martes, 25 de diciembre de 2012


EL FORTÍN

Nº 66 (Noviembre-Diciembre 2012)

EDITORIAL

EL PENSAMIENTO EVOLIANO ANTE EL SEPARATISMO
Entre los meses de noviembre y diciembre, a raíz de los dramáticos acontecimientos que se viven hoy en día en España y en especial en la región de Cataluña, hoy a punto de segregarse del país, en el Foro Traditio et Revolutio, del que participan varios miembros de este Centro, se desarrolló un importante debate con nuestro habitual colaborador Eduard Alcántara, un evoliano español originario de tal región, en relación a tal problemática. Asimismo el tema se entreveró también con un prólogo a una obra de Julius Evola recientemente editada en nuestra lengua en la cual el aludido vertía conceptos como el siguiente. (SIGUE)

“HAY QUE DEMOCRATIZAR TAMBIÉN LA JUSTICIA”, (K.K.)
SECUELAS DEL COMUNISMO

REPORTES DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (por Walter Preziosi)

DE LA VICTORIA DE OBAMA A LA DEFENESTRACIÓN DEL GRAL. PETRAEUS
¡ES LA GUERRA, ESTÚPIDO!

DOCTRINARIA
(Primera parte)
(en portugués) por Peyrot de Fortinbraso


lunes, 17 de diciembre de 2012


HAY QUE DEMOCRATIZAR TAMBIÉN LA JUSTICIA”, (K.K.)

LA DEMOCRACIA TOTAL



La reciente propaganda lanzada desde medios gubernamentales relativa a la necesidad de ‘democratizar la justicia’, tomándose como excusa para ello un fallo absolutorio de 13 presuntos proxenetas, merece algunas reflexiones. En primer lugar queremos decir que este acontecimiento recuerda lo sucedido tiempo atrás con la supresión del servicio militar obligatorio, lo cual fue efectuado tomándose también como excusa un hecho de gran connotación periodística como fuera el asesinato de un recluta para, a partir de ello y aprovechando el estado de conmoción pública obtenido, arribar a la conclusión de que el servicio militar era una cosa dañina para nuestra juventud. En ese entonces, como también ahora, dijimos que, si bien, desde el punto de vista de los principios, la función militar debe ser ejercida por un grupo de personas calificadas especialmente para ello y no debe ser una actividad al alcance de cualquiera, sin embargo en las situaciones excepcionales en que vivía y más todavía vive ahora la sociedad argentina, de total disolución y descomposición de valores, ante la lamentable vacancia de otras instituciones como la escuela, el cuartel podía aun brindar a los jóvenes la presencia de principios que hoy han dejado de vivirse totalmente en el resto de la sociedad.
Del mismo modo nos encontramos ahora con una circunstancia muy similar. La justicia argentina -y podemos decirlo con conocimiento de causa- dista enormemente de ser una institución ejemplar. Los jueces en su gran mayoría, lejos de ser personas intachables, impasibles ante los avatares de su tiempo y absolutamente objetivos en sus resoluciones, en cambio, cuando no son sujetos acomodaticios, pasibles de múltiples corrupciones *, son personas sin espina dorsal, fácilmente presionables por parte de la opinión pública y el poder político en modo tal que gran parte de sus sentencias, en especial cuando se roza a alguna persona con funciones de gobierno o con notorias influencias sociales, suelen representar verdaderos dislates y absurdos. De hecho ya se ha convertido en un lugar común la idea de que si algún funcionario público comete una tropelía -lo cual bien sabemos que representa una cosa sumamente habitual- puede ser condenado solamente el día en que su partido deje de gobernar o que el poder político le haya quitado alguno de sus resguardos mafiosos. Pero como por lo general los partidos suelen protegerse entre sí, de acuerdo al dicho de que ‘hoy a ti, mañana a mí’, prácticamente resulta hoy en día imposible que se condene a un dirigente político, y cuando por alguna circunstancia excepcional se hubiese llegado a una instancia judicial, casi nunca se ha pasado de la  relativa a la simple instrucción**.
Pero en este caso aquí aludido nos hemos encontrado con un hecho realmente excepcional, el de tres jueces que en la provincia de Tucumán se animaron a absolver a un grupo de imputados a los cuales todo el mundo, desde los medios de difusión en su totalidad hasta el mismo poder político, había condenado anticipadamente en absoluta unanimidad. Ante ello, sin descartar por supuesto la posibilidad de que estas personas hubiesen preferido renunciar a su fama y profesión a cambio de una importante suma económica que les hubiese resuelto sus problemas de por vida, sin embargo no queda para nada excluido lo contrario –y el hecho de que hayan sido tres los jueces que votaran en absoluta unanimidad abonaría dicha tesis-, de que hubiesen podido actuar en honestidad con los principios judiciales y que hubiesen querido hacer primar la justicia por encima de la propaganda y la popularidad.
Es de lamentar al respecto cómo en la sociedad argentina no se alzó una sola voz, no digamos de defensa ya que no se conocen aun los fundamentos del fallo, sino simplemente de duda respecto del accionar de estas personas que habrían podido llegar a significar un verdadero estado de excepción ante este clima de tanta mediocridad reinante. Pero lo más indignante de todo es que, en vez de suceder tal cosa, se quiera utilizar dicho acontecimiento para motorizar lo que la presidenta ha difundido a grandes voces como el proyecto de ‘democratizar la justicia’. Al respecto digámoslo una vez más: así como la democracia en cualquier esfera que se aplique representa una verdadera aberración, más lo es todavía en instituciones jerárquicas como la justicia en donde se deben aplicar principios esenciales para el buen funcionamiento del todo. Y esto lo es aquí en un doble sentido. En primer lugar porque suponer que un jurado compuesto por ciudadanos comunes -tal es justamente una de las principales consignas de la democratización- es una garantía mayor de justicia que en cambio un tribunal integrado por jueces especializados en la materia no resiste el menos análisis. Suelen decir al respecto los defensores de tal proyecto, pretendiendo manifestar con ello una cuota de ‘realismo’ en relación a la naturaleza humana, que, como la corrupción es la situación normal en una especie que amaría por sobre todas las cosas el dinero y los bienes materiales, va a ser mucho más difícil sobornar a 15 personas que forman un jurado que a tres jueces. Esto es sumamente absurdo desde cualquier punto que se lo mire. En primer lugar porque la especie humana no es un fenómeno cuantitativo como puede ser una manada o un panal, sino que tiene que ver con la calidad que poseen los individuos que la integran. Cuanto más elevada sea una persona, cuantos más principios posea, más difícil será ésta de corromper, aunque se trate de una sola, que una multitud entera sin principio superior alguno. Y al respecto es de suponer que aquel que ha estado durante toda su vida en contacto con la justicia y la ciencia del derecho se encuentra más en condiciones de juzgar que el ciudadano común que actúa habitualmente en función de sus emociones resultando así más presionable, en cualquier sentido que ello sea, que cualquier otro, por los efectos especiales producidos, sea por la prensa modeladora de la opinión pública como por algún que otro discurso brillante o impactante emitido por fiscales o abogados defensores con deseos de progresar en su carrera.
Pero dejando a un lado esta circunstancia a la que pareciera haberse reducido la problemática actual de la ‘democratización de la justicia’, existe otro problema de fondo mucho más importante que es la filosofía en que se funda la que sin lugar a dudas y ante todas las evidencias se ha convertido ya en la peor de todas las formas de gobierno posibles. Bien sabemos que el principio esencial en que se basa tal sistema es el de la igualdad y que por lo tanto para el mismo no existen diferencias esenciales de derecho entre aquellos que gobiernan y los que son gobernados. Que en consecuencia su ideal de político no es el aristócrata, aquel que por ser más se encuentra en una situación de superioridad y elevación con respecto al simple pueblo, sino al contrario alguien que se destaque por ser uno más del montón. Es decir que es una convicción esencial del demócrata, en función de su religiosa adhesión al principio de la igualdad, que el ser humano en su totalidad se encontraría en condiciones de gobernarse a sí mismo y que, si esto no sucede plenamente hoy en día, no es por una circunstancia de sentido común por la que una mera observación nos hace ver que hay seres que, en tanto determinados por sus pasiones, pertenecen a la condición de individuos masificados a diferencia de los que en cambio son personas que  están en condiciones de determinarse a sí mismas, sino que ello acontecería por una insuficiente aplicación de la democracia. Es decir que como en razón del principio de la igualdad la función del gobierno ha sido relegada a un plano subordinado, lo que debe en cambio tratar de asegurarse aquí es una adecuada e igualitaria representación que sería aquello que como consecuencia garantizaría la existencia de un buen gobierno.
La democratización de la justicia no es pues sino una fase necesaria del proceso de democratización de la sociedad en su conjunto.  Se opina así, de la misma manera que en el contexto social, que los males de la justicia no estribarían en que los jueces se dejan influir muy democráticamente por la opinión pública modelada por los grandes grupos de poder, sino al revés: que el mal es que habría todavía poca democracia; por lo tanto, en la medida que la misma por su propia esencia pretende ser total y absoluta, luego del juicio por jurados, el paso siguiente será que el pueblo elija a los jueces y fiscales, del mismo modo que en las escuelas, una vez que la democracia ha logrado constituir consejos resolutivos en los cuales su mayoría, en este caso los alumnos, ‘decide’, el paso siguiente de tal proceso de descomposición será que elija al director y a sus docentes.
Cuando se llegue finalmente a esto y el caos se haya instaurado en forma definitiva entonces se cerrará el ciclo, entonces se comprenderá que ante la democracia total el remedio no puede ser otro que la dictadura necesaria, que para suplantar el partido y a la corrupción consuetudinaria será indispensable cuanto antes constituir una orden de probos. El camino será largo y difícil, pero los demócratas, sin saberlo y en su afán por enriquecerse en dinero y poder, también ayudarán para la consumación de un rápido final.


