LA ERA DEL RATING MATRIARCAL

Los tiempos terminales de la modernidad que hoy vivimos en plena pandemia tienen la peculiaridad de poner en evidencia ciertos caracteres que son propios de un mundo que se encuentra al borde del colapso. Así pues si hace 25 años el periodista Goldfarb Viale, antes de fallecer de Covid, podía ante nosotros jactarse del rating que tenía con total indiferencia respecto de si decía o no la verdad en sus programas y demostrando en esto la característica propia del mundo matriarcal para el cual es la apariencia y la imagen lo que más califica y vale, hoy en día en el momento cercano al colapso es la mujer misma la que toma la posta ante la vacancia del hombre varón y de la virilidad propia del héroe tras la vil rendición acontecida en Puerto Argentino.
Locutoras televisivas, que exhiben morbosamente sus atributos para consumo de varones colapsados que solamente pueden contemplar, suelen decir las peores sandeces para poder saltar a la fama obteniendo el famoso rating que atormentaba al fallecido Goldfarb. Tal el caso de la aquí aludida Novillo (Primera foto que se exhibe). Haciendo honor al animal que representa acaba de confundir a un vacunado muerto con el más gran escritor inglés, que falleciera hace más de 400 años, simplemente por tener el mismo apellido, lamentando así haber llegado un poco tarde a su velatorio. Pero este hecho asombroso que ha recorrido el mundo entero, lejos de significarle la inmediata expulsión de su programa debido a la notoria ignorancia demostrada, ha en cambio incrementado su rating y fama por lo cual no sería de extrañar que muy pronto la tengamos como vocera de algún prominente diputado.
Más lamentalbe aun es el espectáculo que nos brinda la locutora Canosa, que suele fungir como opositora y de 'derecha', en tanto que, quizás por peinar canas prematuras carece del impacto estético de su competidora Novillo, acude en cambio a los agravios sensacionalistas y groseros. Así pues luego de haber promovido el consumo de cloro entre sus televidentes en tanto que, al negar la eficacia de las vacunas como su par Bolsonaro, se puso a beberlo en cámara y habiendo sido por ello la causante de la muerte de un niño que la quiso imitar, se ha lanzado a la injuria más soez contra un colega. Así pues, ofendida por sus alusiones hacia su postura negacionista de la pandemia, lo acusó de 'chupabragueta' del presidente de la república, aprovechando así su condición de mujer por lo cual el aludido no puede ir a trompearla a la salida de su canal.
En épocas normales estas cosas no sucedían pues si un niño o una mujer se extralimitaban y agraviaban, era el cónyuge o el padre el responsable de tales acciones por no haber sido capaces de contenerlos. En la actualidad en el matriarcado la mujer goza de privilegios excepcionales. Puede agraviar libremente y sin límite alguno como en el caso aquí mentado y evitar cualquier represalia en su contra bajo la excusa de la violencia de género. Y además de todo esto cuanto más insultadora o ignorante es más rating alcanza en sus programas.
Tal como vemos el ciclo se cierra y a pasos agigantados.