IMPORTANCIA DEL FACTOR HUMANO EN LA GUERRA
Tengo a la vista el artículo
de un periodista publicado por agencia RT el pasado 18-3-16 y elaborado para
Reuters, titulado "¿ porqué las tropas extranjeras entrenadas por EE.UU.
no tienen éxito en combate?"
Si bien tanto Reuters como RT
( Russia Today) no son fuentes de nuestro agrado - ambas son voceros y
propagandistas de lo peor del mundo moderno - no por ello podemos dejar de
rescatar alguna perla.
El articulista critica la
tesis del exsecretario de Defensa de los EE.UU., Robert Gates, que sostuvo que
los militares de EE.UU. son incapaces y demuestran escasa disposición en los
entrenamienos de fuerzas destinadas a combatir al fundamentalismo islámico. El
articulista, Lawrence Korn, sostiene, por el contrario, que la causa de la
falta de éxito no estriba en el mal entrenamiento o el mal equipamiento, sino
en el hecho que esas fuerzas no están
suficientemente motivadas. Agrega el articulista que " el éxito
militar en el campo de batalla depende de si los hombres y las mujeres están
dispuestos a luchar y morir por un gobierno en el que creen..." Y pone
algunos ejemplos. En septiembre del 2015 7.000 efectivos afganos entrenados y
equipados por EE.UU. fueron derrotados en Kunduz por los talibán muy inferiores
en número. Lo mismo ocurrió en Irak en 2015 y hasta en Vietnam en 1975. Lo
mismo se percibe en las fuerzas sirias entrenadas por EE.UU. que no solo no
luchan contra el Estado Islámico sino que se unen a fuerzas fundamentalistas.
El análisis del periodista es
correcto pero incompleto, no profundiza en el tema que va mucho más allá de una
simple falta de motivación causada por un gobierno en el que no se cree. La
verdadera y más profunda causa está en que los yihadistas son portadores de una
concepción religiosa del mundo y de la vida en tanto los mercenarios por más
bien entrenados y equipados que estén no superan las ideologías del mundo
moderno amén de los beneficios económicos que se les ofrecen. El horizonte es
totalmente material, consumista y burgués y todo ello es insuficiente frente a
los que están convencidos que esta vida es un simple tránsito hacia lo que es
más que vida.
En la actual guerra de
civilizaciones se ha manifestado un particular tipo de personas: son los
mártires - los "shahid" - que entregan su vida en la yihad por una
causa religiosa para alcanzar así la vida eterna. Su cuerpo se transforma en un
arma mucho más poderosa que las más modernas que puedan poseer sus enemigos.
Todavía en la era burguesa se manifestaban ejemplos de combatientes que
entregaban su vida por la patria, o por su rey o por la libertad o por el
pueblo o por el honor. Incluso en el marxismo hubo quienes lo hicieron por el
socialismo, pero todos ellos lo hacían en un plano naturalista sin alcanzar una
instancia superior. Pero la entrega de su vida por lo que supera todo lo humano
es actualmente patrimonio de los fundamentalistas islámicos. Entre los que
defienden al mundo moderno nadie va a sacrificar su vida por la democracia, por
la constitución, por la civilización o por los derechos humanos. Les faltan
profundas convicciones, son vulgares retóricos y sus inspiradores
intelectualoides de ínfima calidad humana.
A los que aún pretenden
defender a la civilización occidental, ex-cristiana, y a sus inexistentes
valores les recordamos a San Bernardo de Claraval quien en su opúsculo dedicado
a la Orden de los Templarios hace casi 900 años y titulado "Alabanza de la
nueva milicia" decía: "La muerte de los santos será siempre preciosa
delante de Dios; mas la que ocurre en la guerra es tanto más preciosa cuanto
mayor es la gloria que la acompaña...el nuevo género de milicia no conocido en
los siglos pasados, en el cual se dan a un mismo tiempo dos combates con un
valor invencible: contra la carne y la sangre y contra los espíritus de
malicia...no es maravilloso ni raro resistir generosamente a un enemigo
corporal con las solas fuerzas del cuerpo...tampoco es cosa muy extraordinaria,
aunque sea loable, hacer guerra a los vicios o a los demonios con la virtud del
espíritu. Mas ¿quién no se pasmará por una cosa tan admirable y tan poco usada
como ver a uno y otro hombre poderosamente armado de estas dos suertes de
armas?...no teme ni a los demonios ni a los hombres...no teme la muerte puesto
que desea morir..."
San Bernardo nos plantea la
misma cuestión que la doctrina islámica de la gran guerra santa y la pequeña
guerra santa. Se trata de la misma idea tradicional vista desde dos religiones
diferentes. Es una feliz coincidencia en la unidad trascendente de las
religiones.
El moderno católico ha
olvidado todo esto. Tal vez algunos sepan reaccionar y recuperar ese
catolicismo heroico, viril y guerrero.
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