* Días pasados los argentinos hemos sido testimonios del hecho inverosímil de que un notorio juez, al que se le imputan todo tipo de corrupciones, fue literalmente abucheado por la concurrencia a un partido de tenis obligándolo a huir despavorido del lugar. Ni qué pensar lo que hubiese sucedido de haber concurrido a un estadio de futbol del que con seguridad no habría salido vivo.
** El único caso conocido de un político que llegó a ser condenado en juicio oral fue el notorio de María Julia Alzogaray. Al parecer la aludida, que ocupara funciones importantes en el gobierno de Menem, en un único acto de dignidad y por fidelidad a su fallecido padre, un famoso dirigente liberal y ‘gorila’, no quiso afiliarse al partido peronista y ello le habría significado la pérdida de cualquier protección mafiosa una vez concluido su mandato.

Marcos Ghio
16/12/12

lunes, 10 de diciembre de 2012


SECUELAS DEL COMUNISMO

LA ENFERMERA DE LENIN


El por nosotros siempre valorado cineasta ruso, Aleksandr Sokhurov, en su nunca estrenada obra maestra, La agonía de Lenin, en donde nos describe el colapso físico irreversible del líder de la Revolución rusa afectado por un cáncer cerebral que iba socavando velozmente sus facultades mentales, nos indica también en muy condensadas imágenes lo que ha sido el comunismo. Tras habernos mostrado en sucesivas secuencias un inmenso edificio en donde se va desenvolviendo paulatinamente el lento colapso del líder bolchevique, el espectador termina percibiendo que el mismo a la postre resulta ser el antiguo palacio del zar; es en ese instante también cuando el aludido, en su irreversible estado de postración mental, al no alcanzar a explicarse las razones de todos los lujos que lo rodean, busca una respuesta a lo que le está sucediendo y entonces una de sus enfermeras le indica que ello era así porque todo había sido ‘expropiado’, palabra que, debido a la situación de colapso en que se encuentra y ante la necesidad de un lenguaje más llano, le resulta incomprensible, por lo que, de manera realista, la interlocutora le dice a Lenin más crudamente que ello era así ‘porque lo habían robado’. Ante lo cual despierta la ira furiosa del agonizante líder, memorioso aun de los principios morales heredados en su infancia.
Y bien, en las sintéticas palabras de la enfermera se encuentra expresado lo esencial: el comunismo fue y ha sido siempre un gran robo, una gran estafa. Un grupo de facinerosos que, en nombre de una ideología estentórea y aprovechando circunstancias conflictivas, efectuó ganancias espectaculares para lo cual no hesitó en acudir a procedimientos siniestros desde cárceles, torturas hasta llegar a verdaderas masacres y genocidios de todo tipo que, según los cálculos más optimistas y aproximativos, alcanzaron las 100 millones de víctimas en 70 años de existencia. Poco antes de su caída estrepitosa entre 1989 y 1991 una serie de obras escritas bajo dicha tiranía, que lograron surcar la espesa cortina de hierro que se había construido ex profeso, mostraron que en realidad lo que se ocultaba detrás de la misma no era el gobierno de los representantes de los intereses históricos del proletariado, ni siquiera una simple burocracia de ineptos incapaz de llevar a cabo ciertos principios, sino una vulgar nomenklatura de multimillonarios que, aprovechando la censura y la represión de un sistema sanguinario, escondía dentro de lo posible su profundo apetito de bienes materiales, demostrando así que en esto y no en otra cosa consistía en última instancia la raíz del tan mentado materialismo dialéctico.
Claro que, para subsistir durante tantos años, dicho régimen mafioso tuvo que acudir a dos tipos de procedimientos consistentes en el miedo y el engaño. El primero, en tanto muchas cosas no se podían ocultar, se aplicó en el orden interno, y consistió en el temor exacerbado hacia la omnipotencia de un sistema respecto del cual sólo se podía progresar si se acataban puntualmente  sus órdenes colaborando en la delación de los que eran sospechados de opositores. Pero en el plano externo la estratagema consistió en cambio en estructurar un movimiento internacional compuesto por personas a las que se convenció, gracias al sigilo proporcionado por la famosa ‘cortina’, que para poder llegar a alcanzar el paraíso comunista, es decir la sociedad que en tanto sin clases ni injusticias sociales sería por lo tanto proveedora de un estado de bonanza universal, ‘era imprescindible que la Unión Soviética triunfara doblegando a las fuerzas ‘imperialistas’ que la asediaban’. Así fue cómo se constituyó por varias décadas un cuerpo de revolucionarios profesionales fanatizados los cuales estuvieron siempre dispuestos a dar su vida por tal régimen en función del triunfo definitivo del comunismo en el mundo. Pero sin embargo esto entró en crisis cuando sucedió la derrota de la Unión Soviética en Afganistán y, como consecuencia de ello, la caída del muro de Berlín y de la famosa cortina de hierro protectora. Entonces ya no se pudo continuar más con la farsa, hubo que decir abiertamente, como la enfermera de Lenín, que todo se trató de un robo y una estafa. Pero luego de ello se perfilaron dos posibilidades: o que se terminara para siempre con el robo o que, en un mundo en donde todos roban, los antiguos comunistas legitimaran su condición de ladrones y pasaran a formar parte de una nomenklatura de mayores alcances universales. Es decir que pasaran a integrar de aquí en más ellos también de modo ostensible la casta capitalista. Se tuvieron que hacer entonces algunos cambios indispensables en la cosmetología. En algunos casos, de acuerdo al grado de irritabilidad suscitada en la población, se pasó a buscar chivos expiatorios, consistentes en denunciar y defenestrar a alguno al que acusaban como responsable de la totalidad de los males, pero dejando intacto el sistema; en otros hasta hubo que cambiar la misma denominación que asumía la banda de delincuentes. Así pues, mientras que en Rusia, país más sensibilizado por las purgas, el partido comunista pasó a llamarse Del pueblo ruso, en China en cambio se mantuvieron las mismas denominaciones y no hubo escrúpulo alguno en que el partido comunista pudiese funcionar con bolsa de comercio y atesoramiento de dólares en su economía. Claro que continuaron y continúan en ambos lados como nunca las represiones y genocidios. En China junto a la masacre de estudiantes en la plaza de Tianmem tenemos los cotidianos genocidios de tibetanos con la espantosa represión de sus monjes budistas, del mismo modo que en Uigur con sus musulmanes. En Rusia siguen en pié las matanzas en Chechenia y en la totalidad del Cáucaso musulmán.
¿Pero qué es lo que ha sucedido en el orden externo? Al haberse derrumbado la fantasía del comunismo ya no se pudo acudir más a la táctica del engaño, pero se ha ensayado en cambio con éxito con la solidaria del miedo. Por supuesto ya nadie va a dar más la vida por la ‘gloriosa Unión Soviética’, ya resulta difícil reclutar para ello a una izquierda fanatizada y utopista, pero en cambio una nueva militancia, esta vez no de izquierda sino de un movimiento conocido como la ‘nueva derecha’ y sostenedora de una ideología, también materialista como el marxismo, que es la geopolítica, se ha convertido en el mundo en la defensora a ultranza de los ‘ex estados comunistas’ de China y Rusia. Como aquí ya no puede regir más el engaño en tanto nadie ya puede ser atrapado con alguna utopía, entonces se acude lisa y llanamente a la táctica del miedo. Se dice que en el mundo, luego de la caída del comunismo, se ha constituido un imperialismo omnipotente que está en condiciones de gobernarlo absolutamente todo y se agrega que, para detenerlo en su expansión, la única alternativa posible es que Rusia y China volviesen a ser potencias para operar de contrapeso. Acotemos que en este caso lo que emparenta a la ideología geopolítica de la nueva derecha con el marxismo es que mientras que éste consideraba que son las clases sociales, a través de los Estados,  las que actúan en lugar de las personas, determinando sus acciones, aquí en cambio se dice también que son sólo éstos, en tanto expresión de grandes espacios geográficos, los verdaderos sujetos de la historia. En modo tal que si apareciese algún grupo de individuos aglutinados en función de una idea y que se formulasen actuar en contra del sistema, estos solamente podrían hacerlo favoreciendo los intereses de alguien. Así pues, reiterando una antigua costumbre, una red de ‘analistas internacionales’ y pensadores geopolíticos nos brindan explicaciones respecto de tales dogmas. Días pasados en la revista serbia Geopolítica, es decir aquella ideología heredera del comunismo que sostiene que son los espacios geográficos y no las personas los grandes sujetos de la historia, efectuó un significativo reportaje al conocido operador pro-ruso Thierry Meyssan el cual, al preguntársele respecto de lo acontecido el 11de septiembre del 2001, manifestó textualmente:
La idea de que un fanático, desde una cueva en Afganistán, y una veintena de individuos armados con cortapapeles hayan podido destruir el World Trade Center y asestar un golpe al Pentágono sin que el ejército más poderoso del mundo lograse evitarlo no es ni siquiera digna de un comic.
En este texto está sintetizado todo. Como EEUU tiene ‘el ejército más poderoso del mundo’ sería absurdo suponer que un grupo de personas independiente respecto de cualquier entidad geopolítica pudiese producirles algún tipo de daño. Por lo tanto como el hombre no existe como sujeto libre, ya que tal función es llevada a cabo por los Estados que se dirimirían el dominio del planeta, en caso de que resolviese insubordinarse ante tal fatalidad en realidad no estaría actuando por su cuenta, sino que sería simplemente un agente de otro, en este caso del imperialismo norteamericano que dicen combatir. Acotemos también que el comunismo opinó históricamente siempre igual respecto de aquellos grupos o sectores que, como los trotskystas, aun siendo contrarios a los EEUU no respondiesen abiertamente a sus intereses, a los que acusaba de ‘agentes a sueldo’ o mercenarios. Así pues, al referirse a Al Qaeda, éstas son las manifestaciones de Meyssan:
Al-Qaeda no era más que el nombre de una base de datos, del fichero informático donde figuraban los muyahidín árabes enviados a luchar contra los soviéticos en Afganistán.
Una vez más queda resaltada la idea de que de que si alguien quiere oponerse al sistema solamente puede hacerlo bajo la protección de Rusia, es decir obedeciendo órdenes de Moscú o de Pekín, pues de lo contrario se corre el riesgo de ser calificado como parte de una base de datos *.
Por supuesto que Meyssan no oculta de manera alguna cómo en forma impúdica sostiene que Rusia junto con China representa la gran disyuntiva ante el poder norteamericano. Así pues, refiriéndose a los últimos hechos que acontecen en Siria, manifiesta que si bien EEUU quería hacerse del poder en tal país:
Ese plan fracasó porque la Rusia de Vladimir Putin no es la Boris Yeltsin. Moscú y Pekín prohibieron la intervención de la OTAN y la situación se mantiene sin resolver.
Lo cual es además de todo falso. Es público y notorio que ni EEUU ni la OTAN han ayudado a los rebeldes sirios con arma alguna, ni que tampoco pusieron obstáculo alguno para que Rusia armara hasta los dientes al régimen de Assad a fin de que procediera a masacrar al pueblo sirio en tanto que con ello podía eliminar también a varios miembros de Al Qaeda, los que, según las definiciones de Meyssan serían agentes de la CIA. En tal caso le correspondería al analista explicarnos por qué los EEUU asesinarían a sus propios agentes. Es obvio al respecto que, como el miedo inculcado hacia la omnipotencia del poder norteamericano y sionista ha sido tan grande, sería en verdad imposible que un temeroso pudiese razonar con lógica.
Pero salgamos por último de este sembrador de temores y sigamos con el más afinado razonamiento de la enfermera de Lenin. El comunismo es un robo, tal ideología es la cobertura utilizada para justificarse a sí misma por parte de una mafia de delincuentes, pero para seguir estando necesita que esta actividad pueda ocultarse o al menos, ahora que se sabe, sea aceptada como una fatalidad irreversible. Primero se usó la palabra ‘expropiación’, luego se dijo que del éxito de los ladrones dependía que en el mundo se instaure la sociedad sin clases universal en donde reina la justicia. Cuando todas estas cosas se demostraron como falsas ahora se acude al viejo vicio del miedo tan usual en nuestra especie y denunciado una y otra vez por Nietzsche. Norteamérica e Israel son imperios muy poderosos y no podemos hacer nada por nuestra cuenta en su contra: si se nos ocurriese rebelarnos y no aceptáramos someternos a Estados poderosos como Rusia y China entonces no seríamos otra cosa que agentes de los primeros. Miedo pues en un doble sentido. Miedo ante la omnipotencia de esta especie de Jehová y miedo también de que al no querer someternos a la otra banda de delincuentes se nos termine señalando como agentes del sistema.

