miércoles, 5 de mayo de 2010

SIONISTAS EUROPEOS Y NAZIS SUDAMERICANOS


Esta nota pretende ser una continuidad de nuestra anterior relativa al Imperialismo europeo en la cual señalábamos una vez más la estrecha comunidad de intereses e incluso colaboración entre ciertos sectores tradicionalmente nazis y racistas apologistas de la raza blanca con la política del Estado de Israel. Y esto se ha manifestado especialmente con la concordancia que por igual poseen racistas biológicos blancos europeos y sionistas en su rechazo hacia la presencia de comunidades de piel oscura, árabes o negros, sea en Europa como en territorio israelí. Acotemos además que tal racismo biológico no solamente el judío sionista lo ha expresado en contra de los palestinos árabes, sino aun en contra de judíos no blancos, como los negros falasha, o los sefaraditas de origen semítico. Y esto se explica especialmente en el hecho de que sea el sionismo como el nazismo biológico son visiones secularizadas y materialistas aun respecto del mismo problema racial. Por tal razón, concientes de tal comunidad de intereses, los sionistas en Europa han llamado a votar por sectores de derecha incluso nazis en tanto dispuestos a evitar que el territorio Europeo sea invadido por personas de piel oscura que les modifiquen la raza, es decir el mismo problema que dicen tener en Israel. Más contentos todavía se manifiestan cuando hay nazis europeos que hacen enfáticos llamados a prohibir el velo islámico, el minarete, que invitan a cerrar mezquitas y que se indignan a su vez por ver mujeres con todo el cuerpo cubierto, en vez de aparecer bien desnudas para alimentar su propio onanismo. A su vez, en su odio por cualquier sentimiento tradicional que no sea el del occidente degradado, nazis y sionistas apoyan por igual a movimientos imperialistas tales como la actual invasión y genocidio en Afganistán, la democracia en Irak y los bombardeos inteligentes contra el pueblo palestino pues ‘qué más queremos que los miembros de la religión de Abraham se maten entre sí’ (Vial).
Nazis europeos, en razón de tal comunidad de intereses, suelen también viajar a Israel a recibir felicitaciones a cambio de endosar el kipá, cosa que también hiciera su par ruso el nazi comunista blanco Putin. Pero sucede que el sionista es también exigente y no deja nunca de deparar sorpresas cuando es visitado. En una circunstancia cuando el postfascista italiano Fini fue a Jerusalem quedó literalmente asombrado al conversar con el en ese entonces premier Sharon. Éste le manifestó que si quería dar una plena demostración de su fe en la raza blanca que ambos compartían debía preocuparse sobremanera de desterrar del continente europeo en el seno del fascismo la herencia, no de Rosenberg, ni de Hitler, ni de Mussolini, sino de Julius Evola, la cual resultaba muy peligrosa para el racismo nazi sionista. Y en esto consiste el peligro. Mientras que gracias al nazismo biológico y materialista se juzga a la persona por el color de su piel, independientemente de las ideas que tenga en la cabeza, el racismo evoliano en cambio tiene que ver a la inversa con el factor espiritual. Éste no es antinegro ni anti árabe, ni antiislámico, ni tampoco anti-judío, podrá ser y es en todo caso anti-sionista, en tanto es anti-moderno. Un negro, un árabe o un judío que exalten lo sagrado tienen para él mucho más valor que un blanco volcado hacia la droga y el consumo, como los tantos que pululan en el antiguo continente. Por ello un racista evoliano en tanto es espiritual, tiene más afinidad con un fundamentalista islámico que con un nazi europeo o que con un católico integrista de los que llaman a la Cruzada en contra del Islam. En esto se encuentra la diferencia y en esto se explica el correcto miedo del ex premier Sharon. Un nazi europeo blanco será siempre un aliado de un sionista judío blanco, en cambio un evoliano que exalta los valores del espíritu y de la Tradición, será enemigo de ambos en tanto los considerará por igual como diferentes expresiones de la modernidad.
Claro que los sionistas no formulan la misma política en todas partes en su afán por exaltar y defender los valores de la raza blanca, europea, o judía, o norteamericana. En regiones del Tercer Mundo, en países atrasados y con escasa cultura, con medios de difusión masiva poco informados, como por ejemplo los que existen en el Perú, la palabra evoliano no es la descalificatoria, sino simplemente a secas el término ‘nazi’ calificándose con la misma a todo aquel que en tanto está en contra de la modernidad está por supuesto en contra de una de sus mayores expresiones, el sionismo y que consecuentemente apoya con todas sus fuerzas al movimiento talibán y al fundamentalismo islámico en tanto son las avanzadas de la lucha en contra de este gran flagelo materialista que nos acosa.
