lunes, 21 de marzo de 2022

AQUELLA CONTAMINACION DE LA QUE NO SE HABLA

AQUELLA   CONTAMINACION DE LA QUE NO SE HABLA




No cabe duda alguna de que el planeta se encuentra altamente contaminado por un capitalismo y socialismo rapaces que han depredado al medio ambiente a fin de hacer de la vida simple por la que ocasionalmente se transitaría como producto de un lejano bigbang sin ningún sentido ulterior que la explique, una cosa muy placentera para todos los que nos encontramos ahora aquí.
Así pues hemos visto en los últimos tiempos los efectos principales y más ostensibles de tal depredación irracional del medio ambiente, tales como las pandemias incesantes e interminables, las tremendas sequías que incendian por doquier, los aires irrespirables, los polos que se derriten e inundan, etc, etc. Todo ello anticipando un final irreversible del mundo moderno y, como su consecuencia probable, de nuestro mismo planeta.
Pero henos aquí que hay otra contaminación de la que no suele hablarse y que mientras que las anteriores se hacen ostensibles por los daños físicos producidos, esta última afecta en cambio al alma de las personas intoxicando su medio de expresión cerebral evitándoles razonar adecuadamente y cayendo por lo tanto en actitudes reduccionistas.Se trata aquí de la contaminación producida por los agrotóxicos empleados en la alimentación para hacer a los alimentos fácilmente multiplicables destruyendo las plagas que los corroen a fin de asegurar su abundancia. Estos agrotóxicos son respirados y consumidos habitualmente por las personas que producen en casos múltiples daños severos que debido a su importancia y variedad excepcionalmente revisaremos en publicaciones futuras.
Queremos comenzar hoy con lo que suele calificarse como el pensamiento binario o también el del chivo expiatorio.Existe en el mundo una serie de males como los antes enunciados y muchos otros respecto de los cuales y para detectar su origen exigen grandes trabajos de elaboración, análisis y síntesis, pero debido a la tremenda intoxicación mental antes aludida hoy se quiere resolver todo canalizando la culpa hacia alguno o algunos en particular a los cuales se les termina asignando un poder que realmente no tienen. En una época tuvimos la reductio ad Hitlerum según la cual siempre que aparecía un poblema difícil de resolver el responsable era el nazismo imperante y residual presente en las personas,  que algunos llegaron a calificar como el enano fascista que mora adentro de nosotros y al que debemos eliminar Pero ahora se le ha sumado otra que es la reductiuo ad Soros, siendo el empresario Soros la concentración de todos los males del planeta y respecto del cual, si no queremos extraviarnos en dificultades y elucubraciones difíciles, estamos obligados a hacer siempre lo contrario de lo que éste afirma o manifiesta. Por ejemplo hubo una pandemia (aun la hay) y el aludido dijo, aplicando el sentido común, que era indispensable vacunarse. Pero como por la aludida polución tal figura ha sido demonizada, en realidad no habría que hacerlo pues sería una maniobra de éste para exterminarnos o controlarnos.
 Y aun ahora cuando gracias a la vacuna puede hablarse de una reducción de la enfermedad a límites mucho más razonables, la reductio ad Soros afirma que en realidad fue al revés gracias a que hubo muchos que no le hicieron caso que la enfermedad fue detenida y disminuida.
La gravedad de la polución no cesa y sus consecuencias siguen siempre vigentes. Un déspota llamado Putin quiere recrear la antigua Unión Soviética la cual según su peculiar punto de vista no habría sido la responsable de haber producido 100 millones de muertes, sino en cambio su desaparición habría representado una tremenda tragedia histórica. Las impresionantes matanzas y ejecuciones en relación a tal fin en muchas personas han terminado no haciendo mella ante la nuevamente irrupción de la reductio ad Soros. Bastó con que el empresario húngaro manifestara su rechazo por Putin y su invasión para que los trágicamente contaminados se manifestaran fanáticamente defensores del aludido tirano haciendo abstracción de todo lo demás.
Hay que terminar pronto con la contaminación producida por los agrotóxicos, los daños cerebrales resultan incalculables y son cada vez mayores. Continuaremos relatándolos a fin de que se tomen medidas urgentes y de excepción

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