lunes, 16 de noviembre de 2015

RAMÍREZ: LOS GÜELFOS RUSÓFILOS

LOS  GÜELFOS  RUSÓFILOS

    
     En la nota anterior hemos advertido sobre el desarrollo en los últimos años de una tendencia a simpatizar con Rusia y con su dirigente Vladimir Putin y que se manifiesta a través de diversas expresiones de variado origen. Ahora vamos a considerar una de esas tendencias: la que se expresa a través del catolicismo güelfo y que influye sobre sectores nacionalistas y grupos integristas. Como se sabe, el catolicismo güelfo se desarrolló en la alta Edad Media como una escisión entre la autoridad religiosa y el poder político, y en contra del catolicismo gibelino, que por el contrario sostenía la unidad de ambos, presidida por la idea de Imperio sagrado y la supremacía del Emperador. La ruptura de esa unidad metafísica llevó a la Iglesia Católica a apoyarse en las comunas burguesas del norte de Italia y en el nefasto rey francés Felipe el Hermoso. El triunfo del catolicismo güelfo fue un golpe decisivo para el desarrollo de la modernidad.
     Hoy día el catolicismo güelfo no tiene estado en quién apoyarse. El estado moderno es laico y agnóstico cuando no es lisa y llanamente  ateo. Ante esa orfandad en muchos católicos ha surgido la idea de apoyarse en Rusia y mirar con simpatía a Vladimir Putin considerándolo como el que inicia el retorno de Rusia a su tradición milenaria y cristiana. Así lo sostiene en nuestro medio el sacerdote jesuita Alfredo Sáenz en una conferencia en el Colegio de Abogados de Buenos Aires reproducida en un texto titulado “Vladimir Putin, un estadista singular”. También ha desarrollada esa posición en el canal TLV1 que agrupa a católicos nacionalistas y güelfos que simpatizan con esas ideas. Considera que Putin es un personaje valioso que puede romper con su pasado comunista- pese a que fue un coronel de la siniestra KGB-, y que haya sido posible su conversión al cristianismo, alegando en prueba de ello el apoyo que da a la Iglesia Cristiana Ortodoxa Rusa oficial y a su lucha contra la homosexualidad. Digamos de paso que la Iglesia Ortodoxa Rusa oficial  ha bendecido las armas de los combatientes rusos que actúan en medio oriente.  Que no rompa en forma drástica con el comunismo el padre Sáenz lo justifica en que Putin debe actuar con prudencia y en forma gradual, y hay que tener corazón para recordar a la Unión Soviética. Agrega que Putin rechaza totalmente al Islam y que hay que tener cuidado con los musulmanes. Fiel a su formación güelfa el padre Sáenz dice que Putin rechaza la confusión entre iglesia y estado y que la primera debe distinguir entre ambos.
    Podríamos agregar muchas otras cosas, pero para muestra ya es suficiente. Sobre lo que queremos advertir es sobre la peligrosa   pendiente a lo que se están integrando algunos sectores del nacionalismo católico. Su rechazo a muchos aspectos del mundo moderno los lleva a buscar un apoyo en una potencia imperialista que también forma parte de la modernidad y la estrechez de su nacionalismo les impide una visión universal de la situación actual. Su creencia de que el catolicismo es la única religión verdadera les ciega la perspectiva de ver que todas las religiones superiores participan de una Tradición primordial, de la cual cada religión participa en forma parcial conforme al tiempo y lugar en que se desarrollaron.
     Tanto el padre Sáenz como estos nacionalistas cierran los ojos frente a la guerra declarada por Rusia contra el fundamentalismo islámico con sus bárbaros bombardeos en Siria , en alianza con  las otras potencias imperialistas de Occidente. El padre Sáenz y estos nacionalistas creen que Rusia puede ser la restauradora de la cristiandad, cuando lo que está haciendo Rusia es combatir a la única resistencia tradicional que hay hoy día, en forma visible, en parte alguna del mundo.
     Por eso nosotros, los católicos tradicionalistas gibelinos hemos constituido con fieles de otras religiones el Frente Cristiano Islámico. Nuestro enemigo es el mundo moderno en el cual Rusia está incluida.

San Carlos de Bariloche, 26 de octubre del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ




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