EN OCASIÓN DE CUMPLIRSE LOS 40
AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL GRAN PENSADOR TRADICIONALISTA JULIUS EVOLA, EL
CENTRO EVOLIANO DE AMÉRICA CONVOCA A DOS JORNADAS EVOCATIVAS A REALIZARSE EN
BUENOS AIRES LOS DÍAS 23 Y 24 DE AGOSTO. PARTICIPARÁN DEL EVENTO PERSONAS DE
DIFERENTES PAÍSES DE AMÉRICA Y SE ANALIZARÁN ESPECIALMENTE LAS PERSPECTIVAS QUE
PRESENTA EN LA ÉPOCA ACTUAL EL PENSAMIENTO EVOLIANO COMO ALTERNATIVA A LAS
DIFERENTES IDEOLOGÍAS MODERNAS.
jueves, 31 de julio de 2014
lunes, 28 de julio de 2014
GHIO: LA BANALIDAD DEL SEXO
Es indudable, tal como hemos relatado varias veces, que uno de los
signos principales del actual estado de descomposición en el que vive el orden
(o desorden) moderno se encuentra en lo que ha dado en denominarse como el
demonismo por el sexo, es decir el sexo convertido en una cosa banal, cuando no en una verdadera obsesión por parte
de la mayoría de nuestros contemporáneos y en una mercancía de consumo para el
conjunto de las personas convertidas en seres masificados que pasivamente se
hacen partícipes de tal fuerza impersonal.
Días pasados en la ciudad de Buenos Aires se supo, a partir de una
denuncia de una joven que habría sido violada, que en uno de sus conocidos
‘boliches’, ubicado nada menos que a 30 metros del Congreso de la Nación , lo cual es todo un
síntoma de los tiempos que transcurren, se efectuaban sesiones de sexo libre y
sin control acompañadas las mismas con una serie de elementos accesorios de tal
actividad como ser ruidos rimbombantes e infernales encargados de entumecer
cualquier atisbo de racionalidad, así como de un conjunto adicional de efectos
especiales de altísima generación en lo cual nuestra tecnología moderna ha
hecho verdaderas y propias proezas con la finalidad de convertir al ser humano
en un perfecto autómata. Lo risueño del caso ha sido el tratamiento especial
que los conocidos medios de comunicación (o de deformación) han dado del hecho.
No se cuestionaba en este caso tanto la decisión personal y ‘libre’ de la joven
de concurrir a tales tipos de eventos así como que los mismos fuesen
permitidos, en tanto que se explicaba que ello respondía a una nueva modalidad
hoy implantada de liberar a la energía sexual de cualquier tipo de freno y
dejarla así acudir de manera espontánea y ‘libre’, de la misma manera que
podría acontecer con los animales o los pueblos más primitivos, sino a la
circunstancia de que dicha pretendida libertad hubiese entrado en colisión con
la de la joven que no quería ser ‘violentada’ por cuatro personas. Nadie por
supuesto cuestionaba qué hacía ella en dicho lugar y por qué no se retiró, en
caso de haber ingresado al mismo desprevenida, cuando observó que allí se
efectuaban tales ‘descontroles’ que hubiese ignorado. Pero tales sutilezas en última
instancia resultan irrelevantes ante el problema de fondo existente que es el
relativo a la concepción del mundo masificadora y democrática que hoy informa
las actividades de las personas (o a lo que queda de ellas) llevando obviamente
a nuestra sociedad a un grado cada vez más cercano al del colapso sin que por
supuesto la mayoría de nuestros contemporáneos se dé cuenta de ello y que
incluso llegue a llamar libertad y emancipación lo que es en cambio un
verdadero estado de esclavitud como ni siquiera conocieron las sociedad más adscriptas
a tal tipo orden. La idea hoy imperante y difundida es que la energía sexual,
que es concebida como la fuerza originaria y formativa de nuestro ser conciente,
no debe ser de ninguna manera ‘reprimida’, sino por el contrario el Estado, o
más bien su caricatura, debe otorgarle los adecuados espacios que le permitan
brotar y desenvolverse ‘libremente’. Ser libre, en vez de ser concebido como
una acción de señorío y doblegamiento, es reputado en cambio como la obediencia
total y plena a tal instinto primario para lo cual la sociedad debe permitir y
ofrecer los medios para que ello pueda efectuarse sin obstáculos que impidan su
despliegue. En este caso de lo que se trata es de brindar los aludidos
‘boliches’, los cuales en un mañana muy cercano, y en tanto nos hayamos
liberado de prejuicios aun residuales, podrán ser sustituidos por la misma
calle o el subterráneo en tanto que tal actividad sea consentida por las partes
y mi libertad no interfiera con la del otro, lográndose de esta manera
igualarnos plenamente con el mundo animal en la medida que el sexo podrá brotar
así ‘libremente’ y sin represión alguna. Este fenómeno marcha a su vez
aparejado con la siempre mayor supresión de los límites que siempre han
existido en cualquier sociedad normal entre lo público y lo privado. El hecho
de que hoy se ventile en público, en especial en los canales de televisión, la
vida privada de las personas mostrándonos todas sus pequeñeces y miserias,
incluso exaltándolas como una señal de gran emancipación, es un signo claro de
tal estado de sexificación colectiva y coercitiva en la cual ha sido obligada a
transcurrir nuestra sociedad.
