A PROPÓSITO DEL PLEBISCITO GAY EN IRLANDA
El reciente plebiscito en Irlanda, en donde una mayoría numérica impuso
al sentido común y al orden natural el matrimonio entre los homosexuales,
admite una serie de reflexiones. La primera de ellas es recordar tal
circunstancia en nuestro país en donde también aconteciera lo mismo aunque no
por elección popular, sino por una maniobra parlamentaria instrumentada por el
nefasto ex presidente Kirchner, en ese momento diputado mientras era su esposa
la que ejercía la función ejecutiva. En aquel entonces, y con la finalidad de
detener tal proyecto de ley, la
Iglesia católica, que estaba dirigida por el cardenal
Bergoglio, actual papa Francisco, y que fungía como la fuerza principal
contraria a tal institución aberrante, propuso aquí también el plebiscito o
consulta teniendo en cuenta que con seguridad el rechazo hacia tal medida
habría sido masivo puesto que en ese entonces aun la opinión pública no había
sido suficientemente estupidizada por lo medios masificadores en su abierta y ostensible
promoción de la homosexualidad y otras desviaciones sexuales, para comprobar lo
cual es suficiente tan sólo ver por unos pocos instantes el principal medio de
corrupción en que hoy se ha convertido la televisión. Sin embargo la Comunidad Gay , que impulsaba
tal medida a través de los diferentes parlamentarios serviles a tal lobbie
(entre ellos el antes aludido), a sabiendas por encuestas de tal situación, se
opuso radicalmente a tal proyecto acudiendo a argumentos indudablemente fachistas,
tales como que el pueblo no podía estar al tanto de cuestiones tan complejas
como las relativas a la ciencia sexual, del mismo modo que no podía saber sobre
el modo de tratar el cáncer y que para ‘representarlo’ y obviar sus naturales falencias
se encontraban nuestros ‘representantes del pueblo’ que sabían cumplir muy
dignamente con su papel. Ahora que indudablemente el pueblo irlandés, tal como se
ha visto, ha sido ‘educado’ convenientemente, con un inmenso porcentaje de
adolescentes en condiciones legales de votar, el plebiscito gay ha sido
arrollador y multitudinario en modo tal que se ha hecho allí inútil tener que
acudir por hipocresía a fastidiosos argumentos fachistas y reaccionarios para
imponer tal ley progresista.
Respecto de los argumentos en contra del matrimonio homosexual hemos
hablado ya en otras oportunidades y remitimos al respecto a nuestras notas
anteriores con la finalidad de no ser redundantes y no tener que estar
debatiendo cuestiones tan elementales que solamente en una época que se
encuentra en las fases más adentradas de la decadencia pueden ser puestas en discusión. (1) Lo que
nos interesa es ahora señalar la postura de la Iglesia católica
irlandesa, la que, del mismo modo que en la Argentina , se trata de la
representante de la religión mayoritaria, una vez conocido el resultado del
democrático plebiscito. Del mismo modo de lo acontecido aquí, no se dijo que se
trataría de luchar por revertir tal situación, de educar convenientemente
respecto del carácter sacramental del matrimonio, el que solamente puede ser
tal entre un hombre y una mujer, sino que tratará de adaptarse a la nueva
realidad de hecho. Es decir dejar de ser Iglesia, dejar de conducir al hombre
pontificalmente hacia el Cielo, renunciar a rectificarlo del pecado original y
por lo tanto pasar a formar parte democráticamente del mismo proceso de descenso,
acompañando así a este mundo hacia los más sórdidos abismos infernales por ella
misma denunciados.
Días pasados alguien nos preguntaba en dónde se encontraba la gran diferencia
entre el Islam y el Cristianismo: en esto justamente en que el Islam, a través
de su vertiente fundamentalista, ha manifestado en las palabras recientes de su
califa que su religión es de lucha y no de paz y conciliación con el mundo
moderno. En cambio lamentablemente nuestra Iglesia católica, aun en sus
sectores preconciliares está dispuesta a conciliar con el mundo moderno. (2)
(1) Aunque alertamos que ésta no sería la última
hipérbole que habría que estar ‘debatiendo’ ya que nos hemos enterado de que, a
raíz de una queja emitida por una asociación de defensores de animales
sensibilizados por la tristeza de un orangután injustamente encerrado en el
zoológico de Buenos Aires, un juez de la nación acaba de decretar su ‘libertad’
alegando que también el animal se trata…. (van a leer bien) de una ‘persona’.
No sería de extrañar entonces que, luego de haberse aceptado tal calificación
relativa al mundo animal, el que no sería cualitativamente diferente del humano,
sino una expresión más de un mismo proceso evolutivo, del mismo modo que tampoco
lo serían los homosexuales y los heterosexuales en materia de sexualidad, en un
mañana podríamos estar debatiendo si se puede admitir o no un matrimonio entre
un hombre y un animal, o una animala, puesto que no queremos incurrir en
fascismos de género.
(2) Es de destacar cómo los sectores integristas
especialmente en Europa, en vez de ponerse a la cabeza en contra de la
decadencia que se profundiza en su continente, llaman en cambio a una cruzada en
contra del Islam y a evitar que los invada con sus valores. Habría que
preguntarse al respecto si aun para los mismos católicos en el fondo no estaría
bien que ingresara una religión que plantea la guerra contra el mundo moderno y
no en cambio adaptarse al mismo tal como sugiere la iglesia de Irlanda. En
pocas palabras si para un integrista católico en el fondo Bagdadi no resultaría
preferible a la figura de Francisco.
Marcos Ghio
No hay comentarios:
Publicar un comentario