martes, 27 de agosto de 2019

UNA DERECHA IZQUIERDISTA

UNA DERECHA IZQUIERDISTA

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La crisis producida en nuestra historia por el triunfo de la modernidad ha generado, entre las tantas cosas que sería largo enumerar, un verdadero estado de confusión y atontamiento colectivo por el que se tiende a confundir el significado de las palabras, aun de las más simples y elementales, que en cualquier época normal estuvieron siempre al alcance de todo el mundo.

Digamos al respecto que siempre supimos que ser de derecha significa sostener la soberanía de lo espiritual sobre lo material, y por lo tanto en la esfera pública del Estado sobre la nación y de la religión y lo trascendente por sobre lo simplemente secular y profano. A diferencia de la izquierda que sostiene exactamente lo contrario. Sin embargo en los últimos tiempos nos hemos topado con un fenómeno curioso y anacrónico surgido primeramente en el medio jonie, aunque con antecedentes en Europa, conocido como la alt right, es decir una derecha alternativa que pretendería ser la verdadera reputando que en cambio no lo sería la representada por la ideología liberal, en tanto sostenedora de un pensamiento globalizador y universalista (como si acaso el pensamiento tradicional y de derecha no fuese también universal y globalizador) el cual oficiaría de excusa para que ciertos sectores con intereses crematistas incrementen sus propias riquezas.

Tal argumentación es propia por ejemplo de sujetos como Bolsonaro para el cual sostener que el clima ha sido echado a perder por la acción corrosiva del hombre en contra de la naturaleza formaría parte de uno de los argumentos del marxismo cultural para impedir que las naciones prosperen económicamente y poder así sus mandantes, en este caso grupos de intereses multinacionales tales como el remanido Soros, en un mañana disfrutar de dichos recursos mantenidos en la hibernación debido a los sofismas ideológicos empleados. Nosotros queremos decir al respecto que tal teoría conspirativa es propia también de un señor llamado Carlos Marx. Para éste Jesús no habría venido al mundo para redimir al hombre del pecado sino para ocultarle a las grandes masas de explotados su condición de tales mediante un montaje relativo a la narración de la existencia de un paraíso o mundo nuevo por venir que no sería en esta vida sino en una diferente. Al respecto el fariseísmo judaico cuando acusa a Jesús de haber sido un fabulador que desviaba al judío de su lucha por la liberación nacional reputándose como un falso Mesías es el antecedcente claro de lo manifestado por el también judío Marx respecto del proletariado universal. No casualmente Trump y Bolsonaro, exponentes actuales de esta falsa derecha aleternativa, que tiene al Estado de Israel como a su modelo y que en ambos casos han resuelto reconocer a la ocupada Jerusalén como su capital, tienen un razonamiento similar por lo montajista. En este caso el Jesús fabulador y engañoso sería el por ellos llamado ‘marxismo cultural’ que engañaría al mundo respecto del invento del recalentamiento global y del daño ecológico. Trump y Bolsonaro sostienen que el cambio del clima no es producto de la acción del hombre sino que en tanto es Jeovah el encargado de preservar al planeta, lo que su creatura haga no puede impedir que tal cosa suceda. Y a su vez el dios bondadoso y protector nos ha brindado a diferentes mesías que nos advierten del engaño en que se nos quiere someter con la finalidad de que los grandes recursos del planeta permanezcan inexplotados y sean en todo caso otros los que los usufructúen. Del mismo modo que Marx fue el mesías que alertó de su engaño al proletariado universal, sujetos como Trump y Bolsonaro, exponentes de esta grotesca derecha alt, estereotipan tales conceptos, el primero mediante la extracción monumental de energía fósil desoyendo los acuerdos de París, del mismo modo que su discípulo cristiano sionista de Brasil incendia el Amazonas para convertirlo en tierra fértil para el ganado y la agricultura pues hay un dios bueno y  Jeovah que vela por el planeta.

