EL LOBBY GAY Y EL FEMINISMO
Recuerdo siempre la anécdota siguiente. En una ocasión visité a un notorio antisemita y me causó asombro encontrarlo reunido de manera amistosa con una persona de origen judío. Ante la sorpresa por tal situación, me dijo para justificarse: 'No es de extrañar. Un judío puede ser un buen hombre, ahora 20 juntos ya constituyen un lobby enemigo, es decir un lobby sionista'. Pasa exactamente igual con los homosexuales. Uno suelto o separado puede llegar a ser alguien agradable en el trato y respetuoso, ahora cuando se juntan y constituyen un grupo de presión o lobby ya se convierten en un peligro para el orden social. Y es indudable que el mundo actual se encuentra sometido al poder de estos dos lobbys sumamente poderosos e influyentes. Entre los homosexuales militantes que tratan de enrostrar su condición hemos prestado atención a un notorio filósofo de nuestro tiempo y al cual le dedicáramos tiempo atrás una conferencia para contrastarlo con el pensamiento evoliano, Gianni Vattimo, uno de los pilares esenciales de la postmodernidad y de una de sus vertientes más peculiares: el pensamiento débil. Digamos al respecto que la homosexualidad es sumamente recurrente en toda su filosofía por lo cual la misma se convertiría en inexplicable sin prestar atención a tal condición. En un reciente reportaje en un medio italiano explicó cómo fue que llegó a ella. Resulta ser que quiso casarse con una señorita de buena familia pero sus futuros suegros, quizás con suma perspicacia, se opusieron a tal decisión y así fue como entró en escena Julio, un fornido bailarín peruano, que lo transformó. Después de eso constituyó una familia compuesta ya no con una mujer, sino con un 'compañero' de toda la vida y con un joven alumno (una poligamia gay). Aclara en este reportaje del 2008 en Página 12, un medio defensor de tal desvío, (https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-440-2008-11-21.html) que aun teniendo tal 'familia' no se mantuvo nunca fiel, ya que 'fidelidad no es lo mismo que lealtad', sino que acudió asiduamente a servicios de taxi boys. Cosa que sigue haciendo ahora a los 82 años luego de que enviudara tras la muerte de sus dos compañeros por sida.
El pensamiento débil, o la postmodernidad, que sostiene que no existen verdades universales, sino que nos hallamos viviendo la postverdad o el mundo de las opiniones múltiples e insuficientes, tiene mucho que ver con la homosexualidad. Un homosexual es como una mujer incompleta, es decir en su actividad sexual es pasivo como una fémina, pero no puede realizar el fin último de ésta que es la maternidad. Por lo tanto es como una verdad a medias, débil, no consumada, con la peculiaridad de que justamente por tal situación de insuficiencia, precisa ser proclamada incesantemente. De allí la fabulosa expansión de su filosofía que ha invadido diferentes manifestaciones. Y al respecto digamos que el feminismo actual postmoderno, de lenguaje inclusivo y de ideología de género, el del pañuelo verde que pregona el aborto, es la secuela necesaria de tal forma de pensar 'débil'. La mujer que quiere abortar es porque no quiere ser madre, pero quiere seguir disfrutando de su pasividad, como el antes aludido gay.
Pero no concluye en esto el afán expansivo del aludido lobby. Se establecen también grandes alabanzas al 'cristianismo' y al papa Francisco, por haber instaurado también una religión débil, de un Dios pasivo que se deja crucificar, que no sostiene verdades universales, sino débiles y paradojales (los últimos serán los primeros, ama a tus enemigos) y finalmente de un papa que ha aceptado la homosexualidad pues recordemos fue cuando era obispo de la Argentina que en este país se implantó el matrimonio gay.
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