viernes, 30 de diciembre de 2016

EVOLA: EL “AMOR POR LO LEJANO”

EL “AMOR POR LO LEJANO”



por Julius Evola

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Nada más nítido y contundente que dos conductas psicológicas dispares, tales como el amor por lo cercano y por lo lejano. En el primer caso la necesidad de estar cerca del otro, de sentirse acompañados, consentidos, con independencia de cualquier valor, es decir el afán por ser populares y por lo tanto ser 'votados'. Es lo propio de la modernidad en cualquiera de sus formas, sea democráticas como dictatoriales, (ambas por igual totalitarias) en donde sus líderes paradigmáticos viven atormentados por estar rodeados de multitudes, consultando siempre sus estados de ánimo y palpitando sus diferentes humores. Distinto es en cambio lo que acontece en el mundo tradicional. Existe allí un especial deseo de permanecer alejado de las muchedumbres, de vivir apegado a valores y principios, de no viajar a la búsqueda de los otros sino de permanecer inmóvil como un sol y en las alturas. Y a su vez las conductas de los gobernados son distintas. En el clima democrático se busca al jefe que sea como nosotros, uno más y de los nuestros, en cambio en un orden tradicional el gobernado se siente atraído por el que es superior y no se mezcla con los otros. Dos venas y dos tensiones diferentes contrastan en los dos tipos de orden. (M.G.)


En el campo de las reacciones interiores y de aquella disciplina que, con un neologismo, ha sido denominada la etología, se pueden distinguir dos formas fundamentales, marcadas respectivamente con las fórmulas de “amor por lo cercano” y “amor por lo lejano” (que no es otra que la nietzscheana Liebe der Ferne). En el primer caso uno se siente atraído por aquello que se le encuentra cerca, en el segundo en cambio por lo que le resulta lejano. Lo primero tiene que ver con la “democracia”, en el sentido más amplio y sobre todo existencial del término; lo segundo en cambio tiene relación con un tipo humano más alto, rastreable en el mundo de la Tradición.
En el primer caso, a fin de que una persona, un jefe, sea seguido, es necesario que se lo sienta como “uno de los nuestros”. Así pues alguien ha acuñado a tal respecto la feliz expresión de “nuestrismo”. Las relaciones de éste con la “popularidad”, con el “ir hacia el pueblo” o “entre el pueblo”, así como también, consecuentemente, con su insufribilidad hacia todo lo que signifique diferencias cualitativas, resultan sumamente evidentes. Casos recientes y significativos de tal orientación son conocidos por todos nosotros, pudiéndose incluir entre los mismos también a la insípida vocación “viajera” de los mismos Pontífices, allí donde lo normal hubiera sido en cambio alimentar una casi-inaccesibilidad, esa misma por la cual ciertos soberanos aparecieron ante el pueblo como “alturas solitarias”. Hay que subrayar aquí el pathos de la situación, puesto que puede existir una cercanía física que no excluye sino que mantiene la distancia interior.
Se sabe del papel relevante que el “nuestrismo” ha tenido aun en los regímenes totalitarios de ayer y de hoy en día. Son patéticas las escenas, que no se han dejado de resaltar por doquier, de dictadores que se complacen por figurar entre el “pueblo”. Allí donde la base del poder es en gran medida demagógica, ello resulta por lo demás casi una necesidad. El “Gran Compañero” (Stalin) no ha cesado de ser el compañero. Todo esto pertenece a un preciso clima colectivo. Hace ya más de un siglo y medio que Donoso Cortés, filósofo y hombre de Estado español, tuvo ocasión de escribir con amargura que ya no existen soberanos que pretendan presentarse verdaderamente como tales; y que si ellos lo hicieran, quizás casi nadie los seguiría. De modo tal que parece como si se impusiera hoy en día una especie de prostitución, ya puesta en relieve por Weiniger en el mundo de la política. No es azaroso afirmar que si hoy existiesen jefes en un auténtico sentido aristocrático, éstos muchas veces estarían obligados a esconder su naturaleza y a presentarse bajo la vestimenta de agitadores democráticos de masas, si es que pretendiesen ejercer una influencia. El único sector que en parte ha permanecido aun inmune de tal contaminación es el del ejército, aun si ya no es fácil hallar allí el estilo severo e impersonal que caracterizó por ejemplo al prusianismo.
Al “nuestrismo” le corresponde un tipo humano esencialmente plebeyo. El tipo opuesto es aquel al cual se le puede referir la fórmula del “amor por lo lejano”. No la cercanía “humana”, sino la distancia suscita en él un sentimiento que en el fondo lo eleva y, al mismo tiempo, lo impulsa a seguir y a obedecer, en términos sumamente diferentes del otro tipo. Antiguamente se pudo hablar de la magia o de la fascinación de la “superioridad olímpica”. Vibran aquí otras cuerdas del alma. En un dominio diferente, nosotros no podemos por cierto ver un progreso en el pasaje del hombre-dios del mundo clásico (por más símbolo o ideal que fuese) al dios-hombre del judeo-cristianismo, a aquel dios que se hace hombre y funda una religión de fondo humano, con un amor que debería mancomunar a todos los hombres así como hacerlos cercanos el uno con el otro. No equivocadamente Nietzsche denunció en esto a lo opuesto de lo que designó con la palabra vornehm, que se traduce por “distinto” o “aristocrático”.
El cielo nocturno estrellado por encima de sí era exaltado por Kant por su indecible lejanía, y tal sentimiento es probado por muchos seres no vulgares, en manera totalmente natural. Nos encontramos aquí en el límite. Sin embargo un reflejo puede ser resaltado también en planos infinitamente más condicionados. A la distancia “anagógica” (es decir, a la distancia que eleva), se le puede oponer en cambio aquello que se esconde bajo la vestimenta de una cierta humildad. Es de Séneca el dicho de que no existe un orgullo más detestable que el de los humildes. Este dicho deriva de un agudo análisis del fondo de la humildad ostentada por personas que, en el fondo, se complacen consigo mismas, sintiéndose en cambio sumamente insufribles hacia todo lo que es superior a ellas. El sentirse juntas en éstas es natural y remite a lo que hemos dicho más arriba.
Como en muchos otros casos, las consideraciones aquí expuestas son comprendidas con la finalidad de establecer criterios de discriminación, de medida, y se encuentran en verdad en una posición de contracorriente con lo actual.
Respecto de la manía de popularidad de los grandes, no resistimos a la tentación de referir un episodio personal. Años atrás hicimos llegar uno de nuestros libros a un soberano respetando las normales reglas de etiqueta, es decir, no de manera directa, sino a través de un intermediario. Y bien, nosotros decimos la pura verdad cuando afirmamos haber probado casi un shock al recibir una carta de agradecimiento que comenzaba con las palabra “Querido (!) Evola”, sin que yo hubiese conocido nunca personalmente a tal personaje o le hubiese ni siquiera escrito. Esta “democraticidad” parece estar muy en boga. En cambio hoy en día disgusta aquella persona que aun tiene una sensibilidad por los antiguos valores.
En un dominio sumamente banal se podría recordar como índice de una línea similar, un uso muy difundido en los Estados Unidos, el país más plebeyo de la Tierra. En especial en la nueva generación no se puede intercambiar un par de palabras con alguien sin que éste nos invite a tutearlo y a llamarlo con su nombre de pila, Al, Joe, etc. En contraste con esto podemos recordar a aquellos hijos que trataban de Usted a sus mismos padres y de una cierta persona, a nosotros sumamente cercana, la cual continuaba tratando de Usted a chicas (chicas bien) aun luego de haberse acostado con ellas, mientras que películas, que seguramente reflejan las costumbres del más allá del océano, nos presentan al estereotipo de aquel que, luego de un simple e insípido beso enseguida tutea a la mujer.

(De Il Conciliatore, septiembre de 1972)

miércoles, 14 de diciembre de 2016

El Partido Comunista de Rusia vuelve a la iglesia ortodoxa

Cosas viéredes, Sancho.


El Partido Comunista de Rusia vuelve a la iglesia ortodoxa


Después de décadas de ateísmo militante, comunistas rusos recurren a instituciones religiosas para ganar seguidores.
Partidarios comunistas llevan el retrato de Lenin en una manifestación de marcar el aniversario de la revolución bolchevique de 1917 [Maxim Zmeyev / Reuters]
por
Mansur Mirovalev



Mansur Mirovalev es un periodista y escritor de vídeo con sede en Moscú, que cubre las guerras y la paz en la antigua Unión Soviética.


Moscú, Rusia - Jesucristo fue el primer comunista del mundo, manifestó alegremente Tamara Lavrischeva.

