viernes, 21 de diciembre de 2018

EL MATRIARCADO II

EL MATRIARCADO II


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En una nota anterior, al referirnos a la actual patología feminista que ha invadido a nuestra sociedad, como un síntoma claro de su estado de descomposición y marasmo, dijimos que la misma era sin quererlo contraria a los intereses de la mujer en tanto terminaba afirmando las tendencias misóginas hoy existentes y estimuladas ante las posturas histeroides asumidas propias de lo peor de la mujer y en segundo lugar por los graves errores conceptuales e históricos cometidos, los que consolidan la idea falsa de que se trata de una especie diferente y carente de una inteligencia verdadera.
Esto se debe a que sus consignas principales se basan en dos errores garrafales y concurrentes que a su vez se derivan recíprocamente. El primero consiste en confundir al  orden social hoy vigente, materialista, consumista y democrático como expresión del patriarcalismo y el segundo, derivado del primero, es considerar que tal falsa imagen sea equivalente a su vez a lo que hoy se concibe como 'machismo' que es un concepto nuevo e inventado para referirse lo que tradicionalmente fue el titanismo, es decir una forma degradada de la masculinidad que de ninguna manera la agota tal como concibe el feminismo actual y patológico.
Pido desde ya disculpas a nuestros lectores por tener que referirme a cosas demasiado obvias en tiempos normales, pero que hoy en día debido al estado de descomposición en que nos encontramos tienen que ser puestas nuevamente de relieve como si se tratase de importantes descubrimientos.
La sociedad patriarcal fue la sociedad normal que existió tradicionalmente antes de su decadencia posterior que significó el descenso en el matriarcalismo, de lo cual, tal como dijimos en la nota anterior, los actuales feministas (hay también hombres en este colectivo por lo que usamos el masculino para nombrarlos) soslayan mencionar. Gobernaba en ella el vir, es decir aquel hombre verdadero y arquetípico que se caracterizaba por la posesión de la fuerza, concebida no como una dimensión física (tradicionalmente lo físico estuvo subordinado a lo metafísico y espiritual) sino una capacidad de autodominio, gobierno de sí y autosuficiencia. Y ante el mismo la femina se sentía atraída en modo tal que era más la mujer la que precisaba del hombre que éste de la mujer, concebida como un ser que no se basta por sí mismo, sino que precisa de otro para ser. La decadencia sobreviene cuando el vir deja de ser tal y se convierte en homo (el romano tenía dos palabras para referirse a lo que nosotros definimos solamente como hombre), es decir lo opuesto al mismo, el ser masificado y carente de suficiencia que renuncia a cumplir con su función. Y esto da lugar al matriarcalismo (de mater=madre de donde deriva también la palabra materia). 
En nuestra historia reciente la sociedad patriarcal en la Argentina, es decir aquella en donde lo heroico y guerrero estaba por encima de lo económico y material, existió hasta junio de 1982, cuando se produjo nuestra rendición vergonzosa en la guerra de Malvinas. La consecuencia de ello fue el matriarcalismo que se expresó en la primacía de la paz, de la economía y de la democracia, valores especialmente femeninos pero que pudieron ser sustentados por hombres desviados de su arquetipo, el que cunde en nuestra historia hace exactamente 35 años. Tal forma de feminismo fue conocida históricamente como demetrismo en donde los valores telúricos y materiales tomaron primacía por sobre los solares y espirituales. La forma posterior aun más decadente y que también hemos vivido es el afroditismo, que es lo femenino volcado hacia el plano corpóreo y sensorial. Lo hemos vivido con la obsesión pornográfica y sexópata en que se ha visto invadida nuestra sociedad, promovido todo ello por los grandes medios de comunicación. Ante tal degradación de una fuerza femenina desencadenada y carente de un timón que le otorgaba tradicionalmente el vir, sobrevino su correlato del lado del varón en el titanismo, que es lo que hoy se ha dado en denominar como 'machismo'. Se trata del hombre fálico, puramente físico y esclavo del cuerpo de la mujer. Este tipo de hombre es físicamente varón pero espiritualmente mujer pues se encuentra determinado por una relación de dependencia hacia el sexo opuesto. Una vez que se ha producido esta fuerza descontrolada a través del juego dialéctico entre afroditismo y titanismo la secuela última de la degeneración matriarcal es el amazonismo, es decir la forma última y virulenta asumida por la mujer en su etapa terminal. Es la mujer que se lanza desaforada en contra del hombre sin percibir que lo está haciendo en manera inconsciente ante la falta y desaparición del hombre verdadero, del vir. La antigua mitología explicaba que en tales tiempos terminales el amazonismo cumple la función de producir grandes reacciones que pueden llegar a ser violentas como el caso conocido de Hércules que procede a exterminar a las amazonas sublevadas. El tiempo dirá lo que habrá de pasar en los tiempos actuales.

lunes, 17 de diciembre de 2018

EL MATRIARCADO I

EL MATRIARCADO I

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El feminismo supremacista, que ha irrumpido en la sociedad civil de manera virulenta, nos satura diariamente con el anatema de que estaríamos viviendo en una sociedad patriarcal y 'machista' en donde las mujeres serían víctimas y esclavas de los hombres varones pintados como verdaderos depredadores sexuales. La realidad es por supuesto muy diferente de lo que plantea este nucleamiento que más que favorecer a la mujer, debido a sus profundas limitaciones conceptuales, termina por el contrario incrementando la idea falsa de que la mujer es inferior al hombre intelectualmente pues es incapaz de formular las cosas con precisión en tanto que se le encuentran vedadas las dimensiones superiores del ser.
Yendo precisamente a sus argumentaciones digamos que cada vez que se critica a la sociedad patriarcal se evade olímpicamente sostener por contraste aquel modelo antitético que es la sociedad matriarcal, que es en última instancia el que reivindica el actual feminismo.
Al respecto digamos primeramente lo siguiente: 1) que es falso que la actual sociedad sea patriarcal, sino que por el contrario estamos viviendo de lleno en un orden matriarcal. 2) que también es falso asimilar lo patriarcal con el machismo en tanto que son dos cosas muy diferentes una virilidad de carácter prioritariamente espiritual como el orden patriarcal de una puramente física y material que es el correlato necesario de una sociedad matriarcalista..
El maestro Evola, siguiendo en este punto a Bachofen, sostenía que dos cosas esenciales diferenciaban una sociedad patriarcal de una matriarcal, del mismo modo que a nivel metafísico se distinguía lo que es acto o forma de lo que es potencia o materia. Desde un punto de vista espiritual lo masculino tiene que ver con lo viril, que es un derivado del latín vis, que se refiere a la fuerza, pero no tomada en manera meramente material. Significa la capacidad de autodominio y de ser capaz de bastarse a sí mismo sin necesitar de otro para ser. Y como las personas no son iguales pues vivimos en un universo de jerarquías especialmente espirituales, hay grados de virilidad que van desde el acto puro o Dios, el que es ser hombre absolutamente, hasta el hombre masa en el cual la virilidad se expresa en forma mínima y elemental. Por tal razón los antiguos romanos diferenciaban entre vir, que era el hombre absoluto y libre, del homo que era aquel asimilable a la masa y a lo que se vinculaba más a lo femíneo. De la misma manera que sexualmente el acto se manifiesta en el hombre comprendido como vir, también la potencia se expresa de igual manera a través de la mujer que es aquel ser que manifiesta su perfección en la capacidad de ser conducida de manera absoluta. Así pues mientras que en el varón la virtud propia es el heroísmo y el imperio, en la mujer la misma se expresa en la fidelidad y entrega hacia quien emerge ante ella casi como un dios, es decir como un ser autosuficiente. En una sociedad patriarcal es más la mujer la que precisa del hombre que éste de la mujer y justamente en esta capacidad de autogobierno de las propias pasiones y en su posibilidad de establecer grandes distancias que es la mujer la que se siente atraída por el hombre, siendo así su gran virtud la de saber distinguir al hombre verdadero de aquel que es una simple caricatura de tal. Ello es por supuesto totalmente diferente de lo que se califica como 'machismo' es decir virilidad puramente material que como se verá es el correlato necesario de la sociedad matriarcal, en donde el hombre se ha hecho esclavo del cuerpo de la mujer y depende absolutamente de ésta a la inversa exacta de su naturaleza propia.
(Continuará)

jueves, 13 de diciembre de 2018

EL FORTÍN Nº 90 (OCTUBRE-DICIEMBRE 2018)





Nº 90 (Octubre-Diciembre 2018)

http://www.juliusevola.com.ar/Fortin.htm

¿RELIGIÓN FREUDIANA O IDEOLOGÍA DE GÉNERO?






