viernes, 26 de febrero de 2010

HA MUERTO BIOLCATI

Días pasados, en forma sumamente ocasional, nos hemos enterado de la muerte del filósofo e ingeniero Vicente Alberto Biolcati a quienes todos siempre cariñosamente hemos llamado por el apellido. Biolcati fue entrañable amigo nuestro a quien conocimos hace casi cuarenta años en la Facultad de Filosofía y Letras cuando, ya en una edad madura, con cuatro títulos universitarios a cuestas, efectuaba exitosamente su quinta carrera. Pero él no era un estudiante crónico o un simple acumulador de diplomas. Su estudio de filosofía se debía principalmente al hecho de estar atravesando una severa crisis respecto de la modernidad y de la disciplina que él había cultivado a lo largo de su vida útil, la ingeniería en gas y petróleo. Él se había convertido en un severo crítico del mundo moderno y ya de grande había descubierto a la figura de alguien que efectuaría una negación radical del mismo, el francés René Guénon, de quien se convertiría en uno de sus principales difusores en nuestra lengua. Debemos reconocer aquí públicamente que fue él quien nos hizo conocer a tal autor y luego fue a través de este último y de su escuela que nosotros nos aproximamos posteriormente al pensamiento evoliano algunos años más tarde.
Siempre lo recordaremos el día en que lo conocimos como una figura contrastante con el medio sumamente superficial y verborrágico en el que nos encontrábamos en donde ser filósofo o estudioso de la filosofía era un simple recurso para sobresalir en sociedad mediante el uso de léxicos rebuscados. Biolcati en cambio era una persona precisa en sus aseveraciones, su lenguaje era impactante y tenía una gran capacidad de comunicación y de exponer en muy pocas palabras las propias ideas; el estudio de la filosofía no era para exaltarse a sí mismo en una sociedad que él reputaba como caduca, sino un medio para poder alcanzar el saber esencial del cual el Occidente se había apartado desde hacía siglos. A él le debemos una serie de obras iluminadas, pero especialmente su tesis de licenciatura titulada La Edad crepuscular que representa uno de los estudios más pormenorizados y profundos que se han escrito sobre el pensamiento de René Guénon en nuestra lengua.
Pero seríamos injustos en este breve homenaje si no recordáramos otro detalle de su vida que nos tocó vivir de cerca. Siendo ya licenciado de Filosofía tuvo que padecer como nosotros ese nefasto acontecimiento argentino cual fue el Proceso de Reorganización Nacional en el año 1976. Esta circunstancia fue, tal como hemos relatado en otras circunstancias, el verdadero momento en que se aceleró el proceso de declive de nuestro país. Principalmente porque sembró la confusión respecto de ciertos principios que eran los esenciales para sanearnos. Apareciendo falsamente como un fenómeno de derecha fue en realidad de izquierda en tanto promovió el liberalismo en todos sus matices. Fue propulsor de la economía de mercado y simuló combatir al marxismo confrontando únicamente con su aparato guerrillero y militar (1), pero no con la izquierda como fenómeno cultural a la que cobijó en las universidades, siempre y cuando no fuese violenta. Cuando en verdad ésa era la peor de todas, en tanto que era la que se camuflaba con el disfraz del cordero. Y además con su política de represión clandestina e ilegal la convirtió en víctima, tal como sucediera en nuestros días con la famosa muletilla de los Derechos Humanos y los 30.000 desaparecidos. Nos falta sólo recordar al respecto que al venderle trigo a la Unión Soviética, en plena guerra de Afganistán, a pesar de su anticomunismo declamado, le dio oxígeno a tal sistema para seguir oprimiendo por más años al pueblo mujaideen. No por nada el Partido Comunista Argentino calificaba al régimen del Proceso como progresista por tales medidas. Y todo esto se complementó con su desprestigio ostensible hacia la única institución capaz de salvar a nuestro país cual es la dictadura. En manos del Proceso Militar los argentinos sólo pudieron conocer una dictadura nefasta y corrompida que, tal como era su meta explícitamente sostenida, pretendía instaurar una ‘democracia sana’ con el tiempo, es decir la que tenemos ahora. Una corrupción profunda no podía sino dar cabida a otra del mismo tenor.
¿Y qué tendrá que ver esto con la muerte de Biolcati? Nos dirá alguno. Es que Biolcati, como tantos argentinos que no éramos ni izquierdistas ni adulones de los militares, fue despojado bajo tal gobierno de su empleo en la empresa de Gas del Estado en el que se había desempeñado por al menos 20 años y obligado a una edad ya madura a buscarse otros medios de sustento. Biolcati entonces resolvió exiliarse. Pero aquí habría que señalar que en esa época existieron dos tipos de exilio en relación al nefasto gobierno militar para aquellos que teníamos títulos universitarios y nos desempeñábamos en la enseñanza. Un exilio confortable en el exterior con doctorados, becas y cargos académicos, es decir curriculum para cuando terminase la pesadilla de la ‘dictadura idiota’ y en éste se enrolaron masivamente los izquierdistas quienes luego volvieron con grandes antecedentes para ocupar cargos universitarios y el otro, el de los que decidimos exiliarnos en nuestro propio país, en un exilio que podríamos llamar interior, de los desencantados, de aquellos que queríamos una dictadura verdadera que rectificara las cosas y no una preparación para la democracia.
En la Patagonia argentina, específicamente en la localidad cordillerana de El Bolsón, transcurrimos parte de nuestro exilio con el gran amigo Biolcati. Luego él se volvió antes al llegarle la edad de la jubilación y continuó, ya en democracia, publicando libros y colaborando más tarde con nosotros en las tareas de difusión de ideas efectuadas por el Centro de Estudios Evolianos, nombre originario de nuestra organización. De él conservamos múltiples conferencias, habiendo sido la última de todas la brindada el pasado 31 de agosto de 2007 en la ciudad de Buenos Aires, la que fue su verdadero canto del cisne, pues nunca más habría de volver a hablar. Ahora nos enteramos que tenía un problema grave de salud.
Queremos rendir nuestro homenaje al gran amigo citando las palabras con las que comienza una de sus últimas obras, La liturgia de Lucifer, las que guardan grandes analogías con las circunstancias que nos tocaran vivir:
“Sálvate y salva a los tuyos. No mires atrás ni te detengas en sitio alguno de esta miseria envasada. Sube a tu caverna en lo alto de la montaña a fin de evitar convertirte en una estatua de metal ferroso. Así no perderás la inteligencia, lo más valioso de ti”.