"Jesús dijo:" No se debe recoger la riqueza terrenal, no va a ir con usted después de la muerte ' ", de 78 años de edad, titular y los cristianos ortodoxos dijeron a Al Jazeera mientras caminaba por las calles nevadas del centro de Moscú con miles de otros comunistas durante la manifestación de noviembre de 7, que conmemoró el casi centenario de la revolución bolchevique de 1917.

"Y los comunistas pensaban lo mismo", agregó, con la voz ahogada por la multitud a cantar canciones de la era soviética bajo banderas rojas con la hoz y el martillo y retratos de los líderes soviéticos Vladimir Lenin y Joseph Stalin.




Es un deber sagrado de los comunistas y la Iglesia ortodoxa de unirse

Gennady Zuyganov, presidente del Partido Comunista de Rusia


Con un encogimiento de hombros desdeñoso y una sonrisa condescendiente, Lavrischeva rechazó la matanza, el encarcelamiento y la persecución de millones de clérigos y creyentes cristianos ortodoxos en el lado de los comunistas.

Lo que dijo no era sólo una opinión de una mujer mayor que quiere reconciliar su fe con los ideales de su juventud en la oficialmente atea Unión Soviética. Su amnesia selectiva sobre la persecución de los creyentes - bien documentados y esgrimidos por las autoridades soviéticas - refleja una tendencia aparentemente paradójica en las recientes políticas del Partido Comunista de Rusia .

Más de 25 años después del colapso soviético, el partido apela vocalmente al cristianismo ortodoxo, el credo dominante de Rusia. Único presidente post-soviético del partido Gennady Ziuganov llama a Jesús "el primer comunista" más de una vez.

"Es un deber sagrado de los comunistas y la Iglesia ortodoxa  unirse," Zuyganov escribió en 2012 en el primer documento largo de su partido en la religión, ya que ambas instituciones comparten sus «objetivos y enemigos comunes". Los objetivos incluyen la censura de la 'corrupción y la violencia "en los medios de comunicación, la erradicación del liberalismo occidental y de su" concepción de los derechos humanos ", el gobierno electrónico y la educación sexual en las escuelas.


Un movimiento populista

La Iglesia ortodoxa de Rusia considera que dos tercios de la población del país de 143 millones de personas como su rebaño. A pesar de que la mayoría de ellos son sólo de nombre religiosos, tal como las encuestas muestran, todavía forman un grupo demográfico que ninguna fuerza política puede ignorar - incluso si es el rival más grande de Rusia Unida, el gobernante gigante Kremlin.

El Partido Comunista que cuenta con decenas de miles de partidarios lo tiene a .Ziuganov como postulante a la presidencia cuatro veces, siempre saliendo en segundo lugar, y el partido que ha dirigido desde 1993 ejerce en casi una décima parte de los escaños en la Duma, la cámara baja del parlamento ruso, formando su segunda mayor fracción.

Pero, en realidad,  él Partido Comunista es un coloso con pies de barro.

Su apoyo ha sido disminuyendo desde hace años; sus partidarios están simplemente desapareciendo. La edad de un miembro medio del partido es de 56, y el número de miembros ha caído a cerca de 155.000 - un número insignificante en comparación con los 19,5 millones de comunistas soviéticos en 1989. Los discursos de Ziuganov - calvo, regordete y poco carismático - apenas puede atraer a la generación del milenio o urbanos de clase media, los principales antagonistas del Kremlin.

El Partido Comunista necesitaba ampliar sus filas - y asegurar el apoyo de su base central.

Se ha blanqueado la imagen de Stalin, cuyo nombre el Politburó  habíacondenado y hecho tabú en 1956. aumentó su presencia en línea y reclutó a un físico ganador del Premio Nobel, un cosmonauta y un almirante retirado al principio de su billete federal en las elecciones parlamentarias de septiembre.

Y se volvió hacia la religión - algo que los sociólogos llaman un movimiento populista.

"Los fieles más devotos son en su mayoría mujeres de edad avanzada, jubilados, en cierto sentido, la base electoral del PP," Denis Volkov del Centro Levada, última encuestador independiente de Rusia, dijo a Al Jazeera.
Una simbiosis después de la persecución

La respuesta de la Iglesia al partido  ha sido educada.

"Todas las fuerzas políticas deben estar juntas cuando se trata de los valores de la fe, la moral, la cultura y la unidad de nuestra nación," dijo el patriarca ruso Kirill, citado por la agencia de noticias Interfax en 2014 cuando entregó a Ziuganov una medalla de la Gloria y honor, su máximo premio de la Iglesia, en su 70 cumpleaños.

En febrero, Ziuganov felicitó Kirill en el quinto aniversario de su entronización. "Uno de los más graves errores de mis predecesores fue que se confrontó con la Iglesia", dijo el patriarca.

Sin embargo, no era sólo una cuestión de caerse.

Cada líder soviético y hasta el mismo Mikhail Gorbachov  trató de acabar con la religión - ya sea religiones abrahámicas, Budismo, el chamanismo siberiano o cultos paganos endémicas.Los textos sagrados y reliquias fueron destruidas, los edificios religiosos volados, profanados y se convierten en establos, escuelas o almacenes.

Lenin lacónicamente estableció el número de sacerdotes ortodoxos para ser ejecutado: "Cuanto más, mejor." El Politburó apoyó la política de "ateísmo militante" que sustituyó a la religión con una ideología rígida que profetizó el triunfo del comunismo en todo el mundo, y se desarrolló un culto elaborado de Lenin y "santos" comunistas menores y "mártires".

Esta ideología se impuso a través de una máquina de propaganda diseñada para regular todos los ámbitos de la vida soviética y adoctrinar a los niños desde preescolar. Una de las primeras organizaciones de jóvenes soviéticos se llamó "pequeños diablos rojos".

A pesar de que la religión no se prohibió de plano, las autoridades trataron de controlar las instituciones religiosas, asociando algunos clérigos como agentes de la KGB.

A principios de 1990, una comisión parlamentaria dirigida por el político y sacerdote ortodoxo Gleb Yakunin publicó documentos de la KGB supuestamente demostrando que los altos jerarcas ortodoxos, entre ellos el futuro Patriarca Kirill, eran informadores de la KBG . 

La Iglesia ortodoxa negó las acusaciones y apartó del sacerdocio y excomulgó a Yakunin.El cura frágil se unió a una secta ortodoxa  y fue severamente golpeado varias veces por desconocidos.por el
cambio ideológico

Pero en estos días, incluso comunistas culpan a su propia falta de Dios del colapso de la URSS.

"El ateísmo ha destruido la Unión Soviética", dijo Vadim Potomsky, un gobernador Comunista de la región occidental de Oriol, según informes, a mediados de julio.

Ziuganov también menciona ocasionalmente al Islam y el budismo, cuyos adherentes forman minorías importantes en Rusia.

"Si Jesucristo, Mahoma y Buda no hubieran sido profetas, que habría sido de 100 por ciento comunistas," Zuyganov dijo al diario Kommersant en diciembre de 2015. El cambio de sentido hacia la religión también refleja una transformación tectónica en la  ideología del Partido Comunista.

Ziuganov todavía promete nacionalizar la industria del petróleo y gas de Rusia, restaurar un estado de bienestar socialista, y hacer frente a la "podredumbre del capitalismo occidental".

Pero, en lugar de la lucha mesiánica de una "unidad proletaria" en todo el mundo, el hoy Partido Comunista apoya el nacionalismo y explota una nostalgia generalizada por el pasado soviético.

Es "una fiesta de la nostalgia imperialista y el nacionalismo ruso, y no hay imperialismo o el nacionalismo sin la ortodoxia rusa," Andrei Kolesnikov del Centro Carnegie de Moscú, un grupo de expertos, dijo a Al Jazeera.
Otra cosa que socava la popularidad del partido es su conformismo. grupos comunistas disidentes y críticos acusan Ziuganov de convertirse en parte de la "oposición sistémica", un término usado para describir tres partes nominalmente opuestas a Rusia Unida.

Estas partes tienen asientos en la Duma , vocalmente critican al Kremlin - y en silencio votan en la mayor parte de las leyes. Durante años, el Partido Comunista ha apoyado algunas de las iniciativas más controvertidas del Kremlin - la anexión de Crimea, los ataques aéreos en Siria y reformas internas impopulares como recortes drásticos en los pagos de bienestar.

