LA
REBELIÓN DEBE SER
UNIVERSAL
Nos encontramos frente a un
gobierno mundial de hecho. El planeta en general hoy está regido por los
centros de la usura mundial, las grandes potencias económicas y militares -
EE.UU., Unión Europea, Rusia, China, la OTAN y un conglomerado de entes
jurídicos y burocráticos la mayor parte de ellos inútiles y vocingleros como lo
es la ONU. Este gobierno mundial, al cual nos acercamos rápidamente, es de una naturaleza totalmente material,
física, económica y por haber abandonado lo superior es ya infrahumano.
A este universalismo lo único que puede hacerle frente es otro
universalismo antitético, de signo totalmente opuesto y con bases espirituales
y trascendentes. Frente a la cantidad bruta lo único que cabe oponerle son las
fuerzas superiores metafísicas, religiosas, pero aclaremos que estas fuerzas no
deben estar navegando en un nebuloso espiritualismo, sino desde el cielo mandar
sobre lo material y ordenarlo a fines superiores.
Desde los pequeños y
limitados nacionalismos no podremos enfrentar mínimamente el militarismo y las
fuerzas brutales que hoy es capaz de desarrollar el mundo moderno.
Hoy vemos la formidable
coalición armada contra el Estado Islámico vanguardia de los fundamentalismos
tradicionales que hoy son los únicos que desafían realmente al mundo moderno
desde un superior punto de vista político religioso. De esa coalición forman
parte incluso estados de religión musulmana y la misma Liga Árabe. El resto del
mundo apoya el ataque y colabora con él, mientras otros hipócritamente miran
hacia otro lado o no se dan por enterados. Jamás la humanidad contempló tal
alianza de fuerzas militares y materiales unidas por acción u omisión contra
los pocos que desde posiciones tradicionales combaten contra la modernidad
hasta ahora en soledad.
Por esto es necesario
ampliar los frentes de lucha a otras partes del mundo y para ello hay que
superar los límites del islamismo que en solitario no podrá ir más allá de la
“umma”, o sea la comunidad de los creyentes.
Hasta el momento no se
visualiza una apertura del fundamentalismo islámico hacia otros posibles
combatientes que actúen desde otras religiones. Tampoco se manifiestan en forma
visible movimientos de cierta envergadura en otras religiones. En ambos casos
en forma muy aislada.
Hay que plantearse como
objetivo de alta estrategia el superar esta situación. Si la guerra es la
continuación de la política por otros medios
a ésta le corresponde crear la base para el éxito de la primera.
Este es el fundamento del
Frente Cristiano Islámico al que podrán incorporarse los fieles de cualquier
otra religión, ya que partimos del principio
tradicional de la unidad metafísica de las religiones, cosa muy distinta
del reblandecido y femíneo ecumenismo moderno predicado por los últimos Papas.
San Carlos de Bariloche, 23 de septiembre del 2014.
JULIÁN RAMÍREZ
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