* Aparte de que es falso lo dicho por Meyssan en el sentido de que ése haya sido el significado originario de Al Qaeda (se usaba tal palabra en tanto se la concebía como una base de operaciones en contra de los enemigos del Islam) tales analistas tendrían que explicarnos cómo puede ser que haya agentes de inteligencia, es decir personas que hacen cosas a cambio de un salario, que se inmolen como mártires. O también que ¿si Bin Laden era un hombre de Bush cómo puede ser que lo hayan matado? Sería interesante una explicación de ellos al respecto salvo que quieran decirnos que la supresión de su cadáver no fue para evitar que se lo venere como a un mártir sino para ‘borrar rastros’. En todo caso para ello dependerá del libreto que hayan recibido de Moscú.

Marcos Ghio
10/12/12

lunes, 19 de noviembre de 2012


LA SUPERSTICIÓN DEMOCRÁTICA



Con seguridad a las generaciones futuras, cuando juzguen a nuestra época, les costará muchísimo no reírse a carcajadas de aquellas supersticiones en las cuales hoy en día se cree de manera dogmática y fervorosa aceptándose como verdades irrebatibles lo que no son sino cosas absurdas y fácilmente refutables por parte del sentido común más elemental.
Les sucederá a ellos algo parecido a la gracia que nos causan aquellas tribus primitivas que, haciendo tronar el tambor, están convencidas de que hacen llover a raudales agua de los cielos.
Hoy en día rige la religión democrática la cual, a diferencia de otras que creen en entidades trascendentes, tiene una fe ciega y fanática en cosas de carácter inmanente aunque no por ello menos abstractas como ser la famosa ‘voluntad del pueblo soberano’. El demócrata está convencido -y en función de ello dispuesto a perseguir con duras inquisiciones a quien cree en lo contrario- que en el fondo los seres humanos son iguales y que las que aparecen en cambio como desigualdades son el producto de circunstancias de hecho y de ‘injusticias’ violatorias de un derecho sacro que se encuentra inscripto en la naturaleza de cada uno en razón de una milagrosa y sabia ley preexistente. Y que el mejor modo de hacer brotar tal igualdad esencial postergada y ‘reprimida’ es a través de un rito colectivo propiciatorio que es el voto universal en donde, debido al carácter sagrado del mismo, esto es una cierta armonía preestablecida que lo rige, de la misma manera que un dios que gobierna sabiamente el universo resolviendo en forma positiva sus contradicciones más agudas, se hace en modo tal que la ignorancia y el  desconocimiento de la partes sobre temas esenciales relativos a las grandes cuestiones del Estado se conviertan en cambio en sabias y atinadas decisiones, del mismo modo que dejando actuar al mercado ‘libremente’ los egoísmos singulares se convierten sin más en acciones de bonanza y bienestar universal.
Los distintos sacerdotes y teólogos democráticos difunden con fanático fervor su fe por diferentes medios. Están convencidos de manera incontestable de que, en razón de tal milagrosa ley, cuanta más democracia e igualdad haya, mayor será el beneficio y progreso de la humanidad en su conjunto. Y en tanto creen que lo superior brota de lo inferior están dispuestos siempre a otorgar a esto último los mayores de los privilegios generando de este modo y sin darse cuenta una más odiosa desigualdad de la que existía antes. Esto lo hemos visto días pasados con la ley que otorga el voto a los niños de 16 años que fuera aprobada entusiastamente por la casi totalidad de los políticos. Es de destacar que los que se opusieron lo hicieron con el argumento de que ello se hacía porque los mismos son más manipulables que los mayores de 18 años, lo cual es tan relativo como aquel otro argumento que afirma que la madurez es simplemente una cuestión de edades. Pero lo interesante del caso es aquí que, en razón de este culto que se hace hoy en día de lo que es inferior en lo cual se encontraría depositada secretamente la verdad y solución de males y problemas, resulta ser que dicha ley otorga a tales niños privilegios que en cambio no poseen los adultos. Por ejemplo según la misma un niño de esa edad estaría en condiciones de resolver si vale la pena participar o no de un acto electoral, privilegio del que en cambio no gozaríamos los mayores que, en razón de nuestra fascista condición de no haber sido capaces de percibir tal verdad revelada, se nos debe obligar a votar en tanto no podríamos como los niños, no contaminados por el error, discernir cuándo se lo debe o no hacer.
Una situación similar se la había vivido tiempo atrás con la ley del cupo femenino. Resulta ser que una vez más, como la sociedad habría sido desigualitaria en cuanto a los sexos y ‘machista’, se habría visto postergada la situación de la mujer excluyéndola de las funciones políticas de representación y parlamentarias, por lo cual se estableció un cupo obligatorio de mujeres entre los candidatos sin importar, de la misma manera que en el voto universal, si las mismas están o no capacitadas para el ejercicio de tal función. Pero justamente en razón de este culto de lo que es inferior, una vez más por ley se estableció una nueva desigualdad. Resulta ser que el cupo fue puesto únicamente para las mujeres pero no así para los hombres en modo tal que en un mañana no sería ilegal un parlamento compuesto solamente por mujeres, cosa que en cambio estaría prohibido si se diese lo contrario. Efebocracia y ginecocracia es pues aquello a lo que conduce necesariamente la sociedad democrática en tanto sus sacerdotes creen fervorosamente en el carácter creador del caos.
Sin duda alguna que nuestros descendientes se reirán a carcajadas o se sorprenderán de que tales cosas puedan haber sucedido, nosotros por el contrario las tenemos que padecer.