Fuente: Al Jazeera Noticias

lunes, 12 de diciembre de 2016

GHIO: TRUMP, PUTIN Y LA ASCÉTICA DEL DINERO

TRUMP, PUTIN Y LA ASCÉTICA DEL DINERO

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Ha quedado más claro que el agua hoy en día, salvo para los que son ciegos, que finalmente las dos ideologías modernas, liberalismo y socialismo, se encuentran hoy unidas en la figura de los dos jefes de Estado (en donde uno de ellos se encuentra a punto de serlo) exponentes principales de las mismas.
Bien sabemos que, a pesar de las décadas enteras con que se nos viene saturando desde diferentes medios expresando un horizonte mental digno de la más tosca de las especies vacunas, que el problema principal de la alta política no pasa por cuál es la fuerza que mejor motoriza el funcionamiento de la economía, si el Estado o la iniciativa privada, sino por el más profundo de todos, si es acaso la economía el destino del hombre o en contraste con ello reputar que, en tanto no se la ha convertido en potencia principal y excluyente, su mejor funcionamiento pasaría justamente por ser dirigida por una fuerza que se encuentra ubicada por afuera y encima de ésta. En pocas palabras el dilema no es Marx o Adam Smith, sino entre todos estos exponentes de la modernidad y Platón. Mientras que los primeros manifestaban que los participantes principales del mundo de la economía deben ser los que gobiernen una nación, este último decía en cambio que tal función debía ser desarrollada por el filósofo, es decir aquel que se encuentra afuera y por encima del mundo del dinero. Es decir el dilema es si deben gobernar aquellos que mejor entienden de economía o porque son excelentes planificadores estatales o porque han demostrado gran sagacidad en hacer impresionantes negocios, o, por el contrario, aquellos que en tanto han sido capaces de subordinarla y doblegarla en sí mismos pueden hacerlo también en el resto. Y en tanto la economía no se ha convertido en el problema excluyente y no son tomados más por ‘estúpidos’ quienes no creen que lo sea, resolverlo se convierte por lo tanto en una cosa mucho más sencilla. Es decir el dilema sería o hacer de la economía el factor prioritario y obsesivo de la humanidad entera, o por el contrario desintoxicarla y convertirla en una actividad más, y en la menos importante de todas. O también el dilema pasa o por incrementar hasta las últimas consecuencias las necesidades del consumo a través del martilleo incesante de los medios publicitarios, o en cambio lograr un hombre que consuma en todos los casos lo menos posible, es decir exclusivamente lo necesario para vivir y que entregue la mayor parte de su tiempo a la oración y al interés por las cosas espirituales. En pocas palabras, si un gobierno moderno, liberal o socialista, considera que lo que marca el progreso de un país es el mayor aumento de la producción, en cambio uno de carácter tradicional reputa que un país ha progresado cuando se resuelve producir menos, ya que las necesidades de consumo, en su gran mayoría impuestas y ficticias, han disminuido y los seres humanos no necesitan rodearse de tantos objetos superfluos. Se trataría por lo tanto de una sociedad en la que ser es más importante que tener.
Y también puede decirse  en relación a todo esto que hay dos formas de ascetismo posibles o el de aquel que ha disminuido al mínimo indispensable lo relativo al plano material en donde rige el factor económico, o por el contrario de aquel otro que ha visto en esto mismo la razón última de su existencia. Este último tipo de sujeto es aquel que ha hecho de la acumulación de bienes materiales buscados en sí mismos y con independencia de su función última que es la satisfacción del elemento corporal del hombre el móvil principal de todas sus acciones.
Enfatuados como nos encontramos de economicismo, el falso dilema, Marx o Smith, socialismo o individualismo liberal, iniciativa privada o planificación estatal han puesto en un falso contraste a la humanidad desde hace al menos 200 años convirtiéndose en una discusión monotemática y aburrida que siempre conduce a un callejón sin salidas. En el caso del liberalismo todo pasaría por considerar que la iniciativa privada, que es egoísta por naturaleza, reconvierte socialmente los intereses individuales en progreso y bienestar general (la teoría de la armonía preestablecida o del dios coctelero que vela por todos nosotros), o por el contrario el socialismo que considera que como tal reconversión no sucede, finalmente dicha tarea debe ser obra de la planificación estatal, generando así una casta de funcionarios que, en tanto también partícipes de la mística del dinero, terminan enriqueciéndose tanto o aun más que el empresario capitalista inescrupuloso. De esta manera se cumple con lo formulado brillantemente por Nietzsche, el socialismo en última instancia no es la negación del liberalismo, sino un liberalismo envidioso que pretende ocupar el mismo lugar que el empresario capitalista.
Estos modelos consumados hoy se encuentran al frente de dos de los Estados más poderosos del planeta (EEUU y Rusia) en la figura de Trump y Putin, dos grandes multimillonarios y ricachones surgido el primero por la iniciativa privada y el segundo por la gestión socialista del Estado. El norteamericano promedio imbuido de siglos de economicismo exalta y admira de Trump la capacidad de haber podido convertirse en un hombre de gran fortuna y suponen algunos de ellos con verdadera ingenuidad, como sucede también aquí en la Argentina en donde otro ricachón gobierna nuestro país, que en tanto ha hecho dinero no usará la función pública para enriquecerse y que logrará que ese mismo éxito personal se convierta en colectivo. Pero aquí debemos recordar una vez más que así como existe una ascética de quienes prescinden del dinero reduciéndolo al mínimo indispensable para subsistir en tanto dedican su actividad a las cuestiones del espíritu, hay otra invertida, de la cual Trump es un ejemplo paradigmático, de personas que en cambio lo buscan por sí mismo en la medida que les otorga poder, por supuesto que material y no fundado en el prestigio o el carisma espiritual.
Putin a su vez lo ha incrementado utilizando el mismo organismo estatal. Bien sabemos que usando su poder coercitivo se ha hecho de riquezas incalculables persiguiendo y confiscando bienes de empresarios exitosos.
Va a ser pues la primera vez en la historia, luego de las recientes revelaciones de que Putin intervino en la campaña electoral norteamericana para favorecer el triunfo de Tump, que los dos sistemas gemelos, basados recíprocamente en Marx y en Smith, coincidirán en un plan conjunto de gobierno en tanto ambos han dado prioridad a sus intereses económicos por sobre la ideología, instrumento éste para engatusar a las masas. Es bien sabido que ambos tienen negocios conjuntos en diversos países del mundo y en especial en la misma Rusia. Es decir con Trump y Putin se demuestra por primera vez que no solamente liberalismo y socialismo son ideologías gemelas, sino que además hacen buenos negocios conjuntos entre sí.

Marcos Ghio

12/12/16

martes, 29 de noviembre de 2016

FIDEL CASTRO: MITO O REALIDAD

FIDEL CASTRO: MITO O REALIDAD


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A pesar de no haberse aun disipado la gran cortina de humo con la cual la opinión domesticada disputa respecto del carácter del mito, es decir de si se trata de un tirano sanguinario o de un exitoso antiimperialista, anticipemos algunas ideas que permitan esclarecer la situación.

El problema principal pasa aquí por responder a la pregunta de por qué los EEUU, que han enviado expediciones punitivas al mundo entero, derrocando regímenes hostiles a sus intereses a miles de km de distancia de su propio país en cambio han dejado hasta el día de la fecha la permanencia imperturbable de un gobierno ‘antiimperialista’, en apariencias contrario a sus intereses situado a apenas 200 km de su territorio.

La respuesta a todo esto está dada por el hecho de que el castrismo, como por lo general el marxismo en sus diferentes variables, es la oposición funcional y útil para el poder norteamericano capitalista en tanto es el encargado de agrupar y convertir en inofensivas y útil para sus fines a toda esa importante opinión pública que no simpatiza ni va a simpatizar nunca con los EEUU. Vayamos al respecto a dos ejemplos concretos que nos esclarecerán un poco la situación.

Julio de 1976. Visita la Argentina el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. En su reunión con Videla quien se le mostraba preocupado por el modo de combatir a la guerrilla marxista organizada desde Cuba a través de grupos peronistas y trotskistas vernáculos (ERP y Montoneros). Ante la imposibilidad de tomar medidas drásticas como la implementación de la pena de muerte en razón del imperio en el mundo entero de la doctrina de los derechos humanos Kissinger le recomendó que aplicara, tal como solían hacer ellos, procedimientos de guerra sucia haciendo desaparecer a los guerrilleros tras aplicárseles a todos ellos la pertinente tortura. Que en la aplicación de tales medidas contarían con el apoyo de los EEUU, un aliado en la lucha en contra del comunismo. Un consejo similar se le daría más tarde al Gral. Galtieri estimulándolo a invadir Malvinas pues contaría con la neutralidad norteamericana. La realidad es que para tal gobierno la democracia era el sistema adecuado para sus intereses en las naciones subordinadas pues en razón de su división de poderes era más fácil de presionar que una dictadura que pudiese en algún momento convertirse en nacional. Es decir que Cuba y EEUU actuaron al unísono para obtener la caída del gobierno militar argentino. En un caso lanzando una guerrilla y en el otro sugiriendo aplicar procedimientos ilegales en su contra que concluirían finalmente con la desarticulación de nuestras fuerzas armadas y por lo tanto dejando a nuestros países indefensos ante la posterior intromisión en su contra.

