viernes, 1 de mayo de 2020

ABOLICIONISMO O SANITARISMO

ABOLICIONISMO O SANITARISMO

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Bien se sabe que la existencia de una pandemia como ésta obliga a reformularse una serie de cuestiones asumiendo actitudes diferentes de las que caben en un momento de normalidad. De ninguna manera se sostiene aquí el abolicionismo difundido en nuestro medio por el foucaltiano Zaffaroni para el cual es el delincuente la víctima de la sociedad y la cárcel un medio de coerción que debe ser reducido a límites insignificantes. En este caso de lo que se trata es en cambio de una cuestión de sanitarismo. Para combatir eficazmente una pandemia hay que evitar grandes concentraciones de personas pues los contagios masivos saturarían nuestro sistema sanitario por lo cual se correría el riesgo de que suceda lo que aconteció en ciertos países europeos en los cuales ante la falta de camas y de servicios de terapias intensivas se descartaban pacientes por razones de edad y se los dejaba morir. Por tal motivo en este caso especial nos resuta totalmente razonable decretar prisiones domiciliarias para condenados por delitos menores así como de aquellos que cumplen prisiones preventivas sin condena, salvo casos especiales de crímenes aberrantes.

Pero ante esta verdad de perogrullo que sólo un necio puede estar objetando nos encontramos con una campaña facciosa inexplicable en tiempos como éstos en los cuales es indispensable suspender todas las diferencias de corte político o ideológico. Nosotros no comulgamos en ninguna manera con este gobierno pero sostenemos que en esta situación es indispensable que haya un gobierno que asuma la responsbilidad de la lucha contra el flagelo con idependencia total de su partido. Siempre será preferible un mal gobierno antes que un no gobierno y en este caso debemos reconocer, a partir de los resultados obtenidos, que ha actuado en general como corresponde decretando una cuarentena de manera oportuna y cuando aun no había gran cantidad de casos como forma preventiva y tal postura también se la reconocemos al intendente de Buenos Aires del partido opuesto. Lamentablemente hay personas que tratan de sacar provecho inventando que acá se han vaciado las cárceles con delincuentes peligrosos y esto es lo que ha estado detrás del cacerolazo del día de ayer alentado por la miopía y el sectarismo. Damos aquí tres ejemplos concretos de la mala fe. En la provincia de Buenos Aires hay aproximadamente 54.000 presos y solamente fueron enviados a prisión domiciliaria a causa de la pandemia nada más que 439 presos. Y lo más grave de todo, la prensa facciosa da ejemplos de liberaciones que no son tales, Por ejemplo el diario Clarín hizo alusión a la liberación del preso Di Matteo que asesinó a su mujer cuando tal acontecimiento no sucedió ahora sino el 12 de octubre del pasado año antes de que asumiera este gobierno y que estallara la pandemia. Y lo más insólito se difundió hasta el hartazgo el ejemplo de la liberación del preso Benvenuto quien apena liberado volvió a delinquir. Como se muestra en la fotocopia de la resolución judicial el mismo fue liberado por razones de salud mental para que cumpliera un tratamiento psiquiátrico y no por el virus aquí aludido.

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