LA BOLSA ANTES QUE LA VIDA
En un artículo reciente* se hace notar cómo, a pesar de que la pandemia se esté incrementando en el mundo, pues ayer hubo 136.000 contagios cuando lo normal era menos de 100.00, igualmente las principales naciones están reabriendo todo pues rige aquí el slogan de que, ante la opción de morir por el virus o por el hambre, hay que elegir lo primero. Indudablemente esto está sucediendo porque el orden moderno capitalista ve sucumbir, ante el avance de la enfermedad, al sistema económico al cual ha otorgado el carácter de infalibilidad, del mismo modo que para el mismo su civilización representa 'la civilización', ante la cual las otras serían apenas aproximaciones remotas e inferiores. Queda al respecto el recuerdo de la previsora frase de Lenin cuando dijera que la burguesía, ante la opción de elegir entre la bolsa o la vida elige la bolsa antes que la vida.
A todo ello y en sintonía con esta misma actitud se ha notado también que en esta situación de anormalidad y catástrofe no han faltado aquellos que han querido sacar provecho buscando que el rival 'geopolítico' haga lo necesario para perecer por su solo esfuerzo incrementando así con otros argumentos su tendencia a descuidar la gravedad de la pandemia. Son al respecto muy notorias las teorías montajistas y conspiranoicas suscitadas por hackers rusos y chinos acudiendo a exponentes vernáculos, en especial dentro de lo que ha dado en llamarse nacionalismo populista con varios exponentes paradigmáticos, del estilo de Salvuchi, Brodolino, etc., los cuales alientan este espíritu burgués de dar primacía a la bolsa antes que a la vida difundiendo teorías de lo más disparatadas y delirantes como que todo sería un invento para controlarnos o peor aun para eliminarnos pues querrían quedarse unos pocos con el planeta y varias estupideces sucesivas, pero sumamente peligrosas pues en épocas de drama suelen a veces ser aceptadas por personas desesperadas. La realidad es que tales posturas a pesar de sus rimbombantes fundamentaciones terminan finalmente coincidiendo con el capitalismo más rapaz que no se resigna a perder sus posiciones. Es de destacar al respecto que los difusores foráneos de tales sofismas, en sus propios países acuden a rigurosos controles los que en cambio solicitan abrir y disolver en aquel que desean ocupar. Pero en ambos casos sea en el economicista o en el geopolítco nos hallamos con el mito burgués de dar primacía al poder y a la economía antes que a la vida. O peor aun, suponer que la vida tenga que ver con el disfrute ilimitado de bienes materiales y no como afirma la tradición, con el camino a recorrer para alcanzar la eternidad.
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