Noviembre de 2001. Afganistán ha sido invadido y ocupado por el ejército de los EEUU tras una guerra fulminante de apenas un mes para desalojar del poder al movimiento talibán a pesar de que éste hubiese participado activamente de la derrota de la Unión Soviética doce años antes. La excusa, tal como sabemos, era haber colaborado con Al Qaeda en los atentados del 11S. Más de dos mil dirigentes talibanes y simpatizantes del fundamentalismo islámico o personas sospechosas de serlo son detenidas en el lugar pero ¿adónde llevarlos? He aquí el gran dilema. No era conveniente que permanecieran en Afganistán pues podían llegar a huir, tampoco en los EEUU pues existían esas leyes inconvenientes de las cuales hablaba Kissinger a los militares argentinos. Entonces se trató de buscarles un lugar adecuado en donde pudiesen permanecer en forma ilimitada en el tiempo, como ‘desaparecidos’ y en que se les pudiese torturar libremente para que confesaran respecto de otros colaboradores eventuales. Veamos al respecto lo que nos dice Mark Mazzetti, ex funcionario de la CIA, en su obra La guerra en las sombras (Premio Pullitzer). “Teníamos en ese entonces dos posibilidades adonde podíamos llevar a los prisioneros capturados. O en la cárcel de Usuhaia en el sur de Argentina o en Guantánamo, nuestra base existente en Cuba. Pero nos decidimos finalmente por esta última. En la Argentina había en ese entonces un gobierno que nos respondía (el de De la Rúa) pero el peligro estribaba en su inestabilidad y en la posibilidad de que pudiese ser sustituido por otro que determinase la liberación de los prisioneros y pusiese en evidencia lo operado allí. En cambio en Cuba teníamos una ventaja especial. Una base de 11.000 km2 que nos dejaba usar libremente Fidel Castro a cambio de nuestra no intervención en sus asuntos. Y lo principal un gobierno que iba a seguir durando por mucho tiempo”. Agreguemos también que Castro odiaba a los talibanes del mismo modo que los mismos EEUU y agreguemos también Rusia. Los talibanes fueron los responsables de la caída de su primer gobierno mentor. Por ello el régimen cubano no solamente permitió que en su territorio se pudiesen torturar libremente a 2.000 miembros de tal organización, que se los tuviese detenidos por más de una década sin proceso, sino que además de todo ello alimentase toda especie de teoría conspirativa respecto del carácter servil que habría tenido tal movimiento y Al Qaeda que habrían actuado en el mundo como agentes encubiertos del imperialismo. Es decir el mismo imperialismo que mientras combate hasta la muerte e invade al fundamentalismo islámico, al marxismo lo deja vivo y coleando aplicándole ‘600 atentados fallidos’ para que los imbéciles se solacen creyendo que, apoyando a tales lenguaraces, como Castro y Chávez o Putin, combate a los norteamericanos.





M.G

jueves, 24 de noviembre de 2016

RAMÍREZ: SETENTA MIL PIOJOS ULULANTES: UNA MANIFESTACIÓN DE AMAZONISMO

SETENTA MIL PIOJOS ULULANTES: UNA MANIFESTACIÓN DE AMAZONISMO




Entre los días 9 y 11 de octubre pasado se realizó en la ciudad argentina de Rosario un nuevo Encuentro Nacional de Mujeres. Entre las asistentes, fáciles de identificar por las pancartas y banderas que portaban, y por sus cánticos, predominaban las militantes de partidos marxistas, neomarxistas, progresistas, movimientos feministas, desviadas sexuales, prostitutas y otras yerbas.

Reclamaban igualdad de derechos con el hombre, por el libre aborto, contra el machismo, contra el feminicidio y consignas contra la Iglesia Católica. Recibieron el apoyo de conocidos políticos como el ex candidato a presidente por el peronismo, Daniel Scioli, y de la CTA, una de las ramas del sindicalismo.

Como es habitual en estos encuentros - realizados en años pasados en otras ciudades - menudearon toda clase de incidentes: agresiones, bombas "molotov", destrucción de vehículos, pero lo más llamativo fueron militantes marxistas que en "topless" bailaron frente a la Catedral Católica, en la que se intentó penetrar - imagínese el lector con qué fines, con toda seguridad no sería para rezar. Hubo represión para evitar tan edificantes propósitos con una treintena de heridos. De haber ocurrido hechos similares en una país islámico y frente a una mezquita, hubiera habido algunas lapidadas. El gobierno argentino del presidente oligárquico-liberal Ing. Macri guardó silencio y los medios no se ocuparon mucho del tema.

Analicemos ahora la cuestión desde el punto de vista tradicional que es el nuestro. Las sagas, leyendas y mitologías nos aportan elementos fundamentales, suprahistóricos para entender la historia y el desarrollo de acntecimientos presentes. El mito de las amazonas, presente en antiquísimas civilizaciones se refiere a mujeres guerreras que en momentos en que había decaído la civilización varonil, viril y guerrera por un lado, y por el otro perdía presencia la espiritualidad lunar, telúrica y femínea propia de la naturaleza de la mujer, emergían como fuerzas elementales y obscuras, violentas y caóticas, renunciando a su propia naturaleza y pretendiendo ocupar espacios propios de la naturaleza viril. En términos extremo-orientales, la caída del "yang"- principio masculino - provoca el avance del "yin" - principio femenino -, pero este "yin" ya no es propiamente el "yin" sino que es una deformación caótica y desequilibrada que conduce a la confusión y al desorden. Es un río que se desmadró.

Esto es lo que nos presentan los actuales movimientos feministas y de igualdad de género: mujeres fuera de su propia naturaleza no tienen otro camino que el caos y el desorden en lucha contra los vestigios de una civilización tradicional por un lado, y por el otro, el odio hacia la religión, hoy representada por una Iglesia Católica, cuya espiritualidad lunar se va apagando en medio de lloros y lamentaciones.

Nuestra posición crítica frente a la Iglesia Católica la hemos expuesto muchas veces, pero frente a estas manifestaciones de verdadero odio teológico y antirreligioso tenemos que sostener que la religión, como dice Julius Evola, "por lo menos es algo" y es necesaria para los que creen, constituyendo un fundamento "sine qua non" de toda civilización y sin la cual toda construcción social es imposible.

De toda esta situación no son responsables las mujeres sino los hombres, que ya no siendo verdaderos varones han renunciado a su virilidad espiritual, y dejando la fortaleza abierta pemiten cualquier intrusión y, acoquinados, aceptan ser machistas opresores de mujeres, volviéndose cada dia más femíneos.

¿ Y cuál fué el destino de las míticas amazonas? Según nos relata la mitología fueron aniquiladas por los héroes semidioses Aquiles, Teseo y Hércules, que en la edad de los héroes, antecedente inmediato de la edad del hierro o Kaliyuga, restablecieron parcialmente la edad primigenia.

Y esta es la tarea que nos cabe aquí y ahora: recuperar la naturaleza espiritual, viril, heroica y guerrera. Cuando algunos hombres lo hagan organizados en una Orden, la mujer automáticamente recuperará su naturaleza y se acabará el amazonismo.



San Carlos de Bariloche, 17 de octubre del 2016.

JULIÁN RAMÍREZ





RAMÍREZ: EL IMPERIO GIBELINO EN HISPANOAMÉRICA

EL IMPERIO GIBELINO EN HISPANOAMÉRICA




Trataremos un tema que tal vez muchos pensarán que está totalmente alejado de la catarata de acontecimientos que se suceden sin pausa, pero es precisamente cuando aumenta la confusión y el caos que debemos sostener firmemente los principios tradicionales junto con lo que podemos extraer de la elección de nuestas mejores tradiciones históricas.

El tema del gibelinismo y del güelfismo es considerado por los que somos tradicionalistas evolianos como hecho fundamental en el proceso histórico de Occidente: El primero, que se ejemplificó en el Sacro Imperio Romano Germánico buscó la unidad del poder temporal y la autoridad espiritual, con el ápice en la figura del Emperador. El segundo fué el accionar de la Iglesia Católica separando la competencia temporal que entregó al estado, negándole toda intervención en lo espiritual, mientras ella se asignaba el monopolio de lo sagrado y religioso. El triunfo del güelfismo, con su dualidad, ha conducido a Occidente al estado ya no de simple decadencia, sino de verdadera disolución.

Pero la caída no se dió lo mismo en Hispanoamérica, en la cual el Imperio Hispánico, a través de la dinastía de los Hagsburgo, en los siglos XVI y XVII, sostuvo un franco estado tradicional y gibelino en el cual la supremacía del Emperador sobre la Iglesia no admite dudas. En el siglo XVIII, ya con los Borbones en el trono de España, la situación se prolongó pero con evidentes signos de decadencia, que culminaron con la desintegración del Imperio a comienzos del siglo XIX.