Marcos Ghio
19/11/12

lunes, 29 de octubre de 2012


EL FORTÍN
                                           www.juliusevola.com.ar
Nº 65 (Agosto-Octubre 2012)
EDITORIAL
Durante los meses de septiembre y octubre el director de este medio efectuó su habitual visita a Brasil y a España y Portugal en Europa en donde brindó una conferencia sobre La vía de la mano izquierda en Evola y en Nietzsche, texto-base que es presentado aquí en su totalidad en nuestra sección Doctrinaria. Asimismo la ocasión fue propicia para percibir la situación que desde el punto de vista tradicional y evoliano se está viviendo en tales países. En Brasil, en la localidad de Curitiba, se efectuaron nuevamente las tradicionales jornadas evolianas en las cuales se expusieron las ideas centrales de esta conferencia. Se pudo ratificar una vez más el entusiasmo con que tales principios alternativos a la modernidad son recibidos en el mundo brasileño, hoy a la vanguardia no solamente desde el punto de vista económico, que ha convertido en tal nación en la potencia hegemónica de Sudamérica, sino principalmente y por contraste, desde el tradicional. Brasil se ha convertido actualmente en el lugar de América en donde más se está desarrollando el pensamiento evoliano. Esto es explicado vastamente en la nota sobre las Jornadas Evolianas.
Debe destacarse igualmente que esta superioridad demostrada hoy en día por el mundo lusitano, no solamente se está dando en el nuevo continente, sino también en Europa en donde una vez más debemos destacar la loable labor del grupo evoliano Legiao Vertical que efectuara un importante evento en la ciudad de Oporto. En Barcelona hemos vivido una nueva jornada en la Librería Europa, por nosotros bautizada como el principal centro de la libertad existente en dicho continente. Esta vez contamos con la presencia del amigo Pedro Varela quien fuera liberado luego de 9 meses de prisión por haber hecho público que el diario de Ana Frank fue escrito con bolígrafo cuando tal instrumento de escritura no podía haber sido conocido nunca por la víctima aludida. Lamentablemente la lucha del amigo catalán no es acompañada como corresponde por sus compatriotas y región hoy a punto de segregarse de España en una escandalosa secuela de la crisis terminal que vive el continente. Esto es relatado también ampliamente en la nota titulada En la antesala de la disolución.

ESPAÑA
FRAGATA LIBERTAD

REPORTES DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (por Walter Preziosi)
DOCTRINARIA
por Marcos Ghio

viernes, 26 de octubre de 2012


FRAGATA LIBERTAD

LA CARTA DE UN GUERRERO


Tuvieron que pasar más de 40 años desde que la Armada argentina, que no saliera a combatir en Malvinas ‘para no ser hundida por submarinos nucleares’ (palabras del comandante de la Marina de ese entonces), o que el capitán del único navío hundido, a diferencia de su par alemán, el capitán Landhorff, en vez de seguir el destino del mismo, se dedicara a dar conferencias respecto de lo que le sucedió a su barco.
Por fin hoy, luego de que un tribunal extranjero decretara el embargo de nuestra fragata insignia obedeciendo a un ‘fondo buitre’ del que forma parte la esposa del candidato presidencial Romney, un capitán se atreve a decir lo que debe hacerse ante tal violación de los códigos del honor militar. Expresamos nuestro más pleno apoyo a la carta que el capitán Juárez Gagliardi le dirige a su par al mando del navío recordándole su deber de guerrero. Ahora que los cadetes han abandonado el barco, que el capitán junto a los 44 tripulantes que han quedado rompa la prohibición de salir al mar y en caso de que tal cosa no sea permitida que hunda su navío cumpliendo con los códigos de la marina militar.


Al Señor Comandante de la Fragata ARA “Libertad” Capitán de Navío D. Pablo Lucio SALONIO.

Señor Comandante de la Fragata ARA "Libertad", usted tiene una situación militar que resolver militarmente.
Sabe muy bien cómo se resuelve un problema militar. Este le tocó en suerte a usted.
Lo que estén haciendo o no haciendo los inmundos políticos no es su tema.
Zarpe con su tripulación. Planifique el cuándo y el cómo hacerlo.
No puede entregar el buque...jamás debe hacerlo. Lo sabe muy bien.
El buque es suyo en este momento, sólo suyo, de usted que es su comandante.
Zarpe y/o incendie y hunda la Fragata, que no quede una astilla a flote.
Qué nadie se pueda apoderar del buque de la ARMADA ARGENTINA. Es su exclusiva responsabilidad.
Es un buque de la Marina de Guerra.
Aquí no hay otra ley ni códigos, ni jurisprudencia, ni otra orden que la Lealtad a la Patria y no a gobierno alguno, ni a sus genuflexos, viles e incompetentes representantes.
Sabe usted muy bien que” es preferible irse a pique antes que rendir el pabellón”, para ello es el comandante y tiene todos los atributos del mando y del comando.

SI ENTREGA EL BUQUE SERÁ UN VIL TRAIDOR A LA PATRIA.

¡¡¡ Honor y Gloria!!!
¡Viva la Patria!

Del Capitán de Navío de IM
Juan Carlos Juárez Gagliardi

lunes, 23 de julio de 2012



EL FORTÍN Nº 64 (Junio-Julio 2012)

EDITORIAL

Este nuevo número de El Fortín se edita acompañado de un conjunto de novedades importantes. La Agencia de Noticias Kali-yuga que en colaboración con el Centro Evoliano de América brinda información sobre la actual guerra de civilizaciones ha inaugurado una emisora radial por internet la que se emite semanalmente pudiendo hallarse toda la programación en vivo. (radiokaliyuga.ivoox.com)
Asimismo contamos esta vez con dos colaboraciones especiales. Por un lado nuevamente nuestro secretario general en Brasil, el Dr. Waldemar Abrantes, nos brinda un importante texto doctrinario, esta vez  sobre el heroísmo en el pensamiento evoliano.
En segundo lugar contamos con la importante colaboración de un referente español de nuestro Centro que por primera vez escribe en esta página brindándonos en exclusividad un impactante informe de más de 60 páginas sobre la pretendida derecha sionista, sea norteamericana como europea. El informe es demoledor por la información contundente que nos brinda que pone al descubierto la trama no tan secreta de los grupos identitarios estrechamente ligados a los intereses del sionismo de manera vergonzante. Hace notar cómo las campañas antiislámicas emprendidas por la misma traicionan una antigua tradición de la derecha europea que por el contrario siempre vio con simpatía al fenómeno islamista. Este fundamental texto debería a su vez completarse con las reflexiones ya efectuadas sobre un fenómeno similar y también de pretendida derecha que acontece con nuestro catolicismo güelfo también en estrecha y confesa hermandad con el judaísmo sionista y con la derecha conservadora de los EEUU, así como con la mafia rusa del excéntrico magnate Putin. Nos sentimos sumamente orgullosos de presentar estos trabajos y aprovechamos para informar también que en la primera semana de septiembre se efectuará una nueva jornada evoliana en el Brasil sobre la cual informaremos en el próximo número.

LA CLAVA
(Columna de combate doctrinario)
A LA DIESTRA DE SIÓN
por Ferran C. Vidal

LA MASACRE DE AURORA
UN HOLMES QUE NO ERA SHERLOK

LAS CONFESIONES DE VIDELA
PERONISMO Y PETRÓLEO
MALVINAS
A 30 AÑOS DE UNA VERGONZOSA DERROTA

REPORTES DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (por Walter Preziosi)
LA CRISIS TERMINAL DEL MUNDO MODERNO
OBAMA, EL ASESINO SERIAL
LA VISITA DE PUTIN A ISRAEL