Como nunca se hace evidente, a partir de una 'denuncia' de resonancia mundial efectuada por una señorita de pañuelo verde en contra de un actor que la habría violado hace 9 años en el extranjero y cuando era adolescente, que una nueva religión, ya no simple ideología como falsamente se dice entrando en el juego del enemigo, está haciendo pié en nuestro medio, la religión freudiana del sexo universal. Aquella para la cual el sexo es la energía primaria que gobierna al hombre y que, de acuerdo al rumbo que le sepamos dar ,podrá ser utilizada o no en nuestro provecho. (SIGUE)

CATOLICISMO Y ESOTERISMO

REFLEXIONES ABRAHÁMICAS I

REFLEXIONES ABRAHÁMICAS II



UN PRIMER ANÁLISIS DEL TRIUNFO DE BOLSONARO

BOLSONARO Y LOS GAYS


BERGOGLIANOS E IDEÓLOGOS DE GÉNERO

CON RESPECTO A UN LIBRO NEGRO (NOTA 1)
ACERCA DE UN LIBRO NEGRO (NOTA 2)


ACERCA DE UN LIBRO NEGRO (NOTA 3)



500 años de México




por Francisco Galarza

¿RELIGIÓN FREUDIANA O IDEOLOGÍA DE GÉNERO?

¿RELIGIÓN FREUDIANA O IDEOLOGÍA DE GÉNERO?

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Como nunca se hace evidente, a partir de una 'denuncia' de resonancia mundial efectuada por una señorita de pañuelo verde en contra de un actor que la habría violado hace 9 años en el extranjero y cuando era adolescente, que una nueva religión, ya no simple ideología como falsamente se dice entrando en el juego del enemigo, está haciendo pié en nuestro medio, la religión freudiana del sexo universal. Aquella para la cual el sexo es la energía primaria que gobierna al hombre y que, de acuerdo al rumbo que le sepamos dar ,podrá ser utilizada o no en nuestro provecho.
Volviendo al incidente aquí aludido, es claro que el mismo no tendrá resolución judicial alguna debido al tiempo transcurrido, al haber sucedido en un país en donde no existe como aquí la inversión de la carga de la prueba, si se trata de un varón, y en donde no hay testigos que corroboren lo denunciado, ni huellas que permitan establecer que fue una violación y no una relación consentida, o si lo que buscaba la denunciante era además de todo fama debido a lo hasta ahora ignoto de su figura. La realidad es que detrás de este escándalo suscitado aquí se ha logrado una vez más instalar en el medio el mito principal de la religión freudiana, es decir el mito de Edipo pero esta vez en clave universal. Según el psiquiatra austríaco todos los varones -y no sólo el rey de Tebas de la antigüedad- hemos estado enamorados de nuestra madre. Y agrega a ello el escabroso detalle de que además todos la hemos querido violentar, pero que nos tropezamos de niños con el escaso desarrollo de nuestro órgano sexual y con la presencia de nuestro padre celoso que amenazaba con castrarnos. Fueron éstos los únicos frenos a nuestra realidad heredada como un pecado adámico; pero ya de grandes, cuando estos impedimentos desaparecieron en mayor o menor medida, nos hemos convertido en violadores potenciales o fácticos como el caso del aludido actor y hemos constituido así una sociedad patriarcal y machista en la cual en forma instintiva e inconciente elaboramos normas para abusar en manera diferente de todas las mujeres que se nos cruzaran por el camino las que encarnaban a nuestra ya no más presente madre de nuestra tierna infancia. No fuimos pues niños amorosos, tal como nos pintó la literatura o aun cierta ingenuidad compulsiva, sino sátiros silenciosos, siempre al acecho de atrapar a una presa a no ser que se nos interpusiesen frenos como el antiguo miedo a la castración. Esto explica también otras situaciones negativas como la guerras, los latrocinios, la destrucción del medio ambiente etc., todas ellas producidas por esta patológica obsesión que nos acompaña desde la cuna y que representan el modo como proyectamos este trauma o pecado originario de nuestra especie 'heterosexual'. Por eso y a fin de que los terrores sigan incrementándose hasta convertirnos en verdaderos eunucos, hay que desmontar la sociedad patriarcal formada por el varón violador, pues la mujer nunca lo hace, y suplantar así la soberanía de ese órgano nefasto que tenemos, que determina una verdadera obsesión compulsiva y complejo de superioridad. La lucha por el aborto es pensada también en función de este mito del varón violador. En última instancia el hijo no querido, que cada vez son más, es el producto de esta unión no consentida en la totalidad de sus efectos. Y más aun la promoción de la homosexualidad y el lesbianismo tiene que ver también con este odio hacia el pene y este combate en contra de la sociedad falocrática. El gay no penetra a la mujer, por lo tanto no puede ser nunca un violador, y las lesbianas no se reproducen y por lo tanto no obligan a explicar ante un juez que se trató de una situación de consenso o de violencia. Entran a tallar también los grandes grupos de poder, el mismo G20, la Organización Mundial de la Salud que 'científicamente' estableció que la relación homosexual no es patológica. Los gais y lesbianas no se reproducen, por lo tanto no incrementan la población mundial como en cambio lo hacen los fundamentalismos especialmente islámicos que promueven la poligamia. Los recursos del planeta son reducidos, las máquinas suplantan cada vez más los músculos humanos y las necesidades de consumo aumentan en modo tal que si todo el planeta hoy día tuviese el nivel de vida del primer mundo se necesitaría multiplicarlo por diez. Es pues muy útil la religión freudiana para detener este estallido demográfico. Los medios al servicio de tales poderes promueven pues estos fenómenos concurrentes que son la homosexualidad y el nazifeminismo, todos ellos expresiones de esta nefasta religión que debe combatirse como en una cruzada en donde la norma principal sea el deber de ser hombres o mujeres de acuerdo al sexo que hemos elegido antes de nacer.

lunes, 29 de octubre de 2018

CATOLICISMO Y ESOTERISMO

CATOLICISMO Y ESOTERISMO


Una de las características propias de la modernidad es el igualitarismo y su sistema propio: la democracia, que bien sabemos es un fraude institucionalizado. Los hombres no son iguales en cuanto a sus cualidades y capacidades, por ello Dios ha creado una humanidad compuesta por razas y culturas diferentes, con lenguas distintas, haciendo así de la humana a la especie más diferenciada de todas. Así como es difícil encontrar desemejanzas físicas en el reino animal, en cambio en el hombre las mismas saltan a simple vista. De este modo Dios no solamente se ha expresado en lenguajes diferentes de acuerdo a las cualidades propias de cada raza y cultura, sino que también en el seno de éstas ha creado distintas jerarquías de conocimiento. Existen tres tipos de hombre. 1) Aquellos que se conforman con creer, los hombres de fe, 2) Los que además de ello solicitan razones, los retóricos. 3) Aquellos otros que, no conformándose con tales posibilidades, quieren también llegar a ver, son los intuitivos. El orden normal es aquel en donde en la cúspide se encuentran los intuitivos, en el centro los retóricos, que son los que traducen en lenguaje vulgar lo que éstos ven, y en la base están los que creen. La democracia, que puede ser también espiritual, y que en nuestra religión se ha expresado a través del güelfismo, en cambio invierte totalmente este orden. En la cúspide se ubica a los que creen en tanto resultan ser más manipulables, los retóricos elaboran discursos para agrado de las multitudes y ya no en la base sino reprimidos por distintos medios, que de acuerdo a los tiempos que corran pueden ser el gulag o la conspiración de silencio, están los que intuyen en tanto que su presencia resulta peligrosa para el orden democrático.
Es en esta desigualdad esencial que se funda el esoterismo. Dios se ha revelado al hombre a través de los dogmas, pero mientras que la mayoría se conforma con la literalidad de los textos, la minoría en cambio los interpreta en su sentido simbólico. Valgan al respecto algunos ejemplos. La Biblia nos habla de una creación que ha durado seis días, pero el lenguaje simbólico del esoterismo los percibe como etapas cósmicas en donde cada día representa un ciclo que puede llegar a durar, medido temporalmente, millones de años. También se habla de infierno y de paraíso y el lenguaje vulgar al alcance del hombre de fe nos dice que cada uno de estos lugares tiene que ver con la conducta que se ha efectuado en esta vida en relación a la propia religión. Si se la ha aceptado y cumplido con sus preceptos se va al cielo y de lo contrario se ingresa al infierno. Sin embargo el esoterismo considera que no existe proporción alguna entre una falta temporal y un castigo eterno. Más bien la idea es que el infierno es la representación simbólica de aquella muerte en donde no se produce la resurrección, es decir la meta propia de esta vida que es la eternidad, representada simbólicamente por el cielo. Y se puede seguir.
Claro que los demócratas de todas las layas combatirán al esoterismo con una serie de excusas como por ejemplo: ¿Quién le ha dado al intuitivo la capacidad y autoridad para interpretar? Primera norma democrática por la que tiene que ser el pueblo o por sí o por sus representantes el que diga quien es el que sabe. Para concluir luego ¿Quién puede ver a Dios, al espíritu, a la eternidad si tales cosas no están al alcance de todo el mundo? Por lo tanto segunda norma democrática, es decir fe en aquella ciencia que está al alcance de todo el mundo.

