sábado, 23 de enero de 2016

GHIO: SUERTE PERRA

SUERTE PERRA



Quizás la Argentina hoy sea lo que para Tocqueville era Norteamérica respecto de Europa en el siglo XVIII: el lugar donde las cosas pasan primero. Acá se inventó el corralito que luego pasó a Europa. Hoy con Macri tenemos la estupidez institucionalizada, pero con la peculiaridad de que, a diferencia de otros fenómenos similares, como el de Berlusconi en Italia, esta vez tiene un cerebro que la planifica y que ex profeso banaliza la función pública con la finalidad de crear 'un presidente creíble' para los tiempos que corren.
Esto viene al caso porque días pasados apareció sentado en el sillón presidencial -y para colmo exhibido como un mérito- el perro personal de Macri de nombre Balcarce, lo cual representaba todo un signo de los tiempos de decadencia en que hoy vivimos en donde los valores más sagrados son rebajados a las dimensiones más insólitas. Pero lo increíble del caso es que esto, respecto de lo cual podría haberse pensado en un primer momento en un simple desliz o una imprudencia, es en cambio hecho a propósito y con una finalidad bien precisa. Veamos los argumentos que nos da el promotor de imagen presidencial, el ecuatoriano Durán Barba quien es a todos luces el gran responsable de que hoy tengamos a este presidente.
-¿Qué representa para usted fotografiar a un perro en el sillón presidencial?
-Que no nos tomamos en serio. Nada hay más importante que reírse de sí mismo. (Es decir que hoy en día es bueno y rentable pues otorga votos el ser frívolo)
Yo siempre me reí del poder. Y me gustan los mandatarios que son capaces de reírse del poder y de sí mismos. Si ponemos a Balcarce cuando Mauricio es presidente, estamos diciendo "no nos la creemos, no somos dioses. Balcarce viene acá y está perfecto, somos seres humanos comunes". Es el mensaje más profundo de la campaña de Mauricio.
(Es decir, como estamos en democracia, el que gobierna es uno más y de los tantos, no un ser superior capaz de transformarnos, sino alguien que refleja todo aquello que de grotesco tenemos en nosotros mismos y que, si rigiera la normalidad, nos preocuparíamos por esconder ante los demás y no exhibir)
Macri es un ser humano común. Tiene un perro, adora a su hija, se lleva bien con su mujer, le gusta bailar, se enoja, se entristece.
-Balcarce podría ser también otra forma de demagogia. "Soy como ustedes, tengo un perro".
-No. La primera cosa que le digo a un candidato cuando lo asesoro es: no mientas nunca y sé lo que eres. Mauricio me dijo: "odio dar discursos" (quien odia la palabra odia también el pensamiento). "Bueno -le respondí- entonces no los des (muéstranos en cambio a tu perro)".
Sin palabras. El ciclo se cierra.

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