miércoles, 6 de octubre de 2021

El Dinero: De las monedas de oro a las criptomonedas, poe Francisco Galarza

El Dinero: De las monedas de oro a las criptomonedas



El tema puede ser tan amplio y detallado como se desee por lo que solo nos enfocaremos a un aspecto del dinero, los materiales con los que ha sido hecho en los últimos 500 años en occidente, y lo pondremos en perspectiva con el devenir humano en el mismo periodo. Para mencionarlo solo de pasada, hace 500 años el simbolismo del dinero ya había estado casi totalmente oscurecido por el renacimiento y previo a este, por la caída de los Templarios.

En el siglo XVI ya era común que las monedas se acuñaran en oro, plata, incluso cobre y fue en el S. XVII que comenzó a imprimir en papel moneda, aunque ya era común siglos antes en oriente. Es interesante observar que el uso del papel moneda en Europa fue apenas un siglo después de iniciada la reforma protestante y pocos años después de que Galileo confirmara lo propuesto por Copérnico y descubriera que la Tierra giraba alrededor del Sol y no a la inversa, lo que tuvo grandes repercusiones en cómo se percibía y entendía la civilización cristiana.

Nuevamente el cambio de materiales, en especial en las monedas, fue notorio, cuando se aceleró la revolución industrial en el S. XIX y el uso del hierro para la construcción. Después ocurrió algo interesante. Apenas 6 años después de finalizado el Concilio Vaticano II (1965), el gobierno de EUA dio por finalizado el patrón oro, en agosto de 1971, de lo que se acaban de cumplir 50 años. A partir de ahí, el gobierno de ese país ya no estaba obligado a tener en reservas de oro la misma cantidad de dinero que circulara. Y en casi todo el mundo, comenzó a generalizarse el fenómeno acelerado de la pérdida de valor del dinero a través de la inflación, de la mano del movimiento hippy comenzó unos años antes, el ascenso del uso generalizado de drogas, el cambio radical en la música, entre muchos otros cambios sociales nada favorecedores.

A medida que la sociedad moderna iba precipitándose cada vez mas en un modelo de producción y consumo e iba alejándose aun mas de cualquier referente de principios y valores permanentes y consistentes, esa pérdida misma de valor, se iba reflejando cada vez mas en el mundo del dinero, las finanzas y la economía.

Para dar un dato específico y cuantificable, en 1970 del 100% del dinero que circulaba en el mundo, solo el 10% estaba relacionado con actividades especulativas, de bolsa, divisas, etc., desde las actividades primarias como la agricultura, hasta industriales o de servicios como turismo. En el año 2000, estaba exactamente al revés, solo el 10% del dinero del mundo estaba ligado a actividades de producción de bienes y servicios y el 90% a la especulación financiera de todo tipo y con toda clase de instrumentos bursátiles y de inversión. Hoy en día esa proporción es mucho mas marcada.

Recordemos que en esos 30 años que van de 1970 al 2000, finalizó la modernidad y comenzó la postmodernidad, con la caída del Muro de Berlín, la URSS y la muerte de las ideologías, para dar paso a la Era del Paria, en donde ya nada importaba, excepto el material de disfrute y excesivo de la vida, en sus expresiones mas bajas y degradantes, sin ninguna otra consideración de relevancia.

Pero el proceso de pérdida de valor y sustancialidad del dinero no se detuvo ahí. El dinero se volvió mayormente digital, registros inmateriales en enormes centros de cómputo, la mayor parte de las transacciones ya no se hacían con "dinero constante y sonante", ni siquiera con cheques, sino con transferencias electrónicas, y un paso adicional en la " volatilización del dinero,

Una moneda que ya no solo no es física, ni está ligada a un registro digital originado en la economía o las finanzas, es solo un invento personal y privado, fuera del ámbito de control de cualquier gobierno, lo que para muchos lo hace “muy seguro ”, pues solo se tiene acceso a la clave personal de encriptación que uno mismo determina. Es dinero literalmente en y del ciberespacio, sin liga de origen real con nada, pero que puede cambiarse incluso por dinero físico en un cajero.

Así que por lo que se ha visto en este brevísimo repaso del desarrollo del dinero, ha ido perdiendo valor como instrumento de cambio, a la vez que ha perdido valor directo por los materiales con los que está hecho, pasando del oro a literalmente un dato cuántico en la internet, que es casi como un espejismo, todo en paralelo a la pérdida de centralidad del ser humano, de saberse una criatura central en el plan divino, a un accidente evolutivo insignificante en la inmensidad de una galaxia de entre innumerables galaxias, en donde nada tiene importancia verdadera.

La pérdida de valor del dinero, así como de sustancia, es una exteriorización de esa misma pérdida al interior del alma humana en los últimos siglos.



Francisco Galarza

Octubre de 2021


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