BOLSONARO Y LOS GAYS

BOLSONARO Y LOS GAYS



El reciente triunfo de Bolsonaro nos lleva a preguntarnos a cuál de los dos modelos posibles podemos compararlo. ¿Es Hitler o Menem? Al respecto la izquierda con su apologética de los homosexuales promoviendo sus exhibiciones públicas ha logrado que la sociedad en su conjunto, en tanto les resultan de gran repugnancia, se encaminara hacia el discurso antigay de Bolsonaro y lo mismo puede decirse respecto de otros fenómenos concurrentes como el de la corrupción y la violencia. Pero en realidad Bolsonaro no es un nazi como se cree, sino un liberal hecho y derecho para el cual la ganancia es lo principal (Su partido se llama Social Liberal). Promueve entre otras consignas privatizar todas las empresas públicas y la deforestación del Amazonas en tanto resultaría muy rentable. Como buen liberal cree que hay un dios bueno detrás de todos los desórdenes y egoísmos sociales y naturales el cual se ocupará luego por su alquimia que todo transite finalmente por un buen camino. Por eso tales problemas antes planteados son apenas excusas y circunstancias irrelevantes abocadas al fin principal que es llevar a cabo su liberalismo, tal como hiciera Menem quien manifestara que si se declaraba abiertamente liberal no lo votaba nadie. Así pues Bolsonaro no es  Hitler, sino Menem. Por otro lado pensamos también que hay una inteligencia de la izquierda en haber impulsado ex profeso el caos homosexual. La circunstancia es también parecida a cuando en 1966 en nuestro país promovía la violencia callejera para dar un justificativo a la llegada de un golpe militar pues decían que 6 años de dictadura iban a traernos un afán desaforado de socialismo. Ahora es parecido. 5 o 6 años de Bolsonaro, es decir liberalismo extremo en Brasil como el llevado a cabo por los sucesivos gobiernos militares, y el retorno será un socialismo más duro y agresivo que el de Lula o Dilma.
Acotemos que en la Argentina y en una circunstancia similar, para concretarnos otro Bolsonaro, es decir un Menem redivivo, el movimiento gay motorizado por la izquierda revuelve nuestras tripas en sus exhibiciones públicas grotescas. El pasado sábado en una popular esquina se efectuó un 'besazo' de maricas para protestar porque en un bar allí ubicado unos mozos echaron a dos de ellos que se besuqueaban de lengua en una mesa. Al respecto digamos que el gay se trata de un ser híbrido compuesto de un cuerpo de hombre y un alma de mujer y, en tanto el cuerpo es la parte de la persona que se exhibe ante sí y los otros, precisa poner en evidencia su interioridad en conflicto. Una mujer o un hombre no tienen necesidad de exhibirse por lo que son, tal como acontece en cambio con el invertido. Y a tal respecto digamos que las personas normales no están obligadas a presenciar tales espectáculos del mismo modo que no tenemos que escuchar a un cantante que desentona o grita. El gay tiene que hacer sus cosas en su casa del mismo modo que el que desentona debe hacerlo en su ducha. Pero esto como decimos sirve a los zurdos para provocar una reacción que según ellos dará como resultado (y lo susurran en privado) una régimen reaccionario que como consecuencia dará luego una dictadura socialista.

miércoles, 24 de octubre de 2018

BERGOGLIANOS E IDEÓLOGOS DE GÉNERO

BERGOGLIANOS E IDEÓLOGOS DE GÉNERO

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Los exponentes actuales de la ideología de género deben estar sumamente agradecidos a la oposición bergogliana que se les ha puesto en su camino. Cuando dicen que la sexualidad no es algo que se constituye totalmente con el nacimiento de un ser tienen razón y resulta absurdo sostener que el sexo en el hombre sea una cosa reducida a objeto de la ciencia biológica, tal como ha sostenido el más vulgar de los materialismos para el cual no es diferente del que acontece en el animal y que hoy paradojalmente se encuentre sustentado por los 'católicos' bergoglianos. En cambio el proceso de sexuación es una cosa que se desarrolla a lo largo de toda la existencia pues nadie al nacer es un 100% varón ni un 100% mujer en tanto que en el ser humano lo sexual es también espiritual y por lo tanto cultural y representa un proceso que se va desarrollando con el tiempo. Aquello en lo que nosotros discrepamos sea con los ideologistas de género como con los bergoglianos que se le oponen es que ser de un determinado sexo sea una cosa casual y fatal al mismo tiempo. Que sea indiferente haber nacido con el sexo masculino o femenino o más aun, tal como ambos comparten plenamente, que no haya existido de nuestra parte una elección previa en tal proceso sexualizador. Así como no creemos que nuestra existencia sea el producto de un big bang ocasional o de un abrazo nocturno o diurno en un picnic, sino que obedece a una decisión trascendental efectuada por nosotros antes de haber nacido, del mismo modo no consideramos que sea una cosa casual haber nacido varón o mujer. El sexo físico representa una señal respecto de lo que nosotros debemos ser en cuanto a nuestra decisión previa tomada antes de haber nacido. Ser varón o mujer representan los dos modos como el ser humano lleva adelante el camino o razón por la cual existe en esta vida de acuerdo a su naturaleza propia. Actividad o pasividad, potencia o acto. O por medio de una acción que puede expresarse a través de lo heroico o ascético haciendo triunfar el espíritu por sobre la materia, y es lo propio de lo masculino en su expresión paradigmática o por el contrario hacerlo en una actitud de entrega absoluta e incondicionada hacia aquel al cual se le reconoce un señorío y ésta es la actitud pasiva propia de lo femenino. En pocas palabras, los ideologistas de género, representados entre otros por el filósofo Darío, y los bergoglianos no creen por igual que hayamos sido nosotros los que nos dimos el ser, sino que consideran que lo hemos recibido de otro sin ser consultados. Pero mientras que los primeros quieren rebelarse ante tal fatalidad inventándose un sexo diferente del que tienen, los otros en cambio exigen un acto de sumisión al destino. El pensamiento tradicional es pues la tercera vía. Nadie nos lanzó a la existencia en contra de nuestra voluntad, no somos varón o mujer por azar.

martes, 16 de octubre de 2018

REFLEXIONES ABRAHÁMICAS II

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¿De dónde viene esta moda pagana que hoy inunda el occidente y que tiene sus expresiones últimas en el pensamiento postmoderno, que hemos criticado sea en sus manifestaciones de izquierda como de derecha en diferentes artículos en los que nos hemos referidos específicamente a figuras como Vattimo y de Benoist?* La misma se basa en el último Nietzsche, es decir aquel que transitaba su etapa terminal de cáncer cerebral, cuando se sentía atormentado por una serie de obsesiones. Así pues afirma en el Anticristo:
"Condeno al cristianismo y elevo contra su Iglesia la acusación más terrible que se haya podido lanzar. Representa la peor de las corrupciones concebibles, más aun, se trata de una corrupción querida expresamente. Tal corrupción no ha ahorrado absolutamente nada, ha convertido a todo valor en un disvalor, toda verdad en una mentira, toda sinceridad en una tremenda bajeza.. Indico en el cristianismo la única gran maldición, la única gran íntima corrupción, el único gran instinto de venganza, para el cual ningún medio es suficientemente venenoso, suficientemente secreto, subterráneo, mezquino. Yo denomino al cristianismo la más gran infamia que ha padecido la humanidad."
Y a tal respecto cuando nos adentramos en tal obra que para autores como el antes aludido Benoist representa casi una biblia (véase su inverosímil texto '¿Como podemos convertirnos en paganos?') notamos que en el fondo la acusación de Nietzsche al cristianismo no supera la esfera psicológica ya que, insistimos, no podía salir del ámbito de su enfermedad. Un conjunto de seres fallidos -y se remonta específicamente a San Pablo- al no haber podido triunfar y tener éxito en esta vida, en tanto no han sido capaces de comprender sus intríngulis dialécticos, se terminaron inventando otra de carácter paradisíaco y perfecto y como envidiosos y resentidos terminarán condenando en un infierno a los triunfadores. Se produciría así el síndrome de la Divina Comedia, en donde Dante, un fracasado en la vida política de su tiempo, ponía en el infierno a sus adversarios exitosos y desde una mirilla ubicada en el Cielo se solazaba con sus sufrimientos perennes. Esto se expresa también en Marx para quien el cristianismo es nuevamente la coartada que inventan las clases dominantes para expoliar en esta tierra a los pobres que luego gozarán de riquezas eternas en el cielo. O Freud que calificará de reprimidos sexuales a los grandes místicos y santos cristianos. Como no pudieron fornicar adecuadamente en esta vida, realizando su potencia sexual, es decir la energía primaria que gobierna al hombre, se inventaron un Dios a la propia medida, como un sustituto. La réplica pagana es pues decir un sí a la vida y un no al más allá metafísico, concebido como un escapismo y evasión. 
Sin embargo, aun aceptando que pueda haber casos de personas fallidas que por tales razones ingresan al saber metafísico y siendo determinadas por su psique, como el enfermo Nietzsche, no podemos universalizarlo en todos los casos. Así como no se puede decir que las personas no son delincuentes simplemente porque hay una ley que lo reprime, del mismo modo no podemos decir necesariamente que todos los místicos son reprimidos sexuales. Que hay seres que no precisan medirse para conocer un saber de carácter superior. Que no porque las multitudes no puedan acceder a él en forma directa podemos decir que el mismo no existe necesariamente. Que a diferencia del paganismo producto de una enfermedad mental terminal reputamos que los hombres no son iguales y que existen algunos que sin ser determinados por su psique alcanzan la dimensión del espíritu y 'ven' en forma directa lo que es trascendente y por lo tanto conducen a los demás que intuyen su existencia a través de la fe.

