jueves, 9 de noviembre de 2017

A 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA Y DE LA DECLARACIÓN BALFOUR

A 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA Y DE LA DECLARACIÓN BALFOUR


Se cumplen en el día de hoy dos fechas concurrentes y sumamente beneficiosas para la fuerza sionista: la Revolución Rusa de 1917 y la Declaración de viceministro británico Balfour por la cual se establecía que iba a constituirse el Estado de Israel. Que la revolución rusa fue un hecho sionista queda demostrado por una serie de datos esenciales. Además de la composición judeo ashkenazi mayoritaria del grupo dirigente de tal revolución hay dos acontecimientos a nuestro entender esenciales. La revolución de noviembre fue en realidad un golpe de Estado efectuado por la minoría bolchevique que, gracias a los oficios de Kerensky quien gobernara el país luego de la Revolución de Febrero de ese año, se hizo de un verdadero arsenal militar con la excusa de que tenía que detenerse el golpe de estado del mes de julio que debería haber efectuado el general zarista Kornilov, cosa que nunca sucedió. Pero los actos indicativos de tal orientación y que denotan el contenido último de tal revolución fueron el asesinato inmediato y fulminante del monje Prainatis en su propio monasterio por el grave delito de haber revelado textos secretos del Talmud y la ejecución efectuada pocos meses más tarde de la totalidad de la familia real en el exilio de los Urales en que se encontraba. Se recuerdan al respecto los siguientes hechos sintomáticos. Quien le leyó al zar Nicolás II la orden de ejecución (dos veces pues el zar no lo podía creer) y que procedió a organizarla fue el bolchevique Jacob Yurovsky quien actuó en tal hecho practicando una ceremonia de crimen ritual, práctica reconocida especialmente por el eminente estudioso judío de la Universidad e Haifa e hijo del rabino italiano Toaff. El mismo reconoció que la misma se efectuaba en ciertos comunidades de origen ashkenazi con la finalidad de producir hechos mágicos y propiciatorios. En este caso además de matarse a los 7 miembros de la familia (la pareja real y sus cinco hijos) se trató de componer el número once que bien sabemos tiene un carácter sagrado pues once fueron los discípulos que permanecieron fieles a Jesús luego de su crucificción. Para resolver tal inconveniente se incluyó en la lista de ejecutados al médico del zar y como faltaban aun tres para alcanzar la mágica cifra, se incluyeron a tres sirvientes en la lista, participando de tal ceremonia hasta un adolescente quien fue sacrificado para completar el fatídico número requerido. En julio de 1991 fueron encontrados 9 esqueletos y los dos restantes en 2007 hace 10 años por lo que quedó comprobado que efectivametne fueron 11 los ejecutados.
En la foto de abajo aparece una foto de Lenin sin barba ni bigote utilizada con la finalidad de ingresar clandestinamente a Rusia en circunstancias previas a la Revolución y favorecido por el ejército alemán.

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