ROCKEFELLER Y GREENPEACE
A muchas personas les ha resultado sumamente extraño constatar que la
empresa Rockefeller, dueña de una de las principales petroleras del planeta,
haya invertido dinero con carácter de donación y en forma sumamente sustancial y
pública en la institución ecologista Greenpeace, una de cuyas principales
actividades es justamente combatir y denunciar la acción depredadora efectuada
en el planeta por parte de esas mismas empresas.
Por supuesto que las mentes más superficiales, que tanto abundan
lamentablemente, luego de efectuar tal constación, se convencen a sí mismas de que,
como se trata de una empresa muy exitosa y practicante del sistema capitalista
para el cual todo vale en función de la ganancia, ello estaría hecho con una
finalidad chantajista y para favorecerla frente a una pretendida competencia llegando
incluso más lejos. De acuerdo a la tradicional y novelesca literatura antijudía
tan en boga en nuestros días y promovida muchas veces por los mismos judíos, al
ser Rockefeller un apellido posiblemente de tal colectividad y al tener que ver
los emprendimientos petroleros con la participación de ciertos Estados, como
por ejemplo los de Chile y Argentina, tal cosa estaría vinculada entonces con el
famoso Plan Andinia y por lo tanto la consecuencia que se recaba de todo ello
es que la transnacional Greenpeace sería en verdad una punta de lanza del
sionismo encargada de la disolución de las naciones y de la constitución de un
nuevo Estado de Israel en Sudamérica.
Ahora bien a estos sectores simplistas no se les ocurre ni siquiera
remotamente suponer lo contrario de lo que sostienen con tanta convición y
énfasis. Por ejemplo, si es cierto lo que dicen ¿por cuál razón Rockefeller
hace públicas sus donaciones ayudándolos así a sostener lo que ellos pretenden
afirmar? ¿O no podría ser exactamente al revés? Que Rockefeller y los sectores
sionistas en general tuvieran en verdad a la causa ecologista como un obstáculo
severo para sus planes de expansión y enriquecimiento. Bien sabemos que si se
pusiese coto a la explotación petrolera con la excusa de la contaminación del
planeta, el sistema capitalista, que basa su existencia en el incremento cada
vez mayor de la producción, se vería en severo riesgo al detenerse o al menos
disminuirse la explotación de tal materia prima esencial. Pero justamente como
no son tontos y saben que si se opusieran en forma ostensible a tal causa la
terminarían ayudando en su expansión, hacen justamente lo contrario: apoyarla y
en forma harto ostensible para obtener de este modo su desprestigio.
A su vez, la empresa Greenpeace, que con seguridad debe haber sopesado
esta situación, debe haber hecho el siguiente cálculo. Si aceptamos los
subsidios de Rockefeller vamos a tener una ganancia y una pérdida. La ganancia
va a ser que tendremos fondos suficientes para llevar a cabo nuestras campañas
ecologistas por el mundo entero y la pérdida será que una gran porción de la
opinión pública que es modelada por la propaganda y reflexiona poco se lanzará
en contra nuestro acusándonos de sionistas. Pero en cualquier caso habremos
obtenido por lo menos que la causa ecologista sea conocida y formulada como
problema en el mundo entero.
Vayamos al respecto a un ejemplo reciente. Días pasados en un medio
como facebook, que mide con gran verosimilitud el estado de ánimo y la opinión
de las personas, se difundió una acción reciente de Greenpeace. La misma
consistió en un grupo de jóvenes que se colgaron de un puente en un puerto de
los EEUU para impedir el paso de un buque petrolero de la empresa Shell de
capital británico que iba dirigido al Ártico para efectuar tareas de
exploración y perforación, poniendo así en riesgo una de las principales
reservas de agua dulce del planeta. Por supuesto que con esto no impidieron que
luego el buque se dirigiera a destino, pero la acción sirvió para que el mundo
entero tomara conocimiento de ese hecho. Ahora bien, esa información suscitó
todo tipo de comentarios y hubo hasta una persona que llegó a decir que todo
había sido hecho para hacerle propaganda a dicha empresa imperialista, lo cual
es notoriamente burdo y estúpido pues en todo caso se trataba de una propaganda
en contra*. Lo increíble del caso fue constatar que este comentario tan infantil
en pocos minutos recibió unos 300 ‘me gusta’ y en cambio quien le respondió
poniendo en evidencia el dislate, tuvo apenas unos 70. Queda en claro entonces
la finalidad que ha tenido Rockefeller con su donativo a Greenpeace: conseguir
entre un vasto espectro de personas el desprestigio de la causa ecologista y de
las acciones emprendidas por la misma.
Marcos Ghio
3/08/15
* Se nos ha hecho notar, luego de haber editado esta nota, que en el año 2000 Greenpeace compró acciones de la petrolera Shell por lo cual se habría convertido en una de las 'propietarias' de tal empresa. Sin embargo cabe resaltar que tal compra fue casi simbólica y de escasa monta con la finalidad expresa de poder participar con ello de las reuniones de accionistas de tal compañía y de esta manera tratar de inducirla a rectificar su rumbo de buscar petróleo por el planeta entero por medios altamente contaminantes. Indudablemente no tuvo resultado alguno en tal intento y las acciones que está emprendiendo en la actualidad no son en manera alguna para favorecer el accionar de tal empresa.
* Se nos ha hecho notar, luego de haber editado esta nota, que en el año 2000 Greenpeace compró acciones de la petrolera Shell por lo cual se habría convertido en una de las 'propietarias' de tal empresa. Sin embargo cabe resaltar que tal compra fue casi simbólica y de escasa monta con la finalidad expresa de poder participar con ello de las reuniones de accionistas de tal compañía y de esta manera tratar de inducirla a rectificar su rumbo de buscar petróleo por el planeta entero por medios altamente contaminantes. Indudablemente no tuvo resultado alguno en tal intento y las acciones que está emprendiendo en la actualidad no son en manera alguna para favorecer el accionar de tal empresa.
1 comentario:
Alguna gente que vive del recuerdo de algún ya lejano y glorioso pasado que se derrumbó hace 70 años asume también una postura antisistema y anarquista que realmente sólo resulta funcional al $istema. Es como el que vota en blanco en vez de apoyar a un partido chico (suponiendo que no le gusten los partidos con chances de alcanzar el poder): sólo favorece al partido mayoritario. Con el caso Greenpeace se verifica la misma lógica perversa. So pretexto de no tranzar con el enemigo, se termina por inclinar la balanza a favor de los inicuos saqueadores que están atentando contra el bien común y la posibilidad de que la Tierra siga siendo un mundo habitable.
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