* Aunque a decir verdad el Vattimo de los últimos tiempos, en gran medida influido por los cursos actuales de la Iglesia ha adherido a un 'cristianismo débil', es decir un cristianismo light, postmoderno y despojado de su espíritu esencial. En cambio desde la pretendida 'derecha' no ha sucedido lo mismo con de Benoist quien sigue firme en sus postulados crudamente paganos. Sin embargo ello no ha obstado de impedimento para acceder a colaboraciones güelfas de 'derecha', como un muy sonado encuentro en nuestro país en donde uno de sus representantes, en una reunión de tal tenor, condenó la colonización española de América como expresión del totalitarismo bíblico. Esto se explica desde el lado güelfo porque debe desmerecerse por cualquier medio al imperio cristiano tal como hiciera en su momento Bartolomé de las Casas y hoy lo realizan desde la izquierda los cristianos tercermundistas en estrecho connubio con el indigenismo.

viernes, 12 de octubre de 2018

REFLEXIONES ABRAHÁMICAS

REFLEXIONES ABRAHÁMICAS

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Uno de los más grandes disparates que vivimos en esta época de tiempos terminales (la ONU le da al planeta apenas 12 años de vida) es el de andar vociferando, ante el espectáculo lamentable que brinda el mundo moderno, que nos encontramos en este estado y situación porque el Occidente ha sido invadido sucesivamente por tres diferentes expresiones de religión abrahámica: primero vinieron los veterotestamentarios judíos, luego el cristianismo, bautizado por algunos como el bolchevismo de la antigüedad, y finalmente el último aluvión de tal tenor representado por el Islam. reputado por tales vociferadores como el peor de los enemigos, los tres obedeciendo a un tronco común y semítico. A todo esto una serie de eruditos y pensadores de moda, muchos de ellos inspirados en el peor Nietzsche, nos han dado testimonios ostensibles de tal situación. Por ejemplo se ha dicho que en tanto los abrahámicos desprecian el mundo pues lo consideran un valle de lágrimas ante el hipotético paraíso por venir, por lo tanto serían el fundamento último por el cual hoy la naturaleza es destruida pues se la considera una cosa sin valor alguno, carente de dioses y como un simple escenario que debe subordinarse coercitivamente a las necesidades del hombre. Sin embargo se soslaya maliciosamente el hecho de que justamente en tanto tales formas religiosas deprecian la esfera de lo inmanente y consideran la existencia como un simple tránsito hacia el más allá, de ninguna manera pueden ser reputados como la causa de la fiebre consumista que nos inunda.
Más bien lo que diremos en esta primera reflexión es que a nuestro entender más que presenciar actualmente la irrupción del abrahamismo, lo que tenemos en cambio es un retorno a lo peor del paganismo. El mundo actual es decadente justamente porque ha dejado de ser cristiano, judío o musulmán para convertirse lisa y llanamente en pagano.
Partamos aquí de la evidencia respecto de aquello que diferencia a estas dos formas religiosas antitéticas. El Dios del abrahamismo (Jeovah, Jesús y Allah) es persona, no así la Divinidad suprema del paganismo que es de carácter impersonal. Ante la posible refutación de nuestro argumento de que los dioses indoeuropeos son también personas, digamos que Zeus o Wotan no tienen ninguna relación con el Dios personal antes mentado. El Dios abrahámico, en tanto persona arquetípica, es absolutamente libre, no está limitado por leyes pues él es la ley, los dioses paganos en cambio carecen de tal libertad pues están sometidos a un determinismo, en este caso el que rige a la naturaleza y a la historia (realidades éstas que son asimiladas en el paganismo). Un ejemplo característico de esto lo tenemos en la circunstancia relatada por Homero de la guerra de Troya. A pesar de que la mayoría de los dioses y aun el mismo Zeus simpatizaban con Troya, éstos no pueden decidir quién habrá de ganar la guerra sino que tal cosa es resuelta por una fuerza superior e impersonal que es el Destino o Moira. Zeus solamente puede interpretar cómo saldrán las cosas auscultando el destino, pero no puede decidir lo que sucederá. De la misma manera en Platón el demiurgo creador del universo no lo hace desde la nada, es decir con absoluta libertad para crear, sino a partir de una materia previa y preexistente e inspirándose en la Idea, entidad impersonal que es la verdadera deidad. Es justamente este fatalismo, este sometimiento a una fuerza impersonal ante la cual debemos doblegarnos y reconocer su justicia como sucede por ejemplo en la tragedia griega, la máxima que rige en nuestros tiempos. El mundo y la naturaleza, las verdaderas deidades son fatalmente y no pueden desaparecer, lo que en apariencias son destrucciones, como la anticipada recientemente por la Onu, representan simplemente etapas necesarias de un proceso en donde las diferentes partes, utilizando categorías del gran filósofo pagano Hegel, son mediaciones de una idea universal que hace marchar todo por un buen camino. Cuando Trump se despreocupa de los acuerdos de París sobre el clima es porque está convencido de que la realidad se conduce por sí sola y que como en el Edipo de Sófocles, aunque el destino sea cruel e implacable, en el fondo es justo y brega por el bien de todos. Del mismo modo esto explica a las diferentes ideologías modernas. Hay fuerzas impersonales que determinan el accionar de los seres humanos reducidos a la simple condición de individuo. El individuo es parte condicionada de un todo que se le sobrepone. Y estas deidades reciben nombres distintos como diferentes expresiones de la Moira que resolvía quien ganaba las guerras. Éstos pueden ser la Historia, la Economía, el Sexo, la especie, etc en donde cada individuo realiza su ser brillando como una lamparilla efímera conducida hacia un determinado fin. Todo esto tiene que ver con el paganismo y no con las religiones abrahámicas.

lunes, 8 de octubre de 2018

UN PRIMER ANÁLISIS DEL TRIUNFO DE BOLSONARO

UN PRIMER ANÁLISIS DEL TRIUNFO DE BOLSONARO





He aquí algunas reflexiones sobre el triunfo del brasileño Bolsonaro.
Primeramente era el único de los candidatos al cual nadie le había encontrado corruptelas (aunque no está dicho en el futuro que no sea así), tal como sucedía en cambio con los demás políticos.
Segundo el gran auge de la homosexualidad y la ideología de género que produce rechazos pronunciados en la población hizo que viera en este y en sus campañas contrarias y duramente agresivas en su contra a un adecuado candidato.
En tercer lugar y no menos importante, el atentado que hubo en su contra que le produjo varias ventajas adicionales. 1) Lo victimizó ante la opinión pública, y esto generalmente suele generar adhesiones de simpatía. 2) Le brindó una excusa para no participar de debates en los cuales siempre salía mal parado, pues estaba de convalecencia.
3) Multiplicó de este modo su presencia en los medios ya que su pequeño partido de nombre Liberal tenía escasos minutos en la tele.
Conclusión: fue esta suma de factores favorables los que primaron sobre su liberalismo, ideología por lo general repudiada pro el grueso de la población y que si se presentara sola y sin tales aditamentos sacaría muy escasos votos.
El mejor ejemplo de una similitud de perspectivas l hemos tenido con Menem cuando manifestó. 'Si yo decía que iba a aplicar un programa liberal, tal como sucedió luego, nadie me votaba'. En este caso Bolsonaro lo dijo pero fueron tan grandes los factores complementarios que permitieron que la gente olvidara tal catástrofe nueva que se le viene a su país.
Ahora bien queremos efectuar dos reflexiones adicionales. En nuestro medio, principalmente motorizado por autores liberales como Laje y Márquez, se ha dicho que la ideología de género representa una estrategia impulsada por el comunismo para tomar el poder. Bueno, en este caso se ha mostrado no ser así, sino lo contrario, Gracias al homosexualismo y a la ideología de género candidatos como Bolsonaro pudieron ocultarle al público su carácter verdaderamente izquierdista de buen liberal (no por nada su partido se llama así) y centrar el foco de atención en otras cosas. Decimos que el liberalismo es una ideología de izquierda puesto que cree en el ideal del homo economicus y considera que el desaforado afán burgués de ganancia es el motor de la vida política y social. Agreguemos que en función de tal meta el Trump brasileño como su par yanqui pretende sacar a Brasil de Acuerdo de París sobre el clima, pues a la burguesía no le interesa el futuro de generaciones posteriores sino gozar del presente inmediato.
Por último el estado de ganado vacuno al que la prensa servil ha convertido a nuestra mansa opinión pública ha gestado la idea de que Bolsonaro sería un nazi fachista debido a su carácter pretendidamente reaccionario. Acotémosle a los bestializados, si es que les queda aun una neurona, que el fascismo es una ideología antiliberal que sostiene el corporativismo al cual sujetos como Bolsonaro y sus amigos argentinos como los antes aludidos califican de socialista. Que defiende la propiedad privada solamente si la misma está al servicio de la nación y no lo contrario como sostiene el liberalismo capitalista. En escritos posteriores explicaremos el corporativismo desde una postura tradicional y contrastante con el liberalismo y el comunismo, ideologías gemelas que reputan a la economía como el destino del hombre.

