viernes, 1 de mayo de 2015

RAMÍREZ: LA TRADICIÓN Y EL ESTADO ISLÁMICO

LA  TRADICIÓN  Y  EL  ESTADO ISLÁMICO

    

     En la primera parte de su magna obra “Rebelión contra el mundo moderno”, Julius Evola nos recuerda las categorías del espíritu tradicional, y decimos nos “recuerda” porque Evola no inventó ninguna teoría ni ideología, simplemente puso a nuestro alcance lo que el hombre moderno ha olvidado, es decir, la doctrina tradicional. Entre esas categorías están las referentes a la ley, al estado y al imperio, y no podemos menos que encontrar correspondencias entre esas categorías y este fenómeno político que se presenta ante nuestros ojos que es el Estado Islámico.
     Las categorías del espíritu tradicional son modelos a los cuales nos podemos acercar o alejar sin llegar nunca a ser perfectos en su realización fáctica pero cuya hegemonía nos indica si nos encontramos frente a la Tradición o, en su defecto, frente al mundo moderno.
     La ley y el estado en el mundo tradicional eran de origen divino. Provenían de lo alto y se dirigían hacia lo alto. La violación de la ley era un verdadero sacrilegio contra la voluntad divina y debía ser castigado el infractor. El Estado era formado por una sociedad de varones guerreros, viriles y heroicos, brazo armado de la Tradición e intérpretes de la divinidad. Esa casta era la que daba forma al Estado y a la materia informe del pueblo cuya raíz es de naturaleza femínea y necesita quién la mande. Todo lo contrario de las ideologías modernas del contractualismo roussoniano, de la voluntad del pueblo, del estado de los trabajadores, etc.
     Por otra parte el Imperio era de carácter universal, sin fronteras políticas, con nacionalidades pero sin nacionalismo, verdadero intermediario entre el cielo y la tierra, cuya misión primordial era conducir las almas desde la tierra al cielo a partir de la tierra.
     Ahora bien examinando al actual Estado Islámico nos encontramos que está siendo edificado por una casta de guerreros, los “mujahideen” y los yihadistas, que han superado a la muerte y a la cual se enfrentan en busca de la verdadera vida.
     Ese Estado Islámico se rige por una ley religiosa, la “sharia”, que conforme a la religión islámica, es de origen divino y no puede ser alterada por los hombres y su violación es una ofensa a la divinidad.
     El Estado Islámico tiene vocación imperial, no se detiene ante las fronteras políticas de las patrias, todas ellas de origen  moderno y sometidas a estrechos nacionalismos.
     La correspondencia con  la doctrina tradicional es clara y evidente. Desde la religión y las culturas islámicas se han puesto en forma manifiesta y fáctica una serie de hechos que el hombre moderno materializado y ajeno a toda inquietud espiritual se empeña en no comprender.
     Aclaramos que no somos musulmanes; exotéricamente somos católicos gibelinos ajenos al Vaticano y a la jerarquía católica, pero más allá de ello, somos tradicionalistas de cuño evoliano y en el Estado Islámico valoramos todo aquello que tiene raíces en la Tradición primordial de toda la humanidad.
     Todos estos aspectos tradicionales del Estado Islámico tienen hegemonía en el estado que tan heroicamente están construyendo, son aspectos esenciales que no deben confundirse con lo accidental, lo contingente o lo accesorio.
     Así como las fuerzas materiales y economicistas del mundo moderno pretenden construir una globalización de orden mundial, nosotros desde el Frente Cristiano Islámico construiremos una globalización de signo opuesto y el Estado Islámico es un paso en esa perspectiva.

San Carlos de Bariloche, 27 de abril del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ






     

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este artículo podría dar para mucho más, una segunda versión ampliada y corregida, si el autor investigará más sobre el Islam y la historia y vida actual del EI en los territorios que controla.
De todas formas es un buen inicio, e incluso podria dar para un libro,cordial saludo.