Demás está decir que en épocas normales y no patológicas como la actual
el sexo tuvo otro sentido de carácter superior. En tanto se consideraba que el
hombre no era un ser de naturaleza animal, sino un dios que se había encarnado,
la materia y lo que captan nuestros sentidos no eran concebidos como la única
realidad existente sino como un símbolo de algo superior, como una cosa a la cual se le debía poner un
sello y un señorío propio, por lo que de ningún modo se equiparaba la
sexualidad con la animalidad en el
hombre. Si en el animal el sexo es un impulso instintivo y compulsivo que lo
gobierna y masifica, en el hombre en cambio se trata de una fuerza y energía de
la cual resulta indispensable adueñarse en función de un fin superior a ella
misma. Y así como prescindir del sexo es verdaderamente un sesgo de libertad y
no de ‘represión’ por parte de un hombre que ha sido capaz de ser dueño y señor
de sí, a diferencia exacta de como sugiere el mundo bestializado y moderno que
en cambio nos incita incesantemente a dejarnos llevar ‘libremente’ por dicha
energía, un grado superior de señorío consiste en adueñarse del mismo en una
instancia más alta, modificando su espontánea orientación y convirtiéndolo en
una fuerza de carácter no físico sino principalmente espiritual y metafísico.
En los grados más altos de la espiritualidad y en ciertas prácticas que
conocieran corrientes como el tantrismo, el sexo ha sido usado con una
finalidad catártica de elevación hacia una dimensión superior. De acuerdo a tal
óptica el hombre caído, o el ser humano en su estado actual y habitual, es reputado
como un ente insuficiente, en tanto necesitado de otras cosas para completarse,
y en tal caso la sexualidad es concebida aquí como la síntesis y unión plena
entre las dos polaridades opuestas en las que se encuentra escindida la
humanidad originaria, o el hombre verdadero y absoluto hacia el cual se tiende
en un plano superior. De esta manera la sexualidad puede ser concebida así como
un fuerza que puede tanto conducir hacia lo bajo, como en las experiencias que
se suceden compulsivamente en el mundo moderno, en donde forma parte esencial del
proceso colectivo y democrático de masificación, o por el contrario como una
fuerza superior de elevación hacia una dimensión más alta en la cual se
sintetizan las dos polaridades en que se encuentra escindida nuestra especie
alcanzándose así, por la atracción recíproca de ambas, el estado superior y
originario, androgínico, respecto de lo cual nuestra humanidad es una
consecuencia.
MARCOS GHIO
27/07/14
RAMÍREZ: GUERRAS TERRITORIALES Y LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
GUERRAS TERRITORIALES Y
LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS
DE SION
En
estos tiempos de manifiesto desarrollo de la tercera guerra mundial
recordaremos un texto de los “Protocolos de los Sabios de Sión”- sección
segunda- que dice así: “ Es indispensable para nuestros proyectos que las
guerras no causen ninguna alteración territorial. De este modo todas las
guerras se negociarán bajo el aspecto económico.”
No
vamos a abrir juicio sobre quiénes fueron los autores de los “Protocolos…”,
bastante tinta se ha vertido sobre ello, pero lo cierto y que no se puede negar
es que se cumplen desde hace 117 años fecha en la cual habrían sido redactados.