sábado, 22 de septiembre de 2018

ACERCA DE UN LIBRO NEGRO (NOTA 3)

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NOTA 3

Publicamos esta última nota relativa a la obra aquí comentada recordando un hecho puntual acontecido hace unos 13 años cuando un dos de abril de 2005 fallecía el papa Wojtyla, un personaje nefasto y principal responsable junto con su sucursal argentina de la rendición en la guerra de Malvinas. En tal circunstancia publicamos una nota en la que señalábamos el hecho paradojal de que falleciese justo cuando se cumplía un aniversario de tal gesta que él había intentado con todos los medios de sabotear. En tanto en esa época no existía aun la modalidad de los grupos sociales, distribuimos esa nota entre una lista de contactos del más variado tenor y grande fue  nuestra sorpresa al haber recibido una carta de respuesta de una tal Karina Mugica que en ese entonces aparecía como la figura visible de un grupo titulado Memoria Completa encargado de resaltar y defender a los militares que habían luchado en el período de la guerra antisubversiva de la década del 70 y que en ese entonces eran perseguidos por el gobierno kirchnerista. La joven, de bella figura y que aparecía en los medios como de familia militar por su apellido y como novia del 'represor' Astiz, replicaba airada por haberse hablado mal del papa fallecido y solicitaba ser dada de baja de su lista en términos nada amistosos. Ante lo cual se le respondió con una carta de la cual reproducimos ahora algunos conceptos. "Estimada Señorita: lamentamos no tenerla de aquí en más como nuestro contacto, pero no podemos menos sin embargo, en nuestra despedida, que formularle algunas reflexiones. Comprendemos que, por su vínculo con el capitán Astiz, Ud tenga un gran concepto del para nosotros siniestro Wojtyla. Recordemos que aquél fue un muy fiel seguidor de sus indicaciones de hacer la paz con los ingleses cuando, en manera fulminante e inaugurando una siniestra modalidad, se rindiera sin combatir en las islas Georgias en donde había sido designado con un grupo a su cargo para 'defenderlas'. Al parecer el acontecimiento fue muy semejante al que sucediera en la Segunda Guerra con la toma de la isla italiana de Pantelleria. Una chalupa inglesa perdida en el mar desembarcó en el lugar buscando amparo y se encontró con que los 'defensores' se rendían sin combatir ante su graciosa Majestad. Indudablemente quien para Ud es un modelo a seguir representa en cambio un traidor para nosotros." Por supuesto que no recibimos respuesta alguna a nuestra nota, pero lo curioso e insólito fue lo que sucedió a los pocos meses. La aludida defensora del papa y de los militares del Proceso fue escrachada con una cámara oculta practicando la prostitución vip en un conocido local de la ciudad de Mar del Plata y además también se supo que no era pariente de ningún general y que ni siquiera se llamaba Mugica. Lo cual produjo un escándalo de proporciones y por supuesto la incineración inmediata del grupo de defensores del Proceso militar quienes por razones de seguridad no daban la cara en sus presentaciones públicas y acudían en cambio a mujeres, alguna de las cuales, como la aquí mencionada, de dudosa moralidad. Pero lo más insólito fue la aparición pública del ya aludido Nicolás Márquez, uno de los autores del libro aquí comentado, quien integraba el grupo y aparecía en programas televisivos con la joven, tratando de brindarnos una explicación a este hecho. Lejos de condenarlo y de sentirse defraudado por algo que perfectamente podía haber ignorado, apareció en cambio como un defensor de tal actividad pues, según su peculiar punto de vista, se trataba de algo en lo cual no nos debíamos entrometer puesto que pertenecía a su esfera privada y que lo único que podía haber sido contrastante con su actuación pública de 'derechista' hubiera sido haber estado afiliada a algún grupo de ideología comunista. Para nosotros es exactamente al revés. La prostitución, en especial cuando se la practica en manera voluntaria como en este caso, es una falta grave moralmente y menos aun puede ser ejercida por quien pretende erigirse como líder de un grupo que sustenta valores 'occidentales y cristianos'. Preferimos a un marxista coherente antes que a un derechista trucho que practica una doble moral como el caso aquí aludido. Por lo demás a través de la anécdota aquí relatada queda clara también la cercanía del tal Márquez con la línea favorable al papa aquí aludido. No hay una sola alusión en su obra a la heroica guerra de Malvinas y sí en cambio exaltaciones del líder del grupo Tradición, Familia y Propiedad (TFP) que también durante tal contienda heroica, del mismo modo que el papa exaltado por la aludida vip, bregara por el retiro inmediato de la misma con la excusa de que se favorecía al comunismo soviético.

ACERCA DE UN LIBRO NEGRO (NOTA 2)

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NOTA 2

No le dedicaríamos tanto tiempo a la obra aquí aludida de no ser por el carácter engañoso que posee y cómo hoy la misma se ha erigido en una especie de referente y manual propio de un pensamiento pretendidamente de derecha (que en realidad no es tal) para confrontar con lo que ellos califican como Nueva Izquierda. El esquema aquí utilizado es el tan remanido de que la derecha estaría representada por el capitalismo liberal antiestatista y la izquierda en cambio por el comunismo estatista, poniendo a su vez en una misma bolsa a otros fenómenos similares por lo 'estatista' como el nazismo y el populismo. Al respecto debe corregirse a los autores manifestando que ser de izquierda significa otra cosa muy diferente como la de considerar que la economía es el destino del hombre y que la soberanía viene del pueblo, es decir la democracia. En estos dos aspectos esenciales los autores de la obra, en tanto adhieren al capitalismo como reiteradamente sostienen, son en el fondo también de izquierda, en todo caso no representarían a la nueva que denuncian sino a la vieja y convencional instaurada desde la nefasta Revolución Francesa. El segundo error derivado de este esquema inicial consiste en considerar que, como la izquierda habría fracasado con la lucha de clases en tanto que el proletariado hoy estaría muy satisfecho con el capitalismo a diferencia de lo sostenido por Marx que preveía la desaparición de tal sistema, hoy estaría ensayando nuevas tácticas de disolución de la sociedad a través de fenómenos que corresponden al campo cultural como el relativo al feminismo y a la ideología de género. Y a tal respecto sostienen que quien habría formulado tal cambio de perspectiva habría sido el italiano marxista Gramsci quien manifestara, según ellos, que ante el fracaso del marxismo convencional lo prioritario pasaba ahora por conquistar culturalmente al sistema para desde allí destruirlo.Habría que decir aquí que tal utilización del ambiente cultural por parte de Gramsci no se debió a lo que sostienen los autores, sino al hecho de que habiendo sido proscrito y perseguido el Partido Comunista durante el régimen fascista la táctica sugerida era actuar a través de instituciones culturales que fungiesen como escondite necesario para un período de clandestinidad, pero no de ninguna manera suponía el autor que se había terminado la lucha de clases como con verdadera desinformación se manifiestan aquí. Recordemos además que tal utilización de otros factores no exclusivos de la lucha económica y clasista fueron promovidos antes aun de Gramsci sea por Stalin como por Trotsky quienes a pesar de adherir a una ideología internacionalista como la de Marx para el cual el proletario no tiene patria, sin embargo asumieron la posibilidad del nacionalismo cuando de lo que se trataba era de naciones oprimidas. Es decir, sin renunciar a la lucha de clases, utilizaron el método dialéctico para estereotipar los conflictos allí donde éstos apareciesen como latentes y utilizables para el fin principal que era la conquista del Estado . En pocas palabras, la asunción de la ideología de género y del feminismo radical por parte de la élite bolchevique y marxista no se debe al pretendido éxito del capitalismo como dicen los autores, sino a una praxis habitual por parte de la misma, representando un medio más para tomar el poder. Bien se sabe que una vez alcanzado el mismo, en función de la doble moral sustentada, estas consignas serán luego derogadas y los homosexuales serán perseguidos en mayor o menor medida tal como hoy por ejemplo sucede en Rusia, aunque no tanto como en la época de Stalin. De la misma manera que el rechazo por el régimen capitalista formulado por Lenin y Mao no significó con el tiempo otra cosa que la sustitución de una élite burguesa por otra diferente como la actual oligarquía hipercapitalista que rige hoy en día tanto en Rusia como en China.

