¿ESTÁ LLEGANDO EL PUNTO DE DETENCIÓN?
Conforme a las doctrinas tradicionales nos encontramos en la era
del Kaliyuga, la edad de a la obscuridad y las tinieblas conforme a
doctrinas hinduistas, edad del hierro para la tradición grecorromana, edad
del lobo para la tradición nórdica. Otras tradiciones también han enseñado
esta manifestación del ciclo que comienza con la edad de oro, luego la edad de
plata, después la del bronce y finalmente la del hierro, es decir el
Kaliyuga. Todo ello compone el ciclo completo: el Manvatara luego del cual
comenzará un nuevo ciclo.
El Kaliyuga marca el final de la manifestación cíclica de lucha
entre el espíritu tradicional y el mundo moderno. El que sepa interpretar
este proceso en base a los principios tradicionales no dejará de advertir
los signos de los tiempos presentes. Desde los siglos VIII ó VI a.c.
se aprecia la aparición de tendencias modernas, pero todavía contenidas por el
espíritu tradicional, pero desde la Revolución Francesa ya se advierta en
forma desembozada y continua el avance cada vez más acelerado del mundo
moderno.
Para el observador moderno pareciera que las fuerzas materiales,
económicas y bélicas se imponen en un mundo donde lo espiritual, lo
trascendente, lo suprahumano, lo sobrenatural, lo metafísico y lo religioso han
desaparecido, que lo esencial ya no existe, y que domina totalmente el devenir
y el constante cambio, donde se vive para tener y consumir y no para ser. Es lo
que corresponde para el final del Kaliyuga. Pero la materia no podrá nunca
eliminar totalmente al espíritu, su triunfo es aparente, es el gigante con
pies de barro conforme al relato bíblico. Y cuando parece que todo
está perdido se manifiestan fuerzas con fundamentos tradicionales que se
oponen al mundo moderno.
Esas fuerzas tradicionales se manifiestan hoy a través del
fundamentalismo islámico como podrían manifestarse a través de otras
religiones. Detrás de la lucha del fundamentalismo islámico se
advierte sin dificultad que se trata de un enfrentamiento entre el
espíritu tradicional y el decadente mundo moderno. El no querer ver
esto es propio de tontos o de individuos de mala fe o de aquellos que defienden
apetitos inconfesables. También están los que cegados por la modernidad han
perdido toda posibilidad de intuir lo superior. El Estado Islámico, caso
único en el mundo moderno, muestra claras señales de espíritu tradicional como
ser: 1) unidad del poder político y de la autoridad religiosa en el califato,
como lo fue en nuestro mejor medioevo con el Sacro Imperio Romano Germánico; 2)
leyes civiles basadas en la religión como lo es la "sharia"; 3)
correcta interpretación de la naturaleza propia del hombre y de la mujer;
4) antidemocracia, antiliberalismo, antiprogresismo y antimarxismo,todas ellas
perversas ideologías de la modernidad; 5) mártires, que en contrario de lo que
hacían los mártires cristianos no se entregan mansamente a que los devoren los
leones en el circo romano, sino que mueren luchando. El mundo moderno no
tiene mártires ni los tendrá, solo las causas superiores conocen el
martirio de sus mejores; 6) subordinación de la economía a pautas religiosas
que permite atender a las necesidades de la población sin
consumismos alienantes.
Sea cual sea el futuro del fundamentalismo islámico podemos
afirmar que ya ha triunfado dando un empuje decisivo hacia la desintegración a
la modernidad en agonía.
San
Carlos de Bariloche, 1º de febrero del 2016.
JULIÁN
RAMÍREZ
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