DOCTRINARIA
A Metafísica do Heroísmo
(en Portugués)
por Valdemar Abrantes



domingo, 1 de julio de 2012


LAS CONFESIONES DE VIDELA


Días pasados se revelaron una serie de diálogos que el ex presidente militar de la Argentina y principal imputado en las causas sobre violación de derechos humanos, Rafael Videla, sostuviera con un periodista que lo interrogara en la prisión durante sucesivos reportajes que duraron más de 24 horas en su totalidad. Más allá del discutido tema respecto del reconocimiento de su responsabilidad en la desaparición de entre 8000 y 9000 personas, cosa que luego desmintió haber afirmado en semejante cantidad, creemos nosotros que hay algunos argumentos relevantes que, en tanto no han sido desmentidos por Videla, suponemos que tienen plena validez. Y es el relativo a la explicación esbozada por éste respecto de los motivos por los cuales tuvo que acudir a procedimientos ilegales, tales como la desaparición física de personas, en vez de utilizar los que le brindaba la ley, tal como hubiera correspondido.
Es de destacar que, en especial desde sectores vinculados al catolicismo de derecha, sea nacionalistas católicos como de grupos del estilo del opus dei, uno de los argumentos más esgrimidos para enjuiciar el accionar de Videla ha sido que éste en vez de haber hecho como Franco en la guerra civil que, aplicando el rigor de la ley en juicios sumarísimos, hizo ejecutar a centenares y hasta miles de personas, evitando de esta manera el posterior estigma de los desaparecidos, el argentino en cambio no se habría animado a hacer tal cosa. A lo cual Videla en tal reportaje contestó con tino y en manera muy convincente que en realidad la época en que le tocó actuar era muy diferente que en el período de 1936-39. Recordó que mientras que durante la guerra civil española había Estados e instituciones internacionales que respaldaban el accionar de Franco en modo tal de no aislarlo internacionalmente por aplicar la condena a muerte, las cosas eran muy diferentes cuarenta años más tarde, período durante el cual se desencadenó lo más duro de la guerra civil en nuestro país. Allí hizo notar que era tan fuerte la presión de la izquierda en el mundo entero, aun con la protección del mismo gobierno norteamericano en apariencias tan sólo de derecha, que incluso Franco que aun estaba en el poder en esa misma época apenas pudo aplicar trabajosamente una sola pena de muerte, la que suscitó mayores repudios internacionales que todas las que llevara a cabo durante la época de la guerra civil.
Ese argumento es correcto desde cualquier punto de vista que se lo esgrima. En ese entonces ningún Estado que buscara actuar en el concierto de las naciones, salvo que quisiese ser convertido en un paria y condenado incluso a la posibilidad de expediciones correctivas en su contra por parte de las potencias imperiales de la tierra podía acudir a medidas tan drásticas para combatir en su seno el problema de la subversión.
Pero entonces ¿hizo bien Videla en hacer desaparecer a los guerrilleros y personas que colaboraban con su estructura militar? Aquí habría que contestar que, amén de que en realidad no se hizo desaparecer como se piensa a los principales dirigentes e ideólogos de tal fuerza, el error principal estribó en haber considerado que la batalla en contra de la subversión tenía que desarrollarse principalmente en un terreno militar y no donde realmente se tenía que haber desencadenado prioritariamente que era en el plano de las ideas. Y de este modo las consecuencias fueron las siguientes. Cuando la Junta militar abrazó la ideología liberal y democrática para hacer frente al marxismo, considerando que este último era el producto de una degradación del sistema que solamente podía manifestarse en personas que por una cierta patología o resentimiento no querían encuadrarse en el mismo, en realidad en esa decisión fue donde se inició el verdadero camino de la derrota. De acuerdo al pensamiento tradicional, el que obviamente no era el que sostenía ninguno de los sectores que en ese entonces sea del lado liberal como güelfo, expresaban la derecha, el socialismo no es lo opuesto, sino una consecuencia del capitalismo. Lo que este último sostiene como un principio, el aumento desaforado de la producción y el consumo para la humanidad toda a fin de que no sobrevengan las crisis y los parates en el sistema económico, el socialismo lo completa manifestando que esa producción y consumismo universal debe ser para todos y con mayor ‘justicia social’ y no sólo el patrimonio de algunos privilegiados. No fue casual al respecto que los principales ideólogos del marxismo, tales como los mismos Marx y Lenin, simultáneamente con la exposición de sus ideas demostraron siempre una relación de admiración y odio sea hacia Inglaterra como hacia los EEUU de acuerdo a las circunstancias en que vivieron.
Distinto totalmente de todo esto es lo que sostiene el pensamiento tradicional. Para éste no es el incremento de la producción la meta de un Estado, sino por el contrario la desintoxicación del hombre respecto de todas las necesidades de consumo superfluas y la apertura cada vez mayor de espacios espirituales a fin de que el alma, en vez de estar atosigada de consumismo y de estados de ansiedad por las cosas que no se tienen y alienación hacia las que en cambio se poseen y de las que se depende como un objeto, pueda vivir una esfera superior de libertad. Solamente de esta manera era posible derrotar al marxismo y no hacerlo como la dirigencia de ese entonces, civil, militar y religiosa, apegada a los mitos del mundo moderno, respecto de los cuales el marxismo no es la superación sino la consecuencia necesaria. En cambio se hizo todo lo contrario de esto. Al marxismo se lo combatió con sus mismas armas y con la ideología respecto de al cual éste era su consecuencia. De este modo además se lo victimizó dándosele incluso justificaciones a sus afanes posteriores de revancha y permitiéndosele construir sus utopías en el estado de demagogia y degradación en que hoy se encuentra sumida nuestra nación.

Marcos Ghio

domingo, 17 de junio de 2012


MALVINAS

A 30 AÑOS DE UNA VERGONZOSA DERROTA


El pasado 14 de junio se cumplieron 30 años de uno de los hechos más infaustos de nuestra historia cual fuera la derrota militar y consecuente rendición en la guerra de Malvinas.  
En la medida que nos hallamos en un contexto moderno en el cual los léxicos utilizados conllevan la aceptación previa de determinados principios calificados como irrebatibles, consideramos que es justamente en el recuerdo de esta fecha el momento oportuno para efectuar una disquisición previa respecto a lo que debe entenderse por guerra.

a)   Guerra de naciones y de civilizaciones

De acuerdo a la óptica moderna, en donde la economía y los meros intereses materiales que de la misma nacen es lo que prima en el hombre, la guerra es concebida como aquella instancia extrema de resolución de un conflicto en el cual incurre la política a través de las naciones, concebidas como las únicas protagonistas y sujetos de la historia, en el momento en el cual el diálogo y la diplomacia han agotado ya todas las instancias posibles de resolución. Desde tal óptica en tanto que el ‘interés nacional’, y por lo tanto burgués, resulta el factor prioritario, las guerras en tal instancia son siempre un hecho limitado en su accionar y solamente cesan en el momento en que el mismo se vea satisfecho en alguna medida, en tanto pueda arribarse a un buen arreglo comercial que sea en tal caso independiente de los principios que hayan de sustentarse. Habitualmente cuando un burgués resuelve hacer una guerra previamente a ello efectúa un ‘cálculo’ respecto de las ventajas e intereses que la misma le puede reportar. En tanto que se trata de una clase económica, para éste la vida reducida a su elemento más bajo y material es el factor prioritario y la guerra debe concebirse en tal aspecto como un reaseguro para la adquisición de una ‘vida’ cada vez más cómoda y placentera que permita disponer de una buena cantidad de recursos y objetos conquistados en función del bienestar. Por ello lo que la determina es última instancia el grado de riquezas que se pueden adquirir en el momento en el que se decide acudir a tal ‘procedimiento extremo’. De allí que en la época crepuscular en la que nos encontramos las guerras sean habitualmente por el petróleo, por el agua o por algún que otro recurso natural y que sea habitual argumentar su inutilidad o emitir proclamas pacifistas cuando de lo que se trata es de la defensa de un territorio inútil económicamente*. Agreguemos también a ello el elemento aparentemente paradojal de que a pesar de que el burgués ha subordinado la guerra a la vida placentera, concibiendo a la primera como un hecho excepcional, nunca la humanidad ha conocido tantas guerras y al mismo tiempo nunca ha sucedido que éstas llegaran a ser tan sanguinarias y genocidas como las actuales en que nos gobierna la pacífica clase burguesa, estando además habitualmente disfrazadas en forma hipócrita con motes humanitarios y pacifistas, como la guerra por la democracia, por los derechos humanos y otras tantas imbecilidades en las que, a pesar de que nadie afortunadamente ya cree, igualmente se nos mientan para distraer nuestra atención de lo esencial y someternos a una serie de discusiones inútiles.
Absolutamente diferente de todo ello es la concepción tradicional de la guerra. Para ésta la misma no es una situación excepcional consecuencia del fracaso de un diálogo entre mercaderes, o entre políticos astutos, sino por el contrario es la situación normal en que debe encontrarse un hombre que tenga por meta hacer triunfar en sí su parte superior de persona por sobre lo que es mero individuo que se expresa en todo lo que es mera vida biológica y material. Dicho combate ascético que debe llevar a cabo el hombre en contra de su enemigo interno, constituido por ese conjunto de impulsos y pasiones que tienden a conducirlo hacia lo que es más bajo y material, en tanto debe ser absoluto, ilimitado y sin pausas de ningún tipo, no queda reducido al interior de sí, sino que se expande hacia fuera, ya que en un plano más alto del combate desaparece la diferenciación entre lo que es simplemente interno y lo externo, en modo tal que bajo una forma superior de objetivación la lucha contra el enemigo interior se remite también en contra del que está afuera y que se encuentra expresado en el antes aludido espíritu burgués. La concepción tradicional de la guerra es comprendida pues como la lucha incesante contra el enemigo moderno que anida sea en uno mismo, sea exteriormente a través del espíritu materialista y economicista propio de la edad burguesa hoy vigente. Ante la vida materialista y hedonista por la que se agita el hombre de la edad crepuscular, consistente en una raza de seres fugaces y efímeros, el hombre de la tradición sostiene en contraste lo que es más que la vida, la supravida, y en la adquisición de tal meta la guerra, comprendida como la exteriorización de la lucha ascética, es para él el instrumento apropiado para alcanzarla.
Por ello hay dos tipos de guerra posibles: o la guerra de naciones en donde priman los materialismos y los intereses de parte y que tiene por meta la adquisición de ciertos bienes materiales, o la guerra de civilizaciones en donde los que en cambio contrastan son los principios en vez de los meros intereses. En ella combaten dos tipos de hombre diferentes: el moderno que ha puesto como eje existencial los fenómenos puramente vitales y el hombre tradicional que tiene en cambio por meta lo que es más que vida, el espíritu y la trascendencia.
Esto por supuesto conlleva a categorías diferentes. Para la guerra de naciones el enemigo es el extranjero que simplemente usurpa un territorio o el que representa un obstáculo insalvable para el logro del propio bienestar. Para la de civilizaciones en cambio lo es aquel que contrasta de acuerdo a los principios y desde tal óptica enemigos pueden ser tanto connacionales como extranjeros, aconteciendo lo mismo con los amigos y esta guerra, en tanto es total y no sesgada, en la medida que significa el triunfo de un principio sobre otro contrapuesto, solamente tiene por resultado posible la victoria o la muerte en el combate por conseguirla. Diferente es en cambio la guerra para el burgués, en tanto es la vida el valor supremo, éste nunca estará dispuesto a perderla vanamente si se le propone en cambio una buena negociación.

