lunes, 14 de diciembre de 2015

RAMÍREZ: EL EJÉRCITO DE FRANCISCO

 EL  EJÉRCITO  DE  FRANCISCO


     Los papas modernos nos tienen acostumbrados a una retórica fundada en el pacifismo, la caridad, el amor al prójimo, en medio de lamentaciones y deseos. Pero todo esto es una máscara, detrás de ella se oculta el verdadero rostro que nos revela toda una maquiavélica diplomacia a la que debemos desenmascarar.
     Esta introducción viene a cuento de ciertos movimientos de Francisco en el plano internacional y que vamos a analizar a través de informaciones de diversos medios a lo largo de los últimos años, y que nos revelan un Papa preparando una guerra, una guerra de las peores, destinada a sostener el mundo moderno y apoyando a las potencias que preparan un gobierno mundial. Veamos entonces como ha ido actuando la diplomacia vaticana y de a poco insinuando y preparando el terreno para una guerra mundial, con el clásico método de no ir de frente sino en forma oblicua y torcida.
     El 2-9-13 Francisco publicó un documento titulado “Nunca más a la guerra”, con las consabidas frases retóricas y abstractas. En noviembre del mismo año Putin viajó al Vaticano y agradeció al Papa por sus deseos de conseguir una solución pacífica al conflicto en Siria.
     El 8-11-14 el arzobispo Silvano Tomasi, representante del Vaticano ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en declaraciones por Radio Vaticana y refiriéndose al medio oriente, dijo que “una acción militar en este momento quizá sea necesaria” (ver Libertad Digital).  Aquí ya se nota un cambio en la política internacional de Francisco. Por boca de un subordinado comienza una vuelta de tuerca y se sondea el ambiente.
     A continuación el 16-3-15 la agencia Europa Press publica una información titulada “El Vaticano se muestra partidario de una intervención militar contra el Estado Islámico”. El ya citado arzobispo Silvano Tomasi presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU una declaración elaborada en forma conjunta con Rusia y el Líbano, proponiendo una coalición militar contra el ISIS, ya que si no es posible una solución pacífica “entonces será necesario usar la fuerza”. Tal coalición deberá incluir países musulmanes ya que de lo contrario aparecería como una pura iniciativa de los occidentales y ello sería contraproducente. Concede una entrevista al periódico católico “Cruz” en donde expresa que “a las Naciones Unidas y sus estados miembros, especialmente el Consejo de Seguridad, les corresponde determinar la forma exacta de la intervención”. Agrega que la declaración fue una iniciativa de Rusia y que la petición se basa “en los comentarios de Francisco que consideran que el uso de la fuerza es legítimo para detener a un agresor injusto.” La misma información trae “Infocatólica” y la agencia informativa TELAM de la Argentina. Otra vuelta de tuerca, ahora más definida, que Francisco adelanta a través de un subordinado.
     El fundamento de esta política es la doctrina de la guerra justa elaborada por la Iglesia Católica y la filosofía escolástica desde hace siglos, pero esa doctrina tenía fundamentos en la Tradición y estaba orientada hacia la defensa de lo sobrenatural y lo superior. En la actualidad Francisco en una inversión copernicana y totalmente contraria a lo que fue la doctrina tradicional, la vuelca para la defensa del mundo moderno y para combatir a la única manifestación de Tradición hoy visible y presente en el fundamentalismo islámico. Una verdadera estafa doctrinal y con el pretexto de defender a los cristianos perseguidos por los malvados. Se olvida que esos cristianos, si es que son perseguidos, no lo son por su religión, sino en la medida en que son correa de transmisión de la decadente y corrompida aculturación de la modernidad.
     La tendencia que se avisora y que lleva adelante Francisco sería convertir al Vaticano en una especie de factor aglutinante y pseudo-espiritualista del mundo moderno.  Que los católicos abran los ojos: el verdadero enemigo no es el Islam sino el mundo moderno.

San Carlos de Bariloche, 30 de noviembre del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ


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