12 DE OCTUBRE DE 1492: PRÓLOGO DE NUESTRO IMPERIO
El 12/10 se conmemora el 524ª aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a las Indias Occidentales, que más tarde se llamaron continente americano. Si seguimos las pautas de las doctrinas tradicionales que nos recordó Julius Evola debemos recordar nuestras mejores tradiciones para inspirarnos en ellas. El 12 de octubre de 1492 es un hecho decisivo que marca nuestro origen imperial, verdadero prólogo a lo que se concretó años más tarde, en 1519, cuando Carlos V, que ya era Carlos I de España, asume la corona del Sacro Imperio Romano Germánico.
Los hechos suceden relativamente rápido y en una cincuentena de años el más grande y portentoso imperio de la Cristiandad domina no solamente lo que hoy se conoce como Hispanoamérica sino también gran parte de Europa y con posesiones en África y en Asia. Y decimos Imperio, es decir, presidido por una idea espiritual, trascendente, heroica, viril y guerrera que orientaba lo material, todo lo contrario de los imperialismos que vinieron después, mercantilistas y saqueadores.
Hispanoamérica nace pues a la vida del occidente cristiano bajo estos grandes auspicios que a lo largo de tres siglos nos imprimen una marca indeleble, en algún momento pueden volver a manifestarse.
Carlos V fue un emperador gibelino, el último de la historia del occidente cristiano, que no vaciló en enfrentarse con el papado cuando éste se alió con los enemigos del imperio tratando de desvirtuar la causa superior a la cual era fiel Carlos V.
El 12 de Octubre fue instituido como feriado nacional en la Argentina, ejemplo luego seguido por casi todas las naciones hispanoamericanas, por el decreto Nª 7112 del 4 de octubre de 1917 del Presidente Hipólito Yrigoyen. A continuación transcribimos el artículo 3 de ese decreto que dice así: “que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.
En ninguna parte del decreto se menciona la palabra “raza” que se incorporó más tarde por el uso y la costumbre y por haberse usado ese nombre en España a partir de 1918 hasta 1958, fecha a partir de la cual se la denominó “día de la Hispanidad”.
El decreto de marras no menciona, reiteramos, para nada la palabra “raza” sino, que, más bien, hace referenci a virtudes propias del pensamiento tradicional, y se habla del “valor de los guerreros” y de la “fe de los sacerdotes”. Tal vez su redactor consciente o inconscientemente, rescató conductas tradicionales que ya en su época, 1917, estaban más que ausentes en estos pagos gobernados por oligarquías mamoneras.
No podemos dejar de advertir la aversión que el 12 de octubre provoca entre las huestes de la modernidad, sean liberales, marxistas, progresistas o indigenistas. Atacando al 12 de octubre se ataca a un simbolo de la Tradición y se desvirtúa lo que constituyó un imperio tradicional como entidad superior, encargada de ser vínculo entre el cielo y la tierra y conducir las almas a lo superior y trascendente. Por eso escuchamos en los medios frases tales como: “cinco siglos de esclavitud”, o como señalar al 11 de octubre como “último dia de la independencia americana”. Todo esto no solamente revela una crasa ignorancia, sino también una actitud aviesa y perversa para falsear la historia con claros fines de disgregación y disolución. Precisamente fueron los indígenas los que sostuvieron al imperio contra los pseudos libertadores: los tres ejércitos que envió el liberal y “civilizado” Buenos Aires al Alto Perú fueron catastróficamente derrotados. En el sur de Chile la bandera del Rey flameó hasta avanzado el siglo XIX, y así muchos otros ejemplos.
Y la cosa no termina aquí. El gobierno progresista y neomarxista argentino de Cristina Fernandez de Kirchner en 2010 mantuvo el feriado nacional pero continuado barranca abajo lo denominó “Día del respeto a la diversidad cultural”, en una clara tentativa de diluir su profundo significado. Paralelo con eso reemplazo la estatua de Cristóbal Colón, el héroe que inició la gesta, por la de Juana Azurduy, una guerrillera del Alto Perú, partidaria del proceso independentista que destruyó el imperio. Las fuerzas subversivas de la modernidad no tienen límites y operan sin pausa.
