jueves, 1 de julio de 2021

DECÍAMOS AYER: ¡ALERTA ROJO! OFENSIVA SIONISTA EN LA PATAGONIA

DECÍAMOS AYER
En este texto escrito hace 35 años alertábamos respecto del peligro que se cernía sobre nuestra Patagonia respecto de un posible secesionismo el cual comenzaba a través de la privatización de sus recursos naturales, principalmente el gas y el petróleo, los ucales pasaban a ser de argentinos a propiedad de los escasos habitantes del tal región, aunque en realidad pasaran a serlo de sus oligarquías políticas. Lo que ha pasado ha sido en cambio que luego de haberser por ley provincializado tales recursos, tales oligarquías han podido lanzarse a campañas presidenciales llegando a la conquista dle poder político. 




EL FORTÍN


1ra ÉPOCA - N°9


12 de Febrero de 1986 - Pág. 1 y 2


¡ALERTA ROJO!
OFENSIVA SIONISTA EN LA PATAGONIA


EL SUSTRATO RELIGIOSO DEL SIONISMO



Se dice que en cierta circunstancia el emperador Federico el Grande, tras haber interrogado a diversos teólogos de otras tantas religiones acerca de las pruebas de la existencia de Dios; le preguntó una vez a su médico judío Jacobowsky acerca de cuál era el argumento que al respecto su pueblo esgrimía. Y se dice también que éste le contestó sin hesitar con una respuesta asombrosa: “Los judíos, su Majestad”.

Y bien, si es imposible conocer a Dios sino por sus efectos, ¿quién sino el pueblo elegido para testimoniar mejor su presencia? El judío expresa de manera paradigmática la relación existente entre el hombre y su creador, de carácter dialéctico y paradojal. Ante los ojos de Dios el hombre es simultáneamente dos cosas contradictorias. Es pecador y es elegido, no siendo ninguno de estos dos factores causa del otro. No es el hombre elegido por ser pecador, del mismo modo que no es pecador por ser elegido, sino que una y otra cosa son independientes; es a pesar del pecado que el hombre es elegido por Dios.

El pecado expresa la situación normal del hombre ante los ojos de su Creador, su descarrío, su corruptibilidad. Es el signo claro que sirve para establecer como un hiato entre dos dimensiones opuestas. La elección es en cambio el destino existencial que posee el hombre, el de poder llegar, mas no fatalmente, a compartir la plenitud divina.

Estas dos actitudes diferentes y paradojales se establecen arquetípicamente en las relaciones de Dios con el pueblo judío. Justamente para resaltar lo que es el nombre ante sus ojos, Dios no elige al mejor de los pueblos para depositar su mensaje y luego encarnarse entre él, sino al pueblo más pecador y menos virtuoso de todos. Pueblo de “dura cerviz”, infiel, cobarde, servil, traicionero; en fin, un pueblo en el que el pecado expresa la más aguda y grave de sus manifestaciones. No hay nación que a lo largo de la historia no lo desdeñe y persiga por tales razones.

La Biblia es una muestra clara de tal ambivalencia del judío; en ella vemos dos movimientos constantes: por un lado, Dios ayudando y conduciendo a este pueblo a través de diferentes coyunturas para evitar su aniquilamiento y, por otro, éste apartándose de Él y traicionándole constantemente.

El ejemplo más típico es el episodio de la huida de Egipto. El judío debe ser literalmente arrastrado por Moisés a abandonar su esclavitud. Y más tarde, a pesar de las incontables pruebas de protección divina, no hay circunstancia en la que no le reproche a su conductor por haberlo sacado de tan vergonzoso pero seguro cautiverio; y bastó que por una noche Moisés se alejara a rezar y recibir los mandamientos para que enseguida comenzara a venerar a un gran becerro de oro. Justamente es hacia esta divinidad descarriada que se dirige la religiosidad desviada y pecaminosa de los judíos, teniendo por contrapartida la actitud airada de Moisés que acaba con los ídolos y lo reorienta hacia el camino correcto.

