martes, 19 de mayo de 2020

PANDEMIA Y CUENTO CHINO

PANDEMIA Y CUENTO CHINO


Byung-Chul Han: transparencia, cansancio y psicopolítica (I ...

El summum de la decadencia, que se motoriza en especial en momentos terminales y pandémicos en los cuales resulta posible establecer grandes distancias, está representado por la aparición de 'filósofos' que reflexionan sobre esta realidad nueva que nos toca vivir. Tal el caso del surcoreano naturalizado alemán Byung-chul-han que ha pasado a estar de moda. Extractemos algunos pasajes de sus últimas reflexiones. Según el aludido 'la muerte no es democrática' ya que la pandemia arrecia más entre los pobres que entre los ricos que poseen mayores defensas a su respecto. En realidad habría que decir que no hay nada más democrático que la muerte pues es la condición normal de toda vida y no en cambio su antítesis, tal como formula en cambio el aludido. Que a alguno lo sorprenda antes o después, ello no modifica en nada la situación aquí descripta, sino que la aristocracia estriba en el hecho no de que se prolongue ilimitadamente la vida, sino en que se haya sido capaz o no de trascenderla. A tal respecto queda claro que para el aludido no existe la dimensión de la trascendencia y llega incluso en algunos momentos a calificar como metafísico al mundo virtual y cibernético. Es decir, como buen materialista que en el fondo es, no puede pensar en un un mundo en el que no haya imágenes. En su reflexión sobre la pandemia su preocupación principal es que el coronavirus "no imponga regímenes de vigilancia y cuarentenas biopolíticas, pérdida de libertad, fin del buen vivir o una falta de humanidad generada por la histeria y el miedo colectivo".
En una exacta antítesis, para nosotros esto es en última instancia lo bueno de esta enfermedad, de acuerdo al dicho de que no hay mal que por bien no venga. Que se le ponga freno por la fuerza misma de las cosas a una humanidad hedonista y a sus libertades propias de marioneta drogada y compulsiva es para nosotros justamente lo rescatable que tiene esta pandemia y su consecuente cuarentena. Será posible a través de ella que pueda surgir como contraste una humanidad nueva, una élite verdadera capaz de prescindir del 'buen vivir' que reclama el asiático occidentalizado (en la versión más sórdida del occidente degenerado), que mire a la muerte de frente como la condición normal de la vida y respecto de la cual lo que es más que ella resulte ser lo esencial.
https://www.pagina12.com.ar/266458-byung-chul-han-y-el-coronavirus-la-muerte-no-es-democratica

sábado, 9 de mayo de 2020

SAVONAROLA Y LAS BUENAS INTENCIONES DE PUTIN

SAVONAROLA Y LAS BUENAS INTENCIONES DE PUTIN



https://www.youtube.com/watch?v=tIqHVSfUhmw&fbclid=IwAR1-WhcPntIwGsJKD6_9Z7kZb-a8FfaxhPAmTHU4ijJ2kRPrYCYbw2Q6dLI

Juan Manuel Soaje Pinto entrevista al Dr. Antonio Caponnetto, Pensador Católico, Poeta, escritor y Director de la Revista Cabildo, con quien analiza la situa...

