A
CIEN AÑOS DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL: TRIUNFO DE
LA SUBVERSIÓN
El
28 de junio de 1914 es asesinado en un atentado en Sarajevo, hoy capital de
Bosnia, el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del
imperio austro-húngaro. Este fue el detonante del inicio de la guerra mundial
de 1914 a
1918. No nos vamos a extender sobre su desarrollo y cuestiones que han sido
ampliamente estudiadas por la historiografía.
Fue una guerra moderna con grandes masas de ejércitos y que involucró a la
población civil, con millones de víctimas, armas químicas y combates aéreos.
Las guerras tradicionales se disputaban entre
elites aristocráticas ya que hacerlas era un privilegio de la nobleza.
No cualquiera tenía ese derecho. En esas guerras se respetaban normas de ética
caballerescas propias de una casta de guerreros. El advenimiento de la
democracia implantó el criterio del pueblo en armas y cualquier ciudadano puede
hacer uso de las armas con las consiguientes masacres, atrocidades y arbitrariedades.
Y
la democracia que ya se imponía en Occidente junto con los ideales de la
revolución francesa tuvo su gran victoria en la guerra mundial. La principal
consecuencia de la guerra mundial fue la destrucción de cuatro imperios que aun
sostenían algunos principios tradicionales: el austro-húngaro, el alemán, el
ruso y el otomano, aunque ya estaban muy carcomidos en sus estructuras básicas.
Cuando los representantes de una tradición no cumplen con sus obligaciones con
dignidad y honor, de lo que se trata es de reemplazarlos, pero la subversión
aprovecha esas circunstancias para derogar los principios e instalar la
democracia. Eso es lo ocurrió en esencia en la primera guerra mundial con el
triunfo de la democracia en occidente y el marxismo en Rusia. Detrás de los
hechos y personajes que es de lo que se ocupan los historiadores modernos,
entre bastidores actuaban fuerzas ocultas e invisibles que movían los
acontecimientos. Es la guerra oculta de la que brillantemente se ocuparon Julius Evola y Emanuel Malynski.
Cien años más tarde cabe preguntarse si la guerra oculta sigue actuando
y está presente en los acontecimientos diarios. No vacilamos en dar una
respuesta afirmativa.
La
guerra oculta hoy se manifiesta en el control que se ejerce sobre las mentes y
los sentimientos del hombre común y de algunos que no son tan comunes. A diario los medios de comunicación en forma
masiva envían sugestiones de lo más corrosivas y degradadas. Se tergiversan los
hechos cuando no se los deforma o se los oculta, Se miente en forma descarada,
y lo peor de todo, se acepta mansa e inocentemente y sin crítica lo que se
propone como lo mejor. Nunca se ejerció tanto dominio sobre no solamente las
masas, sino también sobre minorías que presumen de cierto nivel intelectual.
Hasta hace relativamente poco tiempo, el hombre todavía no sometido a
las sugestiones de los medios de comunicación disponía de una libertad de
pensamiento que se traducía en una acción y podía luchar. Hoy día con mentes
dominadas por las ideas de democracia, paz, consenso, amor al prójimo,
humanitarismo, derechos humanos, libertad individual, igualdad, consumismo,
pansexualismo y sugiriendo que la vida es lo más importante, el hombre moderno
se encuentra robotizado e inerme.
Por ello es que apoyamos la política de los grupos fundamentalistas
islámicos que sostienen que la cultura moderna es pecado y actúan en
consecuencia erradicándola. La vía de la acción guerrera es pues la que se
impone.
San Carlos de Bariloche, 24 de junio del
2014
JULIÁN
RAMÍREZ
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