b)   Argentina e Inglaterra en Malvinas

Si bien, tal como hemos dicho, para la tradición la guerra es entre civilizaciones es posible también que en un determinado momento de la historia tales principios tiendan a manifestarse de manera plena en ciertas naciones diferentes. Así pues resulta a todas luces indubitable que el espíritu moderno masónico y materialista ha tenido como expresiones arquetípicas a lo largo del tiempo a dos tipos de naciones solidarias entre sí. Por un lado Inglaterra y por otro los EEUU, que ha sido históricamente su gran creación y la expresión extrema de sus puntos de vista esenciales.
Inglaterra ha sido la matriz del materialismo, de la revolución burguesa e industrial que sobrevino primero en su país y luego se extendió hacia los mismos EEUU con su constitución de Estado inspirado en principios claramente burgueses. A lo largo de la historia en nuestro continente Inglaterra en su guerra incondicional en contra del imperio español, concebido como la expresión de un espíritu antimoderno, ha sido la verdadera partera de todas nuestras revoluciones. De la Revolución de Mayo por la cual logró implantar el libre comercio, restringido por el virreinato español, infundiéndonos las semillas del liberalismo burgués, luego con la plasmación más plena de tales principios que sobreviniera tras nuestra derrota de Caseros por la que se implantó el Estado masónico y materialista que rige hasta nuestros días con diferentes variantes. Claro que hubo reacciones que llegaron al plano militar. En el siglo XIX en dos sucesivas batallas en 1806 y 1807 fueron derrotados los ingleses en sus respectivas invasiones, luego en 1845 en la Vuelta de Obligado y Tonelero se pudo romper el boicot marítimo-militar que trataron de imponer a nuestra navegación. Sin embargo en ningún caso, en gran medida por la carencia de una doctrina verdaderamente tradicional y principalmente por la deserción de la Iglesia católica que ya en el siglo XIX había sucumbido ante la modernidad, logró establecerse una continuidad y radicalidad en la lucha ni el enemigo británico infiltrado en nuestra cultura logró nunca ser derrotado plenamente. Es desde tal perspectiva que puede comprenderse la presencia inglesa en las islas Malvinas desde 1832 la que debe ser concebida como una acción de vigía y de control sobre nuestro país a fin de que la herencia ‘colonial’ hispánica y tradicional, no materialista ni burguesa, no pudiese volver a cundir en nuestro suelo.

c)    La justificación plena de la guerra de Malvinas

A diferencia de los distintos plumíferos del sistema nosotros somos defensores incondicionales de la decisión de haber invadido las Malvinas en 1982 y hasta diríamos que lamentamos que esto no hubiese acontecido mucho antes. Para nosotros mucho más importante que recuperar las islas Malvinas es derrotar a los ingleses pues una guerra en serio llevada a cabo en contra de Gran Bretaña tal como se perfilara en sus comienzos iba a dar como resultado la extensión del conflicto a la totalidad del territorio y por lo tanto la extirpación de la cultura y civilización británica del seno de nuestra sociedad.
Por las razones antes mentadas y por no haber existido en nuestro país una alternativa verdaderamente tradicional ante la deserción manifiesta de la Iglesia católica güelfa que actuó en plena guerra como una quintacolumna de los ingleses, esa guerra no pudo profundizarse y el espíritu mercantil invadió a nuestras mismas fuerzas armadas las que en especial en sus mandos y oficialidad se rindieron en forma por demás cobarde en algunos casos sin haber luchado en razón de la especulación buguesa y liberal que había penetrado en sus filas. Así pues mientras la Iglesia católica a través de su papa invitaba a ‘luchar por la vida y la paz’ en plena contienda en Puerto Argentino, los mandos militares haciéndose eco de tal pedido se rendían sin combatir. Hemos hecho notar que el informe Rattenbach puso bien en evidencia tales actos de cobardía los que por supuesto contrastaron con las acciones heroicas de tantos soldados que supieron cumplir con su deber. La flota, con la excusa de que los ingleses contaban con submarinos atómicos, no salió del puerto, antes de ello el capitán del único barco que fuera hundido no siguió con el destino de su navío. El Gral. Menéndez, en vez de luchar hasta morir con un grupo de oficiales, hizo la opción por la vida que le sugería Su Santidad, olvidando hasta su gorra en el momento de rendirse. Lo curioso es que los ingleses invadieron solamente una de las dos islas, la otra, la Gran Malvina, que contaba con guarnición argentina se rindió sin que hubiese desembarcado un solo británico. Más vergonzosa fue la rendición del capitán Astiz en Georgias que fue sin haberse disparado una sola salva de cañón y ante una tímida y convencional intimación británica de esas que se hacen antes de iniciar cualquier combate. Queda el triste recuerdo de las justificaciones dadas por el mando militar antes de rendirse justificando tal canallesca acción. “Si hubiéramos sabido que los ingleses contaban con armas semejantes ni locos nos mandábamos esta invasión”. Con tal mentalidad San Martín no habría nunca cruzado los Andes y los talibanes jamás habrían hecho frente a la invasión de EEUU y 45 países satélites.
En la medida que el pez se pudre siempre por la cabeza resulta obvio que hoy en día nuestra ‘presidente’ manifieste, siguiendo el mismo espíritu, que nunca más habrá una guerra con Gran Bretaña pues la Argentina solamente quiere la paz. Así es como opina nuestra maldita burguesía que primeramente fue militar y ahora es política. Es de esperar que la experiencia nos haya servido de algo y que una nueva camada de argentinos aprenda a rescatar el espíritu de la guerra con un sentido tradicional y no moderno.




·       Un recordatorio claro de cómo la mentalidad burguesa había invadido nuestro país como consecuencia de la debacle de Malvinas lo tuvimos cuando al poco tiempo de la derrota se efectuó un plebiscito entre los habitantes en el cual la mayoría de nuestra clase política principalmente radical y peronista, con el fatídico Menem a la cabeza y su gran aliado, el clero güelfo compuesto de muchos ‘nacionalistas’, llamaron a votar por la renuncia a la soberanía de unas islas en litigio con Chile con el argumento hedonista de que se trataba de zonas poco ricas económicamente.

Marcos Ghio

viernes, 11 de mayo de 2012

PERONISMO Y PETRÓLEO



Peronismo y petróleo son los dos símbolos por los que puede medirse el grado de decadencia argentina que no es sino una proyección de la del mundo moderno en su conjunto aunque aportando nosotros una cuota de folklore muy peculiar.
Podemos decir sin posibilidad alguna de equivocarnos que un signo claro de que nos hallamos en los grados más terminales de la decadencia es cuanto más peronismo esté viviendo nuestra sociedad a nivel político y simultáneamente a ello cuanto más manoseo del tema petrolero se realice a nivel de la economía.
El primer caso lo podemos vivir a través de la larga lista de políticos sin principios ni espina dorsal que hemos tenido, es decir de individuos que, en aras de tener éxito en su función y ser ‘realistas’, han estado dispuestos siempre a venderse al mejor postor y a borrar sin escrúpulo alguno con el codo lo que anteriormente habían manifestado en manera enfática y con bombos y platillos. Y esto mismo en todos los casos ha alcanzado los niveles de mayor caradurismo y corrupción cada vez que se ha tocado el tema petrolero y específicamente lo relativo a la propiedad a la cual debe pertenecer sea el petróleo como la empresa YPF.
Ha sido el peronismo el que ha llevado el oportunismo de la decadencia a instancias nunca vistas en tal esfera en aras de su apotegma de que la realidad, es decir el éxito en la política y los negocios, es la única verdad. Vayamos pues a lo sucedido en las distintas etapas en las que le tocó actuar.


Etapa 1ª: Perón y los contratos de California.

Es bien sabido que el primer gobierno de Perón, que abarcó desde 1946 hasta 1955, se llenó la boca de una retórica marcadamente antiimperialista, en especial antinorteamericana, a partir de su famosa consigna fundacional de Braden (embajador yanqui en la Argentina) o Perón. Y a su vez su gran bandera a nivel económico fue el nacionalismo y la intervención del Estado en los principales controles de la economía, lo cual debería haber significado un tremendo obstáculo para tal imperialismo. Pues bien, finalizando dicha presidencia, y ante una notoria crisis energética en el país producida por la ineficacia de la empresa YPF (que como se verá fue expresamente vaciada) para extraer el petróleo en los pozos que ya se tenían y efectuar nuevas perforaciones, de manera sumamente sugestiva dicho gobierno firmó un contrato leonino con la empresa petrolera norteamericana California, por el cual en el mismo ésta no se obligaba a efectuar inversión alguna por las ganancias que recababa de su labor extractiva, las que a su vez podían derivarse hacia su país de origen, amén de las ingentes comisiones que ya en ese entonces se cobrarían por tales contratos. Y es de destacar que ésta fue una de las razones por las cuales se efectuó la gran revolución victoriosa contra el peronismo que levantó como una de sus banderas la defensa de la soberanía energética ante el gran desfalco al que se iba a someter al pais.