Ese sistema que rigió en Hispanoamérica se denominó el derecho de Patronato del Estado Imperial sobre la Iglesia Católica y consistía en los siguientes derechos, que muy bien enumera el historiador mejicano C. Pereira en su obra "Breve historia de América": " El rey creaba obispados, los dividía y variaba sus límites; designaba a los prelados, los nombraba, los presentaba y los enviaba a sus diócesis antes de que fuesen consagrados; y si así lo creía necesario los llamaba a la Corte, suspendiéndolos en sus funciones. La corona presentaba personas para toda clase de beneficios y puestos eclesiásticos. La erección de templos y casa de regulares quedaba al arbitrio del rey. Toda la varia materia de diezmos y rentas eclesiásticas dependía de la corona, con lo que se dice que los individuos del clero eran verdaderos funcionarios...La justicia real estaba sobre la eclesiástica. Las bulas, breves, rescriptos y demás disposiciones pontificias no podían ser ejecutadas sin el pase de la corona. En suma...el soberano era jefe de la Iglesia."

Este carácter gibelino de nuestro imperio no ha sido tomado en cuenta por los historiadores salvo algunas excepciones como la indicada más arriba. Los mismos pensadores tradicionalistas no han profundizado en el tema frenados por su güelfismo y resistiéndose a pensar que hubo una época entre nosotros en que el Imperio estuvo por sobre la Iglesia. El mismo Julius Evola, el gran maestro de la Tradición, calificó de "aventureros" a los que realizaron la portentosa hazaña del descubrimiento y la conquista de América y crearon en estos lares un imperio tradicional y católico ( "Jerarquía y Democracia", pág. 17, Ed. Teseo, Bs. As. 1997). El imperio gibelino no es solamente europeo. Hechó raíces entre nosotros porque España trasplantó su edad media que fué muy distinta de la del resto de Europa, como algunos historiadores, Sánchez Albornoz por ejemplo, lo han considerado. La prolongada lucha contra los musulmanes creó un tipo humano muy especial en el cual religión y nacionalidad llegaron a ser una misma cosa, y en ambos casos con supremacía de lo espiritual.( Vicente D. Sierra, "El sentido Misional de la Conquista de América" ).

Si a todo eso le sumamos las mentiras de la "leyenda negra", invento de anglosajones, y las ideologías liberal, marxista e indigenista, queda cerrado el círculo para destruir una de nuestras mejores tradiciones. La más grotesca interpretación la hizo en la Argentina el Gral. Perón, cuando refiriéndose a algunos nacionalistas, los calificó de "los piantavotos de Felipe II.

Lo que debe quedar claro es que este imperio gibelino es lo opuesto del regalismo, en el cual un estado laico, moderno y desacralizado somete a la Iglesia para conseguir fines materiales que nada tienen que ver con los principios tradicionales.

En momentos en que comienzan a llegar a estas playas hispanoamericanas los rumores de los nuevos movimientos en incipiente desarrollo en Europa, debemos afirmarnos en nuestras peculiaridades históricas para no caer en ideologías eurocéntricas como tantas veces hicimos, y rescatar así la idea de un verdadero Estado Tradicional, aunque hoy no tengamos ni estado tradicional ni iglesia tradicional.



San Carlos de Bariloche, 24 de octubre del 2016.



JULIÁN RAMÍREZ


RAMÍREZ: LA CONCEPCIÓN BURGUESA DEL MUNDO Y LOS APETITOS DE LOS PARIAS

LA CONCEPCIÓN BURGUESA DEL MUNDO Y LOS APETITOS DE LOS PARIAS




El triunfo del Tercer Estado, es decir la burguesía, a partir de la Revolución Francesa de 1789 trajo aparejado toda una concepción del mundo y de la vida que contaminó a todo el mundo. Se impusieron las ideas de democracia, república, laicismo, evolucionismo, progresismo, civilización, división de poderes, liberalismo, derechos del ciudadano, libertad de empresa y de comercio, economicismo, materialismo, libertad de expresión, constitucionalismo, estado de derecho y estado-nación. Todo esto fué reemplazando a toda concepción del mundo y de la vida fundada en los principios tradicionales, trancendentes, religiosos y espirituales de épocas anteriores. No queremos caer en esquematismos pero no hay duda que mirando a los últimos 200 años el proceso histórico así se ha conducido.

Esa concepción del mundo y de la vida pretendió ser contrarrestada por el marxismo que hizo bandera de la lucha contra el dominio burgués reemplazándolo por la utopía del socialismo y el triunfo del cuarto estado, o sea el de los trabajadores. Esto último fracasó totalmente a partir de 1990 con la desintegración de la U.R.S.S. y muchos creyeron que se había logrado la victoria definitivo de la burguesía, del liberalismo y de la democracia como lo proclamó el ideólogo Francis Fukuyama. Sin embargo afloró algo que estaba oculto y no era tan visible y que estaba contenido durante la "guerra fría": comenzaron a manifestarse los parias. Los parias ya no son ni burgueses ni trabajadores en la calidad en que fueron entendidos en tiempos anteriores; son individuos que solamente atienden a sus apetitos más bajos, más materiales y más groseros. Carecen de toda visión del mundo y de la vida; su individualismo y su falta de todo vínculo social con cierto valor los conduce al caos y al desorden. Son el Quinto Estado, producto de lo peor del liberalismo y del marxismo, no son ni de izquierda ni derecha, son el nihilismo pasivo y destructor. Julius Evola, fallecido en 1974, previó en los últimos años de su vida la aparición de los parias a nivel social, gubernamental, político e institucional. En la India tradicional los parias eran los descastados, los marginales, los ajenos a toda estructura social y los repudiados por todas las otras castas. Hoy día aumenta su presencia en todos los niveles: gobiernos, instituciones, partidos políticos, sindicatos, fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, empresarios y pueblo en general, y al revés de lo que ocurría en la antigua India, son aceptados, imitados e incluso admirados y elogiados por las multitudes y puestos como ejemplo.

Frente a esta irrupción de los parias muchas personas de buena fe pretenden combatirlos, pero lo hacen desde un punto de vista equivocado: quieren combatirlos invocando ideas propias de la concepción burguesa del mundo: moralismo, legalidad, estado de derecho, republicanismo, división de poderes, medidas represivas, aumento de las fuerzas policiales y de seguridad, leyes penales más rigurosas, etc. Se pretende con esto combatir la corrupción, el narcotráfico, la delincuencia y la falta de seguridad. Se quiere conservar la sociedad burguesa cuando en realidad lo que hay que hacer no es solamente combatir a los parias, sino también simultáneamente practicar una dura crítica de los pseudo-valores burgueses que en última instancia son los llevan a la sociedad moderna a la situación actual. No se puede combatir a los parias defendiendo a la democracia, a los partidos políticos, a la delincuencia de guante blanco, al mundo financiero y al empobrecimiento de los pueblos en favor de una globalización economicista.

La postura anti-burguesa debe hacerse desde un punto de vista totalmente opuesto a la que hizo el marxismo que ser limitó a criticarla desde una posición totalmente materialista y economicista en el marco de la lucha de clases. Los hombres de la Tradición deben hacerlo desde una actitud distinta frente al mundo y la vida partiendo de los principios tradicionales. La burguesía debe ser reducida a su papel de casta encargada de la vida económica pero totalmente alejada de toda función política a la que debe someterse, como que es inferior la economía, a la política, a la religión y a la metafísica. Hoy día observamos lo contrario: la economía se ha enseñoreado de todo lo social y político y de otra cosa no se habla. Se ha llegado así a coincidir con el marxismo; Lenin dijo:"la economía es nuestro destino". Debe ser considerada pués el verdadero opio de los pueblos.

La tarea de combatir a los parias debe comenzar por descontaminarnos de la concepción burguesa del mundo y de la vida. Ser burgués es rechazar lo heroico, lo viril y lo guerrero, buscar la seguridad a todo precio, tener miedo de todo aquello que pueda afectar el bienestar material, aferrarse a tener antes que ser, tolerar y participar en los más decadentes aspectos de la modernidad como por ejemplo el pansexualismo, aceptar la supuesta multiplicación de los "nuevos sexos" y la nefasta ideología de los derechos humanos, ideología ésta que incluso, vaya la paradoja, es contraria a la democracia. Cualquier individuo que considere que se vulnera algún supuesto derecho puede recurrir a la justicia o a organismos encargados de ello para que quede sin efecto alguna ley sancionada en virtud de la soberanía del pueblo. Se ha llegado a la exacerbación del individualismo.

Burgueses y parias tienen cada día más coincidencias y se borran las diferencias. Para los que conocen el tango argentino, la letra de "Cambalache" pinta esa atmósfera social, y fué compuesto hace más de 80 años.

Todo esto debe ser comprendido por los pocos que se mantengan de pié agrupados en una Orden Tradicional.