Por
esos años también se sentaron las bases de la moderna geopolítica a través de
Kjellen, Ratzel, Mackinder y otros que
desarrollaron el predominio del espacio geográfico y el supuesto
enfrentamiento entre potencias marítimas y potencias continentales, posición
que hoy día pretenden llevar adelante los denominados euroasiáticos imaginando
conflictos y enfrentamientos que no pasarán de simples reyertas entre quiénes
tienen algo superior a qué obedecer, es decir, al dominio de las finanzas
internacionales cuyo verdadero nombre es usura. En este sentido el proyecto
esbozado por los “Protocoles…”, en la mención hecha anteriormente, se cumple y
se cumplirá: lo territorial será subordinado a lo económico. Y esto es lo que
impide que la situación en Ucrania pase a mayores instancias ya que el sistema
usurero internacional domina por sobre los posibles contendientes. Por supuesto
cabe la posibilidad de la tercera vía planteada por el Pravy Sector.
Los euroasiáticos han elegido pues una falsa alternativa al buscar apoyo
en Rusia, puesto que tal país está también sometido al sistema usurero mundial
como lo prueba su preocupación por las sanciones financieras y económicas que
le aplica Occidente como a su vez éste se preocupa por el suministro del gas
ruso. Tenían pues razón los “Protocolos…” en el momento en que fueron escritos,
pero en virtud de su visión materialista y antitradicional no pudieron prever
lo que está ocurriendo hoy día, la guerra con fundamentos metafísicos y
religiosos y que ha desencadenado la tercera guerra mundial. Las guerras
tradicionalistas y santas hoy en curso no pueden de ninguna manera ser
dominadas por el factor económico y financiero, ahora los “Protocolos…” fallan
y son inútiles, todo un proyecto mundial tambalea.
Todos aquellos que creían que los “Protocolos…” eran infalibles y se
cumplían inexorablemente, tienen tiempo para reflexionar.
La
reciente creación del Califato del Estado Islámico nos está indicando que puede
haber guerras territoriales no sujetas ni a la usura internacional ni a las
divagaciones de los geopolíticos euroasiáticos modernos.
JULIÁN RAMÍREZ
San Carlos de Bariloche, 8 de julio del 2014.
RAMÍREZ: ESTAMOS EN GAZA
ESTAMOS EN
GAZA
Estamos inmersos en una vorágine de acontecimientos que se suceden a
diario a escala mundial y en diversos lugares, y el ojo avisor y profundo puede
advertir, más allá de lo manifestado, visible y superficial, el drama de la
guerra de civilizaciones. Somos privilegiados al poder asistir en estos
momentos de la historia al ya incontrastable enfrentamiento entre el espíritu
tradicional y el mundo moderno, aunque muchos obcecados dominados por lo
económico, lo geopolítico, por ideologías naturalistas y por intereses
materiales se nieguen a reconocer.
El
acontecimiento más reciente en esta guerra lo constituye la agresión del estado
prostituto de Israel contra la franja de Gaza, y así lo calificamos puesto que
es un mantenido del imperialismo yanqui.
Gaza es un pequeño territorio de apenas 360 kilómetros
cuadrados con una población de alrededor de un millón y medio de habitantes.
Contra esta pequeña porción del mundo se ha estrellado la maquinaria bélica
sionista con todo su poderío militar y tecnológico, mientras las grandes
potencias, la O.N.U., la Liga Árabe, la
Unión Europea, el Vaticano y muchos otros no saben más que llorar
hipócritamente por la paz, y decimos “ hipócritamente” porque desean el triunfo
del estado prostituto y la derrota de la franja de Gaza.
Es
doctrina tradicional que detrás de las fuerzas materiales actúan en acto
fuerzas invisibles y por eso hemos titulado a esta nota con el título “Estamos
en Gaza” puesto que el espíritu no tiene límites de espacio, de distancia, ni de poder,
y sopla donde quiere. Por eso desde este limitado espacio en el extremo
sur del planeta nos proyectamos a Gaza y estamos junto a sus heroicos guerreros
islamistas aunque tengamos otra religión, otro idioma y otra cultura. No
tenemos el privilegio de tener las armas en la mano, pero sabemos que los
límites del cuerpo son una ficción y que la voluntad del hombre que sabe lo que
quiere es la fuerza más poderosa del universo.