CON RESPECTO A UN LIBRO NEGRO (NOTA 1)

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NOTA 1

En su momento hablaremos más en detalle de esta obra leída este fin de semana. Mientras tanto recabemos las siguientes conclusiones.
Así como a nivel de la política económica la república Argentina parece ser un disco rayado en tanto se repiten siempre los mismos errores y pretendidas 'soluciones', a nivel ideológico pareciera querer volverse para atrás y repetir las viejas consignas vividas en la época del nefasto Proceso Militar. En ese entonces se sostenía que había que rechazar al marxismo 'saneando' la democracia, es decir confrontar comunismo con liberalismo, revolución francesa contra revolución rusa. Si tuviésemos que juzgar los hechos por los resultados obtenidos la consecuencia sería la siguiente: Hoy el marxismo es mucho más fuerte que antes de que vinieran los militares tal como reconocen los autores de este libro aunque sin recabar tales conclusiones. Al respecto digamos que el pensamiento tradicional opina lo contrario en tanto que considera que la revolución rusa, el comunismo, es la consecuencia de la revolución francesa, el liberalismo. A tal respecto los autores reivindican los valores del logro principal de la sociedad burguesa que es el capitalismo el que habría traído grandes progresos a la humanidad. Obviamente que el pensamiento tradicional se encuentra al respecto en las antípodas. El capitalismo, con sus secuelas tales como el materialismo y el consumismo ha significado por el contrario un proceso de bestialización extrema como nunca viviera el hombre en su historia de lo cual el comunismo y sus fases terminales de postmodernidad representan su consecuencia última. De la misma manera, en su rechazo por la ideología de género, los autores repudian al feminismo actual pero no lo hacen con el del siglo pasado al que incluso reivindican rescatando de aquél su tendencia igualitaria. Más bien deberíamos decir que el feminismo actual que es supremacista respecto de la mujer en el fondo, al ser desigualitario (aunque en sentido inverso al del pensamiento tradicional), se aproxima más a nuestro punto de vista. La mujer no es igual al hombre sino que es diferente no sólo en cuanto a su anatomía sino que también debe serlo en cuanto a derechos y deberes. Por último no podemos soslayar lo que venimos diciendo con respecto al debate actual sobre la cuestión del aborto. Reducir el problema a una cuestión científica respecto del momento en que comienza la vida de un ser humano es degradar la sexualidad a un plano puramente biológico, cosa ésta en la cual se han encontrado en una misma trinchera con la iglesia de Bergoglio. Resulta curioso que la misma ciencia que ha negado el carácter divino del hombre al hacerlo descender del mono o que ha calificado a la homosexualidad como una cosa normal y no patológica hoy sea tomada en auxilio para ponerle límites a la libertad de abortar. En tal sentido estamos viviendo la paradoja de que los abortistas sean hoy en día los religiosos (de una expresión inmanentista y freudiana) y los antiabortistas apoyados por la Iglesia sean los cientificistas y por lo tanto modernos.Se comprende así que los autores de este libro insistan en acentuar los caracteres liberales y modernos del catolicismo. En pocas palabras, más allá de algunos chismes interesantes, la obra representa una repetición de viejos errores que de lo único que han servido ha sido para consolidar al enemigo que se intentaba destruir. No se puede contrastar contra el cuarto y hoy quinto estado resaltando los valores del tercer estado, el burgués, tal como hacen los autores del libro, pues tal cosa, como ya lo hemos vivido trágicamente en nuestra historia, resultan contraproducentes. Una verdadera derecha tiene que ser tanto antinorteamericana como anti rusa. Antiliberal y anticomunista al mismo tiempo.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

EL FORTÍN Nº 89

Nº 89 (Junio-Septiembre 2018)


LOS EVOLIANOS Y EL 11S


La palabra evoliano ha pasado en los últimos tiempos a convertirse en aquel término utilizado para definir a aquellos que, en consonancia con la obra de Evola que lleva tal nombre, constatan que el mundo actual se encuentra en ruinas y que cada día que pasa el desierto crece en intensidad hasta un momento irreversible de final y detención. (SIGUE)


EL PENSAMIENTO EVOLIANO EN AMÉRICA


(Conferencia de Marcos Ghio)https://www.youtube.com/watch?v=ViBtbjQB5v0&t=693s


(Conferencia de Matías Grinchpun)


https://www.youtube.com/watch?v=-Ff7xXba2Us&feature=youtu.be


EL LOBBY GAY Y EL FEMINISMO


El PEOR DE LOS NACIONALISMOS


14 de julio de 1789:


¿QUÉ ES LO QUE LOS FRANCESES CELEBRAN?




por Gianfredo Ruggiero


LA LEY TARPEYA: UNA SOLUCIÓN AL PROBLEMA DEL ABORTO


UNA VEZ APROBADA LA LEY DEL ABORTO


LO QUE NINGÚN DIPUTADO DICE RESPECTO DEL ABORTO


EL ABORTO DEL PADRE PEPE
Semejanzas entre el Barón Ungern-Sternberg y el Estado Islámico
por Acmo (Colombia)


El nuevo tratado comercial de México y EUA: ¿Cuál es su significado?
por Francisco Galarza (México)

martes, 4 de septiembre de 2018

viernes, 24 de agosto de 2018

EL PENSAMIENTO EVOLIANO EN AMÉRICA

EL PENSAMIENTO EVOLIANO EN AMÉRICA


(Publicamos a continuación como anticipo los principales conceptos vertidos en la conferencia que diéramos el pasado 17/08 junto al Matías Grinschpun sobre la recepción de Evola en Argentina y América. En nuestro caso la tarea se ha remitido a exponer los principios esenciales de nuestro Centro. Ambas conferencias se emitirán en breve en Youtube)

