INSTANCIAS DECISIVAS
En estos últimos días se
está completando un hecho que era previsible: a los atacantes del Estado
Islámico y de las otras fuerzas fundamentalistas islámicas, la coalición
encabezada por EE.UU., se han sumado Rusia y China ya desde antes aliadas de
Irán.
Esto no significa que estén
de acuerdo entre ellos; tienen divergencias tácticas como puede haber
diferencias entre socios, pero todos ellos coinciden en lo esencial: el enemigo
sin duda alguna es el Estado Islámico y demás movimientos fundamentalistas.
Se ha formado la coalición
militar más poderosa de la historia. Jamás los siglos han contemplado tanto
poderío militar, tecnológico, material e informativo como el que se presenta
ante nuestros ojos, y todo ello contra un estado que en el mejor de los casos
no supera los 300.000 kms. cuadrados, con una población de algunos millones de
habitantes.
Ha habido en el pasado
coaliciones y alianzas militares de envergadura, como por ejemplo durante la
segunda guerra mundial contra los fascismos, pero con una diferencia
fundamental: el factor religioso no estaba tan presente en el enfrentamiento;
salvo el caso de la guerra civil española, el énfasis estaba puesto en el
nacionalismo y en el caso alemán también en el racismo; estas limitaciones
fueron decisivas para la derrota. Pero en el caso presente del fundamentalismo
islámico surge en forma preponderante el factor religioso y supranacional, esto
último, por lo menos, para el mundo islámico. Se trata entonces de una lucha
entre dos concepciones antitéticas, el espíritu tradicional y el mundo moderno,
sin posible acuerdo entre ambas.
Hemos estado viendo videos
de la agencia oficial rusa RT. Todos los videos dedicados a exponer el tremendo
material bélico de Rusia, sus modernas aeronaves, sus tanques de última
generación, sus ataques aéreos y una exultante propaganda victoriosa. Por parte
de China hemos visto un gigantesco portaviones frente a las costas sirias con
capacidad para transportar decenas de aeronaves. No le va en saga el despliegue
militar de la coalición yanqui. No les resta más que ponerse de acuerdo con los
rusos y los chinos para que los ataques sean coordinados y no se maten entre
ellos.
Todo esto nos trae a la
memoria un pasaje del Apocalipsis de San Juan ( 20; 7,9) que reza así:
“…Satanás será liberado de su “prisión saliendo a engañar a las naciones de
“los cuatro extremos de la tierra…Los “juntará para la guerra y su número será
“tan grande como las arenas de la orilla del “mar. Invadieron el país y
cercaron el “campamento de los santos…En ese “momento bajo el fuego del cielo y
los devoró.”
Se trata de una profecía de
un texto sagrado del cristianismo que al igual que los textos sagrados de otras
tradiciones, según René Guénon, tienen una inspiración espiritual, al contrario
de las vulgares predicciones que, a cargo de falsos profetas, tanto abundan en
nuestros días.
Se podrá objetar que el
texto se aplica exclusivamente al cristianismo. Pero pensamos con Julius Evola,
que depurado de alguna influencia obscura, en el cristianismo el Apocalipsis ha sido “interpretado en un
plano universalista, simbólico y teológico.” En consecuencia puede ser referido
también a otras tradiciones como ser la islámica.
Con esto no pretendemos decir
que tal profecía debe inexorablemente aplicarse al caso que tratamos, pero no
negamos que las profecías de origen sagrado contienen la visión de un futuro a
cumplirse en un tiempo indeterminado sin plazo cierto. El conjunto de los
signos de los tiempos nos están indicando cierta concordancia, ciertos mensajes
y avisos que pueden ser captados por quiénes a través de la intuición
intelectual avisoran el fin de un ciclo que se aproxima. En esta instancia
decisiva nos encontramos y nuestra acción debe entonces concordar con esa ley universal, cuando las fuerzas que se
desarrollan en la tierra concuerden con las fuerzas de lo alto.
San Carlos de Bariloche, 12 de octubre del 2015, ANIVERSARIO DE LA
FUNDACIÓN DE NUESTRO IMPERIO.
JULIÁN RAMÍREZ.
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