Por la grata y sacrificada labor del forista Hernando Nieto ha llegado a mí el reciente reportaje efectuado al emblemático nacionalista güelfo Caponnetto, entrevistado por el integrante del partido de Salbuchi, Soaje Pintos, en consuetidinaria labor en el regiminoso canal TLV1. El tema a tratar es, como es de imaginar, el asunto de la pandemia y la cuarentena aplicada en la Argentina y en otros países. Mientras que Soaje Pintos, en consonancia con sus colaboradores Salvucci y Brodolino, reputa que no hay pandemia pues los hospitales están vacíos (ello no sería para él gracias a la cuarentena), Caponnetto en cambio como una especie de nuevo Savonarola se enardece con el papa Bergoglio y el obispado argentino porque en vez de sublevarse en contra del poder político cierran las iglesias a los fieles impidiendo la realización de misas y otras ceremonias. Por lo que invita en una sublevación colectiva a salir de la cuarentena y abrir por la fuerza los templos. Al respecto no queda claro en él si esto sería porque al no haber pandemia, tal como dice su interlocutor, no se correría peligro alguno al salir de casa o si en cambio la hay y el único remedio posible es la celebración religiosa por la que Dios como retribución la fulminaría con un rayo prodigioso. En cualquier caso llama poderosamente la atención el vuelco que el aludido Caponnetto ha dado en relación a la Iglesia católica respecto de la cual reputa ahora que habría en su seno un papa usurpador por lo que adhiere al sedevacantismo. Cosa que en cambio no hiciera con el papa anterior quien pactara nuestra entrega en la guerra de Malvinas y el retorno a la democracia, al cual a pesar de ello le reconocía en cambio autoridad. Yo no veo por qué un cierre provisorio de iglesias debido a fuerza mayor sería más grave que haber inducido nuestra rendición en una guerra contra un hereje y haber terminado padeciendo por décadas enteras su sistema siniestro. Pero todo esto debe entenderse en lo que manifiesta, un poco en sorna y en serio, siguiéndolo al notorio rusófilo jesuita Sáenz, en el sentido de que si antes, con la revelación de Fátima, debíamos rezar por las buenas intenciones del papa y la conversión de Rusia, ahora cien años más tarde lo tendríamos que hacer por la conversión del papa y por las buenas intenciones de Putin. Esto cuadra perfectamente con la estrategia política del güelfismo nacionalista, una secta cuasimasónica que existe en nuestro medio y que, si bien minoritaria en cuanto a integrantes, tiene influjos en sectores del clero y las fuerzas armadas así como actualmetne en el sindicalismo peronista. En 1955 dicha secta, enemistada con Perón, actuó en su derrocamiento a través de la figura de Lonardi. Luego se fue reconciliando con el peronismo en la idea de poder heredar dicho movimiento tras la muerte de su lider. Ello estuvo presente en la Revolución Argentina de 1966 cuando, a través del sector militar azul, arribara a acuerdos con el sindicalismo peronista al cual se le entregaron las obras sociales. En 1989, a través del movimiento carapintada de Seineldin, logró ponerlo a Menem en el poder y ahora repite su línea a nivel internacional apoyando a sectores republicanos de los EEUU y a la figura de Putin en Rusia buscando a partir de allí conquistar un espacio de poder. Si Wojtila apostaba al movimiento republicano de Bush (quien estuvo a punto de convertirse al catolicismo) en consonancia con el cristiano recuperado Putin, en cambio la línea actual de Bergoglio se vuelca más hacia los demócratas estilo Obama y la unión Europea. Recordemos al respecto que Caponnetto desde la revista Cabildo que dirigía condenó los atentados del 11S e impetró por una participación argentina en la invasión a Afganistán lamentándose que hubiera sido difícil por no contar con fuerzas armadas bien pertrechadas. Eso es todo, y la cantinela a lo savonarola la dejamos para los tontos que la puedan digerir.

viernes, 1 de mayo de 2020

ABOLICIONISMO O SANITARISMO

ABOLICIONISMO O SANITARISMO

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Bien se sabe que la existencia de una pandemia como ésta obliga a reformularse una serie de cuestiones asumiendo actitudes diferentes de las que caben en un momento de normalidad. De ninguna manera se sostiene aquí el abolicionismo difundido en nuestro medio por el foucaltiano Zaffaroni para el cual es el delincuente la víctima de la sociedad y la cárcel un medio de coerción que debe ser reducido a límites insignificantes. En este caso de lo que se trata es en cambio de una cuestión de sanitarismo. Para combatir eficazmente una pandemia hay que evitar grandes concentraciones de personas pues los contagios masivos saturarían nuestro sistema sanitario por lo cual se correría el riesgo de que suceda lo que aconteció en ciertos países europeos en los cuales ante la falta de camas y de servicios de terapias intensivas se descartaban pacientes por razones de edad y se los dejaba morir. Por tal motivo en este caso especial nos resuta totalmente razonable decretar prisiones domiciliarias para condenados por delitos menores así como de aquellos que cumplen prisiones preventivas sin condena, salvo casos especiales de crímenes aberrantes.

