miércoles, 18 de marzo de 2015

RAMÍREZ: VIOLENCIA LEGÍTIMA, VIOLENCIA ILEGÍTIMA, PACIFISMO E INDIFERENCIA

VIOLENCIA LEGÍTIMA, VIOLENCIA ILEGÍTIMA, PACIFISMO  E  INDIFERENCIA

    
     Frente al actual desarrollo de la tercera guerra mundial, en varios frentes que tienden a ampliarse y multiplicarse, se alzan varias posturas.
     Están los pacifistas que se oponen a todo tipo de violencia venga de dónde venga. Estas personas hacen total abstracción de las causas de la violencia, se quejan de los efectos pero son incapaces de remontarse a sus orígenes. Se quejan, imploran, rezan, en una actitud femínea, cobarde y derrotista, contraria a toda virilidad. Nunca olvidaremos lo sucedido en nuestro país, la Argentina, en los días de la guerra de Malvinas en 1982, cuando durante la visita de Juan Pablo II, una multitud alentada por el mismo Papa y por la iglesia católica, en forma frenética e histérica, aullaba “queremos la paz”. En Inglaterra no sucedía lo mismo. Las consecuencias son conocidas, sobrevinieron hasta el presente más de treinta años de la peor y más malvada forma de gobierno: la democracia y la Argentina se encuentra sumida en el más bajo nivel de su existencia gobernada por una partidocracia corrupta y delincuencial que comprende tanto al gobierno como a la oposición.
     Se olvidaron las enseñanzas de la historia como aquel dicho de los antiguos romanos: “Si quieres la paz prepárate para la guerra”.
El catolicismo moderno ha dejado de lado lo que era en tiempos pasados cuando el mismo Papa exhortaba a la guerra santa durante las Cruzadas y las órdenes de caballería hacían de la guerra su tarea más importante, a  cargo de los heroicos monjes guerreros. La teología y la  filosofía escolástica justificaban el tiranicidio, como lo enseñaban Santo Tomás de Aquino, el padre Juan de Mariana y otros, y la necesaria pena de muerte era totalmente justificada. Todavía había restos de una virilidad espiritual totalmente perdida por el catolicismo moderno, que se ha transformado en una religión femenina.
     Otra actitud es la de la indiferencia. Son los que dicen que esas cosas que pasan en el mundo están muy lejos de nosotros y no nos atañen; no hay que meterse en eso que no nos afecta para nada; mejor dediquémonos a nuestros problemas. Es la visión de campanario que no ve más allá de la punta de la nariz. Esta gente es incorregible, pero cuando sufra las consecuencias va a ser tarde.
     Vayamos ahora a los partidarios de la violencia. Hay una violencia legítima y una violencia ilegítima. La primera es la que se practica en defensa y restauración de la Tradición, por lo eterno, lo sagrado, lo que siempre fue, es y será, lo que es válido en todo lugar, para todos y para siempre. La violencia ilegítima se  hace por lo transitorio, por lo que es hoy y mañana no es, por un devenir que constantemente cambia. Y estos dos tipos de violencia son los que se enfrentan hoy día en esta tercera guerra mundial.
     El tremendo error de pacifistas e indiferentes consiste en equiparar estos dos tipos de violencia refugiándose en un limbo en el cual por no ser ni fríos ni calientes serán repudiados por cobardes e inservibles.
     Finalmente nos ocuparemos de los hipócritas, O SEA DE LOS PEORES. Son aquellos que están de acuerdo con la VIOLENCIA ILEGÍTIMA pero por cálculo mezquino y por intereses materiales e ideológicos no se atreven a decirlo con claridad. Los vamos a enumerar: el papa Francisco, los neomarxistas, los progresistas, los que buscan salidas democráticas, los neopaganos, los euroasiáticos, muchos nacionalismos, los identitarios y muchos más.
     Hoy día reputamos como violencia legítima la que practica el fundamentalismo islámico en general: en su lucha hay Tradición, religión, superioridad espiritual. Los que lo combaten están sumidos en el demon del economicismo y del creciente caos.

San Carlos de Bariloche, 23 de febrero del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ 


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