En ambos casos, Marx por un lado y Bolsonaro y Trump por el otro, Jesús y el clima, son grandes relatos que alienan al hombre respecto de su fin esencial que es la economía como destino, es decir lo que resulta lo propio del pensamiento moderno.

miércoles, 21 de agosto de 2019

El Fenómeno OVNI y los Extraterrestres: su significado auténtico y sus implicaciones

El Fenómeno OVNI y los Extraterrestres: su significado auténtico y sus implicaciones

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A primera vista el tema que a continuación trataremos, podría parecer no solo ajeno a la óptica Tradicional, sino incluso poco serio; sin embargo, el fenómeno OVNI y los extraterrestres, es una realidad que es no solo relevante, sino reveladora de la muy avanzada descomposición del mundo contemporáneo.
Desde luego en este breve espacio, solo procuraremos esbozar un marco de referencia general y los aspectos más significativos, así como algunas de sus implicaciones más serias, por lo que al final de este breve texto, dejaremos la bibliografía básica para aquellos que deseen profundizar sobre este tópico.
La familiaridad del asunto de los OVNIS (Objetos Voladores No Identificados, en español, UFO Unidientified Flying Objets, en inglés) y los extraterrestres o alienígenas, es de alcance prácticamente mundial. De ser un tema, digamos de nicho, de interés y acceso a unos pocos en la primera mitad del S. XX, rápidamente en el transcurso de la segunda mitad del siglo pasado, se volvió un tema de masas, en especial por la creciente difusión en el cine y la televisión, y más recientemente, ampliado en los últimos 30 años, con el uso de los teléfonos celulares y la internet.
El llamado fenómeno “OVNI y los extraterrestres” es auténtico, pero, no tiene nada que ver con naves espaciales y/o visitantes de otros planetas a la Tierra. La Humanidad nunca ha tenido, ni tiene, ni tendrá contacto alguno con razas o especies de otros planetas (si es que existieran, y que no es el tema de este artículo, además d ser totalmente irrelevante para la humanidad). El fenómeno OVNI tiene que ver con algo radicalmente distinto, y solo bajo la óptica de la Metafísica y la Tradición se puede conocer y entender correctamente de qué se trata y qué implica.
Al estudiar el proceso de desarrollo de los platillos voladores y los marcianos, se aprecia que ha sido un proceso lento y silencioso, desde mediados del S. XIX hasta mediados del S. XX, haciéndose después cada vez más complejo, amplio y de mucho mayor seriedad; pasando de “simples avistamientos”, a un verdadero fenómeno de culto y la formación de una pseudo religión, que incluye a supuestos contactados, raptos, muerte de ganado, círculos de las cosechas, los llamados hombres de negro, etc., en el que incluso ciertos sectores de la ciencia formal y representantes de religiones formales, están abiertos a las posibilidades del mismo, o incluso lo reconocen como algo auténtico. Ha pasado de escritores sensacionalistas, superficiales y tendenciosos (Erich Von Daniken, Zachary Sitchin, etc.) al desarrollo de una pseudo doctrina que pretende explicar todos los textos sagrados de las grandes religiones (la Paleoastronúutica o Teoría de los Antiguos Alienígenas) como interpretaciones ingenuas de nuestros “antepasados primitivos e ignorantes” que creyeron tener contacto con dioses o dios, o ángeles, etc., tratándose realmente de extraterrestres que fueron mal interpretados. De hecho, estos “gurús de la paleoastronáutica” afirman sin pudor que toda la civilización humana fue gracias a la intervención de los extraterrestres desde la antigüedad más remota.
Uno de los aspectos mas retorcidos y a la vez ingeniosos del desarrollo del fenómeno OVNI es que además de desnaturalizar de forma burda y simplista los textos sagrados con sus ridículas interpretaciones, sacándolas totalmente de su contexto cultural y doctrinal, es que, ante la cada vez mas difícil tarea de la ciencia moderna de seguir sosteniendo que el ser humano es producto de la evolución biológica (la muy mal llamada teoría de la evolución, pues apenas puede llamársele hipótesis), los entusiastas y difusores de la “paleoastronáutica” manejan su propia “teoría”, en la que el ser humano es el producto de la intervención de alguna raza alienígena que mediante ingeniería genética, alteró alguna una especie de simio originario de la Tierra, y de ahí surgió el homo sapiens.
Todos estos esfuerzos de desacreditar toda Religión Verdadera, están resultando muy hábiles, ya que proporcionan a los mas recalcitrantes materialistas, aquellos que solo creen en lo que pueden registrar sus sentidos, el mundo sensible, una opción aceptable sin renunciar a sus convicciones, y por el otro lado, a todos aquellos que buscan algún tipo de espiritualidad New Age, que no tenga nada que ver con religiones ortodoxas y formales, también les proporciona una alternativa atractiva, la de los “hermanos del espacio”, seres super evolucionados y avanzados tecnológicamente. Y a la gente común, al menos le genera curiosidad, dudas razonables, y poco a poco, un cierto condicionamiento inducido para aceptar, al menos como posibles y probables, estas explicaciones sobre el verdadero origen del hombre y sus religiones. Las desviaciones modernas específicas surgidas en el S. XVIII y XIX como el racionalismo, iluminismo, teosofismo, el antropsofismo, ocultismo, satanismo, etc., con personajes como Aleister Crowley (Inglaterra), Jack Parsons (EEUU) u Nikolaj F Fedorov (Rusia), padre del Cosmismo, con el fenómeno OVNI alcanzan un límite máximo de tergiversación de la Naturaleza de las cosas.
