando dice "literatura fantástica", ¿no está queriendo en realidad decir "realismo mágico"?.

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  2. Querido lector: creo que a lo que Ghio se referia como "realismo fantástico" le caía adecuadamente. No soy literato, ni linguista, pero me doy cuenta de que la situación apuntada era "real", en el sentido de que los payasos estaban en el circo, pero era también "fantástica", porque se trataba de fantasmas de uma realidade ilusória o solo real para otros fantasmas como ellos. Una fantasia en la que ellos mismos no creen porque la saben arquitectada de uma mentira. Se trata del mundo sublunar, más abajo de lo simplemente natural y humano.
    Al "realismo mágico" lo entiendo como uma posibilidad potencial y superior en el hombre que le permitiria "Ver" la Realidad en su esencia sobrenatural y sobrehumana, Mágica.
    Saludos a todos

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  3. Fidel, está de monaguillo?
    Outro saludo para todos.

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