Como muy bien manifestara el licenciado Matías Grinschpun en su muy sustanciosa investigación el movimiento evoliano en la Argentina ha representado y representa aun hoy en día un intento por reconstituir la Derecha en el plano político buscando aquello que la caracteriza en contraste con la Izquierda y los devaneos semánticos que la misma ha instituido como un dogma irrebatible con la finalidad de confundir las cosas y colaborar en el desorden. Bien sabemos al respecto que la revolución moderna lo ha subvertido absolutamente todo, pero principalmente el lenguaje y el sentido de las palabras en donde términos que siempre tuvieron un significado preciso e indicativo de un valor han sido distorsionados y convertidos en verdaderos y propios disvalores. Tal es el caso de lo que acontece hoy en día con la dicotomía izquierda y derecha que viene imponiéndose desde la misma Revolución Francesa cuando de manera grosera y arbitraria se ubicó a la circunstancia de ser de derecha, como el producto de una mera convención o casualidad, como tratándose en última instancia de una cuestión de temperamentos mutables de acuerdo a las circunstancias. Se trataba, en el caso de la pretendida ‘derecha’, del partido de los girondinos, siendo la izquierda en cambio el de los jacobinos; es decir los dos bandos en que se dividió tal acontecimiento subversivo quedando afuera, es decir en la nada, todos aquellos que no participaran de sus principios, como ser el caso del multitudinario movimiento de la Vandea que intentó sin éxito (aunque por muy poco) de reimplantar el régimen tradicional en Francia quedando por lo tanto excluido de tal caprichosa clasificación política. Recordemos al respecto que los Girondinos eran aquellos que dentro de la Revolución aparecían como los moderados que querían mantener con vida al rey y convertirlo en una figura decorativa, tal como son las actuales monarquías constitucionales europeas en donde el rey reina pero no gobierna. En cambio los jacobinos, es decir aquello a lo cual se vería reducida la izquierda de entonces, eran los que querían suprimir al rey e implantar lisa y llanamente una república ya que una dinastía ocasionaba gastos inútiles e impuestos que una burguesía sedienta de bienes no quería abonar. Por eso, como la revolución era en última instancia una cosa de la izquierda, de corte materialista y economicista propio del espíritu burgués, tuvo que triunfar el sector más coherente del mismo, siendo por lo tanto el rey decapitado. Agreguemos también que, en tanto tales términos han sido relativizados y reducidos a tendencias modificables y temperamentales de moderación o radicalismo según las circunstancias, hoy en día hasta los mismos jacobinos, es decir los liberales más extremos en sus procedimientos, han pasado a ser la derecha suplantados por la aparición del socialismo y el comunismo y, en esta interminable epopeya de malintepretaciones y relativismos, hasta el mismo comunismo stalinista hoy es calificado como de derecha por los grupos trostkystas y así sucesivamente.
En cambio, por contraste con lo hasta aquí afirmado, desde el punto de vista tradicional, esto es desde lo que siempre ha sido en todo tiempo y lugar, Derecha quiere decir aquella postura política que considera que la soberanía no emana de lo bajo, de lo físico y material, de la masa o pueblo, sino de lo alto, de lo espiritual, de lo metafísico. En tal sentido el gobernante no es uno más perteneciente a la masa o número, sino un ser que es casi como de otra naturaleza. Esto se basa en un texto esencial de Evola en Rebelión que permite calificar con precisión esta gran diferencia fundamental entre izquierda y derecha en su sentido tradicional y justo:
“Existe un orden físico y un orden metafísico. Existe la naturaleza mortal y hay una naturaleza de los inmortales. Existe la región superior del “ser” y está la inferior del “devenir”. De manera más general: existe una realidad visible y tangible y, antes y más allá de ello, se encuentra lo invisible y no tangible en cuanto supramundo, principio y vida verdadera.
Por doquier en el mundo de la Tradición, sea en Oriente o en Occidente, en una forma u otra, ha estado siempre presente este conocimiento como un eje indestructible alrededor del cual todo lo restante estaba ordenado.
Se dice conocimiento y no “teoría”. Por cuanto a los modernos le resulte difícil concebirla, es necesario partir de la idea de que el hombre tradicional sabía de la realidad de un orden del ser mucho más vasto de aquel al cual hoy corresponde la palabra “real”. Hoy como realidad en el fondo no se concibe nada que vaya más allá de los cuerpos en el espacio y en el tiempo. Por cierto hay quien admite todavía alguna cosa allende lo sensible: pero es siempre a título de una hipótesis o de una ley científica, de una idea especulativa o de un dogma religioso que él admitirá esta otra cosa; en efecto no se va más allá de dicha limitación: prácticamente, o sea como experiencia directa, sea también a través de la variedad de sus creencias “materialistas” o “espiritualistas”, el hombre moderno normal se forma su imagen de la realidad sólo en función del mundo de los cuerpos”. Ser de izquierda es por lo tanto, desde el punto de vista evoliano, ser materialista en este sentido propio de las castas inferiores: la burguesía y el proletariado.
“El verdadero materialismo que hay que señalar en los modernos es éste: los otros materialismos, en sentido de opiniones filosóficas o científicas, son fenómenos secundarios. Para el primer materialismo, no es pues cuestión de una opinión o una “teoría”, sino del estado de hecho propio de un tipo humano cuya experiencia no sabe captar sino cosas corpóreas. Por lo cual la mayor parte de las revueltas intelectuales contemporáneas contra las visiones “materialistas” pertenecen a las vanas reacciones contra efectos últimos y periféricos de causas remotas y profundas establecidas en otra parte muy distinta de la de las “teorías”.
La experiencia del hombre tradicional, como aun hoy, de manera residual, la de algunas poblaciones “primitivas”, iba mucho más allá de un límite tal. Lo invisible figuraba allí como un elemento tan real, y aun más real, que los datos de los sentidos físicos.”
Y agregaba para referirse a la consecuencia práctica y política de tal punto de vista:
“Cada forma tradicional de civilización está caracterizada por la presencia de seres, los cuales a causa de una superioridad innata y adquirida en relación con la simple condición humana, encarnan la presencia viva y eficaz de una fuerza de lo alto en el seno del orden temporal. Tal es, según el sentido interno de su etimología y el valor originario de su función, el pontifex, el “hacedor de puentes” o “vías” —pons arcaicamente tenía el sentido de vía— entre lo natural y lo sobrenatural. Por lo demás el pontifex tradicionalmente se identificaba con el rex. “Fue costumbre de nuestros antepasados que el rey fuera simultáneamente pontífice y sacerdote”, refiere Servio, mientras que una consigna de la tradición nórdica fue: “El que es jefe que nos sea puente”. Así los verdaderos soberanos encarnaban de manera estable aquella vida que “está más allá de la vida”. O por su sola presencia, o por su mediación “pontifical”, por la fuerza de los ritos hechos eficaces por su poder y por las instituciones de las cuales ellos constituían el centro, influencias espirituales se irradiaban en el mundo de los hombres insertándose en sus pensamientos, sus intenciones, sus actos; ordenando la totalidad de la vida de modo tal de hacerla apta para servir de base espiritual para realizaciones de luz; propiciando condiciones generales de prosperidad, de “salud” y de “fortuna”.
El fundamento primero de la autoridad y del derecho de los reyes y de los jefes, aquello por lo cual ellos eran obedecidos, temidos y venerados, en el mundo de la Tradición era esencialmente esta cualidad trascendente y no sólo humana, considerada no como un modo vacío de decir, sino como una poderosa y temible realidad. Cuanto más era reconocido el rango ontológico de lo que es anterior y superior a lo visible y a lo temporal, tanto más era reconocido a tales seres un derecho soberano natural y absoluto. Falta totalmente a las sociedades tradicionales, y es sólo cosa de tiempos sucesivos y decadentes, la concepción simplemente política de la autoridad suprema, la idea de que su base se encuentre simplemente en la fuerza y la violencia, o en cualidades naturales o seculares como la inteligencia, la sabiduría, la habilidad, el coraje físico, la solicitud minúscula por el bien colectivo. Esta base ha tenido en vez siempre un carácter metafísico. Así es absolutamente extraña a la Tradición la idea de que los poderes le vengan al jefe de aquellos a quienes gobierna, que su autoridad sea expresión de la colectividad y esté sujeta a la sanción de ella. Es Zeus quien da a los reyes de nacimiento divino la témistes, en donde témis en tanto ley de lo alto es muy distinta de lo que será después el nómos, la ley política de la comunidad. En la raíz de cada poder temporal se hallaba así la autoridad espiritual casi como una “naturaleza divina bajo especie humana”. Fue por ejemplo concepción indo-aria que el soberano no sea “un simple mortal”, sino “una gran divinidad bajo forma humana”. En el rey egipcio se veía una manifestación de Ra o de Horus. Los reyes de Alba y de Roma personificaban a Júpiter; los asirios a Baal; los iránicos al Dios de luz; del mismo linaje de Tiuz, de Odín y de los Asen eran los príncipes nórdicos germanos; los reyes griegos del ciclo dórico-aqueo se llamaban diotrepsées o dioguenées con referencia a su origen divino. Más allá de la múltiple variedad de formulaciones míticas y sacrales, el principio recurrente es el de la realeza en tanto “trascendencia inmanente”, es decir presente y agente en el mundo. El rey —no-hombre, ser sagrado— ya con su “ser”, con su presencia, es el centro, el ápice. Al mismo tiempo en él reside la fuerza que hace eficaces las acciones rituales que él puede cumplir, en las cuales se reconocía la contraparte del verdadero regere y los sostenes sobrenaturales de toda la vida de la Tradición. Por esto la realeza dominaba y era reconocida por vía natural. No tenía necesidad sino accesoriamente de la fuerza material. Se imponía, sobre todo e irresistiblemente, a través del espíritu. “Espléndida es la dignidad de un dios en la tierra —es dicho en un texto indo-ario— pero ardua en ser alcanzada por los débiles. Es digno de ser rey sólo el que tiene el ánimo para tanto”. “Como secuaz de la disciplina de aquellos que son dioses entre los hombres”, así aparece el soberano.”
Este es pues el significado de un pensamiento de derecha en su sentido estricto. El pensamiento moderno, sea en sus pretendidas izquierdas o derechas, es físico, es decir se basa en la percepción material de las cosas y por lo tanto economicista, el pensamiento tradicional es en cambio espiritual, metafísico en tanto que se funda en un orden superior del ser.
NUESTRO RECHAZO DE LOS DISTINTOS NACIONALISMOS