De cierto modo, así como con la caída del Muro de Berlín se combinaron lo peor del capitalismo y lo peor del comunismo para el surgimiento de la actual postmodernidad, el fenómeno OVNI es la combinación de lo peor del materialismo y lo peor de todo el movimiento espiritualista de los últimos 150 años, presentando una alternativa a la “altura” de la mentalidad del hombre contemporáneo, al que la publicidad constantemente lo adoctrina con “mantras” como: el espacio es la frontera final, el futuro de la humanidad está en conquistar el espacio, colonizar la Luna, ir a Marte, etc., combinando los baluartes de la modernidad en una presentación muy atractiva: tener contacto con seres superevolucionados y muy avanzados tecnológicamente, pero al mismo tiempo un fuerte grado de ambigüedad, pues se maneja la posibilidad de extraterrestres que nos quieren conquistar, otros que nos quieren ayudar, o que ya están aquí; todo diseñado para dejar al público en cierto estado de expectativa pasiva y receptiva ante cualquier posibilidad que, supuestamente, pudiera llegar a presentarse en un futuro cercano.
En este punto, habrá algún lector que señale que “hay pruebas” de los OVNIS. En muchos avistamientos, contactos y demás, hay registros de radar, huellas de aterrizajes, de residuos extraños, cualquier cantidad de fotos y videos de naves, personas que experimentaron el llamado tiempo perdido, experimentos sexuales, implantes metálicos, y la interacción con seres que van desde aspecto humanoide hasta monstruos tipo reptil o peor, y que, todo en su conjunto hace difícil rebatir que en verdad… nos visitan o ya están aquí.
Bueno, pues no. No es así. Todas esas pruebas, lo son, pero de algo muy diferente, y ese es el gran engaño del fenómeno OVNI, y donde reside su mayor peligro para el ser humano en particular, y para el estado humano en su sentido mas profundo.
La humanidad ha recorrido un largo camino de desviación respecto a su Naturaleza, que se compone de Cuerpo, Alma y Espíritu. Hasta hace relativamente poco, el hombre sabía que es una criatura divina, con un Destino Divino; pero en la actualidad, no es así. Acepta gustoso y sin reflexión alguna, que es un cuerpo y una consciencia psicológica, al final reducible a reacciones químico-eléctricas del cerebro que producen emociones y sentimientos, todo producto de la evolución ciega y casual, de la materia, en resumen, un simple chimpancé glorificado… y ahora tal vez, gracias también a la supuesta intervención de los extraterrestres, lo convirtieron en el homo sapiens.
Ese recorrido, de alejamiento horizontal ontológico de su Centro, y al mismo tiempo, de descenso vertical, ha llevado a la humanidad, y de hecho podríamos afirmar, al estado humano, a acercarse a las fronteras límite de su naturaleza inferior, que es para la que vive y la única que reconoce como verdadera, la estrictamente física y animal, lo que lo ha puesto, digamos, en sintonía y proximidad con algunos de los estados del mundo sutil más bajo. Esa cercanía a los estados ínferos, en sus expresiones más bajas y peligrosas, lo ha hecho susceptible a tener verdaderos contactos, pero con los llamados jinns (islam) demonios (cristianismo), o influencias errantes (religiones orientales), etc.
En todas las grandes religiones se conocía muy bien esto, y se entendía por lo que es, y aunque en el lejano pasado, este tipo de encuentros eran raros y poco frecuentes, se comprendía su verdadera naturaleza. La mentalidad contemporánea ha sido tan dañada y condicionada por la propaganda de los supuestos extraterrestres, que cuando se señala lo que son verdaderamente, el rechazo es automático. Formas demoniacas de existencias muy por abajo del ser humano, pero como se ha acercado tanto al mundo grosero más bajo, estos seres a su vez, se han acercado mucho al hombre. Estos seres se presentan bajo las formas que para el “hombre moderno, culto y educado”, le son reconocibles, los supuestos alienígenas y sus naves espaciales. Las pruebas físicas de la existencia de estos “visitantes”, no son otra cosa que la breve interacción que se genera al cruzar de su mundo al nuestro, como las distorsiones electromagnéticas, fallas de equipos eléctricos y electrónicos, los registros de radar, ente muchas otras, siendo por ello tan breves, poco claras y hasta contradictorias, como todas esas maniobras imposibles que se observan en muchas de esas supuestas naves, que casi nunca hacen ruido alguno o cambian de forma en presencia de los testigos, pues corresponden a otro modo y grado de la manifestación; y aclaramos, que de ningún modo deben entenderse esto, como que son seres de otras dimensiones o universos paralelas, o humanos evolucionados que vienen del futuro, que son otras de las tantas explicaciones absurdas de los entusiastas seguidores de todo este amplio fenómeno de fin del ciclo actual, que expone con claridad el deterioro espiritual y el caos mental de esta humanidad crepuscular.
Y con esto queremos llegar al punto final y mas relevante del fenómeno OVNI.
Los últimos 300 años, al menos en sus aspectos mas visibles, la Guerra Oculta de la Subversión Mundial para destruir todo lo que sea verdaderamente Tradicional, religiones ortodoxas, y en general el orden natural de las cosas en la creación, teniendo al ser humano como centro, ha logrado imponer su visión casi por completo: racionalismo, materialismo, consumismo, democracia, igualdad, progreso, evolución, ideología de género, la destrucción de cualquier civilización tradicional que quedara, como lo ocurrido en la 1ra Guerra Mundial, Japón al final la II Guerra Mundial, y el Tíbet poco después, etc.  Pero todo esto no es suficiente para alcanzar un punto límite de degradación. El ser humano, por su naturaleza, si no tiene acceso a lo superior, a vivir en una Civilización Tradicional, o al menos parcialmente tradicional, con jerarquía, y un propósito que vaya mas allá de esta vida, tenderá, incluso sin saberlo, a buscar un sucedáneo, un reemplazo, algo que llene ese hueco.