Dios o el becerro de oro son las alternativas que se presentarán siempre: por un lado, un Señor que conduce hacia una Tierra Prometida, entendida como vida eterna y que en tal camino lleva consigo a los elegidos fieles, tales como los santos profetas y los conductores heroicos; pero por otro la sórdida secularización de tal misteriosa máxima que consiste en temporizar la idea de Tierra despojándola de todo contenido simbólico y comprendiéndola como un reino de este mundo.

Este crudo y rígido antagonismo se expresará nítidamente con Jesús: por un lado, Dios con sus elegidos y por otro la inmensa mayoría de los hebreos. La gran enemistad entre ambos estriba en que: si Jesús propone el Reino de Dios (“Mi reino no es de este mundo»); por otro lado, se encuentra el judaísmo farisaico y saduceo, para quien, por el contrario, la tierra prometida era el señorío sobre la tierra.

Esta lucha entre cristianismo y fariseísmo, del mismo modo que antes lo fue entre la religión de Moisés y la del gran becerro, o la de Jacob y la de Esaú, se perpetúa incesantemente hasta nuestros días.

El judaísmo farisaico es una mística y religiosa voluntad de poderío sobre los bienes mundanos, expresándose políticamente en un superimperialismo para el cual todos los medios son lícitos en función de un fin supremo inmanente, el dominio y gobierno mundial.

Tal es hoy la esencia del sionismo, expresión política y religiosa del judaísmo farisaico contemporáneo que, si bien ampliamente mayoritaria, no debe ser confundida con la totalidad del judaísmo, el cual, por lo general, por su proximidad, ha sido el más tenaz opositor ante la esclavitud sionista que quiere imponerse en la totalidad del planeta. Ejemplo típico en nuestro país ha sido la señera figura, por supuesto silenciada por la totalidad de la prensa, del gran rabino Czyzorik, autor de importantes obras de franca denuncia de los siniestros planes del sionismo.


