REFLEXIONES ACERCA
DE LA IDENTIDAD ÍBERO-INDO-AMERICANA
Entendemos por identidad el conjunto de las
características que son propias de un pueblo o de un conjunto de pueblos. En
este caso nos referiremos a los pueblos íbero-indo-americanos a los cuales
pertenecemos, pero no a todas sus características, sino a aquellas que Julius
Evola ha señalado como la elección de las tradiciones.
En nuestro vasto continente
los íbero-indo-americanos ocupamos una superficie de 20 millones de kilómetros
cuadrados, sin contar la proyección antártica, con una población en crecimiento,,
de 600 millones de personas. La región del mundo más alejada de los grandes
conflictos mundiales típicos del hemisferio norte, con toda clase de recursos
materiales y con acceso a los dos más grandes océanos y amplia variedad de
climas. No tenemos conflictos étnicos, somos un continente mestizo, con predominio de la religión católica y con
unidad idiomática ya que tanto el castellano como el portugués son lenguas
afines y nos entendemos sin inconvenientes.
Todo esto haría las delicias de un geopolítico, pero no
sirve para nada sino somos capaces de ponerlo al servicio de una idea superior
y tradicional por sobre lo material y
económico. Vemos así como nuestros gobiernos preocupados exclusivamente por lo
económico y financiero crean el Mercosur, el Alba, el Pacto Andino, la Unasur,
la Celac, etc. siguiendo el mal ejemplo de la Ubión Europea cuyo horizonte
materialista no tiene ninguna
perspectiva más allá.
Cabe entonces indagar en la
historia que antecedentes tradicionales
pueden ser tomados como guía para dar fundamentos firmes a lo puede llegar a ser un formidable estado.
Lo primero que se presenta
es el origen imperial de nuestros pueblos, pero no cualquier imperialismo
moderno, sino imperios tradicionales: maya, azteca, inca, español y portugués,
que si miramos atentamente hay aún presencia de ellos en instituciones,
legislación. usos y costumbres. Esos imperios todavía se consideraban como
representantes de Dios o de los dioses en la tierra, todo lo contrario de los
estados modernos qu no aspiran a ir más allá de las cosas materiales.
Otra identidad de nuestros
pueblos es la religión católica. Creemos con René Guénon que la religión tiene
dos aspectos; uno es el estrictamente religioso. el exotérico, el vínculo con
la divinidad; el otro es el social, el vínculo entre los hombres y la sociedad.
En este último aspecto el catolicismo ha sido parte decisiva en la formación
del tejido social de nuestros pueblos y que está siendo perjudicado por la
penetración del protestantismo. Refiriéndose a nosotros decía el presidente
yanqui Teodoro Roosevelt: “ Mientras estos pueblos sean católicos no los
conquistaremos.” Evidentemente el viejo del “gran garrote” sabía de qué hablaba.
Lamentablemente la Iglesia
Católica hace tiempo se ha apartado del
catolicismo heroico, viril y guerrero, si es que alguna vez lo tuvo, y menos
ahora con el “francisquismo”. De todas maneras no nos queda más remedio que
construir un catolicismo gibelino al margen de todas las estructuras
eclesiales, incluso de los integristas en disidencia con Roma, ya que siguen
siendo güelfos.
Otro aspecto a considerar es
el cultural el cual hay que conservar pues ello hace a nuestra identidad, por
ejemplo, rl idioma que día a día se ve invadido por palabras extranjeras. A través del idioma nos expresamos y nos
entendemos pero si las palabras cambian se produce una confusión semántica que
destruye el tejido social. La pseudo cultura rockera es otra de las invasiones
culturales qoe nos afectan y contra la cual hay que tomar posiciones. Desde
hace más de 200 años la Europa moderna nos ha enviado toda clase de
subversiones y que han tenido origen en ese continente: racionalismo,
masonería, iluminismo, jacobinismo, democracia, liberalismo, marxismo,
evolucionismo, positivismo, psicoanálisis, racismo y ahora, por último,
geopolítica y euroasiatismo. Por favor, que no nos envíen más. Debemos limpiar
la mente y el corazón de todas esas sugestiones que obscurecen y enturbian
nuestra vida. Es preferible estar desnudos ante el futuro que vestidos con esas
alienaciones. Ser sujetos y no objetos.
San Carlos de Bariloche, 22 de abril del 2014.
JULIÁN RAMÍREZ
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