San Carlos de Bariloche, 26 de septiembre del 2016.



JULIÁN RAMÍREZ




RAMÍREZ: LA DESTRUCCIÓN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS POR EL ISLAM

LA DESTRUCCIÓN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS POR EL ISLAM




La destrucción de monumentos históricos por parte del Islam ha provocado diversas reacciones negativas por parte de personas que perteneciendo al mundo moderno consideran esto como una barbarie y un delesnable fanatismo y sectarismo.

Conforme al método tradicional vamos a ver qué ha sucedido en la historia en otras ocasiones cuando fuerzas tradicionales se enfrentaron con corrientes que representaban lo inferior y lo caótico.

En el libro "LaTradición Romana" de Julius Evola leemos el trato que la Roma Tradicional dió a los etruscos que representaban una fuerza telúrica, lunar, ajena totalmente al espíritu solar y heroico de los romanos de esa época. Y citemos las palabras del gran maestro de la Tradición: " ...se piense en la singular violencia con la cual Roma destruyó los templos de la anterior civilización, sobre todo etrusca, muchas veces hasta el límite de borrar casi todo rastro de la misma, de sus tradiciones y de su misma lengua." ( págs. 75 y sigts.).

Y lo mismo sucedió con Cartago que era una clara manifestación de cultura telúrica, lunar y mercantilista: la ciudad fué arrasada y su tierra convertida en estéril. Y así sucedió con otras potencias enemigas de Roma como fué el caso del Egipto de Cleopatra con su cultura afrodítica y asiatizante. Y vayamos al fondo de la cuestión, a su esencia, a lo que estaba en juego: se enfrentaban dos concepciones opuestas del mundo y de la vida, irreconciliables y antitéticas, una lucha de orden metafísico aunque sus actores no estén totalmente conscientes de ello. Roma era portadora de la concepción tradicional, indoeuropea, solar, supranatural, heroica y trascendente del orden cósmico; sus enemigos eran todo lo contrario: representaban lo inferior, el caos, lo obscuro, lo inferior, y ya apuntaba en ellos la modernidad. Eran dos distintas actitudes frente al mundo y la vida: una de las dos tenía que triunfar sobre la otra, y triunfó Roma.

Y volvamos ahora al presente. En esta tercera guerra mundial también se enfrentan dos concepciones opuestas del mundo y de la vida: La tradicional que se expresa a través del fundamentalismo islámico, y la moderna a través de todos sus enemigos, que han caído en la negación absoluta de todo lo superior, basándose su lucha en el descomunal poder material y militar que poseen y gobernando el mundo con parias de varios ropajes.

Los fundamentalistas islámicos se encuentran con monumentos que no son una simple manifestación de arte abstracto o de belleza arquitectónica para que gozen de ellos los estetizantes e intelectualoides. Muchos de esos monumentos están expresando en su lenguaje mudo una concepción del mundo y de la vida que en la actualidad es letra muerta y vacía de todo contenido superior, y están apuntalando a los partidarios del mundo moderno y a los diversos imperialismos que intentan destruir a la única manifestación de Tradición que hoy es visible en el mundo.

Destruir esos monumentos es pués un aspecto de la lucha total contra el mundo moderno, ya no representan nada que vincule al hombre con lo sobrenatural y solo sirven para que historiadores y arqueólogos de base puramente materialista funden en ellos sus elucubraciones ajenas a toda dimensión espiritual.

La segunda parte de este proceso también nos la brinda la Roma tradicional. Cuando triunfó el Imperio y sus enemigos ya no constituyeron ningún peligro y fueron totalmente derrotados, Roma fue generosa y permitió que los dioses de esos pueblos fueran acogidos en el Panteón Romano sobordinados, claro está, a la dimensión sobrenatural y superior del Imperio. Fue la "pax" romana, verdadera manifestación de lo que ahora llamamos "la unidad trascendente de las religiones". El Imperio sagrado fue su cumbre por sobre todas la religiones.

Esta es la parte más difícil que le resta al Islam si alcanza la victoria.



San Carlos de Bariloche, 3 de octubre del 2016.



JULIÁN RAMÍREZ
















miércoles, 23 de noviembre de 2016

EL FORTÍN Nº 82


Por Marcos Ghio

RAMÍREZ: DESDE LAS GRANDES PALABRAS HASTA EL EMBRUTECIMIENTO

DESDE LAS GRANDES PALABRAS HASTA EL EMBRUTECIMIENTO

La era burguesa - la del tercer estado - ha sido la época de las grandes palabras: pueblo, nación, patria, progreso, humanidad, civilización, democracia, derechos humanos, igualdad, libertad. Todas ellas constituyeron verdaderas "ideas fuerza" que impulsaron grandes movimientos de masas, nacionales e internacionales. Buscaron su fundamento en el racionalismo y en el iluminismo. Erigieron a la razón en la diosa que iba a promover el futuro venturoso y enterrar un pasado obscurantista y bárbaro, pleno de supersticiones y fantasías. Se pretendíó ignorar toda visión tradicional del mundo y de la vida. Para ello bastaría con el positivismo, el evolucionismo, el cientificismo, el laicismo y el ateismo.

Se pretendió hacer un mundo solidificado, sólido, duro y material, impenetrable para lo que fuera sospechado de cualquier forma espiritual y tradicional.

Pero las cosas no resultaron tan fáciles. Comenzaron a aparecer las grietas en esa formidable muralla y rajaduras en el subsuelo.

Con el romanticismo empezó a manifestarse una reivindicación de la vida y de la existencia en contra de las abstracciones racionalistas y cientificistas. Nietzsche con su nihilismo negativo destruyó los fundamentos de la religión, la filosofía, la moral, las instituciones y los usos y costumbres de la sociedad burguesa, pero fracasó en construir un nihilismo positivo. Ya en el siglo XX los fascismos fueron una visible muestra de oposición a toda la arquitectura de la era burguesa. Su derrota pareció resucitar a las grandes palabras, pero fue un éxito relativo.

Las grietas siguieron aumentando y el neoespiritualismo fue también una expresión del derrumbe: pseudorientalismo, new age, profecías sobre el fin del mundo, pacifismo, filosofías existenciales, religiones femíneas; utopías marxistas y psicoanálisis completan la destrucción del hombre moderno.

¿ Y ahora qué? Lo que ahora avisoramos es el desarrollo del embrutecimiento. Ya las grandes palabras no convencen, no conmueven. Esas ideas-fuerza de la era burguesa cada dia nos dicen menos. En estos dias, ¿ quién está dispuesto a dar la vida por la democracia, por el progreso, por la humanidad ? ¿ Cuáles son entonces los caminos de la subversión y de la destrucción total de la actual humanidad ?

Los tenemos ante nuestros ojos, se pueden resumir en el pan y el circo de la peor Roma, de la Roma que estaba detruyendo su glorioso pasado heroico y tradicional.

Vemos entonces como a los hombres modernos se les brindan innumerables espectáculos deportivos, recitales de la peor música, que ya no es música sino cacofonía, redes sociales para difundir cualquier tontería y banalidad, TV insoportable con programas del más bajo nivel cuando nó pornográficos y todo ello saturado con propaganda comercial que constantemente invita al consumo de cualquier tontería. Se piensa en los fines de semana para vivir la noche, y esto es todo un símbolo del rechazo de la luz diurna para ser reemplazada por las tinieblas y por lo inferior. Ganar o perder un partido de fútbol es como un drama nacional.

Una actividad que crece a diario es el turismo. Llevar a la gente de un lado para el otro ofreciéndole distracciones, diversiones, paisajes y buena comida; es una actividad inferior, evasionista y escapista. Se trata de bombardear con imágenes del mundo exterior para acallar lo interior. El turista vuelve a su lugar más ignorante de lo que era antes. Y cuando a esas personas se les plantea alguna inquiedad superior, contestan con el remanido "No tengo tiempo". Es decir, no se tiene tiempo para lo superior, pero sí se lo tiene para las pavadas. Se incita permanentemente para tener y nó para ser.

Ahora bien, todo esto es para el que puede consumir, pero, ¿ qué hacer con las grandes masas con escasa capacidad de consumo ?

Para evitar toda explosión social se les brinda un planificado sistema de subsidios, de ayuda social, de asistencia, de "inclusión", de manera de solventar las necesidades materiales más urgentes, y todo esto mezclado con diversiones a granel. El pan y el circo funcionan así de consuno. El círculo se cierra. Este es el panorama que encierra la actual modernidad.

Y si frente a tanto embrutecimiento hay algunas reacciones, no podía ser para menos, se trata de desviarlas hacia alguna vía muerta, recurriendo, ¡ todavía !, a la diosa democracia, y al nacionalismo estrecho y corto de vista echándole la culpa de todo al "terrorismo" y a la immigración.