Cada
baja que se cause al enemigo sionista es de vital importancia porque se trata
de un enemigo que defiende únicamente bienes materiales y tiene a su propia
vida como el bien más preciado; totalmente distinta es la perspectiva del
combatiente fundamentalista islámico para quien la verdadera vida se concreta
después de una muerte heroica.
San Carlos de Bariloche, 22 de julio del
2014.
JULIÁN RAMÍREZ
lunes, 21 de julio de 2014
RAMÍREZ: EL EJEMPLO DEL CALIFATO
EL
EJEMPLO DEL CALIFATO
La
reciente creación del Califato del Estado Islámico y que abarca partes de Siria
y de Irak es un acontecimiento notable que todavía no ha sido bien comprendido
en su significado, magnitud y profundidad. Se trata nada menos que de la
restauración de la idea del Estado tradicional.
Conforme a los principios tradicionales el Estado es una sociedad de
varones fundada en valores trascendentes, metafísicos y religiosos, presidido por una idea
supranacional y universal. Todo lo contrario son los estados nacionales
modernos que se manifestaron plenamente desde la revolución francesa,
totalmente vinculados a lo natural, lo material y al romanticismo a través de
las ideas de Patria, Nación y Pueblo, usadas indiscriminadamente por los más
diversos sectores de la política y por cuanto demagogo aspire a usarlas en su
provecho, y de esa manera los principios tradicionales fueron reemplazados por
los intereses materiales, territoriales, geopolíticos, financieros y
económicos. Sobre estas bases se fundamentaron los nacionalismos de los siglos
XIX y XX con los consecuentes conflictos de todo orden.
Se
perdió totalmente la idea imperial, la idea del estado supranacional y fundado
en los principios tradicionales. Los grandes imperios tradicionales fueron
disueltos y en su lugar aparecieron pequeñas unidades estatales que fácilmente
cayeron bajo el dominio de grandes potencias materiales y voraces.
De
esas destrucciones queremos referirnos en esta nota a dos casos, El primero y
que nos toca de cerca porque está en nuestra historia y lo sufrimos hasta hoy
día, es el de la disolución del Imperio Hispánico y su dispersión en una
veintena de republiquetas , todas ellas dominadas por potencias extranjeras; de
un imperio decadente gobernado por inútiles pero respetado y en el cual se
manifestaban pautas tradicionales se pasó al estado moderno bajo los
subversivos influjos de la revolución francesa y los imperialismos británico y
yanqui. El fruto del accionar de los llamados próceres de la emancipación, San
Martín, Bolívar, Sucre. O’Higgins y otros, consciente o inconscientemente fue
una revolución moderna y antitradicional. El último “libertador” fueron los
EE.UU. que lograron la independencia de Cuba con las consecuencias conocidas.
El revisionismo histórico ignora todo esto y si lo sospecha no se atreve a
manifestarlo por falta de valentía intelectual.
Toda
esta falta de cultura histórica nos lleva a otro falso camino, y por no conocer
las causas sufrimos los peores efectos. Hoy día es común, ante la crisis del
estado-nación invocar la “unidad latinoamericana” cosa que compartimos pero que
se la lleva por un camino equivocado. Esa unidad se basa en una proyección
meramente material y economicista. Entes como el Mercosur, la Celac, la Unasur,
la Alba buscan acuerdos únicamente
en el plano económico mientras que los gobiernos hablan únicamente de ello.
Frente a un gobierno mundial gobernado por las finanzas tratan de ocupar un
pequeño espacio subordinado a ese gobierno y sometido a sus pautas. Para colmo
comienzan a mirar con simpatía al nuevo engendro de la economía mundial: nos
referimos al BRICS, que pretende formar un nuevo polo mundial económico y
financiero.
Frente a todo esto nos referiremos al segundo caso, al del Califato del
Estado Islámico que se ha fundado sobre bases político-religiosas tradicionales
y en el cual lo económico está subordinado a lo superior y trascendente y donde
el gobierno de los hombres - léase democracia - ha sido reemplazado por el
gobierno de Dios. Nos encontramos frente a una total inversión de polaridad, a
una verdadera revolución restauradora de la Tradición, un hecho notable en el
mundo moderno gobernado por la concepción del estado de derecho liberal burgués.