Estas ideas que hemos expuesto brevemente requieren un desarrollo mucho más amplio para así contribuir a la descolonización mental que soportamos. Hispanoamérica recupera el imperio o no será nada. No así con el Mercosur, la Alac,la Celac, la Unasur, la OEA o el Pacto del Pacífico.
Los hechos suceden relativamente rápido y en una cincuentena de años el más grande y portentoso imperio de la Cristiandad domina no solamente lo que hoy se conoce como Hispanoamérica sino también gran parte de Europa y con posesiones en África y en Asia. Y decimos Imperio, es decir, presidido por una idea espiritual, trascendente, heroica, viril y guerrera que orientaba lo material, todo lo contrario de los imperialismos que vinieron después, mercantilistas y saqueadores.
Hispanoamérica nace pues a la vida del occidente cristiano bajo estos grandes auspicios que a lo largo de tres siglos nos imprimen una marca indeleble, en algún momento pueden volver a manifestarse.
Carlos V fue un emperador gibelino, el último de la historia del occidente cristiano, que no vaciló en enfrentarse con el papado cuando éste se alió con los enemigos del imperio tratando de desvirtuar la causa superior a la cual era fiel Carlos V.
El 12 de Octubre fue instituido como feriado nacional en la Argentina, ejemplo luego seguido por casi todas las naciones hispanoamericanas, por el decreto Nª 7112 del 4 de octubre de 1917 del Presidente Hipólito Yrigoyen. A continuación transcribimos el artículo 3 de ese decreto que dice así: “que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.
En ninguna parte del decreto se menciona la palabra “raza” que se incorporó más tarde por el uso y la costumbre y por haberse usado ese nombre en España a partir de 1918 hasta 1958, fecha a partir de la cual se la denominó “día de la Hispanidad”.
El decreto de marras no menciona, reiteramos, para nada la palabra “raza” sino, que, más bien, hace referenci a virtudes propias del pensamiento tradicional, y se habla del “valor de los guerreros” y de la “fe de los sacerdotes”. Tal vez su redactor consciente o inconscientemente, rescató conductas tradicionales que ya en su época, 1917, estaban más que ausentes en estos pagos gobernados por oligarquías mamoneras.
No podemos dejar de advertir la aversión que el 12 de octubre provoca entre las huestes de la modernidad, sean liberales, marxistas, progresistas o indigenistas. Atacando al 12 de octubre se ataca a un simbolo de la Tradición y se desvirtúa lo que constituyó un imperio tradicional como entidad superior, encargada de ser vínculo entre el cielo y la tierra y conducir las almas a lo superior y trascendente. Por eso escuchamos en los medios frases tales como: “cinco siglos de esclavitud”, o como señalar al 11 de octubre como “último dia de la independencia americana”. Todo esto no solamente revela una crasa ignorancia, sino también una actitud aviesa y perversa para falsear la historia con claros fines de disgregación y disolución. Precisamente fueron los indígenas los que sostuvieron al imperio contra los pseudos libertadores: los tres ejércitos que envió el liberal y “civilizado” Buenos Aires al Alto Perú fueron catastróficamente derrotados. En el sur de Chile la bandera del Rey flameó hasta avanzado el siglo XIX, y así muchos otros ejemplos.
Y la cosa no termina aquí. El gobierno progresista y neomarxista argentino de Cristina Fernandez de Kirchner en 2010 mantuvo el feriado nacional pero continuado barranca abajo lo denominó “Día del respeto a la diversidad cultural”, en una clara tentativa de diluir su profundo significado. Paralelo con eso reemplazo la estatua de Cristóbal Colón, el héroe que inició la gesta, por la de Juana Azurduy, una guerrillera del Alto Perú, partidaria del proceso independentista que destruyó el imperio. Las fuerzas subversivas de la modernidad no tienen límites y operan sin pausa.
Estas ideas que hemos expuesto brevemente requieren un desarrollo mucho más amplio para así contribuir a la descolonización mental que soportamos. Hispanoamérica recupera el imperio o no será nada. No así con el Mercosur, la Alac,la Celac, la Unasur, la OEA o el Pacto del Pacífico.
Julian Ramirez (10/10/2016)
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