UNA VEZ MÁS: BANNON O EVOLA
Una vez más tenemos que terciar en el debate debido a los desconocimientos respecto de la obra de Evola surgidos especialmente a partir de su exaltación por parte de figuras exponentes del nacionalismo blanco como el trumpiano Bannon. Según el mismo, Evola habría sido un incondicional defensor de la pureza de la raza blanca respecto de los severos riesgos de mestizaje que hoy la aquejarían. En realidad una lectura atenta de su principal obra La raza del espíritu nos permite constatar que en ningún momento Evola se ha opuesto al mestizaje racial, es más señaló como en el mundo animal en el caso de las crías, cuando una raza se encuentra en decaimiento es bueno cruzarla con otra diferente para obtener su refuerzo. Lo único que rechazaba eran cruzas entre razas dispares que no pudiesen establecer esta situación de fortalecimiento sino en cambio suscitar conflictos entre tendencialidades opuestas presentes en un mismo individuo con dos orientaciones raciales antitéticas,
En el caso específico del trumpismo representado por Bannon es justamente lo opuesto al pensamiento evoliano que en manera espontánea y anticipada fue manifestado por España en su obra colonizadora de América. Mientras que los nacionalistas blancos, con Trump y Bannon a la cabeza, desdeñan los mestizajes de blancos con aborígenes en su rechazo por la inmigración de 'cholos' hacia el territorio ocupado por los EEUU (dos tercios del mismo fueron sustraídos a España y a México) el evolianismo reputa tal cruza como oportuna. Decían al respecto Sarmiento y Alberdi en el siglo XIX, liberales que anticiparon el trumpismo, que dos razas ociosas se cruzaron en América, el español medieval y el indio nómada, dándonos como consecuencia el gaucho mestizo que heredara de las dos razas originarias su desprecio por el trabajo. Esto que para los trumpianos es algo malo y pernicioso, es por el contrario para nosotros una cosa estupenda. El ocio y la contemplación tienen primacía por sobre el trabajo, modelo sobre el cual en cambio por igual se asientan las dos sociedades producidas por el 'blanco': el capitalismo y el comunismo, por igual adoradores de la economía como destino del hombre. Para el gaucho la vida era armonía con la naturaleza a la cual reputaba como su propia extensión existencial, el yanqui en cambio la reputa como la tierra a depredar y con la que mercar. La vida es pues tránsito y no un todo en el cual disolvernos.El trabajo está al servicio del hombre y no el hombre al servicio del trabajo como sostiene en cambio el yanqui. Saludamos pues la invasión de cholos a los EEUU y que rompan los muros de contención que Bannon y Trump les quieren imponer.
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