(1) Más tarde nos enteramos también que hubo una estrecha colaboración con la izquierda montonera en el exterior por parte de ciertos miembros del gobierno militar.

Marcos Ghio
Buenos Aires, 26/02/10

lunes, 8 de febrero de 2010

Nota aclaratoria:
Hace aproximadamente un mes en la página de Tsunami político apareció una nota de Adrián Salbuchi en donde pretendía contestar a un artículo que había yo publicado hace dos meses en donde refutaba los conceptos que el primero había vertido sobre el atentado de la AMIA. Luego de mi inmediata réplica a tal artículo, Salbuchi contestó en esa misma página con una breve esquela en donde se negaba a tener ningún tipo de debate conmigo pues decía tener ‘temas más constructivos’ de los que ocuparse. En esta nota aclaramos cuáles son esos temas a los cuales aludía en ese entonces
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EL DOBLE MENSAJE DEL SR. SALBUCHI

Adrián Salbuchi difundió tiempo atrás por esta misma página una nota de pretendida réplica a un artículo mío en el que realizaba fuertes críticas a su reciente informe sobre el atentado de la AMIA publicado por la izquierdista Red Voltaire. Luego de haber procedido a contestarle con críticas contundentes que ponían en claro a cuáles intereses él servía en tanto que en la aludida réplica se encargaba reiteradamente de descalificar al único movimiento que en la actualidad le hace frente a las fuerzas de la modernidad representadas paradigmáticamente por los EEUU, Rusia, China y la Unión Europea, es decir, al fundamentalismo islámico, Salbuchi contesta con una nueva carta que publica en tal página en donde literalmente se escapa del debate que el mismo ha suscitado con argumentos como el siguiente:
1) NO pienso perder el tiempo en contestarle a Marcos.
2) No tengo NADA personal contra él. Y finalmente:
3) Estoy muy ocupado en otros temas más constructivos.