El término nazi es la palabra descalificatoria, el anatema que aquí se utiliza para demonizar y paralizar al adversario y el mismo tiene un similar efecto al utilizado por ejemplo acá en la Argentina cuando gobernaban los militares; todo aquel que se opusiera al saqueo sistemático que se efectuaba de nuestra economía era sin más acusado de comunista. Paradojalmente los comunistas de nuestro país en esa época eran los mejores defensores de tal dictadura a la que llamaban progresista en tanto le vendía trigo a la Unión Soviética.
Y acá sucede algo parecido: mientras que los nazis biológicos son hoy en día grandes aliados de los sionistas, estos últimos por contribución no los molestan para nada y en cambio a los que no lo somos y además nos trenzamos periódicamente en debates en contra de los primeros, en tanto que a diferencia de ellos respaldamos la lucha del fundamentalismo islámico, a nosotros sí se nos brinda tal anatema descalificador.
Varias veces me he referido a la campaña mediática que la prensa peruana en unanimidad brindó a un viaje mío académico a tal país acusándome falsamente de ser ideólogo nazi y de haber concurrido al mismo para organizar dicho movimiento y sentar los cimientos de futuros campos de concentración y cámaras de gas. Esto sucedió hace casi exactamente un año, sin embargo a pesar de que mi visita a la ciudad de Cusco duró apenas los tres días de un evento cultural y luego salí de tal país, aun hoy siguen insistiendo en que al pobre Perú las cosas le van muy mal por esa intempestiva visita que yo les hice. Así pues el pasado 11 de abril el diario local La Razón publica una extraña noticia. Dice que de manera sigilosa yo habría concurrido a la ciudad de Tacna, habría dado allí una conferencia indicando que había que matar a todos los judíos y que como consecuencia de ello en tal localidad habría aparecido un Führer dispuesto a seguir mis indicaciones.
Demás está decir que conozco esa ciudad apenas de nombre, pero lo más asombroso y que demuestra la perfecta afinidad entre sionistas y nazis es que también ha aparecido ahora en escena un grupo de tal ideología de nombre Vanguardia Nacional que avala lo dicho por tales medios acusándome de ser el responsable del fracaso del nazismo en su país en tanto que ese grupo habría seguido las ideas evolianas difundidas por nuestro Centro. Es decir exactamente lo mismo manifestado por el sionismo pero desde una perspectiva en apariencias opuesta. En una nota que aparece en Internet el grupo que ya había estado atacándome en otros foros concluye su artículo de crítica a mi persona manifestando, del mismo modo que Sharon, su rechazo por el racismo evoliano con estas palabras ‘el nuestro es un Racismo científico, donde el concepto de la raza no puede ser separado de la biología, nuestro concepto racial, no separa al hombre del mundo natural, y mucho menos basa sus teorías en falsas e imaginarias interpretaciones o abstracciones cerebrales, es decir metafísicas’
Cerramos la nota con una respuesta extensiva sea a nazis biológicos como a sionistas.
‘Estimado Chimpancé: no puedo pretender que comprendas que el hombre no es solamente cuerpo, ni que el cerebro es un medio de expresión de una realidad superior que es el espíritu. Que así como la lengua no es solamente el órgano que tenemos en la boca, sino una entidad espiritual y libre construida a lo largo de siglos de tal actividad, la raza es esa estructura cualitativa que existe en grados distintos en todas las personas. Así pues, si el cuerpo en tanto dimensión material es una cosa que no elegimos, sí en cambio ello sucede con la raza en tanto seamos capaces de discernir en lo interior de nosotros lo mejor que nos pertenece y que ha sido desplegado por nuestros antepasados. Todo hombre tiene la posibilidad de elegir entre ser moderno o tradicional, es decir elegir la raza del hombre fugaz que existe en sí mismo reduciendo su existencia a la vida biológica efímera que tú exaltas determinado en este caso por tu condición, o la del hombre eterno, la Tradición que existe en todos nosotros y en todas las historias de los distintos países, teniendo la posibilidad de elegir entre expresiones diferentes. Uds en el Perú han tenido quizás más que nosotros los argentinos la posibilidad de efectuar con mayores medios esa gran elección trascendental, pues junto a la democracia con sus medios de difusión masiva estupidizadores y desinformadores, con los que se han ocupado tanto de mi persona, han tenido también expresiones sagradas y eternas como el Imperio y la Colonia en mayor grado que nosotros. Tienen pues mayores oportunidades de poder elegir a la gran Raza superior que, insisto, todos, blancos, negros, o amarillos pueden alcanzar aunque no se tengan los mismos medios para hacerlo.”
Marcos Ghio
22/04/10

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