DE LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION AL PLAN ANDINIA


Los planes sionistas de dominación mundial fueron manifestados en dos obras fundamentales entre fines del pasado siglo y comienzos de éste: «EI Estado Judío» de Teodoro Herzl, fundador del sionismo y los “Protocolos de los sabios de Sión”. En la primera obra, el autor esboza un preciso plan político para establecer el dominio del mundo por el judaísmo. Señala allí la existencia de dos espacios vitales para los judíos. Por un lado, el Israel histórico, en la tierra Palestina, que debería ser el receptáculo de la población judía de la diáspora y por otro un segundo territorio que representaría el Israel del futuro, con características cabales de tierra prometida, debido a sus vastas riquezas inexplotadas ya su escasez de habitantes. Este segundo territorio era la República Argentina.
El plan sugerido en ambos casos para llegar a constituir tales nuevas naciones era principalmente el impulso de la inmigración, fomentada incesantemente desde distintos centros judíos de Europa. En nuestro caso se recuerda al respecto entre otros la obra del barón Hirsch, magnate judío que, en consonancia con tal plan compró vastas extensiones de tierras de Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe para establecer allí colonias judías, tales como por ejemplo la de Moisesville.
Tal inmigración sirvió para que nuestro país con el tiempo alcanzara a poseer la tercera colectividad judía en importancia del planeta.
A comienzos de siglo aparecerán los muy famosos y debatidos Protocolos de los Sabios de Sión. Más allá del problema de la originalidad de los mismos, lo cierto es que en ellos se expresará la táctica precisa por la cual el judaísmo sionista, a través de los poderes fácticos ya conquistados, podía avanzar sobre el campo político estableciendo con el tiempo una inmensa pinza de dos brazos, a través de los cuales apretaría con fuerza en la soberanía y libertad de todas las naciones. Un brazo es el capitalismo angloyanky, manejado en su estructura financiera por la gran banca sionista. y el otro es el comunismo soviético, brazo armado imperialista de tal poder en el que, tal como fuera demostrado por multiplicidad de obras publicadas, más del 90% de los jefes de dicho movimiento eran judíos sionistas. Esta conspiración avanza a pasos agigantados sobre el planeta, teniendo como meta final el dominio de todos los pueblos del mundo a través de un gobierno central único y secreto, tal como fuera formulado a comienzos de siglo por la sociedad esotérica judeo-masónica «Sinarquía» y en la actualidad por la «Trilateral», cuyos principales miembros son, los sionistas Kissinger, Rockefeller, Brezinsky y también cristianos -como E. Kennedy, quienes con verdadero entusiasmo cipayo fueron recibidos recientemente por nuestra principal dirigencia argentina.
El último documento sionista aparecido en su primera parte en la década del sesenta, es el plan Andinia en donde se detallan claramente los pasos sucesivos para concretar el proyecto de constitución de un estado judío en territorio argentino. Aquí se explicita que no se trata de la lisa y llana ocupación de nuestra Patria, tal como podía haberse supuesto de la lectura de la obra de Herzl, sino de su parte más importante en cuanto a las riquezas potenciales.
Se intenta allí profundizar una vertiente política ya existente en nuestra historia, fomentada por el imperialismo inglés desde Mayo de 1810 y consistente en el fenómeno de la balcanización. Lo que significa impulsar el secesionismo espontáneo que fomentaran “próceres” unitarios como Sarmiento y Rivadavia, para quienes el mal de la Argentina era la extensión, por lo cual hasta que nuestro país no se achicara geográficamente al nivel de las naciones europeas, era imposible su normal gobierno. Teoría absurda que por sí sola descalificaría a tales «próceres», pues no explica cómo Rusia y USA llegaron a ser grandes potencias con un, territorio que por lo menos nos duplica. Fue justamente Sarmiento el que dijo por tal razón que la Patagonia no valía un barril de pólvora y hoy sus dignos herederos al frente del Estado Argentino; que han puesto su vergonzante efigie en nuestros billetes, la postergan intencionalmente para justificar mañana su renunciamiento a ella; así como antes lo hicieron con las islas del Beagle que abandonaron a Chile por ser desérticas e inútiles.
Este fenómeno pro secesionista ya fue denunciado en dos oportunidades por El Fortín N° 1 Y 4 y por la Revista Cabildo N° 80 y 91, cuando se mostró cómo diversas instituciones y personalidades -a sabiendas o inconscientemente- trabajaban, desde la Patagonia promoviendo cada vez su mayor autonomía, cuando no Ia lisa y llana independencia, como sugerían el ing. San Martín, el diario Río Negro y el grupo separatista PAÍS. Muchos sectores, si bien no eran abiertamente secesionistas, sin embargo, manifestaron miopía suficiente como para no ver que la finalidad del cerrado centralismo porteño no es otra que la de generar la reacción dialéctica antitética del localismo o independentismo; justamente concordando así con el proyecto judiosionista de Andinia.
La segunda parte del plan se conoció en 1973, en plena guerra civil entre marxistas y nacionales, siendo uno de sus principales reveladores el gran patriota J.I Rucci, que fuera secretario general de la CGT y que curiosamente al poco tiempo de haberse hecho eco de tal denuncia, fue asesinado, también curiosamente, desde las azoteas de una escuela israelita.
Este segundo proyecto iba ya a una esfera más directa de destrucción y aniquilamiento de la sociedad argentina a través de la agudización de sus conflictos internos y -lo cual en la actualidad se vislumbra de manera clara- evitar el desarrollo del país a través del endeudamiento externo para que, cuando «Andinia se independice de la Argentina, ésta pueda oponerle un deficiente ejército» y para que también pueda comenzar a funcionar tal nueva nación con sus riquezas intactas.
Esto último también, va acompañado por un conjunto de filosofías deletéreas y pacifistas que siembran desconfianza hacia la idea de Nación y de su defensa, de modo tal que, cuando la Patagonia intente independizarse, no haya en ella ningún sector patriótico de relieve capaz de defender hasta el final su raíz histórica argentina. Además de los sectores antes mencionados podemos citar también obviamente al marxismo, a la Coordinadora Radical y otros sectores izquierdistas de Renovación y Cambio, a la apóstata Iglesia Rionegrina, al movimiento hippie, a sociedades ecologistas. En este último caso valga la denuncia efectuada por la Revista Cabildo N°S1 en la que se muestra cómo dichas sociedades, con la excusa de proteger el medio ambiente, en muchos casos se oponen vehementemente al desarrollo tecnológico de la Patagonia, para mantener así su suelo virgen para el día en que se constituya Andinia. Curiosamente es jefe de tal sociedad un funcionario del gobierno radical, el arq. Oscar Silberman. Gobierno éste que, como se sabe, se encuentra compuesto por un nutridísimo grupo de sionistas en sus puestos claves, habiendo sido dicha influencia decisiva para la devolución de los bienes pertenecientes al «desaparecido» delincuente David Graiver.