Con el Califato comienza a reconstruirse el verdadero estado tradicional
recomponiendo el despedazamiento que sufrió el imperio Otomano después de la
primera guerra mundial.
Huelgan las similitudes y diferencias con la situación de
hispano-luso-américa.
El
ejemplo del Caiifato debe servirnos como fuente inspiradora buscando las
correspondientes analogías a partir de nuestras mejores tradiciones imperiales
y de nuestra religión católica.
San Carlos de Bariloche, 15 de julio del 2014.
JULIÁN RAMÍREZ
lunes, 14 de julio de 2014
RAMÍREZ: A CIEN AÑOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
A
CIEN AÑOS DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL: TRIUNFO DE
LA SUBVERSIÓN
El
28 de junio de 1914 es asesinado en un atentado en Sarajevo, hoy capital de
Bosnia, el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del
imperio austro-húngaro. Este fue el detonante del inicio de la guerra mundial
de 1914 a
1918. No nos vamos a extender sobre su desarrollo y cuestiones que han sido
ampliamente estudiadas por la historiografía.
Fue una guerra moderna con grandes masas de ejércitos y que involucró a la
población civil, con millones de víctimas, armas químicas y combates aéreos.
Las guerras tradicionales se disputaban entre
elites aristocráticas ya que hacerlas era un privilegio de la nobleza.
No cualquiera tenía ese derecho. En esas guerras se respetaban normas de ética
caballerescas propias de una casta de guerreros. El advenimiento de la
democracia implantó el criterio del pueblo en armas y cualquier ciudadano puede
hacer uso de las armas con las consiguientes masacres, atrocidades y arbitrariedades.
Y
la democracia que ya se imponía en Occidente junto con los ideales de la
revolución francesa tuvo su gran victoria en la guerra mundial. La principal
consecuencia de la guerra mundial fue la destrucción de cuatro imperios que aun
sostenían algunos principios tradicionales: el austro-húngaro, el alemán, el
ruso y el otomano, aunque ya estaban muy carcomidos en sus estructuras básicas.
Cuando los representantes de una tradición no cumplen con sus obligaciones con
dignidad y honor, de lo que se trata es de reemplazarlos, pero la subversión
aprovecha esas circunstancias para derogar los principios e instalar la
democracia. Eso es lo ocurrió en esencia en la primera guerra mundial con el
triunfo de la democracia en occidente y el marxismo en Rusia. Detrás de los
hechos y personajes que es de lo que se ocupan los historiadores modernos,
entre bastidores actuaban fuerzas ocultas e invisibles que movían los
acontecimientos. Es la guerra oculta de la que brillantemente se ocuparon Julius Evola y Emanuel Malynski.
Cien años más tarde cabe preguntarse si la guerra oculta sigue actuando
y está presente en los acontecimientos diarios. No vacilamos en dar una
respuesta afirmativa.
La
guerra oculta hoy se manifiesta en el control que se ejerce sobre las mentes y
los sentimientos del hombre común y de algunos que no son tan comunes. A diario los medios de comunicación en forma
masiva envían sugestiones de lo más corrosivas y degradadas. Se tergiversan los
hechos cuando no se los deforma o se los oculta, Se miente en forma descarada,
y lo peor de todo, se acepta mansa e inocentemente y sin crítica lo que se
propone como lo mejor. Nunca se ejerció tanto dominio sobre no solamente las
masas, sino también sobre minorías que presumen de cierto nivel intelectual.
Hasta hace relativamente poco tiempo, el hombre todavía no sometido a
las sugestiones de los medios de comunicación disponía de una libertad de
pensamiento que se traducía en una acción y podía luchar. Hoy día con mentes
dominadas por las ideas de democracia, paz, consenso, amor al prójimo,
humanitarismo, derechos humanos, libertad individual, igualdad, consumismo,
pansexualismo y sugiriendo que la vida es lo más importante, el hombre moderno
se encuentra robotizado e inerme.
Por ello es que apoyamos la política de los grupos fundamentalistas
islámicos que sostienen que la cultura moderna es pecado y actúan en
consecuencia erradicándola. La vía de la acción guerrera es pues la que se
impone.
San Carlos de Bariloche, 24 de junio del
2014
JULIÁN
RAMÍREZ
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