Pero ante esta verdad de perogrullo que sólo un necio puede estar objetando nos encontramos con una campaña facciosa inexplicable en tiempos como éstos en los cuales es indispensable suspender todas las diferencias de corte político o ideológico. Nosotros no comulgamos en ninguna manera con este gobierno pero sostenemos que en esta situación es indispensable que haya un gobierno que asuma la responsbilidad de la lucha contra el flagelo con idependencia total de su partido. Siempre será preferible un mal gobierno antes que un no gobierno y en este caso debemos reconocer, a partir de los resultados obtenidos, que ha actuado en general como corresponde decretando una cuarentena de manera oportuna y cuando aun no había gran cantidad de casos como forma preventiva y tal postura también se la reconocemos al intendente de Buenos Aires del partido opuesto. Lamentablemente hay personas que tratan de sacar provecho inventando que acá se han vaciado las cárceles con delincuentes peligrosos y esto es lo que ha estado detrás del cacerolazo del día de ayer alentado por la miopía y el sectarismo. Damos aquí tres ejemplos concretos de la mala fe. En la provincia de Buenos Aires hay aproximadamente 54.000 presos y solamente fueron enviados a prisión domiciliaria a causa de la pandemia nada más que 439 presos. Y lo más grave de todo, la prensa facciosa da ejemplos de liberaciones que no son tales, Por ejemplo el diario Clarín hizo alusión a la liberación del preso Di Matteo que asesinó a su mujer cuando tal acontecimiento no sucedió ahora sino el 12 de octubre del pasado año antes de que asumiera este gobierno y que estallara la pandemia. Y lo más insólito se difundió hasta el hartazgo el ejemplo de la liberación del preso Benvenuto quien apena liberado volvió a delinquir. Como se muestra en la fotocopia de la resolución judicial el mismo fue liberado por razones de salud mental para que cumpliera un tratamiento psiquiátrico y no por el virus aquí aludido.

FRANCISCO GALARZA: Breve aproximación escatológica en tiempos de coronavirus

Breve aproximación escatológica en tiempos de coronavirus





Recordamos haber leído en una biografía de Frithjof Schuon la siguiente anécdota: salían de alguna ciudad grande de Inglaterra rumbo a una casa de campo, en el auto, iban Schuon, Burckhardt y manejando Whitall N. Perry, con sus respectivas esposas. Casi inmediatamente después de salir de la ciudad se dieron cuenta del silencio y tranquilidad del camino que recorrían y Frithjof Schuon les comentó: “así, de repente, casi sin advertencia desaparecerá el mundo moderno”.

Todos los autores tradicionales, unos antes otros un poco después, advertían prácticamente desde hace casi 100 años y durante todo el siglo XX, de la fugacidad e inviabilidad de esta civilización, expresión final del hombre en sus etapas más decadentes y alejadas de la Norma y el Centro. Pero el mundo no prestó ninguna atención y siguió feliz por su camino de inadvertida autodestrucción.

Al parecer, estamos llegamos ahí. Esta pandemia está revelando día a día lo frágil y endeble del ensoberbecido mundo moderno. Y es muy llamativo que mucho de lo que consideraba sus grandes logros y fortalezas, se han vuelto en su contra: la velocidad en las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas, las gigantescas ciudades, el comercio internacional, el turismo, o la enajenación desquiciante de estar siempre “conectado”, han sido el terreno perfecto para que, un “enemigo” microscópico esté destruyendo al dios máximo: el dios económico financiero, razón de ser y destino de la humanidad.

Esta pandemia, indica de algún modo que se ha alcanzado cierto límite, pues casi de forma inmediata y muy brusca, el comportamiento humano a nivel mundial tuvo que cambiar de ritmo. De la desbocada agitación se pasó a una calma forzada que es altamente significativa.

Así que de pronto, los gobiernos del mundo y organismos internacionales reaccionaron primero sin mucha convicción a tomar medidas para evitar la propagación de la enfermedad, y ahora ya están empezando a retomar algunas actividades, tratando de regresar a la cotidianidad, lo antes posible, para evitar que resulta mas dañada la preciada economía.

A tan poco tiempo de haber iniciado esta pandemia, se puede afirmar que el mundo que conocimos hasta febrero de este año, nunca regresará. Aun así, ya se está haciendo evidente que la postmodernidad quiere rescatar a como de lugar a su divinidad monetaria y sus mandamientos de producción, consumo y rendimiento, cueste lo que cueste, sumergiéndose nuevamente en la agitación, lo que constituye un claro reflejo de la falta de visión y entendimiento de las cosas. El homo economicus podría encontrarse con que, por actuar para salvar su preciado mundo, consiga con sus acciones el efecto opuesto, asegurar su derrumbe definitivo.

La humanidad está dejando pasar de lado la gran oportunidad de una metanoia, que esta pandemia le ofrece. Y esa enseñanza es que ya se le acabó el camino a este modelo de civilización, que es anómalo por los cuatro puntos cardinales, y que es mejor irse ajustando a lo que vendrá después. Mientras más resistencia oponga el hombre postmoderno a este inevitable cambio, más difícil y doloroso le resultará, pues al final de este camino agotado, no hay campo abierto para maniobrar, hay una montaña, y solo se podrá subir en lo personal, para los que la visualicen con un poco de tiempo y tengan la condición espiritual mínima para hacerlo.





Francisco Galarza

Mayo de 2020.