EL ASENTAMIENTO JUDIO DE "EL CALAFATE"



Esto podría haber sido calificado como una inmensa fantasía de no ser que el pasado 5/1/86 la

agencia DYN difundió la siguiente noticia que resumimos. «En la localidad santacruceña de El Calafate, a 200 KM. de Río Gallegos y a escasos de la frontera con Chile, se piensa establecer una colonia judía compuesta de 10.000 israelitas. Alberto Levy, portavoz de los israelíes que realizan un relevamiento en la zona manifestó: «este proyecto es largamente acariciado (por lo que hemos visto cuenta con casi 100 años de vida) y (he aquí la sorpresa) cuenta también con el aval de las autoridades argentinas». La localidad ya ha recibido en esta temporada a varios cientos de mochileros judíos quienes ya han llevado a su fin el relevamiento de la zona (o sea que ya estaríamos en la etapa final).
Consultados (los buenos paisanos) sobre la elección del lugar que, a pesar de sus encantos naturales ofrece algunas complicaciones en el invierno por insuficiente infraestructura, éstos contestaron: “También fueron difíciles las condiciones que había donde actualmente se levanta el Estado de Israel” (No se aflijan pues chicanos que de Andinia vamos a hacer un gran jardín como sucedió con Palestina. Para ello contaremos con el abnegado esfuerzo que Uds. y tantos chilenitos hambrientos que Pinochet nos envía gratis y a los que la Argentina, episcopados de por medio, facilita su entrada, del mismo modo como antes nos trabajaron los toscos beduinos) (Pero además) «podemos considerar que aquí tenemos petróleo, (que por supuesto dejará de explotar YPF en la medida en que las provincias se habrán rebelado contra la Nación privatizando sus recursos energéticos), una tierra feraz, abundante agua y un clima adecuado para nuestras necesidades, salvo en invierno. Pero esto no es un problema mayor» (Pues nos trabajarán Uds. los chicanos). Y como además son unos cándidos que, al decir de nuestro compatriota Lenin, cuando se quiera ahorcar a vuestros dirigentes, éstos harán una licitación para ver quién nos vende la soga, «estamos ya gestionando ante el gobierno nacional créditos y subvenciones (las que les niegan a sus compatriotas, pero como nosotros somos el pueblo elegido, ya los) trámites están bastante avanzados”.
Con ironía remata la agencia periodística que el gobernador Puricelli de Santa Cruz, cuando hace tres meses creó en dicha zona el pueblo de El Chálten, no sólo no halló por parte de la Dirección de Parques Nacionales «buena disposición y trámites bastante adelantados», sino por el contrario, por haber interferido con el plan sionista, recibió un “duro cuestionamiento”.
No ha resultado llamativo el silencio de nuestras autoridades y de la totalidad de la Prensa. Sucede que el asentamiento judío de El Calafate es una de las principales imposiciones de F.M.I para refinanciar la deuda y que el banquero Rockefeller se habría encargado de exigir con vehemencia en su último viaje a la Argentina.
Pero ésta no será la única medida que adoptará el sionismo en el Cono Sur. Podemos asegurar que, para constituir su estado secesionista en la Patagonia apelará a las siguientes acciones:

1) La agudización de la crisis interna argentina que generará cada vez más el conflicto entre las castigadas provincias sureñas y el poder central, implementando éstas como respuesta, medidas que apuntan al separatismo, como la ya denunciada ley de Hidrocarburos neuquina (El Fortín N° 4 y 5).

2) Insistirá en la radicación de chilenos en la Patagonia, contando para ello con la inestimable colaboración de los distintos obispados de Río Negro y Neuquén (véase nota La inmigración chilena) para, de esta forma, desequilibrar la composición demográfica de la zona.

3) Apoyará al gobierno de Pinochet para que, en un futuro, envalentonado por la agachada argentina en el Beagle y con la ayuda de los ingleses estacionados en Malvinas, intente una invasión a Santa Cruz (ver El Fortín N°3) para resolver un histórico conflicto, tomando como excusa la represión que el gobierno central hará de unas huelgas de trabajadores en su mayoría chilenos; o también, opinan otros, por la ayuda que el gobierno socialdemócrata de Alfonsín brinda a los terroristas chilenos. Se considera también que, estando la localidad de El Calafate en manos sionistas y, al hallarse en el límite mismo con Chile con un fácil acceso entre los cerros Vaguales y Paine, ello facilitaría un rápido ingreso de tropas chilenas a nuestro territorio. Esta importante misión que le queda reservada a Pinochet es LA UNICA RAZON POR LA CUAL EL PODER MUNDIAL NO LO HA DERROCADO AUN COMO EN CAMBIO, YA LO HÁ HECHO CON LAS DICTADURAS MILITARES DE BRASIL, URUGUAY Y LA ARGENTINA.

4) Una vez desatado el conflicto bélico, ante la inferioridad militar argentina, generada por Fuerzas Armadas desmanteladas por un gobierno para el cual “no existen hipótesis de conflicto»; de común acuerdo, se solicitará a la Naciones Unidas la intervención de los cascos azules. Tras una administración conjunta de este organismo con Argentina y Chile de los territorios ocupados y ante la pluralidad de documentaciones presentadas por ambos países acreditando la soberanía en la Patagonia, se resolverá, de acuerdo a la tesis británica, con un plebiscito, el futuro de tal territorio. Se descuenta que, tras una astuta propaganda instrumentada por el experto sionista David Ratto, que dirigiera las campañas de Alfonsín, se le hará ver al patagónico que, si explotara para sí sus incontables recursos, contaría con los ingresos per cápita a la altura de los países más ricos del planeta (tesis ésta que ya fuera desarrollada en 1984 por el infame diario Río Negro); la postura independentista triunfará entonces tanto sobre la chilena como sobre la Argentina. En poco tiempo el sionismo, debido-a su número y organización, se hará cargo del Estado, al que no llamará Andinia para no hacer tan alevosa la intriga, pero le buscará un nombre simpático para la comunidad internacional, cosa en la cual ya estaría pensando la empresa Ratto.
Si los patriotas argentinos que quedamos en la Patagonia no nos agrupamos como corresponde realizando actividades de esclarecimiento; si la tarea que realiza solitariamente El Fortín no es apoyada y multiplicada; dentro de poco tiempo seremos extranjeros en nuestra tierra 
¡¡¡ALERTA ARGENTINOS!!!


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