El Vaticano en el conflicto ruso-ucraniano
Aunque a primera vista pudiera resultar de poco interés, nos parece que es importante tratar de entender y explicar el papel que está jugando el Vaticano en el conflicto ruso-ucraniano, desde el mismo día que este inició.
Es de llamar la atención que apenas inició la invasión rusa a Ucrania, la gran mayoría de los países que conforman la OTAN (con la notoria excepción de Turquía), se apresuraron a implementar todo tipo de sanciones económicas contra Rusia, claro excepto gas y petróleo que son indispensables para Europa, pues hay que poner sanciones, pero ninguna que los afecte de manera importante, pero el Vaticano, al estilo de China, está practicando un complejo equilibrio en este conflicto, aunque por motivos muy distintos, que trataremos de explicar aquí.
Primeramente, señalaremos los eventos que destacan el interés del Vaticano por mantenerse cercano a los dos países en conflicto, para después tratar de explicar el por qué de ello.
El 1er evento, el mismo 24 de febrero, día que inició la invasión rusa a Ucrania, el papa Bergoglio, en un hecho inédito en la historia del papado, en lugar de pedir que el embajador ruso se trasladara a la oficina del papa, este caminó hasta la embajada rusa en el Vaticano, de donde se comunicó por teléfono con Putin. Al parecer la llamada fue bastante cordial y en buenos términos.
Entre el 27 y 28 de febrero, el Vaticano envía a un obispo a Ucrania para que “esté cerca del pueblo ucraniano”.
Después de esto ocurren 3 eventos muy significativos, el 2 de marzo en carta pública, los Obispos del rito católico de Ucrania le solicitan al papa “que consagre a su patria y a Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal como lo solicitó la Virgen en Fátima”. El papa, públicamente accede a ello el 15 de marzo y anuncia que la consagración será el siguiente 25 de marzo, es decir exactamente 38 años después de aquella consagración que hizo Juan Pablo II, en la que se suponía era para consagrar a Rusia, pero no la mencionó en dicha consagración. No se puede dejar de considerar que la “espontánea” petición hecha pública por los Obispos ucranianos pudo ser inducida por el enviado del Vaticano.
El 16 de marzo, el papa Bergoglio tiene una video conferencia con el patriarca Kiril, al que recordemos siempre se refiere a el como “su hermano”, y tan solo en diciembre pasado, dos veces había declarado querer reunirse pronto con “su hermano” en Moscú, sin importar diferencias teológicas o políticas o de otro tipo. En dicha reunión virtual, ambos decidieron usar “el lenguaje de Cristo” y no de la política, para lograr la paz.
Y el 25 de marzo, el papa en San Pedro, pide entre otras cosas, la consagración de Rusia y Ucrania para alcanzar la paz. Está de mas señalar que la supuesta consagración no tiene ninguna validez, aunque está por verse si por el contrario, tenga efectos adversos.
Por último, en este breve recuente de hechos, no queremos dejar de señalar que en cada ocasión en la que el papa ha hecho alguna declaración relativa al conflicto ruso ucraniano, se ha cuidado mucho de nunca señalar a Rusia o a Putin como los agresores o recriminarles nada ni directa ni indirectamente.
Siempre se refiere a los “horrores de la guerra”, “que debe alcanzarse la paz” y cosas de ese tenor, pero, al parecer, procurando mantener los canales diplomáticos abiertos con ambos países, en especial con Rusia.
Tampoco se puede eludir el hecho de que “su hermano” Kiril se ha pronunciado a favor de la invasión rusa a Ucrania, y el papa no ha hecho mención alguna de ello. Para tratar de entender qué quiere lograr con todo esto el Vaticano, está claro que el papa no quiere incomodar en nada al jefe de Kiril, es decir a Putin, ni señalar a Rusia explícitamente como la agresora, pues tiene gran interés en estrechar lazos con la iglesia ortodoxa, como paso fundamental para lograr un éxito visible en ese ecumenismo invertido contratradicional en el que lleva trabajando desde que tomó el cargo de papa.
Al parecer quiere constituirse en una opción mediadora aceptable tanto para Ucrania, por ello la supuesta consagración, como para Rusia, y acercarse tanto como sea posible a la iglesia ortodoxa rusa oficialista y también a Ucrania.
Al igual que muchos gobernantes del mundo que forman parte de o están cerca de influencias nefastas, el papa y el patriarca ruso no son la excepción, y parecen estar en sintonía para algo de mayor alcance, y el conflicto en Ucrania parece darle la ocasión para ello. La supuesta consagración de Rusia y Ucrania por parte del papa, no fue mas que hacerse propaganda al mas puro estilo de los políticos en campañas presidenciales, claro que en este caso, con el “arsenal” propio del Vaticano, o deberíamos decir, ¿de la Anti-Iglesia? Llama la atención que los obispos ucranianos primero y el papa después se refirieran a la supuesta solicitud de la Virgen en Fátima para consagrar Rusia y Ucrania de 1917, cosa que en el mejor de los casos revela una total ignorancia por parte de individuos que deberían conocer bien del tema, o lo mas probable, una total manipulación de dicha petición mariana, ya que la Virgen jamás solicitó que se consagrara a Rusia y Ucrania, solo a Rusia, y la petición formal fue en 1929 no en 1917.