Estos contratos fueron inmediatamente anulados, pero en 1958 un segundo gobierno de origen radical, pero que pactara con el peronismo para llegar al poder, el de Frondizi, volvió una vez más a firmar contratos petroleros con empresas norteamericanas en condiciones similares a los del anterior de California. Una vez más una nueva revolución que lo destituyera a Frondizi del poder, tuvo como una de sus primeras medidas, a través de un gobierno de extracción totalmente radical, la anulación lisa y llana de tales contratos. De allí en más, y estamos hablando de 1964, luego de esta patriótica medida, sucesivos desgobiernos en el país, sea civiles como militares, fueron socavando la empresa YPF quitándole capacidad operativa y convirtiéndola en deficitaria. Un autor nacionalista lamentablemente olvidado, Adolfo Silenzi de Stagni, en sucesivos trabajos demostró cómo el poder financiero internacional a través de la banda de políticos corruptos que nos han venido desgobernando desde hace tantas décadas logró producir el gran milagro en la Argentina de que fuera el único país del planeta en donde una empresa petrolera daba pérdidas. Recordemos que el petróleo es una de las inversiones más rentables del mundo, luego del tráfico de drogas. Se trata nada más que invertir en hacer un pozo y luego por años enteros extraer riquezas sin cansancio. Por lo cual en cualquier país del mundo dicha riqueza, debido a su gran rentabilidad, es de la comunidad en su conjunto, a través de la administración de su organismo rector, el Estado. Pero henos aquí que para hacerla deficitaria y justificar así su posterior disolución, en un plan intencionado, sucesivos gobiernos pusieron a cargo de la misma a funcionarios que eran al mismo tiempo empleados de empresas privadas de la competencia (Esso, Shell, etc) y que por lo tanto desde la gestión de YPF trabajaban a favor de las mismas, socavando así su operatividad.


2) La privatización peronista de Menem

Fue así como en la sociedad argentina se fue gestando la idea de que el Estado era incompetente para la gestión empresaria y que lo ideal era que para evitar las grandes pérdidas que nos daban tales empresas (entre ellas principalmente YPF previamente vaciada) era conveniente privatizarlas. Esta fue una consigna lanzada varias veces a la palestra por los liberales de Alsogaray; pero como éstos eran sumamente escasos de votos e impopulares se precisó de un gobierno populista y oportunista, como una vez más el peronista de Menem, que hiciera tal cosa. Es de destacar que una vez más se acudió al ‘realismo’ para producir tal desfalco. Menem había dicho antes de ser elegido que su gobierno iba a ser antiimperialista y nacionalista, que iba a recuperar las Malvinas con sangre. En varias oportunidades y aun ante el mismo Gaddafi manifestó, para recibir un jugoso aporte electoral, que iba a lanzar una gran cruzada en contra de EEUU. Una vez en el poder hizo todo lo contrario. En vez de recuperar las Malvinas con sangre le regaló ositos peluche a los kelpers. Y en vez de dirigir una cruzada antinorteamericana manifestó estar dispuesto a tener relaciones carnales con los EEUU, claro que en forma pasiva. Explicó de manera muy peronista y oportunista que este cambio se debía a que en 1989, cuando llegó al poder, se produjo la caída abrupta de la Unión Soviética y que entonces los EEUU se habían convertido en la única superpotencia, por lo que había que hacerse amigo del poderoso si se quería estar bien. Claro que los talibanes y Al Qaeda opinaron en ese entonces al revés. Y donde más se manifestó el entreguismo y la genuflexión fue justamente en el caso del petróleo, una de nuestras principales riquezas. Gracias a multitudes imbecilizadas que habían asumido el liberalismo y la doctrina de la muerte de las ideologías se procedió a privatizar YPF entregándola por nada y al mejor postor, puesto que se había gestado la idea de que como daba pérdidas irreversiblemente era mejor regalarla antes que seguir manteniéndola. Pero el oportunismo fue más radical todavía. Fue curioso cómo Menem que a nivel político internacional fungía como un siervo de los norteamericanos, a nivel económico se mostró en cambio más versátil en cuanto a preferencias imperialistas. Esta vez se volcó más hacia el imperialismo europeo y especialmente español. Fue a una empresa de ese Estado que entregó a YPF; por supuesto que ello se hizo a cambio de ingentes comisiones que enriquecieron de manera impresionante a una nueva clase de ladrones. Pero el robo fue aun más completo. En 1994 se modificó nuestra constitución. Y mientras que la gilada se distraía con la cuestión de la reelección o del tercer senador, sigilosamente se modificaba el artículo 114 por el cual el petróleo, como el resto de las riquezas mineras que forman parte de nuestro subsuelo, dejaba de ser de la Nación en su conjunto para serlo de aquí en más de unos particulares, en este caso las provincias, que en el caso de las petroleras se caracterizan en su mayoría por poseer muy escasos habitantes, como las patagónicas y entre éstas Santa Cruz que no llega a los 200.000. Pero a su vez no fueron éstos tampoco los que se enriquecieron con el petróleo, sino en cambio sus oligarquías políticas que, gracias a tal riqueza pudieron financiarse costosas campañas electorales. No fue una casualidad que el presidente argentino también peronista de los últimos años saliera de tal provincia petrolera. Y se producía a su vez una relación dialéctica muy especial entre la española Repsol ahora dueña de YPF y tales oligarquías. A sabiendas de que las provincias tenían muy pocos habitantes a los cuales había que satisfacer siempre a través de sus oligarquías que obtenían sus votos, la empresa petrolera extranjera ofrecía pagarles en forma anticipada a las mismas a precio vil el petróleo que iba a extraerles por 10 años consecutivos. Era dinero cash con el cual no se contaba antes cuando YPF les liquidaba regalías por petróleo extraído. El mismo era usado por las oligarquías, además que para llenarse los bolsillos, para hacer demagogia y obtener votos. Planes de vivienda, contratos de trabajo, cajas de alimentos, asados gratis, un montón de canonjías que se traducían en papeletas. De ese dinero antes no se disponía, y la riqueza de los argentinos iba así a manos privadas y a precio vil. Resulta sumamente curioso cuando no asqueante haber escuchado una denuncia respecto de lo que estamos diciendo por parte del diputado peronista Rossi justificando ahora la nacionalización. Pero nos preguntamos: ¿Quién si no el peronismo fue el que permitió y usufructuó de tal desfalco? El cinismo de la clase depredadora es a prueba de todo.

3º Etapa. La ‘nacionalización’, pero también peronista.

Al parecer la misma en su insaciabilidad ha olido ahora un nuevo negocio. En un encuentro a solas con Obama, la presidente Cristina fue puesta en contacto con un alto ejecutivo de la empresa Exxon de los EEUU (al parecer la empresa California ha ya dejado de existir). Allí se habló del recientemente descubierto yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén considerado uno de los más grandes del mundo y aun inexplorado. No se lo explotaba debido a que, al encontrarse debajo de una superficie altamente rocosa, hacerlo hubiera implicado una grandísima inversión que lo hacía poco rentable. Pero se le explicó que se contaba ahora con una nueva tecnología por lo que se proponía implementar nuevos contratos esta vez con una YPF ‘nacionalizada’ sin la molesta presencia de la española Repsol. Es decir una empresa petrolera que habría pasado de depender del capital español para hacerlo de aquí en más del norteamericano.
En el diario Clarín, Marcelo Bonelli, nos indica las características que tendría el nuevo contrato para el cual es curioso ver cómo se ha acudido a dos tipos de funcionarios. Un rimbombante marxista de nombre Kiciloff encargado de nacionalizar y por lo tanto apelar a los sentimientos ‘revolucionarios’ del pueblo explotado y un técnico originario de una empresa británica encargado de darle un contenido menos romántico a la nacionalización.
Éstas son las características del nuevo contrato que se nos informan,
1) Pretende una legislación que proteja las inversiones durante varias décadas, como las otorgadas por la ley minera.
2) Que los contratos reconozcan los tribunales de Nueva York para dirimir eventuales conflictos.
3) Estabilidad tributaria durante 50 años .
4) Autorización para girar utilidades a sus casas matrices.
5) Un precio del crudo y el gas acorde a la evolución internacional del petróleo, es decir no fijado por el Estado nacional.
Tal como vemos condiciones leoninas que acentúan una vez más nuestra dependencia y decadencia, bajo el barniz de un discurso hipócritamente nacionalista.
No por nada el régimen kirchnerista es reputado en el mundo como el continuador de la política de Chávez hoy caído en desgracia en razón de su enfermedad terminal. Como Chávez el kirchnerismo elabora un discurso antiimperialista setentista, pero también como éste se encarga de satisfacer las necesidades petroleras del imperio. El peronismo de relaciones carnales inaugurado por Menem no era tan proyanqui como el antiimperialista que en cambio suscribiera los contratos de California primero y los de Exon ahora en corto plazo. Es que ‘la realidad (el bolsillo y los intereses) es la única verdad’.