Nada mejor para la humanidad contemporánea tan disminuida espiritualmente, tan empobrecida intelectualmente y orientada a satisfacer solo sus necesidades físicas, que una alternativa que resuelva esas inquietudes existenciales que todos tienen,; proporcionarle una alternativa muy atractiva y literalmente fuera de este mundo, y que sea reconocible por lo que hoy mas valora y lo único que entiende, gran progreso tecnológico, de visitantes altamente evolucionados, convirtiendo todo esto en un tipo de culto y cuasi religión, alimentando las fantasías mas extremas de la postmodernidad, pero al mismo tiempo sin generarle conflictos a su entendimiento laico y profano del mundo.
En los textos bíblicos, hay algunas menciones de este Gran Engaño Final, en 1Jn 2:22, en Dan 8:25 se afirma que el engaño triunfará, y que el mismo señala, que se sentiría seducido por el engaño, en Dan 7:11, Apo capítulos 6, 8, 12.
Estamos en las fases finales del Kali Yuga, podríamos decir su epílogo, y para que el ciclo pueda concluir, debe agotar las posibilidades últimas contenidas en el mismo, una de ellas, es que al final del mismo, por muy breve lapso, debe expresar algo que aparente ser un orden y jerarquía tradicionales, pero que será justo su opuesto mas alejado e invertido, un Regnum o Imperio al revés. Ahora bien, para que eso ocurra, la humanidad debe reconocer en ese “Gran Líder Mundial” por llegar a una especie de Salvador. Es difícil imaginar que la humanidad contemporánea, mayormente laica, materializada y descreída, pueda de pronto reconocer a alguien como ser divino y adoptar una religión basada en ese personaje y seguirlo. Pero hay que considerar que se presentará a la medida de la mentalidad actual y sus concepciones. Los textos sagrados, como la Biblia y el Corán parecen apuntar a que este personaje surgirá a la vida pública, poco después de alguna guerra grave y/o algún desastre natural de grandes consecuencias, y lo que mas busca este personaje es que la humanidad, en la mayor proporción posible abrace y adopte una religión totalmente falsa hundiéndola en las oscuridades más absolutas y pierda irremisiblemente su centralidad ontológica. Claramente se señala en los textos sagrados y algunas revelaciones privadas que este personaje presentará al mundo algo sorprendente y una gran parte de la población será efectivamente engañada.
El fenómeno OVNI es de hecho, una de las señales mas claras de la cercanía del Fin de los Tiempos, una siniestra síntesis por abajo y destilada de las peores desviaciones del mundo moderno que ha extendido su entendimiento y valores torcidos de las cosas desde hace 300 años, para llegar a un vértice, un pináculo invertido que será el Reino del Anticristo, previo al cierre del Ciclo Actual.