Para no dejar espacio a la duda, señalaremos que el Vaticano hace mucho que dejó de ser la sede de la Iglesia Católica, y el Patriarcado ruso encabezado por Kiril tampoco es la sede de la verdadera Iglesia Ortodoxa rusa. Así que cuando ambos líderes se entienden tan bien, hay que preguntarse, ¿qué buscan lograr y para qué?
Desde que terminó la 2da Guerra Mundial y se constituyó la ONU y muchos otros organismos de tipo mundial (post)moderno, la pérdida de principios y valores Tradicionales se aceleró mucho, a lo que no fue ajeno ni el Vaticano, ni la Iglesia Rusa, entre otras por diferentes motivos, pero hasta la fecha, falta algo en este destartalado “orden mundial” que ha prevalecido hasta ahora. Falta una “centralización” de las religiones en un organismo mundial, que por supuesto tenga en alto los “valores” de la humanidad contemporánea. Y el Vaticano en esto lleva un gran camino recorrido, y que se ha profundizado notoriamente desde que Bergoglio funge como papa.
El Vaticano es mas una siniestra ONG con cubierta pseudo religiosa, enfocada en los derechos humanos, la ecología, la igualdad, el progreso, el fortalecimiento de las democracias, la no violencia de género, el respeto a las instituciones como la ONU (curiosamente, debemos añadir), y promoviendo activamente ese supuesto ecumenismo entre todas las religiones, que no es mas que una especie de supersincretismo monstruoso, que desde luego no puede ser tomado como dicen algunos, el “amanece r de una nueva y gran religión” al mas puro estilo de la Nueva Era.
Todo bien barnizado y disimulado con una capa de civilidad, moral y “valores” acomodaticios y oportunistas, tratando de constituir una especie de Teocracia Invertida Mundial, como bien lo señalaron tanto Guénon como Evola en obras como el Reino de la Cantidad y Escritos sobre la Masonería, respectivamente. Este hipotético liderazgo religioso futuro será a la medida del hombre contemporáneo, es decir, sin ningún principio religioso auténtico, solo la apariencia de ello, pero que sirva de referente emocional-práctico y se ajuste a cualquier mentalidad que requiera respuestas aparentemente espirituales.
Entre todo esto, el Presidente de Kasajistán (gran amigo y colaborador de Putin) invitó por carta al papa Bergoglio para que asista a la Reunión de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales que tendrá lugar en la capital de aquel país en septiembre próximo, a donde se supone también asistirá el patriarca Kiril. De hacerlo, ahí podrán reunirse “los hermanos”, y posiblemente acercar las posiciones entre la Anti-Iglesia Vaticana y la Anti-Iglesia ortodoxa rusa y otras “religiones” ahí representadas.
El conflicto en Ucrania, en cuanto al aspecto militar, se encuentra focalizado en su territorio, pero no así el económico financiero, y las cosas pueden cambiar rápidamente por multiplicidad de factores, por lo que seguramente el Vaticano seguirá estando muy cerca de las partes involucradas y así poder afinar su estrategia de acercamiento, en especial porque todo este año e inicios del próximo es de sínodo, y el Vaticano va buscar salir fortalecido, en especial porque tiene que evitar que la Iglesia alemana, que es la que mas dinero aporta al Vaticano en Europa, se separe, y le ayudaría mucho si logra un acercamiento histórico con la Iglesia ortodoxa rusa con alguna propuesta ingeniosa de paz o al menos de tregua entre Rusia y Ucrania. Desde luego, cualquier posible acercamiento entre ambas iglesias, también debe traducirse en beneficios para Rusia, en especial para el gobierno de Putin. No hay que olvidar que desde hace décadas, cuando el Vaticano ofrece intervenir en aras de la paz, siempre es en contra de la parte que tiene algún componente tradicional importante, si no, pregúntenle a Argentina y la intervención de Juan Pablo II en el conflicto de las Malvinas, entre otros ejemplos.
Habrá qué ver cómo se desarrollan los eventos en el conflicto ruso-ucraniano estos meses, y si en algún momento se presenta la oportunidad para que ambos líderes pseudoreligiosos puedan lograr algún avance para un posible acuerdo de tregua o de paz, o algún otro, previo a la gran reunión de septiembre, que los haga el centro de atención y anuncien algún tipo de acercamiento histórico entre el Vaticano y la Iglesia ortodoxa, incluida la iglesia ucraniana, y ser el ejemplo de que no hay barreras entre religiones si hay “buena voluntad” para <<vivir en paz y progresar todos juntos>>.
Francisco Galarza
Abril de 2022.
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