Marcos Ghio

martes, 1 de mayo de 2012

EL FORTÍN

http://www.juliusevola.com.ar/

Nº 63 (Abril-Mayo 2012)


EDITORIAL

ÉRASE UNA VEZ EN ABBOTABAD

Hoy se recuerda un día muy especial. Hace un año el más gran combatiente de la causa antimoderna de toda la historia, contrastando con todos los pronósticos que lo daban por muerto y desaparecido, moría armas en manos en la poblada ciudad de Abbotabad en Pakistán desde donde dirigía la gran rebelión a la que se había abocado desde varias décadas antes de manera sumamente exitosa. (SIGUE)



DEL FÚTBOL PARA TODOS AL ABORTO PARA TODOS

MALVINAS

LA CARILLA QUE FALTABA

DECLARACIÓN DEL CENTRO EVOLIANO DE AMÉRICA EN ARGENTINA AL CUMPLIRSE LOS 30 AÑOS DE LA HEROICA GUERRA DE MALVINAS

EL DERRUMBE DE LOS IDENTITARIOS EUROPEOS

REPORTES DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (por Walter Preziosi)

RÉPLICA A UN PROPAGANDISTA DE ASSAD

LA HEROICA RESISTENCIA DEL PUEBLO SIRIO ANTE LOS VERGONZOSOS ATAQUES MEDIÁTICOS DEL SISTEMA

ACERCA DEL RECIENTE ENCUENTRO ENTRE OBAMA Y MEDVEDIEV

MUROS DE ADOBE

UNA CIRCUNSTANCIA LLAMADA MOHAMED MERAH

AL ACELERARSE LA DEBACLE EN AFGANISTÁN SE AGUDIZAN LAS DESINTELIGENCIAS ENTRE OBAMA Y PUTIN

DOCTRINARIA

LA DOCTRINA DEL ESTADO EN EL PENSAMIENTO DE JULIUS EVOLA. SACRALIDAD Y DECADENCIA

por Juan Esteban Villarroel Lavín (Chile)

VIRILIDAD Y HOMOSEXUALIDAD

por Eduard Alcántara (España)

A PROPÓSITO DE CARL SCHMITT (en portugués)

por Alfredo RR de Sousa (Brasil)





sábado, 7 de abril de 2012

EL DERRUMBE DE LOS IDENTITARIOS EUROPEOS


Franco Fieramosca era un joven y atlético agente de policía que, gracias a los jugosos aportes de su amante más que cincuentona, pudo comprarse en Suiza un diploma universitario y poder ser así nombrado asesor en el parlamento italiano. Rosy Mauro, la aludida benefactora y que incurría en éste y en otros jugosos gastos, era vicepresidente de un importante partido político que gobernara Italia hasta hace poco y al mismo tiempo cuñada de su líder y fundador. Renzo, el hijo predilecto de este último, llevaba una vida sumamente dispendiosa; dueño de un Porche, de un par de mansiones en distintos lagos del norte y amante también de la conocidísima soubrette bergamasca Franca Morali quien comentara vastamente las francachelas compartidas. Y se podría seguir con el relato y cita de varios nombres, acotando que gran parte del mismo ha podido conocerse puesto que se le intervino el teléfono a Francesco Belsito, un ex patovica de un cabaret de Génova, hasta hace poco tesorero de la Lega del Norte. En sucesivas conversaciones telefónicas manifestó que las cuentas de Umberto Bossi eran interminables y que ya no sabía cómo hacer para pintar las liquidaciones anuales del partido. Allanada su vivienda se encontró una carpeta con el sugestivo nombre The Family. Esto era porque Padania, el nombre del fantasioso país creado por tal movimiento político para separarse de Italia, quería diferenciarse en todo de su nación originaria, hasta en la lengua. De allí que sus principales líderes circularan con remeras que llevaban pintada la sigla desafiante de que ‘Padania is not Italy’. The Family contenía enumerados todos los gastos en que había incurrido la familia Bossi, tales como el mantenimiento de sus múltiples propiedades, los estudios y viajes de sus hijos, respecto de los cuales Belsito había manifestado que se les pagaba hasta el café que consumían en los bares, y además las importantes inversiones en países remotos, tales como Tanzania. Lo sugestivo era que el dinero empleado era de la Lega a través de los aportes de sus afiliados y del Estado Nacional en su reparto de los fondos electorales, es decir la famosa Roma Ladrona, tal como la bautizara Bossi, indudablemente en una proyección de su propia conducta. Pero el escándalo avanza minuto a minuto. Hasta ha llegado a saberse que Bossi recibía también dinero de la N’draghetta, es decir la mafia calabresa, cosa ésta ya más que paradojal pues una de las grandes banderas de su movimiento era la lucha en contra de la inmigración de los italianos del sur, despectivamente llamados terrones, los que, debido a su impureza racial y su escaso amor al trabajo, pervertían las costumbres de los padanos del norte de pura cepa.
Hasta ahora no se ha sabido todavía con certeza cómo fue que saltó todo este escándalo, respecto del cual nos hallamos sólo en los comienzos, pero que ya ha dado como primer paso la precipitada renuncia de todas sus funciones por parte del aludido Bossi y con seguridad la rápida disolución de su movimiento. Las principales sospechas versan sobre su estrechísimo colaborador Maroni, ex ministro del Interior, quien se habría sentido despechado por haber sido postergado en las nuevas listas de conducción del partido. Un grupo de incondicionales del renunciado caudillo le espetó al salir de una reunión: ‘Judas’, ‘traidor’, ‘te vendiste’…
Pero dejemos a un lado estos detalles escabrosos y recordemos lo que siempre hemos dicho en estas notas en varias de las cuales criticamos con dureza a la Lega e incluso refutamos un escrito del identitario catalán Ravello que exaltaba la figura de Bossi como un adalid de la lucha en contra de la globalización.
Una vez más con la Lega se cumplen distintas constantes históricas. Era Evola quien decía que una de las tácticas preferidas por la subversión era la confusión de los hombres con los principios que representaban. En efecto, Bossi y su movimiento surgen en un momento de profunda crisis del Estado italiano, crisis que se perpetúa en estos días y respecto del cual ellos han pasado a formar parte. En ese entonces se había desencadenado el escándalo de Tangentópolis por el cual se cuestionaba el accionar corrupto e inmoral de la casi totalidad de la clase política italiana que había dado lugar a situaciones de un tenor muy similar a lo recién relatado, dando ello lugar a la disolución de los partidos de ese entonces. Pero Bossi, lejos de señalar que el problema era esa clase política y el sistema corrupto en que había incurrido Italia especialmente luego de la guerra, consideró que el mal era en cambio esta última, es decir el principio y no los representantes, y que en realidad lo conveniente era disolver a tal nación en distintas republiquetas, pues el problema era Roma y el Meridión que se enriquecían a costa del trabajo del laborioso Norte. Confundió así una empresa histórica y espiritual que condujo a la unidad de un conjunto disperso de regiones, signadas todas ellas por una lucha caótica por los propios intereses, en un principio superior y trascendente, con una clase política decadente y circunstancial. Se tendría que haber señalado con énfasis en ese entonces que tales políticos, al actuar meramente en función de sus egoísmos personales, estaban traicionando el principio superior que representaban que era la Patria a la que debían servir. Ellos pues significaban un movimiento centrífugo y de disolución a lo que debía contraponerse lo contrario: el valor supremo de la Nación. Pero Bossi y la Lega, lejos de hacer todo esto profundizaban dicha corriente hacia el caos pregonando abiertamente la constitución de un nuevo Estado totalmente artificial, la Padania, pues el norte de Italia ni siquiera tiene una lengua propia, como en cambio puede suceder con los catalanes y vascos en España.
También hicimos notar que este federalismo materialista sustentado por un grupo de personas que brega simplemente por tener más beneficios, desinteresándose totalmente del resto del país, tenía un antecedente histórico incluso hasta en el nombre que habían elegido. En efecto fue la Lega de las provincias lombardas del norte la que en la Edad Media se sublevó contra la unidad del Imperio bregando nuevamente por la independencia basada en un deseo de no pagar impuestos en función de la mera defensa de sus intereses particulares. Tal movimiento subversivo se plasmará en la famosa batalla de Legnano en donde, en alianza estrecha con el clero güelfo, la burguesía del norte logró derrotar al emperador Federico Barbarroja. Casualmente el símbolo que hoy utiliza como emblema el partido de Bossi, el Carroccio, representa al altar tirado por bueyes que estuvo presente en plena batalla orándose por el triunfo de la burguesía norteña en contra del Emperador.
Así pues la Lega y Bossi significaron la reiteración de una tradición subversiva presente en la historia italiana, la tendencia hacia la disolución y el caos representada por un movimiento centrífugo, antes en contra de la unidad imperial y ahora, en un grado de mayor decadencia, en contra de la unidad nacional. Y en los dos casos es de señalar que contó con la colaboración de importantes sectores de la Iglesia pues si antes se competía con el Imperio, ahora se lo hacía con otra unidad menor en tanto el clero güelfo nunca pudo perdonarle al movimiento independentista italiano la disolución del Estado Pontificio que concluyera con la toma de Roma.
Para finalizar esta nota queremos señalar dos cosas. La primera de ellas es la indignación que nos causa leer por la prensa que se califique a la Lega como una corriente de derecha o de ultraderecha. Un movimiento que pregona la mera defensa de los intereses de parte por encima de un principio superior y trascendente no es de derecha, sino de izquierda. Sucede exactamente igual con su par francés, el Frente Nacional, que levanta como banderas principales el laicismo y la democracia, consignas claramente de izquierda y burguesas. Esto, lo hemos ya dicho varias veces, tiene que ver con la subversión que es también semántica.
Por último un detalle risueño. El escándalo de Bossi quien se llenaba la boca denostando a la Roma ladrona, apareciendo ahora claramente él como un ladrón y mafioso, ha dado lugar a muchas reflexiones, como la de llamar a su movimiento irónicamente como ‘la banda de los honestos’. Yo creo que lo que sucede es que en las etapas terminales los tiempos se aceleran. Es verdad que Roma es hoy en día ladrona, pero lo fue después de haberse constituido el Estado italiano que en sus orígenes estuvo cargado de idealismo. En cambo la malograda Padania ha querido serlo de entrada, de allí su estrepitoso fracaso.

Marcos Ghio