A propósito de la guerra en Siria
TALAR O PODAR
James Jardiner, el jardinero discapacitado a punto de convertirse en presidente de los Estados Unidos, antes de asumir su trascendente cargo explicó a sus sorprendidos y hackeados oyentes, los grandes grupos del poder que lo arrimarían a sus funciones, la sutil diferencia que existe entre dos actividades propias de la agricultura: la de podar y de talar. Si bien en los dos casos se acude a cortar, se poda un árbol, nos dice dulcemente Jardiner, cuando se lo quiere dejar crecer de acuerdo a la necesidad del que lo cultiva, y se lo tala en cambio cuando puede llegar a ser pernicioso impidiendo el normal desarrollo de la hacienda.
Tal importante diferencia es lo que explica en la política exterior norteamericana, ahora que Jardiner nos gobierna, los distintos bombardeos y acciones bélicas efectuadas contra el fundamentalismo islámico y la de ayer contra el Sr. Assad. Isis, Al Qaeda y demás grupos de tal ideología son para el ‘mundo libre’ yerbas malas, plagas arbóreas a las que debe impedirse crecer y desarrollarse arrancándoselas de raíz, tal como sugiere el versado jardinero, a Assad en cambio, que participa de los mismos valores de la modernidad compartidos por EEUU y Rusia, hay que ponerle simplemente algún límite a fin de que, como en un cerco, no crezca demasiado convirtiéndoselo en improcedente, por eso el operativo quirúrgico de apenas unas horas de duración que, afinando tan sólo algunas aristas indeseables, dejó todo exactamente igual que antes y no en cambio los nueve meses incesantes en los cuales se pulverizaron ciudades enteras como Raqa y Mosul por la circunstancia peculiar de que, al encontrarse allí el fundamentalismo islámico, era indispensable talar y no simplemente podar como en el anterior caso aunque se acudiese a matar a ingentes cantidades de civiles con la excusa de que eran escudos humanos o daños colaterales en aras de la noble tarea de la tala.
Pero Jardiner, que como bien sabemos es alguien arribado a la política por una lamentable equivocación acompañada del trabajo agudo de hackers de la KGB rusa, luego de tal sabio consejo se ha largado a hablar de manera compulsiva. Así pues ha dicho que piensa retirar las tropas de Siria a pesar de que el fundamentalismo no sólo no ha sido derrotado sino que por el contrario se encuentra repuntando. Y bien se sabe que la falta de presencia de los EEUU en Siria pone en grave riesgo la misma permanencia de Assad, así como de sus socios los rusos que son expertos en trabajos sucios pero incapaces de sostener una guerra en serio tal como lo demostraran en Afganistán. Sin ir muy lejos en el tiempo, el general Mattis en su discurso de anteayer ante su parlamento recordó cómo en un reciente choque con fuerzas rebeldes defendidas por los useños los rusos perdieron más de 300 soldados, lo cual obviamente no tuvo trascendencia debido a que Putin no ha invadido por derecha el territorio sirio, sino acudiendo a bandas de mercenarios irregulares conocidas como las brigadas Wagner. De la misma manera que, luego de haber recuperado Deir Ezzor de manos de Isis debido a que éste debió derivar fuerzas hacia Raqa y Mosul, ahora que ha perdido tales plazas se ha lanzado a una poderosa contraofensiva que pone en jaque severo a las fuerzas rusas y de sus títeres. Al resultarle indispensable la presencia norteamericana para hacer frente al fundamentalismo ello es lo que explica el motivo por el cual rusos y asaditas lanzaron bombas químicas de sarín en la zona de Duma para así poder justificar una intervención militar, simbólica e inofensiva tal como hemos mencionado, pero que sirviera para de este modo garantizar la presencia useña en el país para una efectiva lucha en contra del fundamentalismo que los tovarish rusos son incapaces de sobrellevar.
El detalle grotesco de todo esto, en un nivel aun más risueño que el del simpático Jardiner, es el representado por ese nuevo fenómeno que hoy vivimos que es el del nacionalismo hackeado, es decir ese nacionalismo producido por los hackers rusos que tiene en nuestro país a una plétora de representantes cada uno más impresentable y que ni siquiera puede distinguir entre una tala y una simple poda. Así pues éstos se rasgan las vestiduras por la decisión de Jardiner de bombardearle los laboratorios químicos a Assad pero no han dicho una palabra sola para condenar los nueve meses de intensos bombardeos a Mosul, la matanza de civiles sirios por daños colaterales y para colmo de imbecilidad siguen aun en el día de hoy condenando con sus cuescos verbales a quienes resisten, de la manera como ellos no lo sabrían hacer, con el anatema de ser agentes de la CIA y del Mossad, lo cual salvo para una mentalidad de ganado vacuno resulta muy difícil de entender a no ser que ello implique padecer ataques bélicos de un parecido tenor a los tuviera la Alemania de Hitler.
Me parece acertado lo que señalan con la distinción entre talar y podar, con toda esta puesta en escena del bombardeo de EUA y GB a Siria.
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