LA PERVERSIÓN
DE LA
DEMOCRACIA
Cuando hablamos de perversión
de la democracia nos estamos refiriendo a que ella constituye una serie de
sugestiones y conductas contrarias a un proceder sano, natural, armónico y
equilibrado del hombre y de la sociedad, y al mismo tiempo, un conjunto de
incoherencias que no resisten al menor análisis crítico.
El falso dogma de la
igualdad que considera en un mismo plano el voto de un sabio que el de un
delincuente, el de un profesor que el de un alumno, el de un héroe que el de un
mediocre, tendría ya, de por sí, que despertar alarma. Sin embargo la
democracia se ha introducido en todos los intersticios de la sociedad moderna,
merced a una constante tarea de las fuerzas subversivas, y llegando a una total
inversión de polaridad, hoy se considera normal lo que es totalmente anormal.
Todo este sistema de ideas se ha introducido en las masas modernas como una
segunda naturaleza, gran parte de la humanidad ya cree que la democracia es la
única forma de gobierno, y aún más, un estilo de vida y una concepción del
mundo.
Una de las grandes incoherencias
de la democracia reside en el hecho que sus predicadores fundan sus ideas en el
constitucionalismo, la división de poderes, la periodicidad de los mandatos y
una verdadera república respetuosa de supuestos derechos humanos, y con estos
presupuestos pasan por alto el hecho que hoy día hay poderes nacionales e
internacionales que se comportan en forma nada democrática y a los cuales les
convienen las prédicas de los apóstoles democráticos. La democracia sostiene
así al totalitarismo moderno. Los que mandan o pretenden mandar en el mundo y
constituir así un gobierno mundial, como por ejemplo el Council for Foreign
Relations, la Trilateral Comission, los círculos Bildenberg o las reuniones en
Davos y otros, toman decisiones que afectan a todo el mundo entre muy pocos, a
los que nadie votó y ocupan cargos de por vida. Aquí no rige ninguna
constitución y los derechos humanos son para la gilada crédula. Son
organizaciones que proponen el viejo refrán de “haz lo que yo digo y no lo que
yo hago”. Democracia para todo el mundo pero nosotros nos comportamos como
verdaderos autócratas. Con esto consiguen debilitar a los estados, crear
gobiernos débiles con mandatos limitados, con la división de los poderes
enfrentar unos con otros, multiplicar los conflictos mediante la proliferación
de partidos políticos y así allanar el camino para la penetración de todo tipo
de corrientes ideológicas que los medios de comunicación monopolizados las usen
luego para el lavado de cerebros de las manadas bovinas que ya no saben lo que
es pensar. La democracia está pues al servicio de la plutocracia mundial y del
totalitarismo que amenaza a toda la humanidad, y sirve de piel de cordero para
el lobo.
Los que pretenden criticar a
la democracia son marginados cuando no perseguidos, silenciados por no ser
políticamente “correctos” como se dice ahora, por contrarios a la nueva
religión laica.
Pero no queremos que las
cosas se confundan. Lejos estamos de propiciar golpes de estado que tanto daño
han causado en nuestra América, y en última instancia solo han servido para
regresar a la democracia.
Nuestra tarea ha de ser la
de agrupar a los pocos hombres libres que aún intuyan, piensen, sientan que otra humanidad es posible, pero
no cualquier otra humanidad sino la única posible, la que se fundamente en la
Tradición. Esos pocos hombres libres, organizados en una Orden Tradicional, llegados
momentos de caos, de desorden y de inimaginables desastres y catástrofes serán
convocados al mando, serán los demás los que tengan necesidad de ellos, al
contrario de lo que hacen los políticos modernos que necesitan engañar y
corromper a las masas para acceder al gobierno.
San Carlos de Bariloche, 4 de
mayo del 2015
JULIÁN RAMÍREZ
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