Francisco Galarza
Agosto de 2019.

La bibliografía en la que nos hemos apoyado para este artículo es la siguiente. René Guénon: El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, El Error Espiritista, El Teosofismo: Historia de una Pseudo Religión. Jean Luc Robin: OVNI: La Gran Parodia. Fr. Seraphinm Rose: Orthodoxy and the Religión of the Future. Charles Upton: The System of the Antichrist, Cracks in the Great Wall. Gianluca Marletta: Ovnis y Alienígenas. Patrick Harpur: Realidad Daimónica.

domingo, 11 de agosto de 2019

UN NACIONALISMO QUE ES ANTINACIONAL

UN NACIONALISMO QUE ES ANTINACIONAL

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Bolsonaro, como Trump en EEUU o Salvini en Italia, aparecen hoy en día como 'nacionalistas', es decir como personas que priorizan los intereses del propio país por encima de ideales universalistas que fungirían según ellos como instrumentos de multinacionales o masonerías interesadas en su disolución. 
Digamos al respecto que no todo nacionalismo es bueno e incluso en algunos casos, como por ejemplo el de Trump respecto del propio país, es contrario a nuestros intereses de naciones hispanoamericanas. 
Con respecto a Bolsonaro hemos quedado conmovidos no sólo por su falta de sensibilidad respecto de cuestiones tan elementales como la ecología, sino incluso por su grosería cuando se lo criticó por la deforestación del Amazonas, uno de los pulmones esenciales del planeta tierra para poder sobrevivir. En el lenguaje vulgar que lo caracteriza sugirió en modo de burla que si se defecara menos también se contribuiría al mejoramiento ambiental. 
Este obtuso personaje, que utiliza tal lenguaje para conquistar una chusma electoral que lo acompaña, debería percibir que mal podría beneficiarse una nación con la explotación de recursos si el planeta Tierra se destruye, del mismo modo que puede no ser importante la exquisita melodía que hacían sonar los concertistas del Titanic.

sábado, 10 de agosto de 2019

LOS GÜELFOS Y EL ABORTO

LOS GÜELFOS Y EL ABORTO

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Ante la invitación que se me ha formulado días atrás de escuchar este discurso de Caponnetto (lástima que no se me haya hecho llegar por escrito pues habría sido mucho más rápida su lectura) voy a dar aquí mi opinión.


1) Caponnetto es un autor güelfo y por lo tanto adscrito a la 'doctrina de la Iglesia'. Él no objeta la campaña antiabortista en cuanto al fundamento último de la misma, sino el procedimiento democrático que quiere emplearse para consumarla, por el cual se obligaría a las personas a someterse a la soberanía del pueblo siendo éste un vicio mayor que el mismo aborto. Esto nos hace recordar la postura asumida por Bergoglio cuando, siendo obispo de Buenos Aires, se opuso a que se hiciese un plebiscito por el matrimonio homosexual. Y digamos al respecto que las comunidades gays y lesbianas tuvieron una postura 
antidemocrática similar a la de Caponnetto ahora cuando dijeron que un tema tan sutil y complejo como las diferencias de género y sexo no podían ser sometidos a simples opiniones mayoritarias. La realidad fue que gracias a que no se votó hoy tenemos matrimonio igualitario pues con mucha seguridad la mayoría del pueblo argentino, que en el fondo rechaza a los homosexuales, se habría opuesto a ello. Yo no veo por qué, si en un determinado momento puede resultar conveniente para movilizar a las personas o para que un mal proyecto no prospere, no pueda incluso utilizarse tácticamente la figura del plebiscito si de esta forma se puede derrotar al enemigo moderno tal como habría sucedido en este caso y aun podría ser también si se usara una correcta apreciación respecto del tema del aborto.

