Los superhéroes: expresión de la super decadencia
Interesante y muy actual texto del mejicano Francisco Galarza en donde se exponen las características del pseudoheroismo moderno contrastante con el verdadero de carácter tradicional. En este último caso lo esencial no es lo externo, el mundo de las apariencias, sino principalmente el cumplimiento del deber y la adhesión incondicional a los principios con independencia de éxitos o fracasos. Distinto es el pseudoheroísmo moderno en donde lo externo, representado por el escenario y las confirmaciones que brindan el prójimo, es lo esencial, teniendo como meta el relleno de una personalidad insuficiente y débil interiormente. Esto ha sido acuñado principalmente en jonielandia y en su meca Hollywood, la patria de los superhéroes, seres puramente exteriores en fortaleza pero carentes de cualqueier tipo de fortaleza verdadera de carácter espiritual, lo que es lo propio de la sociedad jonie cuya filosofía no es casualmente el pragmatismo, es decir el culto por el éxito con independencia de los valores que represente. Esto se hace sumametne actual en nuestros días en donde, en imitación casualmente del presidente de tal anomalía, ha surgido una especie, a la que calificáramos como de deliverys, de personas deseosas por llamar la atención de los demás en tanto se desviven por mostrarse como individuos que no aceptan ninguna de regla,y se encuentran precisados de que se los repute como valientes y viriles, cuando carecen verdaderamente de la virilidad verdadera que es de carácter espiritual, Se expresan principalmente yendo sin o quemando barbijos violando cuarentenas, amontonándose, repudiando vacunas que aun no existen, y queriendo hacernos creer qeu no le tienen miedo a la muerte cuando en realidad ellos tienen un verdadero pavor por una vida en la cual se encuentren limitados los consumos y los placeres materiales en tanto detestan y rehuyen la contemplación: y lo peor de todo mostrando absoluta indiferencia hacia las víctimas de la enfermedad.
Dada la popularidad creciente en los últimos 20 años de los así llamados superhéroes, casi en su totalidad surgidos de los EEUU, que encabeza de la forma mas entusiasta y agresiva los valores de la modernidad, nos pareció oportuno tratar este tema.
El concepto de los superhéroes no tiene nada de nuevo, empezaron a surgir en la década de los años 30 del pasado siglo. Son una expresión supuestamente engrandecida de los verdaderos héroes, pero que en realidad son su burla y total distorsión e inversión completas de una sociedad normal o por lo menos, parcialmente normal.
Estos personajes, literalmente de caricatura, solo podían surgir en la primera anti-civilización de la historia: EEUU, que se caracteriza por ser un pueblo que sufre de infantilismo regresivo, desprecia cualquier otra verdadera cultura y civilización, justo porque la suya no lo es, así que primero en ese país y luego con el poder de la propaganda de Hollywood difundieron a sus antihéroes idealizados, que llaman superhéroes.
Supuestamente luchan por la verdad, la justicia, la libertad. Suena muy bonito, pero hay que fijarse bien qué significan esas palabras en voz de estos energúmenos ridículamente disfrazados. Luchan por la verdad… el progreso, defienden la justicia… la democracia y la igualdad, y pelean por la libertad… del consumo. Es decir, todos luchan, defienden y promueven los valores modernos, y ahora también postmodernos, como la ideología de género. En los últimos años también con una carga de extremo racionalismo y sentimentalismo, y estos personajes tienen crisis de identidad, hay momentos en que son malos, o son o se volvieron antihéroes, pero en el fondo “siguen siendo buenos” porque hacen lo necesario para el bien (aunque ya sabemos de quién y por qué). Constantemente se les ve usar frases muy cortas, casi como si fueran mantras para validar sus puntos de vista (que son monolíticos) ante las personas que defienden o los supervillanos contra los que luchan. Frases como: “sigue tu corazón”, “sigue tu consciencia”, o también, “debes hacer lo correcto”. Frases que por sí solas no significan nada, pero que en el contexto del diálogo con el “súper”, queda claro que lo bueno, correcto y valioso son los valores de la anti-civilización de EEUU.
Otro aspecto de los así llamados superhéroes es que sus “poderes” son en la mayoría de los casos naturales, y entonces son de origen extraterrestre, o debidos a algún accidente desafortunado. Por el contrario, los “villanos” tan ridículos como los “súper”, normalmente consiguen sus habilidades por su propio esfuerzo o algún accidente por tratar de conseguir poderes semejantes a los “chicos buenos”. Y cuáles son esos super poderes tan deseados y llamativos. Pues están a la altura de la mente moderna, es decir, los superhéroes y los supervillanos son sólo una proyección hipertrofiada de los anhelos de máximo progreso de la humanidad contemporánea: fuerza sobre humana, volar, ser muy rápido al correr, curarse casi instantáneamente, algunos mueren y resucitan, ser sumamente astuto o imaginativo, o contar con toda clase de artilugios tecno científicos capaces de todo, y que se llevan en el cinturón.
Los superhéroes son tanto anti tradicionales como contra tradicionales, pues sus valores son los del mundo postmoderno actual. No recordamos a ningún superhéroe que rece, o medite, o mejor aún, que tenga o defienda alguna religión. Para qué? no la necesitan, entre los que son de origen extraterrestre y los que tienen superpoderes, son como dioses en la Tierra, que es en el fondo lo
que cree ser o aspira a ser el hombre postmoderno. De hecho, todos estos superhéroes son, al menos implícitamente, ateos, con cero dimensión espiritual, y una muy siniestra dimensión horizontal, o del “mundo de aquí abajo”.
Los verdaderos héroes, ya sean mitológicos o históricos, eran un ejemplo de virtud, de superación espiritual, eran ejemplo vivo de valores reales, superiores, que engrandecen y perfeccionan el alma humana para la Supravida, como Jasón, Heracles, Rama ó Krishna, Alejandro Magno, César Augusto o Carlo Magno, y sin mencionar a los grandes personajes de las Religiones.
Así que cuando se vea una película o serie de estos personajes grotescos, debe recordarse que en el fondo son una expresión de lo mas perversa y tóxica de la postmodernidad que se derrumba frente a nuestros ojos, y que recurre a estos personajes de feria, como otro de sus muchos mecanismos para apuntalarse ante la sociedad masificada.
Francisco Galarza
Octubre 4, de 2020.
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