EL
EJÉRCITO DE FRANCISCO
Los papas modernos nos tienen acostumbrados a una retórica fundada en el
pacifismo, la caridad, el amor al prójimo, en medio de lamentaciones y deseos.
Pero todo esto es una máscara, detrás de ella se oculta el verdadero rostro que
nos revela toda una maquiavélica diplomacia a la que debemos desenmascarar.
Esta introducción viene a cuento de ciertos movimientos de Francisco en
el plano internacional y que vamos a analizar a través de informaciones de
diversos medios a lo largo de los últimos años, y que nos revelan un Papa
preparando una guerra, una guerra de las peores, destinada a sostener el mundo
moderno y apoyando a las potencias que preparan un gobierno mundial. Veamos
entonces como ha ido actuando la diplomacia vaticana y de a poco insinuando y
preparando el terreno para una guerra mundial, con el clásico método de no ir
de frente sino en forma oblicua y torcida.
El
2-9-13 Francisco publicó un documento titulado “Nunca más a la guerra”, con las
consabidas frases retóricas y abstractas. En noviembre del mismo año Putin
viajó al Vaticano y agradeció al Papa por sus deseos de conseguir una solución
pacífica al conflicto en Siria.
El
8-11-14 el arzobispo Silvano Tomasi, representante del Vaticano ante el Consejo
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en declaraciones por Radio Vaticana
y refiriéndose al medio oriente, dijo que “una acción militar en este momento
quizá sea necesaria” (ver Libertad Digital).
Aquí ya se nota un cambio en la política internacional de Francisco. Por
boca de un subordinado comienza una vuelta de tuerca y se sondea el ambiente.
A
continuación el 16-3-15 la agencia Europa Press publica una información
titulada “El Vaticano se muestra partidario de una intervención militar contra
el Estado Islámico”. El ya citado arzobispo Silvano Tomasi presentó ante el
Consejo de Derechos Humanos de la ONU una declaración elaborada en forma
conjunta con Rusia y el Líbano, proponiendo una coalición militar contra el
ISIS, ya que si no es posible una solución pacífica “entonces será necesario
usar la fuerza”. Tal coalición deberá incluir países musulmanes ya que de lo
contrario aparecería como una pura iniciativa de los occidentales y ello sería
contraproducente. Concede una entrevista al periódico católico “Cruz” en donde
expresa que “a las Naciones Unidas y sus estados miembros, especialmente el
Consejo de Seguridad, les corresponde determinar la forma exacta de la
intervención”. Agrega que la declaración fue una iniciativa de Rusia y que la
petición se basa “en los comentarios de Francisco que consideran que el uso de
la fuerza es legítimo para detener a un agresor injusto.” La misma información
trae “Infocatólica” y la agencia informativa TELAM de la Argentina. Otra vuelta
de tuerca, ahora más definida, que Francisco adelanta a través de un
subordinado.
El
fundamento de esta política es la doctrina de la guerra justa elaborada por la
Iglesia Católica y la filosofía escolástica desde hace siglos, pero esa
doctrina tenía fundamentos en la Tradición y estaba orientada hacia la defensa
de lo sobrenatural y lo superior. En la actualidad Francisco en una inversión
copernicana y totalmente contraria a lo que fue la doctrina tradicional, la
vuelca para la defensa del mundo moderno y para combatir a la única
manifestación de Tradición hoy visible y presente en el fundamentalismo
islámico. Una verdadera estafa doctrinal y con el pretexto de defender a los
cristianos perseguidos por los malvados. Se olvida que esos cristianos, si es
que son perseguidos, no lo son por su religión, sino en la medida en que son
correa de transmisión de la decadente y corrompida aculturación de la
modernidad.
La
tendencia que se avisora y que lleva adelante Francisco sería convertir al
Vaticano en una especie de factor aglutinante y pseudo-espiritualista del mundo
moderno. Que los católicos abran los
ojos: el verdadero enemigo no es el Islam sino el mundo moderno.
San Carlos de Bariloche, 30 de noviembre del
2015.
JULIÁN
RAMÍREZ
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