Más allá de la llamativa familiaridad con la cual me trata, pues debo acotar que apenas lo conozco personalmente, veremos a continuación que no es verdad que no tenga NADA en contra mío y cuáles son esos 'temas más constructivos' que dice que lo ocupaban hace un mes.
Para esa fecha el aludido había armado una serie de conferencias por Yotube en internet en donde exponía sus habituales teorías conspirativas y montajistas encargadas, tal como nos tiene acostumbrados, no solamente de descalificar al fundamentalismo islámico, concordando así en tal mensaje con organizaciones como la CIA y el Mossad, sino sembrando entre sus interlocutores una sensación de impotencia respecto de la gran capacidad operativa y de inteligencia que tienen tales poderes, es decir una vez más el mismo objetivo que tienen dichos organismos.
Pero su 'ocupación' no era solamente la de exponer, sino esta vez sí someterse a un debate con sus diferentes oyentes virtuales, cosa que en cambio se negaba a hacer conmigo. Así pues un tal das81 le pregunta:
'digame señor Salbuchi, ¿que opina de lo que dice el gorila Marcos Ghio que usted es un elemento de propaganda yanqui, a pesar que el a (sic) defendido a la dictadura y su accionar antidemocratico?.'
Soslayando aquí el detalle de si es cierto o no que haya defendido al anterior gobierno militar, cosa que es notoriamente falsa de sólo leer mis informes críticos sobre el mismo, detengámonos un instante en la identidad del aludido interrogador. Se trata del escritor yanqui Kurt Sonnenfeld, 'exiliado' en nuestro país como tantos de su nacionalidad que se benefician con la diferencia cambiaria y del cual hablaremos en más detalle en nuestro próximo número de El Fortín en la habitual columna La Clava revelando algunos datos significativos respecto de esta persona. Lo que cabe acotar aquí son dos cosas, la primera es que si bien se trata de un norteamericano, ha asimilado ya con facilidad la dialéctica peronista imperante en nuestro suelo en el sentido de calificar a los argentinos que no son de tal ideología como de gorilas, lo cual nos hace recordar una vez más lo que revelara Walter Beveraggi Allende en el sentido de que Perón y Norteamérica nunca fueron verdaderamente enemigos. La segunda es que, como veremos, se trata de un furibundo demócrata y antinazi.
Llegados a este punto, si nos tuviésemos que remitir a los conceptos de Salbuchi aparecidos en la aludida carta deberíamos pensar que éste 'tiene temas más importantes de los que ocuparse'. Pero lo curioso es que en vez de debatir conmigo prefiera hacerlo con un yanqui y de la manera que veremos.
Así pues le contesta:
arsalbuchi (1 month ago)
Hola, "das81".... Qué querés que te diga...? Hay ciertos personajes que jamás aprenden.... El año pasado, Marcos Ghio me dedicó una serie de artículos para decir que se yo cuantas pavadas. Le dije que si tenía alguna duda sobre lo que escribo y digo, no tenía más que llamarme... pero, no. Prefirió mandarse una perorata pública y decir toda una sarta de pavadas.  En fin, hay cierto boludos que son auténticamente incorregibles... Carodialmente, Adrian Salbuchi '
Soslayando el estilo auténticamente peronista que tanto reivindica Salbuchi ('Alpargatas sí, libros no') y que hoy vivimos en su plenitud con los incesantes ataques que el actual gobierno le dedica a todos los que piensan diferente, aclaremos aquí dos cosas. La primera es que cuando elaboramos nuestras notas críticas respecto de sus distintos informes no necesitábamos que nos aclarara ninguna duda, ya que su discurso es suficientemente claro. Por lo cual hubiera sido más positivo acudir a un debate de ideas y no incurrir como él hace en el insulto y la descalificación personal. Pero lo interesante a acotar aquí es que no es verdad lo que le dijo en su momento de que no tenía NADA en contra de mi persona, por lo que se nos ha revelado como un verdadero hipócrita y mentiroso.
Pero continuemos con el debate que no tiene desperdicio. Luego de tal 'revelación' el yanqui le contesta:
'¿Asi que le ofrecio debate y no quiso?. Bueno, no me extraña, mas aun si se fija el quilombo que se armo despues de su visita Peru y utilizo la misma defensa contra varios blogs (aunque Faverón fue un inepto al no haber profundizado la lectura y estudio de Evola para contraatacar mejor).'
Tal como vemos la educación que se recibe en los EEUU es sumamente mala y defectuosa ya que impide a sus productos comprender adecuadamente lo que se les dice. Salbuchi no le había manifestado que yo me había negado a un debate, sino lo contrario que él no lo quería hacer por las razones que alega. Por otra parte resulta sugestivo lo que expresa respecto del catedrático peruano marxista Faverón. El aludido enseña en los EEUU, como buen marxista que es, y posiblemente debe haber sido profesor de Sonnenfeld ya que éste se queja porque cuando estuve en Perú su maestro efectuó una crítica pública a Evola y a mi persona con la desfachatez de haber confesado no haber leído nunca nada de ambos. Con tales profesores es de imaginar los productos obtenidos.
Por último el yanqui cierra el debate con una grave advertencia.
'Sinceramente no entiendo, Ghio dice no ser nazi, aunque se asocio a Biondini.Para mi es algo peor que nazi o facista.
Es como un ultraconservador catolico de corte ocultista, Bastante peligroso.
'www.youtube.com/watch?v=wQY6v7bU2lg

Más allá del laurel que el yanqui me otorga de considerarme como más 'peligroso' que Salbuchi, el debate se concluye con un sugestivo silencio de éste. Y esto está muy mal pues él le tendría que haber explicado al yanqui dos cosas. La primera que es él y no yo el que se reivindica como nazi. La segunda es que él también asistió al programa radial de Biondini y no por ello el yanqui lo asocia con éste.
Pero la última acotación que queremos hacer es que si bien acierta en calificarme como católico ya que he sido bautizado en tal religión y tal vínculo es indeleble como a nivel natural puede serlo el sexo o la raza (aunque haya alguna de estas cosas que ciertas personas tienden a desnaturalizar) no es cierto que sea conservador ya que considero que no existe nada, empezando por el mundo que Sonnenfeld y Salbuchi representan, que haya que conservar. Y menos aun ocultista pues no oculto ninguna de mis ideas y todas las ellas, a diferencia de la persona con la cual debate, son expuestas públicamente y de cara al sol.

Marcos Ghio