Desde tal punto de vista es como resulta comprensible nuestro antagonismo con todas las diferentes formas de nacionalismo que han existido en nuestro suelo y en especial con aquel que más se nos aproxima que es el católico de origen güelfo. Lo cual se ha expresado de manera nítida respecto de los dos grandes acontecimientos de nuestra historia sucedidos en los últimos tiempos, el 2 de abril de 1982 y el 11S del 2001.
Digamos al respecto que, tal como hemos manifestado en diversas oportunidades, nuestro nacionalismo es selectivo respecto de la tradición histórica argentina, la que reivindicamos solamente con beneficio de inventario. Así dijimos en un artículo titulado Nosotros, los fundamentalistas publicado en la revista Cabildo en 1987 lo siguiente: “Ante la deformación que ha sufrido la palabra nacionalista por lo que no ha habido ideología política que no la haya utilizado en su provecho, aclaremos bien los términos. Somos nacionalistas solamente en cuanto fundamentalistas. Porque rescatamos del trasfondo y origen de la tradición argentina lo que es y ha sido también el verdadero fundamento de la tradición occidental, el catolicismo greco-romano-español. Es sólo por esa causa que somos nacionalistas y no porque nos encuadremos en el principio de las nacionalidades, que no es sino una tendencia degradada y corruptora de la universalidad medieval…. Mientras liberales y marxistas al declararse nacionalistas adhieren a una de las tantas formas de relativismo de la modernidad, nosotros a la inversa rescatamos de los orígenes hispánicos de nuestra nación el último intento imperial y restaurador de la unidad de Occidente. No podríamos ser nacionalistas en otra nación que no hubiera sido instaurada por esa potencia supranacional llamada Cristiandad… Y agregábamos: Ante este mundo grotesco de números, máquinas, masas y puros individuos, que la vanidad moderna se atreve a llamar pomposamente progreso, los fundamentalistas oponemos su antagonistas absoluto, la Tradición Primordial, esto es un mundo de espíritus, de personas, de jerarquías..” Aclaremos de todos modos que, debido a que tal texto se escribiera en un medio güelfo nos cuidamos en ese momento de calificar tal forma de nacionalismo que también descartábamos íntimamente.
Bien sabemos que hay varios nacionalismos en nuestro suelo además del antes aludido y autocalificado nacionalismo católico que es el encargado de reivindicar el accionar de la Iglesia en la historia americana y por lo tanto a la compañía de Jesús, de la que hablaremos, también existe un nacionalismo marxista encargado de estereotipar la dialéctica entre naciones proletarias y capitalistas, hasta finalmente haber llegado al nacionalismo liberal (ese nombre usó hace un tiempo el partido antecedente de Cambiemos, la Unión de Centro democrático UCD en donde se había encerrado el liberalismo). Tal nacionalismo también como todos nosotros reivindicaba una parte del pasado y con beneficio de inventario. Reivindicaba principalmente al liberalismo británico impuesto en el país en sus diferentes etapas, 1) la crudamente unitaria con Rivadavia y el despotismo ilustrado, 2) la romántica y federalista con Alberdi y Echeverría. Debemos al respecto reconocer que existe un pasado liberal en la Argentina que algunos reivindican del mismo modo que lo hay eclesiástico o güelfo que no es el caso nuestro.
Y a tal respecto debe diferenciarse güelfismo de gibelinismo. Los dos se reputan como católicos pero las diferencias entre ambos son esenciales. En este último caso lo espiritual es reputado como una realidad viviente y asimilable a la función del gobernante que es, tal como dijera Evola, la expresión de lo divino en la tierra, el pontífice. El güelfismo en cambio significa la desacralización del universo, concebir a Dios como recluido solamente en los templos y por lo tanto de aquella expresión más elevada del mismo, el Estado, con la excusa de que éste debe subordinarse a la institución eclesiástica ya que lo sagrado no se encuentra en esta vida sino que es propiedad de una institución determinada, la Iglesia, encargada de distribuirlo a su arbitrio para salvar a las almas. Hemos dicho varias veces que el güelfismo es la reaparición de la corriente judaica antitrinitaria existente en el seno del mismo cristianismo. El dogma de la Trinidad, que es un elemento esencial del gibelinismo, implica sostener la necesaria presencia de lo divino en el mundo a través del hombre y en su figura arquetípica el emperador y no como una realidad remitida a una determinada institución o encerrada tras las paredes de un templo.
Es de recordar que dicha corriente fue combatida en el imperio español quien tuvo severos conflictos con el Vaticano (recordemos el saqueo de Roma bajo Carlos I) y se plasmara en el momento en que el monarca Carlos III expulsara a la Compañía de Jesús reputada como la exponente principal y más activa de tal corriente. No casualmente sería más tarde tal Compañía la que respaldara calurosamente a todos los movimientos independentistas en su intento inveterado por sabotear la autoridad del monarca. En España los jesuitas fueron acusados de haber impulsado los distintos motines populares en contra del rey. Es de acotar que el nacionalismo güelfo en su historiografía resalta el valor de la misma y llega a reputar incluso nuestra Revolución de Mayo como una venganza de los jesuitas en contra de los absolutistas Borbones.
DOS FORMAS DE GIBELINISMO: EVOLA Y DI SANDRO
El pensamiento evoliano en América significa pues el retorno del gibelinismo y de la denuncia del güelfismo como la deformación de un pensamiento tradicional y de derecha, el que habría sido el origen de todas las desviaciones modernas posteriores. Y al respecto queremos acotar que es cierto que antes de nosotros hubo otro intento gibelino en el país a través de la figura del filólogo Carlos Di Sandro a mediados del pasado siglo, pero su defecto consistió en haber confundido a dicha corriente metafísica con el peronismo, un movimiento político decadente y burgués, por lo cual no ha sido una casualidad que terminara finalmente asumido por los mismos güelfos reconciliados con Perón y hoy ingresados al seno de tal movimiento. Di Sandro tomaba como decisivo el conflicto que tuviera en su tiempo Perón con la Iglesia católica que llegara hasta la quema de templos. Sin embargo digamos que el peronismo no fue gibelinismo tal como reputa falsamente dicho autor, sino un vano intento de constituir un cesaropapismo a través de la creación de una Iglesia nacional, fenómeno éste que se viviera en distintos regímenes modernos hasta los mismos comunistas. No consiste en fusionar lo sagrado con la función del Estado (Perón se encontraba muy lejos de ser una figura divina), sino que es el poder político que utiliza la fuerza espiritual en provecho propio para perpetuarse. En el fondo es lo mismo que hicieran Stalin y Putin actualmente con la iglesia ortodoxa o en su momento el mismo Perón con su ex esposa Evita cuando quisieron hacer una iglesia o cristianismo de los pobres en contra de una Iglesia oligárquica, tal como hoy intenta realizar el movimiento de sacerdotes del Tercer Mundo.
Pero salvando esta experiencia gibelina, que lo fue sólo parcialmente a través de Di Sandro, el nacionalismo argentino ha sido cooptado permanentemente por la iglesia católica güelfa que es una de las expresiones actuales de la modernidad, e incluso en algunas partes como en nuestro país su motor principal. Recordemos una vez más: Guelfismo significa someter la política no a la metafísica, sino a la institución eclesiástica en su función secular. Esto se lo ha visto con claridad en el episodio de la guerra de Malvinas cuando los nacionalistas güelfos no condenaron en manera alguna la actuación de su papa impetrando la rendición ya que la misma estaba condicionada a los intereses del Vaticano que apostaba en ese entonces a cumplir un rol decisorio en el nuevo orden mundial a instaurarse tras la caída del comunismo pudiendo ser reconocido como una potencia espiritual con influjos en el mismo. En ese entonces se trataba de evitar que la nomenklatura rusa se comprometiera en la guerra de Malvinas pues el papa apostaba a la caída de la misma y la disolución de la URSS a fin de alcanzar una primacía política que finalmente no logró. Para nosotros era más importante en cambio, más que el buen posicionamiento del Vaticano, el triunfo de un catolicismo tradicional en donde, a diferencia del nacionalismo liberal, fuera el gaucho la figura que se erigiera en arquetipo en contraste con el yanqui, antes que tal objetivo político minúsculo. Es de recordar aquí el importante informe efectuado por el Gral. Rattenbach el que, independientemente del mal uso que se hiciera del mismo con la finalidad de desprestigiar a nuestras FFAA, tuvo el valor de poner en evidencia una serie de rendiciones absurdas efectuadas entre otras cosas por sugestión del Vaticano. Luego el nacionalismo güelfo a través de figuras como Seineldin terminaría votando e invitando a hacerlo por el peronismo de Menem.
Sucedió exactamente igual con el 11S ya que los güelfos apostaban al nuevo orden capitalista comunista, enemigo acérrimo de todo tipo de fundamentalismo religioso que sostuviese que Dios o la dimensión metafísica es superior a la meramente física y humana. En estrecha concordancia con Israel y su servicio el Mossad apelaron a la famosa teoría del montaje con la finalidad de quitar entidad a aquella fuerza que ha demostrado en estos 17 años capacidad política para hacer frente al enemigo moderno.
Esto es pues lo que nos distingue de los otros nacionalismos a los cuales habría que agregar los europeos y grupos identitarios y neonazis que siguen pensando con categorías propias de la Revolución Francesa y son por lo tanto modernos. Para ellos, a diferencia de lo que sostuviera Evola para el cual la patria debe ser la idea, es decir los principios, son los intereses de las distintas naciones o culturas lo que debe primar, así como el liberalismo clásico sostenía que la lucha de todos contra todos y el libre despliegue de los egoísmos individuales iba a recabar por una especie de armonía preestablecida, un dios bueno y coctelero, en obtener el bienestar general y la paz y prosperidad de todos, en tanto vive incesantemente preocupado por nosotros. A tal respecto sostenemos en cambio que no existe ningún fatalismo sino que la libertad es el eje de la historia, que, tal como dijera Plotino, no existe un dios que luche por nosotros y por lo tanto la guerra no es actualmente entre naciones sino entre civilizaciones, entre la civilización moderna y la tradicional.
Hoy en día el pensamiento evoliano prospera en América como fuerza alternativa y como postura encarada hacia la constitución de un pensamiento de Derecha en sentido estricto. No tiene nada que ver con la recepción de Evola que se ha dado en Europa en donde el mismo ha sido distorsionado y reducido a la cobertura ideológica de un nacionalismo étnico que no fuera lo formulado por el maestro Evola.