DEL “RIGOR MORTIS” A LA PUTREFACCIÓN
En el mundo moderno se
cumple lo que ocurre con todos los cuerpos vivos: producida la muerte física el
cadáver, por unas pocas horas, se endurece, se trata entonces del “rigor mortis”. Pero después comienza el
ablandamiento, la descomposición, y finalmente la putrefacción. Este es el
estado en que se encuentra hoy la sociedad moderna.
El nihilismo negativo del
que nos hablaba Nietzsche hace alrededor de 130 años está llegando a etapas
terminales. Del período del positivismo, el evolucionismo y el materialismo,
ahora la descomposición está avanzando en todos los niveles.
Tomemos por ejemplo lo que
ocurre en el plano religioso, y vemos así lo que ocurre en Europa con el
desarrollo del neopaganismo y en América con la incipiente restauración de
ancestrales cultos indígenas.
Durante la alta edad media
el catolicismo gibelino, heroico, viril y guerrero, presidió el
crecimiento de una gran civilización,
que a partir de los siglos XII y XIII fue perdiendo terreno frente al
catolicismo güelfo. Este catolicismo fue abandonando su carácter heroico y
guerrero, se debilitó, se ablandó y ya se encuentra en plena descomposición.
Excede los límites de esta breve nota analizar más en detalle dicho proceso,
pero los que quieran conocer más pueden recurrir a autores tradicionalistas
como es el caso de Julius Evola en su magna obra “Rebelión contra el mundo
moderno”.
Esa descomposición también
comprende al conjunto del protestantismo y a la iglesia cristiana ortodoxa.
Ahora afloran por doquier movimientos religiosos como el neopaganismo que se
desarrollan en todos los países europeos y que pretenden una restauración de
cultos precristianos.
En América asistimos a una
creciente presencia de cultos indígenas anteriores a la llegada de los
europeos. Llamó la atención que el
presidente de Bolivia, Evo Morales, el día anterior a la asunción de su cargo
como presidente, fue consagrado en una ceremonia religiosa como jefe espiritual
de los indígenas americanos. La ceremonia fue oficiada por amautas – sacerdotes
indígenas - en las ruinas de la antiquísima civilización de Tiahuanaco, y
conforme a ritos religiosos vigentes antes de la llegada de los españoles. Esto
no quita que Evo Morales tenga un claro perfil neomarxista y progresista, pero
resulta que las aguas de la historia, por lo general, son turbias.
Ya el historiador Arnold
Toynbee, en las primeras décadas del siglo XX, ya había considerado una posible
restauración de cultos indígenas ante el estancamiento y decadencia del
catolicismo. Por su parte Oswald Spengler, había tratado el tema de la segunda
religiosidad, cuestión también considerada por Julius Evola.
Ahora bien, esta segunda
religiosidad es lo contrario de la
religión que preside el nacimiento de una nueva civilización. Se trata de
religiones de la decadencia, de la etapa terminal. Por eso la segunda religiosidad a la que
responden los movimiento citados en curso en Europa y en América son de
carácter pacifista, legalista, democrático y que se adaptan al mundo moderno,
de ningún modo se enfrentan con él.
Totalmente distinta es la
posición que planteamos desde el Frente Cristiano Islámico. Lo hacemos desde la
unidad trascendente de las religiones en una perspectiva tradicional, heroica, viril
y guerrera, en lucha contra el mundo moderno y no conciliando con él.
Todos estos movimientos
neopaganos e indigenistas están invitados a participar en el Frente Cristiano
Islámico en la medida en que se pongan de pié contra el mundo moderno y escapen
a la putrefacción que los rodea y amenaza con asimilarlos. Que no caigan en la
segunda religiosidad y junto a nosotros aspiren a construir el mundo
tradicional, trascendente y heroico.
San Carlos de Bariloche, 2 de Febrero del 2015.
JULIÁN RAMÍREZ
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