Por eso somos reiterativos y lo seguiremos siendo. Únicamente aferrarse a los principios tradicionales es la única salida posible, aunque sea como valor testimonial, y así evitar las zancadillas de la historia.

San Carlos de Bariloche, 21 de noviembre del 2016.

JULIÁN RAMÍREZ

RAMÍREZ: UNA FALSA ALTERNATIVA ESTÁ EN DESARROLLO

UNA FALSA ALTERNATIVA ESTÁ EN DESARROLLO




En estos últimos tiempos estamos observando en el plano mundial una serie de hechos que, si los relacionamos entre sí, nos estarían indicando el desarrollo de una falsa alternativa en el mundo moderno.

Remontándonos a un tiempo atrás, a partir de la caída del muro de Berlín y de la desintegración de la URSS, muchos creyeron en el fin de la historia predicado por Francis Fukuyama, pero fue por pocos años. A partir del 11-9-2001 con el derribo de ls Torres Gemelas comenzó a manifestarse una clara tendencia tradicional, contraria a la modernidad, a través del fundamentalismo islámico. Pero a partir de entonces y dentro de la modernidad hay evidentes síntomas del desarrollo de una falsa alternativa que puede captar muchas voluntades y conducirlas hacia el fracaso. Veamos cuales son esos hechos.

El mundo moderno parecía encaminarse hacia un gobierno mundial único, con total hegemonía del economicismo y de las finanzas, con la desaparición de las nacionalidades, con un pensamiento único y con lo politicamente "correcto". Desaparecían todas las entidades intermedias que daban algún sostén, se destruía la personalidad y emergía el más crudo individualismo. Una brurocracia internacional, encabezada por las Naciones Unidas y detrás de la cual actuaban grupos que entre bambalinas orientaban toda la política planetaria campeaba a sus anchas.

Pero comenzaron a aparecer en Europa movimientos que pretendían cuestionar ese orden mundial: identitarios, nacionalistas, neo paganos y neofascistas.

En Rusia emergía con Putin una corriente nacionalista, imperialista, que pretende a través de consideraciones geopolíticas restaurar el imperio ruso.

Vino el "brexit" en Gran Bretaña, que denota un alejamiento con respecto a la Unión Europea. Los medios de comunicación se vieron sorprendidos.

En Colombia una consulta popular rechazó todo acuerdo con la guerrilla marxista y narcotraficante en contra de toda la prensa internacional sujeta a poderes fiancieros.

Finalmente hace pocos días en EE.UU. triunfa la candidatura de Donald Trump`, sorprendiendo al mundo unipolar, "civilizado", de pensamiento único, que veía en Trump un "outsider", un neofascista y un bárbaro.

Relacionando todos estos hechos no quedan dudas que se está manifestando un creciente descontento en varias partes del mundo contra lo que se considera la "normalidad civilizada y democrática", y de alguna manera la ola va a llegar a Hispanoamérica.

Frente a todo esto hay que tener muy en claro que todos estos movimientos se desarrollan a partir del pautas e ideologías de la modernidad y son contrarios en su totalidad a la Tradición. Son movimientos ajenos a toda inquietud espiritual o religiosa, son rigurosamente materialistas y economicistas y son democráticos, colectivistas y en mayor o menor medida nacionalistas, y los nacionalismos en estos tiempos de ninguna manera son una solución.

Lo que sí los unifica es su rechazo total al fundamentalismo islámico que hoy día es la única manifestación visible de la Tradición. Es esto hay un total acuerdo entre el cowboy Trump y el neostalinista Putin.

Lo positivo del creciente rechazo a algunos aspectos de la modernidad es que crea divisiones en el frente mundial moderno, aumentando las rencillas entre los socios y contribuyendo a la destrucción de un mundo que debe terminar.Nuestra posición es pués totalmente contraria a la de aquellos que se hacen ilusiones en torno a los movimientos europeos, a Putin y a Trump, creyendo que buscando alianzas con ellos pueden lograr algún éxito. A esta altura de la historia ya no se puede seguir jugando, con las distintas alternativas de la modernidad no se transa.


San Carlos de Bariloche, 14 de noviembre del 2016.


JULIÁN RAMÍREZ

RAMÍREZ: LA IGLESIA PRETENDE COHESIONAR AL MUNDO MODERNO

LA IGLESIA PRETENDE COHESIONAR AL MUNDO MODERNO



La reciente visita del Papa Francisco a Suecia, con motivo de estar próximo a cumplirse el año que viene el 500º aniversario del inicio de la rebelión luterana, sirve para reflexionar sobre el objetivo que persigue la Iglesia Católica.

Todas las informaciones de los medios internacionales se refieren a que el Papa fué a "conmemorar" el citado aniversario. "Conmemorar" significa recordar, hacer memoria. Pero nada se nos dice acerca del fin que se persigue con esa conmemoración, y esa es la cuestión que trataremos de elucidar.

La rebelión protestante fué una de las grandes catástrofes de la civilización occidental. Se quebró definitivamente el ecúmene cristiano, el protestantismo transformó a la religión en una simple devoción y escindió el alma del hombre. El doble aspecto de la religión, como lo enseña René Guénon, uno el vínculo con la divinidad, el otro el vínculo social, quedó dividido. Ese doble aspecto se mantenía unido bajo el catolicismo. El protestantismo liberó al hombre de la importancia de las obras y con esa actitud echó las bases para el desarrollo del capitalismo y de la usura. Max Weber demostró esto, y analizó como en las regiones que se protestarizaron, el capitalismo y la usura crecieron rápidamente. A una caída sucedió otra en una perfecta concatenación de causas y efectos. La Iglesia Católica, cuya caída se venía operando desde los siglos XII y XIII de nuestra era, cometía muchas prevaricaciones a través de dignatarios indignos, pero ocurre que una de las estrategias más usadas por la subversión consiste en desalojar a los indignos junto con los principios que de alguna manera representan, cuando de lo que se trata es mantener los principios y separar a quienes no los cumplen. Y eso fue lo que hizo el protestantismo: junto con la rebelión contra una jerarquía indigna reemplazó al principio jerárquico por nacientes ideas democráticas y a la autoridad fundada en la Tradición , por la libre interpretación de los textos sagrados. De ahí en más pululan las más increíbles sectas.

La Iglesia Católica siguió a los tumbos y en las últimas décadas se produjo, a partir del Concilio Vaticano II una verdadera subversión interna a la que dio en llamar ecumenismo, que consiste en tolerar y confraternizar con todas las otras religiones, pero no buscando una unidad trascendente y metafísica entre ellas, partiendo de los distintos condicionamientos de tiempo y lugar, sino por el contrario, en base a un humanismo llorón y a un moralismo hipócrita. Esta diferencia ha sido muy bien analizada por Julius Evola en su obra " El arco y la clava" ( pág. 213 y sgtes.).

Ahora bien, también están equivocados los sectores católicos integristas que se mantienen en una postura sectaria y excluyente afirmando que fuera de la Iglesia no hay salvación, no saben diferenciar entre metafísica y religión, entre lo esencial y lo contingente, y se cierran a cualquier manifestación de la Tradición en otras religiones.

Sin entrar en cuestiones teológicas sobre el catolicismo y el protestantismo y sobre las cuales desde hace siglos hay mucho material, nos interesa ahora tratar qué es lo que busca politícamente la Iglesia a través del ecumenismo. Y sobre esto desde ya afirmamos que el objetivo es darle cohesión a distintas variantes del mundo moderno, cumpliendo el papel de una especie de liderazgo "espiritual", como si fuera un cemento para unir distintos pedazos y darles consistencia y dureza. Para eso hay que coincidir con la democracia universal como única forma de gobierno, con la falsa doctrina de los derechos humanos, con la predicación de la paz mundial, aunque en la práctica se apoyen los bárbaros bombardeos y la intervención militar de las potencias imperialistas en las actuales guerras. También hay que bendecir a organismos nefastos como la O.N.U. y otros y lamentarse por el hambre y por los refugiados, sin mencionar que esos daños son causados por el mismo mundo moderno al que se pretende defender.

Se trata de orientar a un mundo dónde desaparezcan las desigualdades, las jerarquías, aplacar las rebeldías y la Iglesia sea una especie de madre espiritual y protectora en un mundo unipolar.

Frente a este panorama lo único que nos queda a los católicos es dejar a la Iglesia librada a su propia suerte y arreglárnosla sin ella, en pos de un catolicismo gibelino, heroico , viril y guerrero.



San Carlos de Bariloche, 7 de noviembre del 2016.


