lunes, 28 de abril de 2014

RAMIREZ: PREFERIMOS EL HIERRO AL ORO

PREFERIMOS  EL  HIERRO  AL  ORO

    
    Preguntado el dictador romano Sila si prefería el oro o el hierro, contestó que elegía el hierro porque con él podía mandar y dominar a los que poseían el oro. Dos mil años más tarde, Julius Evola escribía: “El poder político…deberá afirmarse  en plena independencia respecto de cualquier poder que se vincule a la riqueza. No riqueza, pues, sino algo más: el poder sobre la riqueza.”. Es innegable la relación entre ambos conceptos: la Tradición no es de ayer sino que es de siempre. Es ajena al devenir, es eterna.
     Ahora bien, ¿ a quiénes se debe mandar, quiénes son los dueños del oro y las riquezas?  La respuesta está ante nuestros ojos: se ha enseñoreado del mundo moderno una perversión como nunca hubo, nos referimos a la usura,
     Por usura entendemos el interés que se cobra por un préstamo dinerario, sea ese interés del 1% o del 100%. El hombre moderno, en cambio,    considera usura el cobro de un interés excesivo, porque cree que es normal que el dinero de por sí rinda intereses. ¡ A tanto se ha llegado en esta civilización en estado terminal, de considerar como normal lo que es anormal! Esta actividad, en general. fue condenada por las religiones tradicionales.  En el caso de la civilización occidental la Iglesia Católica desde el concilio de Nicea en el año 415 de nuestra era, condenó la usura y así lo hizo, en general, hasta la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII en 1891, en  donde se la condena como “devoradora”. Desde entonces , la Iglesia, siguiendo con su decadencia ha callado sobre el tema.
     Hoy tenemos un mundo moderno en el cual el capitalismo dejando ya sus orígenes mercantiles e industriales está totalmente dominado y sometido
a las finanzas, cuyo verdadero nombre es usura.
     Como pulpo con innumerables tentáculos la usura se he convertido en poder y gobierno mundial y desde el FMI, el Banco Mundial, el BIR, los círculos Bildenber, el Conseil for Foreign Relations, las reuniones en Davos, el Banco Central Europeo, los bancos centrales de diversos países, la Reserva Federal de EE.UU. y vastas redes de bancos y financieras, orienta y dirige la política económica mundial. País que necesite dinero tiene que caer en sus redes y someterse a sus exigencias.
     Los movimientos tradicionales tienen mucho que decir al respecto. Para la Tradición el Estado debe estar por encima de toda consideración económica ya que ésta es una actividad subordinada a la política y la política subordinada a lo metafísico. La Tradición no se asigna a ninguna escuela o ideología económica pero esto no significa indiferencia o mirar hacia otro lado como hacen muchos que pretender ser tradicionalistas. Hemos conocido varios de ellos: defensores de la religión, de la Patria, de la familia, de las FF.AA., antidemócráticos y antimarxistas, todo lo cual indicaría una tendencia hacia valores de una derecha tradicional, pero sin embargo sobre el tema financiero y económico callan o miran hacia otro lado hasta el punto que parecen conservadores liberales en esta materia. No quieren saber o no saben que la propia religión católica durante siglos condenó la usura y esto forma parte de nuestras mejores tradiciones. Algunos creen que ocuparse de esos temas es cosa de marxistas olvidando que la lucha contra la usura es patrimonio de las religiones tradicionales. Se nota particularmente en el fundamentalismo islámico que al aplicar la “sharia” proscribe la usura como contraria a la fe.
Los movimientos tradicionales, para empezar, deben pues levantar la bandera de la suspensión del pago de la deuda pública y del control de todo movimiento financiero puesto que ello es mandato de la Tradición, de la religión y de la propia dignidad y honor.
      De esta forma avanzaríamos hacia el frente cristiano-islámico en una común lucha contra el enemigo usurero.

San Carlos de Bariloche, 15 de abril del 2014.
JULIÁN  RAMÍREZ








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