OLIMPÍADAS : SE ACELERA LA CAÍDA DE LA MODERNIDAD
En estos días los medios de
comunicación nos bombardean con informaciones acerca de los juegos olímpicos. Y
esto no es una casualidad, los medios de comunicación se han transformado en un
gigantesto aparato de imbecilización de las masas, manejados por centrales al
servicio del llamado "establishment" mundial palabra que oculta su
verdadera denominación: oligarquía financiera y usurera que está logrando
establece un gobierno a escala universal.
Estamos en presencia de un
gigantesco lavado de cerebros para que las mentes estén ocupadas en banales
espectáculos, que en estos días son los juegos olímpicos, y cuando ellos hayan
pasado serán otros acontecimientos deportivos, recitales musicales, como se
llama hoy día a la cacofonía moderna, telenovelas.Ennuestropaís negocian las
transmisiones por TV del fútbol profesional, disputa entre el mismo gobierno nacional,
los clubes y empresas nacionales y extranjeras. El objetivo está claro:
destruir la capacidad de crítica y de análisis y tener ocupada la atención
sometiendo a los individuos a un torbellino de imágenes provenientes del mundo
exterior, tratando que se olviden de problemas mucho más acuciantes.
Con los modernos juegos
olímpicos, se ha logrado una gran inversión de polaridad. En su origen en
Grecia, en el siglo VIII A.C., esos juegos tenían un sentido religioso, eran
celebrados en honor de los dioses. En esa sociedad tradicional toda actividad,
en última instancia, estaba orientada hacia lo alto y lo trascendente, y desde
lo alto informaba la vida diaria. Esos juegos eran organizados por el Estado y
por los colegios sacerdotales, y tenían una profunda influencia tal como
suspender las guerras entre las diversas polis helenas. Lo mismo ocurría en la
Roma tradicional, no así en la Roma de la decadencia imperial en la cual el
circo se transformó en algo semejante a los espectáculos modernos. La inversión
de polaridad a que nos referíamos más arriba ha conducido a estos modernos
juegos olímpicos. En ellos está ausente toda preocupación trascendente y
religiosa. Se han transformado en un culto materialista a lo físico, a la
fuerza, a la velocidad y a la habilidad para ciertas habilidades. Asimismo
cumplen una función demagógica al excitar en los pueblos falsos nacionalismos,
promoviendo a los vencedores como pseudo-héroes y ejemplos a imitar, cuando en
realidad son personas que lo único que han hecho en su vida es cultivar su
físico y estar alejados de toda actividad superior y calificada
intelectualmente.
A ello hay que agregar que
tales deportistas en muchas de las actividades que desarrollan son
profesionales, es decir que se les paga para que dediquen su vida a esas
tareas, con lo cual aumenta su embrutecimiento. Los ejemplos de jugadores de
fútbol, de tennis, de basketball son notables, percibiendo algunos cantidades
incleíbles de dinero que de manera alguna cobran personas de mucha más valía intelectual
y moral.
Todo esto merece el aplauso
de las multitudes y con muy pocas
críticas. También es aprovechada la
situación por empresarios que realizan pingües ganancias y por gobiernos para
llevar aguas para su molino.
Lo que en las sociedades
tradicionales eran acciones desacondicionadas de las cuales no se esperaba
beneficio y ventaja material alguna, se ha transformado en un trabajo digno de
modernos esclavos que para lo único que sirven es para patear una pelota o
correr más rápido.
Todo se conjuga para acelerar la idiotización
de las multitudes: gobiernos, empresarios, deportistas y medios de
comunicación. Pero hagamos la salvedad de que hay ciertas actividades
deportivas, como por ejemplo el montañismo y el paracaidismo, en las cuales se
asume un riesgo mediante una acción desacondicionada sin esperar ningún
beneficio material o recompensa alguna. Estamos pués en presencia de una acción
pura frente a la cual un deportista puede lograr un mayor nivel espiritual.
Pero a no alarmarse. Esta
última etapa del Kaliyuga será pródiga en procesos de embrutecimiento. Ahora
viene el "pokemon go".
San Carlos de Bariloche, 8 de
agosto del 2016.
JULIÁN RAMÍREZ
“De estos principios y del aplaudido amor a la patria, procedio lo que el mismo pontífice máximo (…) impidió para evitar graves inconvenientes y que que, teniendo resuelto el Senado fabricar un amplio teatro, puso en juego toda su elocuencia para persuadir que no debía ejecutarse, haciendo ver a aquel respetable Congreso (…) que no era conveniente permitiesen el que se introdujesen paulatinamente en las varoniles costumbres de su patria, los deleites, sensualidades y regalos de Grecia (…) pues no serviría más que para destruir y corromper el valor de la virtud romana.! (Agustín San, La ciudad de Dios, Libro Primero, capítulo XXXI).
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