martes, 11 de agosto de 2020

FORNICAR EN LUGAR DE REINAR


FORNICAR EN LUGAR DE REINAR









Inglaterra, a diferencia de España, con la que disfruta por igual de ese verdadero fraude llamado 'monarquía' constitucional, tuvo por mucho tiempo las cosas en claro: el rey y su familia eran algo así como una telenovela morbosa para consumo de la chusma a fin de que, con tal constante exhibición, tuviera presente siempre que su patología e imperfección representaba en cambio un estado de normalidad y salud para lo cual el que estaba en la cima multiplicaba hasta la hipérbole los vicios del 'soberano'. Así pues eran comidilla de la prensa común escándalos tales como los de la princesa Diana, de Camila, del amante árabe, todo lo cual inspiró incluso una importante serie televisiva. España en cambio había mantenido por mucho tiempo en silencio y discreción tal morbosa costumbre ya que la prensa, o por recato o presión, no solía ocuparse de tales cosas, hasta que años atrás, tras haberse quebrado la cadera cazando un elefante a pesar de calificarse de ecologista, saltó el escándalo del soberano con la amante alemana. Sucesivas investigaciones mostraron también que le había 'regalado' la módica suma de 65 millones de euros así como que se trataba de un notorio traficante de divisas, todo ello disfrutando del peculio que le entregaba el pueblo español. Ha quedado en claro al respecto que su apoyo fervoroso a la democracia efectuado en 1981 para coartar un golpe de estado en contra de este sistema perverso, se hizo a cambio de una libertad esencial para su persona consistente en poder fornicar a su antojo y a lo loco. Investigaciones sucesivas manifiestan que en sus años de actuación pública tuvo cerca de 5000 amantes, es decir un promedio de más 100 por año, indudablemente una personalidad enfermiza, solidaria y sustentada por un Estado también enfermo. Que esta excrescencia haya ocupado el lugar de Isabel y Fernando o Carlos V es una vergüenza a reparar.

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