2) El segundo problema y es el principal y que ya Caponnetto nos lo echara en cara en una charla que diera criticando sea a Evola como a nuestra forma de pensar*, es que en tanto para la Iglesia resulta totalmente inexistente un problema demográfico relativo sea respecto de la calidad como de la cantidad de la población humana, no existiría para él ningún inconveniente respecto de los recursos cada vez más escasos con el desorden ecológico que a su vez ello conlleva. Recientemente el papa Bergoglio, en sintonía con Caponnetto, ha manifiestado que el aborto es parecido al procedimiento eugenésico nazi ya que se pondría a limitar y a discriminar los nacimientos. En efecto para los güelfos no es un problema el hecho de que hoy en día en la sociedad argentina los que no abortan y se reproducen vermicularmente son los sectores de más bajos recursos mientras que los mejor dotados sea cultural como económicamente son los que en cambio abortan y por lo tanto disminuyen en su proporción. Una campaña antiabortista solamente tendría sentido si se la asocia a la lucha en contra de la propaganda sexopática difundida por los medios en tanto el aborto sea comprendido de aquí en más no como una simple defensa de la vida, sin especificar bergoglianamente de cuál se trate, sino como un medio utilizado por la fornicación desenfrenada en que ha cundido la modernidad para no tener límite alguno a su despliegue. Estar en contra del aborto y al mismo tiempo no poner freno a las campañas sexógenas promovidas por los medios masivos de difusión es estar contribuyendo a la explosión demográfica del planeta y acelerar así su colapso. Sin darse cuenta güelfos y modernos seculares se dan la mano.

* Caponnetto ha dado un curso sobre historia de las civilizaciones en donde dedica una clase a Evola y en especial a su obra Los hombres y las ruinas criticándolo justamente por su oposición a la política natalista impulsada por la Iglesia católica para la cual no habría que poner límites de ningún tipo a los nacimientos ni tampoco tener políticas eugenésicas de mejoramiento de una determinada raza. Como he sido el traductor y prologuista de tal obra en castellano me hace decir falsamente que 'en tanto católico' discrepo con tal postura de Evola, pero que reputo que se trataría de algo secundario e irrelevante. Lo cual le permite acudir a la hilaridad ante el público presente al preguntarse qué clase de católico puedo ser si reputo de poco valor lo dicho por la Iglesia. En realidad yo me refería a otra cosa y era a lo sostenido por el autor respecto de que los hombres de la Tradición, en tanto no debían establecer vínculos familiares, no debían tampoco tener descendencia, lo cual en su momento objeté como una una crítica pues me parecía que de este modo se podía interrumpir un cierto mensaje, pero de ninguna manera me he opuesto a lo afirmado respecto de la necesidad de que, por razones de estricta supervivencia del planeta, se efectúen acciones de limitación de los nacimientos. Digamos al respecto que Caponnetto dice concordar con Evola solamente en lo que afirma críticamente en relación a los judíos ya que él se reputa como un escritor contrario absolutamente a los mismos. Digámosle  que en el fondo él no está muy lejos de cierto judaísmo espiritual consistente en reputar la absoluta dependencia del hombre respecto de la Divinidad, en su caso a través de su representante en la Tierra. En él prima la confianza extrema de que por más desaguisados que el hombre efectúe en la historia habrá siempre un dios bueno, que vela por todos nosotros, el que enmendará tales errores en modo tal de reconvertir nuestros desórdenes en un ordenamiento universal y justo. Esto se lo ve en la sumisión absoluta que el judío tiene hacia el Jeovah en quien confía ciegamente, y aun el liberalismo secular, heredero de esta misma actitud, cuando reputa que por más que interactúen los egoismos materialistas de las personas hasta límites inauditos, una cierta armonía preestablecida reconvertirá los mismos en bienestar material para la especie. Y pasa exactamente igual en este caso. A Caponnetto no le preocupa que la humanidad, gracias a los avances de la medicina, pueda llegar a multiplicarse hasta el infinito pues siempre habrá un dios que vela por nosotros el que evitará el colapso de nuestro planeta.