JULIÁN RAMÍREZ

RAMÍREZ: CUESTIONAMOS LA PRIMACÍA DE LA ECONOMÍA

CUESTIONAMOS  LA  PRIMACÍA  DE  LA  ECONOMÍA

     Una de las más tremendas degradaciones en que ha caído el mundo moderno es el economicismo. Las conversaciones sobre cuestiones económicas y financieras ocupan el mayor espacio en la sociedad. Los gobiernos no hablan de otra cosa y su principal accionar se remite a lo económico. Las reuniones internacionales versan casi siempre sobre temas económicos, lo mismo que las campañas electorales. Se considera que los problemas económico-sociales son los más importantes y a los que debe darse prioridad. El hombre común vive pendiente del dinero que tiene en su bolsillo. A través de los medios de comunicación se incentiva toda clase de consumos inútiles para los que pueden consumir; en los que no pueden consumir se produce una frustración por no poder hacerlo y una búsqueda desesperada por lograrlo, lo que incluso puede llegar a la delincuencia.
     Lenin había dicho: "La economía es nuestro destino". Y lo ha logrado, el capitalismo ha llevado hasta el final la profecía leninista, capitalismo y socialismo conducen a lo mismo, a la primacía de lo material por sobre toda otra actividad superior.
     Esto hace que diversas escuelas económicas discutan acerca de programas para ser aplicados en la sociedad. Como bien dice Julius Evola en una obra que recomendamos "Los hombres y las ruinas": "...no se trata de oponer una fórmula económica a otra, sino de cambiar fundamentalmente de actitud, de rechazar absolutamente las premisas materialistas...No es el valor de un determinado sistema económico, sino el de la economía lo que debe ser puesto en cuestionamiento..." (ob. cit.  pág. 85).
     Y lo vemos con claridad en el caso argentino que es el que mejor conocemos por ser nativos de este país. A través de nuestra más reciente historia vemos el enfrentamiento de distintas concepciones económicas ninguna de las cuales ha logrado una total hegemonía, en una lucha que dia a dia va precipitando al país en un creciente caos. Gobiernos oligarcas inclinados hacia el liberalismo, y gobiernos populistas inclinados hacia un intervencionismo estatal no exento de connotaciones marxistas. Pero no se podido quebrar este círculo de hierro, que a juzgar por la situación actual puede derivar en situaciones incontrolables.
     Toda esta primacía de la economía se ve totalmente favorecida por la democracia en la cual los votantes, totalmente dominados por el economicismo, votan conforme a su bolsillo sin importarles absolutamente nada toda otra problemática. Primacía de la economía y democracia van de consuno destruyendo toda posibilidad superadora.
     Desde el punto de vista tradicional la economía debe estar subordinada a la política y no al revés como ocurre en la modernidad, pero para ello se necesita al frente del estado un movimiento portador de principios tradicionales y superiores, jerárquicos y aristocráticos que no existe en la actualidad, y en donde, por el contrario, vemos pulular a la partidocracia prometiendo bienestar, igualdad y felicidad a masas a las cuales se les ha enseñado que el único destino del hombre es poseer y nó ser.  Es de sentido común que harían falta varios planetas tierra para que todos los habitantes del mundo pudieran alcanzar el nivel de vida de los países a los cuales se los llama desarrollados. Pero a los demagogos no les importa esto y continúan con sus falsas promesas.
     Con esto de ningún modo justificamos el actual dominio que las finanzas mundiales y la usura ejerzen sobre la economía mundial. El neoliberalismo ha llegado a la máxime expresión de perversión material que se haya conocido y no podemos sino calificarlo de diabólico, pero queremos dejar en claro que no es simplemente con medidas económicas que se lo puede destruir, sino por el contrario, es necesaria una actitud de signo contrario fundada en valores espirituales, metafísicos, religiosos y tradicionales. Y cuando hablamos de espiritualidad no nos referimos a algo que está navegando por los cielos, sino al espíritu que informa a lo material, actúa en la tierra y la somete trás duro combate. No compartimos el dicho evangélico de que "nuestro reino no es de esta tierra", sino por el contrario, aquí en la tierra debe comenzar el reino de los cielos y para ello son necesarios los guerreros santos.
     Aquí en la Argentina dos movimientos nacionalistas se han lanzado a convertirse en partidos políticos, aceptando la constitución, la legislación para la partidocracia , las elecciones y la democracia,y por supuesto el dominio espiritual de la Iglesia Católica. Están totalmente equivocados: el árbol nace torcido y no será posible enderezarlo. No podrán crecer con tanto veneno.

San Carlos de Bariloche, 31 de octubre del 2016.

JULIÁN  RAMÍREZ    


viernes, 4 de noviembre de 2016

GHIO: UNA ACLARACIÓN NECESARIA SOBRE EL NACIONALISMO

UNA ACLARACIÓN NECESARIA SOBRE EL NACIONALISMO



Ante un comentario emitido respecto de haber sido uno de los responsables del fracaso del nacionalismo argentino quiero efectuar las siguientes aclaraciones. Si bien mi relación con tal corriente política es un tema que oportunamente se aclarará con mayor amplitud, no quiero dejar de destacar un par de cuestiones. Mi primer contacto con tal corriente política se remonta a la década del 70 cuando siendo poco más que un adolescente entré en relación con el Padre Julio Meinvielle de quien me había impactado una obra que se titulara El poder destructivo de la dialéctica comunista. Entre otras cosas el distinguido doctrinario insuperado del nacionalismo sostenía que el marxismo más que ser una ideología política era una técnica de conquista del Estado y de la sociedad civil la cual consistía en la estereotipación de todos los conflictos convirtiendo así aquello que era simplemente un problema en una cosa irresoluble por medios pacíficos. Desde tal perspectiva no hesitaba en calificar al peronismo como una forma más de marxismo. Sin embargo grande fue mi sorpresa cuando constaté al conocerlo personalmente que había cambiado su punto de vista y que consideraba que era necesario apoyarlo ahora pues se trataba -y eran sus palabras- de una nueva forma de fascismo o falangismo como el que él sostenía. No tuve más contacto con tal corriente política hasta 1983 cuando en el país derrotado tras la guerra de Malvinas la ingeniería democrática trataba de constituir la sociedad decadente que hoy conocemos. Desde publicaciones como Cabildo, Verbo y Patria Argentina, expresiones de tal corriente política, bregué por una revolución nacional que intentara revertir este proceso. Esto dio como resultado que entre los años 1987 y 1988 volviese a despertar en el país el espíritu de Malvinas a través de lo que se conocieran como las sublevaciones carapintada. Lamentablemente ese espíritu de rendición hacia el sistema que ya viese insinuado en el gran doctrinario del nacionalismo estuvo presente nuevamente cuando los dos líderes militares de tal movimiento terminaron una vez más renunciando indignamente a sus metas y afiliándose al peronismo corrupto y marxista. De todo esto no me considero responsable para nada pues en su momento denuncié tales traiciones. Continué luego difundiendo aun el seno de tal movimiento el pensamiento evoliano alternativo logrando que significativas figuras como Julián Atilio Ramírez y Juan Garayalde se apartaran conmigo en forma definitiva del mismo sosteniendo una postura que fuese totalmente ajena al sistema de acuerdo a los postulados del Centro Evoliano de América.

Marcos Ghio

A PROPÓSITO DE UN DEBATE TELEVISIVO ENTRE UN TROTSKYSTA Y UN NACIONALISTA

A PROPÓSITO DE UN DEBATE TELEVISIVO ENTRE UN TROTSKYSTA Y UN NACIONALISTA



En el día de ayer en la localidad de Mosul el jefe del Estado Islámico Al Bagdadi ha manifestado que resistirá hasta morir contra los embates de una alianza compuesta por EEUU, Rusia y el mundo moderno en su totalidad. Esta actitud contrasta notoriamente con la que en su momento asumiera nuestro nacionalismo militar que en 1982 se rindió en Puerto Argentino manifestando haber sido sorprendido por la gran superioridad militar de los ingleses. Espíritu de rendición que fue expresado posteriormente y en forma multiplicada por figuras como Seineldín y Rico quienes, tras haber convocado a revoluciones en contra del colonialismo democrático que nos fuera impuesto, terminaron pactando con el sistema pasando a formar parte del peronismo. Dentro de este mismo contexto en el día de ayer hemos sido sorprendidos por un pretendido 'debate' televisivo entre un trotskysta y un nacionalista sobre un tema inflado e impuesto artificialmente por el mismo sistema pero con la finalidad no oculta de promoverse para el próximo proceso electoral. Sin embargo tanto el nacionalista Biondini como el trotskysta Ramal concuerdan ambos en condenar al fundamentalismo islámico. Biondini ha llegado a decir en su periódico que es una creación de Israel, cosa que no sería en cambio el nacionalismo peronista y democrático que él representa, heredero de la rendición de Malvinas. En pocas palabras de acuerdo a tal extraño punto de vista Israel no querría que se formase parte del sistema que nos ha impuesto sino que se lo combatiese hasta morir. Una vez más. Basta de tomar a la gente por estúpida.